En el marco de la Feria del Libro de Londres, NielsenIQ BookData y GfK Entertainment presentaron un avance del International Book Market 2024, un informe con el panorama editorial internacional en el que vemos un incremento en los ingresos de los libros de ficción, mientras que los ingresos por los libros de no ficción han mostrado un descenso.
De los 18 territorios analizados, 16 registraron un incremento en los ingresos de los libros de ficción. Por obvias razones llama poderosamente mi atención el caso de México con un crecimiento de 20.7% en los libros de ficción y un 12.6% de crecimiento en general. Es claro que la venta de libros no necesariamente se traduce en lectores; sin embargo, no deja de sorprenderme que aumenten las ventas de libros en un país donde muchos aseguran que no hay lectores, tan sólo el Módulo de Lectura (MOLEC) 2024 señaló que la población lectora descendió un 14.6% entre el 2015 y el 2024.
¿Qué nos están diciendo estas cifras tan dispares entre ventas de libros y lectores mexicanos?, ¿este panorama editorial nos habla de lectores? Sin duda, tenemos mucho que analizar y contrastar, aunque no estoy tan segura que los responsables de las políticas de lectura estén poniendo atención a estos datos.
Reino Unido es otra región en la que me quiero detener. No deja de llamar la atención los 195 millones de copias vendidas, lo que representó una disminución del -1.6%. Esto me lleva al artículo publicado recientemente en The Bookseller donde se menciona que dos de cada cinco británicos no leyó nada en el último año (2024). Desde luego, Gran Bretaña es sólo una parte de Reino Unido, pero quizá aquí sí podemos hablar de una relación entre las ventas de libros y los lectores.
Resulta curioso que a pesar de las caídas que tuvieron algunas regiones en las ventas de libros, esto no ha afectado como se esperaba pues los precios de los libros aumentaron, aunque en menor medida que el año anterior. Por ejemplo, Francia que tuvo un descenso del 2.8% en la venta de libros, tuvo a su vez un incremento en los precios del 2.6%, alcanzando sus libros un precio promedio de €12.70 (MXN$280.00 aproximadamente). España también registró un aumento del 4% en los precios de los libros
Por último, revisemos el tema de las redes sociales, especialmente el impacto de TikTok y su comunidad de BookTokers en mercado editorial. Si son visitantes de este blog o me leen en otras redes sociales, sabrán que tengo mis serias dudas en cuanto BookTok como una herramienta para la formación de lectores, pero gracias a este informe podemos ver el papel que está teniendo está red social en el mercado editorial. Los libros de ficción y especialmente los géneros Romance y la Fantasía aumentaron sus ventas precisamente gracias a esta red social y la comunidad BookTok.
Aunque en el informe no se mencione, recordemos que el 20.7% de incremento que México registró en las ventas fue precisamente en libros de ficción. Así que leyendo quizá un poco de más, aquí encontramos también cierta influencia de BookTok. Como ya lo mencioné, las ventas no necesariamente se traducen en lectura o lectores, pero aquí ya hay algo importante a lo cual seguirle la pista.
Sin duda, estos datos nos dan un panorama editorial bastante interesante que nos obliga a reflexionar que está ocurriendo con el mercado del libro y con les lectores. Aunque, no olvidemos, que estos datos sólo reflejan las ventas de libros en puntos físicos, es decir, no abarca los formatos digitales y mucho menos las ventas digitales. Así que sólo nos permite acercarnos a una porción de este mercado.
Sala Infantil de la Biblioteca Central Profesor Ramón García Ruiz, Guadalajara, Jalisco
Recientemente leo en Everylibrary.org el artículo 7 mitos malintencionados sobre la biblioteca y la lectura donde visitamos el imaginario que tiene mucha gente sobre las bibliotecas. Me preocupa darme cuenta que los 7 siguen estando muy presentes y confirman, a su vez, que quienes piensan así son, generalmente, personas que no se han acercado a una biblioteca en mucho tiempo, quizá nunca.
Por ejemplo, hay quienes a 14 años de distancia de inauguración de la Biblioteca Vasconcelos siguen repitiendo el discurso de que es un elefante blanco. Cuando llego a escuchar esto siempre me pregunto, y les pregunto si han visitado la biblioteca en los últimos años, si la han visitado alguna vez. La respuesta siempre es no. No la conocen de nada y lo cierto es que las y los usuarios la han apropiado de modos inimaginables y ha demostrado ser un espacio, el tercer espacio, para muchas personas en esa zona de la ciudad e, incluso, personas que viven en municipios colindantes del Estado de México.
En fin, volviendo a los mitos sobre la biblioteca, a mi me vienen estos tres que escucho/leo mucho. Y aunque tres pueden parecer poco, lo cierto es que nos dicen mucho del imaginario sobre la biblioteca. Lo que puede resultar perjudicial si los tomadores de decisiones desarrollan políticas públicas basadas en estos argumentos, porque aceptémoslo, los tomadores de decisiones tampoco conocen las bibliotecas.
Así que en este post les comparto mis 3 mitos sobre la biblioteca en un intento de que reflexionemos un poco más sobre lo que se da por hecho y la forma irremediable en que le afecta.
Mito: Ya nadie va a las bibliotecas / las bibliotecas van a desaparecer
Biblioteca Escolar, Buenos Aires, Argentina
Realidad: Este mito está muy relacionado con el mito del que hablo unos párrafos más abajo: “A la biblioteca sólo se va a leer o estudiar”. También está muy emparentado con una idea contra la que hemos luchado desde la llegada de Internet: “Para qué voy a la biblioteca si todo lo podemos encontrar en internet”, o bien “Todo lo encuentro en Google” y que en los últimos tiempos puede argumentarse también que “Ya todo me lo responde ChatGPT”.
En algunas ocasiones son los mismos bibliotecarios quienes aseguran eso porque sus bibliotecas están vacías y aquí es cuando yo pregunto qué han hecho para que las personas de la comunidad vean en la biblioteca su tercer espacio. En muchos casos, sólo esperar a que lleguen; en el peor de ellos, tratar mal a los usuarios.
Para esos bibliotecarios que se dan golpes de pecho y aseguran que ya nadie va a las bibliotecas, les digo que, en la medida que sólo se consideren proveedores o guardianes de libros, pues sí, van a desaparecer (esos bibliotecarios, no las bibliotecas).
Para las personas que no visitan las bibliotecas les aseguro que no, Google no lo tiene todo, ChatGPT tampoco les resuelve todo. Las bibliotecas ofrecen mucho más que un simple resultado de búsqueda.
Mito: A la biblioteca se va sólo a leer o estudiar. Son templos del saber
Realidad: Este es el mito más arraigado y quizá de la idea de “templo del saber” se desprendan otros mitos como los que se abordan en el artículo de Everylibrary o los que traigo a la mesa en este post.
Pues bien, nada más alejado de la realidad, especialmente si de una biblioteca pública se trata. Les sorprendería a aquellos que no visitan las bibliotecas ver las maneras tan distintas en las que las y los usuarios se apropian de estos espacios. Caben libros y tarea, desde luego, pero también caben talleres, conferencias, reuniones, trabajo, descanso, búsqueda, acompañamiento y un extenso etcétera.
Taller de Herbolaria, Biblioteca Pública
En las bibliotecas me encontré a un grupo de mujeres que, con el pretexto de la herbolaria, se reunían cada semana para salir de su cotidianidad como amas de casa y hablar de sus intereses; también en las bibliotecas un grupo de mujeres encontró el espacio seguro, porque en el que se reunían fue cerrado, para compartir su experiencia como sobrevivientes de cáncer de mama; en la biblioteca también encontré un grupo de adultos mayores que se reunía para conversar sobre la historia de su colonia, mientras leían.
Verán, como cada cabeza es un mundo, cada cabeza utiliza la biblioteca como la necesita y cada cabeza hace un mundo de la biblioteca. Simplemente estar o dormir son actividades tan válidas en las bibliotecas como leer o hacer tarea. Y la biblioteca no puede negar estos usos, especialmente en una época donde los espacios seguros para estar pareciera que van en extinción.
Mito: La biblioteca es sólo para una élite, sólo para cierto grupo de personas
Bibliomóvil, CDMX
Realidad: Esto lo he escuchado/leído particularmente sobre la biblioteca pública. Curiosa y generalmente son los usuarios quienes cuestionan las puertas abiertas para todos, cuando ese “todos” incluye a personas, por ejemplo, en situación de calle.
En esta idea de que las bibliotecas son sólo para leer y templos del saber, se piensa también que sólo un grupo selecto realiza estas actividades. Cuesta mucho entender el concepto de “público”, cuestan mucho las puertas abiertas y el espacio democrático. Y es sorprendente que, en su mayoría, sean los usuarios quienes cuestionan fuertemente quien puede/debe entrar a la biblioteca.
En fin, hasta aquí mis 3 mitos sobre la biblioteca. ¿Ustedes qué opinan? ¿se les ocurren otros? Espero que no.
Recientemente y gracias a Mariana Eguarás doy con ¿Son los libros cada vez más cortos?, un artículo por demás interesante donde su autor, Pablo Cerezal, hace eco a Bestselling books have never been shorter, un artículo publicado en Wordsrated donde se analizan 3,444 títulos de los best sellers del New York Times entre 2011 y 2021. Este análisis concluye que cada vez se publican libros más cortos y que los best seller de más de 400 páginas están desapareciendo.
Entre los principales motivos de este “adelgazamiento” de los libros se sugiere en ambos artículos que la era digital ha impuesto una mayor competencia para la lectura, especialmente durante y después de pandemia. Además de la competencia, también nos hemos acostumbrado a consumir contenidos más cortos y, desde luego la inmediatez.
Estoy convencida que estos “principios” (por llamarlos de alguna manera): la era digital, contenidos más cortos e inmediatez, están moldeando de manera preocupante la forma en que consumimos contenidos, de hecho, en el artículo Uso de TikTok como herramienta de búsqueda hablo un poco sobre este mismo tema; sin ir más lejos, en el editor de este blog el algoritmo siempre me recrimina escribir párrafos largos y me insta a hacerlos cortitos. Sin embargo, considero importante analizar más a fondo si la edición y lo que las editoriales nos presentan, realmente concuerda con el comportamiento de los lectores.
¿Editar impone a los lectores que lean de una cierta manera? Con revisar el análisis de Wordsrated cualquiera podría pensar que sí, pero ¿editar equivale necesariamente a adquirir, solicitar en préstamo, leer o escuchar un libro?
Así que veamos mi análisis que, desde luego, aunque no pretende echar por la borda diez años de análisis de Wordsrated, sí busca mostrar una perspectiva distinta al menos de lo leído durante 2023.
Los mejores libros en Goodreads
Goodreads todos los años lanza su Goodreads Choice Awards en el que son los usuarios quienes proponen y votan los mejores libros en distintas categorías. Los ganadores en cinco de las quince categorías de 2023 tienen más de 400 páginas:
Fantasía. Hell Bent (Alex Stern) / Leigh Bardugo. 481 páginas
Ciencia ficción. In the lives of puppets / T.J. Klune. 432 páginas
Horror. Holly / Stephen King. 449 páginas
Y si nos detenemos un poco más, veremos que otros títulos nominados que quedaron en segundo y tercer lugar cumplen con las más de 400 páginas:
Ficción. Hello beautiful / Ann Napolitano. 416 páginas, 2o lugar
Ficción histórica. The covenant of watter / Abraham Verghesee. 724 páginas, 2o lugar
Mystery & Thriller. The last devil to die (Thursday murder club #4) / Richard Osman. 422 páginas, 4o lugar
Young Adult Fantasy & Science Fiction. Chain of thorns (The last hour #3) / Cassandra Clare. 778 páginas, 4 lugar
Young Adult Fiction. The brothers Hawthorne (The inheritance games #4) / Jennifer Lynn Barnes. 480 páginas, 2o lugar
Debut novel. Ink blood sister scribe / Emma Törz. 416 páginas, 2o lugar
Nonfiction. Doppelganger: A Trip into the Mirror World / Naomi Klein. 416 páginas, 6o lugar
Memoir & Autobiography. Spare / Prince Harry. 410 páginas, 2o lugar
History & Biography. The six: the untold story of America’s first women astronauts / Loren Grush. 432 páginas, 2o lugar
Humor. Unruly: A History of England’s Kings and Queens / David Mitchell. 431 páginas, 7o lugar
Goodreads también maneja otros listados, por ejemplo, el listado mensual de Los libros más anticipados de los lectores, para el mes de febrero de 2024 tenemos lo siguiente:
The women / Kristin Hannah, 480 páginas
The book of doors / Gareth Brown, 416 páginas
The tainted cup / Robert Jackson Bennet, 432 páginas
Bride / Ali Hazelwood, 416 páginas
The catch (The influencer #3) / Amy Lea, 416 páginas
A Tempest of Tea (Blood and tea #1) / Hafsah Faizal, 352 páginas
Sobre los más leídos en Gandhi
Librerías Gandhi maneja también un gran listado, entre los primeros diez sólo encontramos un título con más del doble de las 400 páginas y, curiosamente, pertenece a una serie:
Maldita roma (Serie Julio César 2) de Santiago Posterguillo, 896 páginas.
Los más populares de febrero en librerías El Sótano
Primer lugar: Ugly Love. Pídeme Cualquier Cosa Menos Amor de Colleen Hoover, 400 páginas
Séptimo lugar: Harry Potter y el Prisionero de Azkaban de J. K. Rowling, 480 páginas
Los más vendidos en 2023 en Sanborns
Veamos el listado de Sanborns de los títulos más vendidos durante el 2023:
Primer lugar: Las 48 leyes del poder de Robert Greene, 632 páginas
Cuarto lugar: El paquete de libros de Harry Potter de J.K. Rowling, 3096 páginas
Quinto lugar: Romper el círculo de Colleen Hoover, 400 páginas
Séptimo lugar: La hipótesis del amor de Ali Hazelwood, 488 páginas
Octavo lugar: La bailarina de Auschwitz de Edith Eger, 416 páginas
Excelsior
En el listado del diario Excelsior de los más vendidos en México durante 2023 encontramos:
En tercer lugar, Spare: en la sombra del Príncipe Harry, Duque de Sussex. 560 páginas.
En quinto lugar, El club de las 5 de la mañana de Robin Sharma con 400 páginas.
En séptimo lugar, Extrañas de Guillermo Arriaga con 496 páginas.
Octavo lugar, Romper el círculo de Colleen Hoover, 403 páginas
En décimo lugar, La bailarina de Auschwitz de Edith Eger, 416 páginas
Casa del Libro
En libros de Ficción más leídos de la librería Casa del Libro:
Primer lugar: Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, 440 páginas
Tercer lugar: Cazadores de sombras. Los orígenes 3 de Cassandra Clare, 512 páginas
Quinto lugar: El laberinto de los espíritus de Carlos Ruíz Zafón, 928 páginas
Sexto lugar: La Odisea de Homero, 438 páginas en la Editorial Austral
Octavo lugar: Alas de sangre (Empíreo 1) de Rebecca Yarros, 528 páginas
Noveno lugar: Palabras cruzadas de Elena Poniatowska, 800 páginas
Décimo lugar: El mapa de los anelos de Alice Kellen, 496 páginas
Plataformas de suscripción
Entre los audiolibros más populares en la plataforma de audiolibros Storytel encontramos lo siguiente:
Categorías Ficción y Romance. Las hijas de la criada de Sonsoles Ónega que en su versión impresa cuenta con 480 páginas y en el formato audiolibro tiene una duración de 12 horas.
En esta misma categoría en segundo lugar encontramos a Alas de sangre (Empíreo 1) de Rebecca Yarros con una duración de 21 horas.
Categoría Juvenil. Una corte de rosas y espinas de Sarah J. Maas con una duración de 16 horas y que en su versión impresa en español tiene un total de 456 páginas.
Por su parte, el listado Los más populares ahora de Bookmate es quizá en esta revisión el único que cumple con libros populares por debajo de las 400 páginas.
Bibliotecas
Overdrive, una de las plataformas de préstamo digital de libros más importante a nivel mundial, presentó recientemente su reporte de préstamo de 2023, del que ya también les hablé en Leer en Pantalla. Aquí nuevamente tenemos algunos descubrimientos muy interesantes:
En el quinto lugar de los libros más populares prestados encontramos Happy place de Emily Henri, título que en su versión física tiene 400 páginas.
Primer lugar de los audiolibros más prestados tenemos a Fourth wing de Rebecca Yarros, cuya versión impresa alcanza las 498 páginas y en audiolibro tiene una duración de 20 horas. Algo muy alejado de los supuestos 15 segundos que nos imponen las historias de Instagram y TikTok
Por otro lado, en este mismo reporte se presentan los libros más prestados por género literario donde encontramos lo siguiente:
Adult fiction. Fourth wing (The Empyrean #1) de Rebecca Yarros. 498 páginas
Adult nonfiction. Spare de Prince Harry. 410 páginas
Young adult fiction. A court of thornes and roses de Sarah J. Maas. 419 páginas
En lo que se refiere a las bibliotecas españolas, entre los libros más prestados durante 2023 encontramos en el segundo lugar de libros más prestados en castellano: Todo arde (Universo reina roja #6) de Juan Gómez Jurado con 592 páginas.
Ustedes disculparán que no les presente datos de las bibliotecas públicas mexicanas pues, aunque es un reporte que la DGB solicita a todas las coordinaciones estatales de bibliotecas año con año, la información recabada no se hace pública. Por acá hago un intento de platicarles un poco sobre los más prestados en la Red de Bibliotecas Públicas de la ciudad de México.
¿Qué nos dicen las sagas literarias?
Sin duda, en las sagas son un caso especial en el que debemos detenernos, pues no sólo algunas de ellas superan este fatídico número de 400 páginas, sino que nos hablan de la fidelidad de los lectores por seguir una serie hasta el final cuando está gustando. Hace algunos años, en ¿La lectura en pantalla, la lectura del futuro? una charla que impartí para el 5o Congreso Innovatics en Chile en 2015 hablaba también sobre este fenómeno y entre mis ejemplos estaba Juego de tronos.
Pero, ¿qué ocurrió con las sagas literarias en 2023 y cuántas páginas pueden llegar a leer los lectores cuando deciden seguir una de ellas?
Colleen Hoover es una de las autoras que más ha aparecido en estos listados de los más leídos durante 2023 con la primera entrega de la serie It ends with us, las dos entregas de dicha saga tienen 386 y 326 páginas, respectivamente, es decir, 712 páginas.
Rebecca Yarros es otra autora que se ha aparecido mucho en todos estos listados con la saga The empyrean, específicamente con la primera entrega. Esta serie se compone de dos libros, el primero con 498 y Iron Flame, la segunda entrega con 624 páginas, es decir, 1122 páginas.
La saga de A court of thornes and roses de Sarah J. Maas que también ha aparecido en más de un listado, tiene cinco entregas que juntas alcanzan las 2,737 páginas: 419 páginas para la primera entrega; 626 páginas, segunda entrega; 703 páginas, tercera entrega; 232 páginas para la entrega 3.5; y 757 páginas para la entrega número 4).
Entre los long sellers encontramos desde luego Harry Potter y sus más de 3000 páginas dependiendo de la edición y El cementerio de los libros olvidados de Ruíz Zafón, una tetralogía que suma, dependiendo de la edición, más de 2400 páginas.
La serie Diary of a Wimpy Kid de Jeff Kinney también sigue apareciendo en estos listados. En lo individual ninguna de las entregas supera las 400 páginas. La serie se compone de 19 entregas (¡19 entregas!) y, al menos las primeras 12 entregas en su versión al español sumaban 2,688 páginas, esto de acuerdo con la editorial Océano.
En resumen: ¿son los libros cada vez más cortos?
Probablemente sí, pero…
Como lo mencioné desde un principio, no intento desechar así como así lo que dice la industria editorial y mucho menos un estudio que abarcó el análisis de los listados correspondientes a 10 años; sin embargo, creo que vale la pena analizar distinto. Si bien estos listados parecen indicar que el nivel de atención es cada vez más corto y quizá por ello los libros están adelgazando, eso no implica necesariamente que los lectores lean exclusivamente libros más cortos. El comportamiento lector o los comportamientos lectores a veces están en el lado opuesto de las editoriales.
Si es cierto que los hábitos de consumo demandan contenidos cortos, entonces qué nos indican estos listados de lo más leído, comprado, prestado durante 2023. Y más importante, ¿por qué las editoriales están editando libros más cortos cuando hay sagas exitosas, best sellers y long sellers o clásicos que nos dicen que el lector no deja de comprometerse con lecturas de largo aliento?
Recientemente leí un artículo en Lecturalia sobre El fenómeno del best seller: origen, evolución y controversia de los libros superventas. Comentaba en Twitter que aunque analizar el fenómeno del Best Seller siempre resultará interesante, en lo personal y por obvias razones me interesa más analizar sobre los libros más consultados y/o los más prestados en las bibliotecas y, más específicamente, en las bibliotecas públicas.
Aunque cada año la DGB solicita a las diferentes coordinaciones estatales de bibliotecas el listado de los libros más consultados en la Colección General, la Infantil y, más recientemente, la Colección de Consulta, tanto para la red de bibliotecas del estado, como para la biblioteca central estatal; lo cierto es que poco nos dejan saber sobre estos resultados. Sin embargo, no todo son grises, acá aprovecho para platicarles de algunos datos que conozco de primera mano:
Durante el 2022 los libros más consultados en las bibliotecas públicas de la Ciudad de México son:
El vampiro vegetariano de Alejandro Navarrete en la Colección Infantil.
Álgebra de Aurelio Baldor en la Colección General, en el quinto lugar aparece Aritmética del mismo autor.
Diccionario crítico de las letras mexicanas en el siglo XIX de Emmanuel Carballo para la Colección de Consulta.
Álgebra y Aritmética de Aurelio Baldor, ocuparon el primer y segundo puesto en la Colección General
La saga de Harry Potter para la Colección infantil.
Entre 2017 y 2018 el libro de Álgebra de Aurelio Baldor fue el más consultado por los jóvenes (13 a 30 años) en la Biblioteca Vasconcelos. Le siguen Ciudades de papel de John Green y las Obras completas de Sigmund Freud. En algún momento, con gran sorpresa entre los que estuvimos trabajando en esos momentos en la Vasconcelos, se mencionaba que la estrella de los libros más prestados era un manual para aprender japonés, discúlpenme que no les pueda proporcionar la referencia, pero prometo buscarla.
Conviene preguntarnos: ¿por qué debería interesarnos conocer sobre los libros más consultados o los más prestados?
En Lecturalia mencionan que en ocasiones, el que un libro se convierta en un best seller también puede generarle cierta “mala fama”, pues se suele pensar que todo aquello que es popular es de mala calidad, ya saben ustedes la “alta cultura” y argumentos igual de huecos. Sin embargo, cuando trasladamos esta frase de “los más” al terreno de las bibliotecas, sin duda el panorama es muy distinto o así debería ser para las y los bibliotecarios.
Este tipo de listados son una especie de brújula que nos habla sobre los intereses y las necesidades de los usuarios de una comunidad determinada; pero quizá lo más importante, nos permite planificar adquisiciones de acervo para satisfacer dichos intereses de la comunidad. Por ejemplo, qué me dice en particular que en las bibliotecas públicas de la Ciudad de México, y me atrevo a decir que en todas las bibliotecas públicas de la Red Nacional, los libros de Baldor (Álgebra, Artimética y Trigonometría) como se les conoce comunmente, siempre aparezcan como los libros más solicitados, al grado de que en muchas bibliotecas los resguardan en estantería cerrada para evitar robos y mutilaciones:
Nos habla de que un amplio porcentaje de usuarios de las bibliotecas públicas son estudiantes de nivel secundaria.
También nos dice que la biblioteca pública sigue cumpliendo funciones de la biblioteca escolar. Lo cual no es necesariamente malo, pero nos obliga a cuestionarnos sobre el papel de la biblioteca escolar al menos en la CDMX.
Sin duda, nos habla de la necesidad de contar con más ejemplares de estos libros en todas las bibliotecas públicas para satisfacer la amplia demanda.
Pero, ¿qué más nos pueden decir estos listados de los más leídos, consultados, prestados?
Desde luego, conocer los intereses a través de los más consultados, también nos puede ayudar a visibilizar el acervo que trata los mismos temas que se abordan en los de Baldor o visibilizar libros sobre vampiros, como la saga Mundo Umbrío, por mencionar un ejemplo.
De ahí la importancia de elaborar y dar a conocer estos listados, más allá de cumplir con un reporte con cierta periodicidad. Además que tambiér resulta muy interesante para las y los usuarios conocer esta información, basta con ver la cantidad de comentarios que generó el listado de los más consultados cuando se publicó en la página de Facebook de la Biblioteca Vasconcelos.
El 2022 ha sido un año muy vertiginoso e intenso, tanto que me ha resultado imposible escribir todo lo que hubiera querido. Había días en que por más que intenté y aunque tenía mil cosas de qué platicar, la cabeza cansada no me dio para sentarme a escribir. No quiero, sin embargo, finalizar el año sin, claro, hacer mi post de las mejores lecturas del año (es un siguiente post), pero también hacer un resumen de las cosas que me han inspirado mucho durante el 2022 y que en su momento no tuve el tiempo compartirles, algo así como un top bibliotecario 2022.
El orden es totalmente aleatorio, pero se trata recorrido por trabajo en bibliotecas públicas, algunas charlas y cosas que he visto y no les he podido compartir. Disfruten.
Muro de personajes en bibliotecas de Azcapotzalco
Muro de Personajes Ilustres en la Biblioteca Pública Itzcóatl
Cada dos meses, les bibliotecaries de Azcapotzalco se reunieron en una biblioteca distinta de las 10 adscritas en la alcaldía con el objetivo de planificar actividades, pero también para que cada biblioteca presentara un proyecto.
Además tienen otra consigna: cada biblioteca entrega a los encargados de las nueve restantes una fotografía enmarcada del personaje que lleva el nombre de la biblioteca con la intención de que las biblioteca reunan en un muro las fotos de todos los personajes ilustres de las bibliotecas. Una manera interesante de conocer por qué la biblioteca recibe el nombre de determinado personaje. Una manera interesante de nombrar y resignificar.
Esta idea me gusta para llevarla a todas las bibliotecas de las alcaldías.
Sala Infantil-Ludoteca “Yali”, Biblioteca Pública Itzcóatl
También en Azcapotzalco, las bibliotecarias de la Biblioteca Pública Itzcóatl nos consultaron a principio de año la posibilidad de convertir su biblioteca en sala infantil, pues es un espacio muy pequeño que recibe casi exclusivamente a público infantil. Dado que es una biblioteca adscrita a la Red Nacional, no puede perder el caracter de pública; sin embargo, las bibliotecarias no se conformaron con la respuesta y decidieron dar un giro para que el proyecto fuera posible: acondicionar una sala infantil-ludoteca.
Lo más especial de todo fue que el proyecto corrió a cargo de las bibliotecarias y las donaciones de su comunidad, el esposo de una puso el librero, usuarios llevaron juegos, otros pusieron libros infantiles. Lo ideal sería que las autoridades locales, estatales, etc., se hicieran responsables de lo que les toca, tristemente esto no sucede así; sin embargo, las ganas de las bibliotecarias fueron contagiosas y finalmente en diciembre pudimos ver cómo se concretó el proyecto con la inauguración de la Sala Infantil Ludoteca “Yali”, “alegría” en náhuatl, y sí qué alegría haber visto el proceso y haber podido estar en la inauguración
Este es un proyecto que, haciendo honor a su nombre, me alegra, porque habla de bibliotecarias inquietas, comprometidas e interesadas por sus comunidades, que no se detienen.
Participación FIL Guatemala
Recibí la invitación a participar en la Conferencia Internacional sobre Bibliotecas que formó parte de la XIX Feria Internacional del Libro de Guatemala con el tema La investigación sobre bibliotecas y sus oportunidades para Centroamérica.
En un principio dudé mucho en aceptar y me sentí totalmente fuera de cancha con el tema de la investigación. Pero después de analizarlo mucho, consideré que precisamente este blog y leerenpantalla.com son un ejercicio de investigación constante. Es cierto que no se trata de investigación formal, ya saben: hipótesis, justificación del problema, experimentación, etc.; sin embargo, cada post que publico me implica lectura, revisión y claro, siempre mucha curiosidad por seguir actualizandome sobre algún tema.
Hice un recorrido por el tema de la ciencia ciudadana que es donde intenté enfocar la charla, pues desde ahí se ha hecho mucho. Además intenté abordar la importancia de la biblioteca como espacio que apoya la investigación y el papel fundamental de la biblioteca pública para incentivar la investigaciónen etapas más tempranas.
En fin, sigo meditando en tema y creo que da para mucha más reflexión e investigación; sin embargo, en definitiva no es un tema que se deba dejar exclusivamente en manos de la biblioteca académica o especializada.
Jornadas de Profesionalización Editorial, 1a Feria Internacional del Libro de Cuenca
A finales de noviembre participé en estas jornadas con la charla El libro y su reconfiguración en el mundo digital. Además de conocer un poco del ecosistema editorial en Ecuador y otro poco de las bibliotecas públicas de Cuenca, me emocionó mucho participar en las primeras jornadas con uno de los temas que ya saben más me gusta: compartir el gran potencial de la lectura en pantalla.
Por cierto, otra cosa destacable durante esta visita a Cuenca fue que pude conocer el Centro de Documentación Juan Bautista Vázquez de la Universidad de Cuenca y me emocionó encontrar una sala infantil. Siempre me emociona poder ver bibliotecas académicas que están dando espacio a los lectores más pequeños. Por cierto, que el Centro de Documentación también fue sede para recibir a niñas y niños en los talleres de mediación lectora que se realizaron como parte del programa de la Feria del Libro.
Sede de las actividades de mediaciónSala de Lectura del Centro de Documentación Juan Bautista VázquezBiblioteca Pública Antonio LloretBiblioteca MunicipalLibrería PalierCentro de Documentación Juan Bautista VázquezCentro de Documentación Juan Bautista VázquezCentro de Documentación Juan Bautista Vázquez
En fin, una gran experiencia visitar algunas librerías, algunas bibliotecas, tener la oportunidad de charlar con bibliotecarios, ver algo de la producción editorial. Espero, haber dejado algún gusanito sobre la lectura en pantalla. Gracias a Germán y Vero por la invitación y toda la logística para hacer posible mi presencia por allá.
Club de lectura infantil en la Biblioteca Nacional de México
Y ya que estamos con eso de bibliotecas académicas abriendo espacios a públicos infantiles, en México conozco el caso de la sala infantil de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México y el trabajo que está haciendo la Biblioteca Central de la UNAM con la literatura infantil con los cuentacuentos que transmitieron a través de Facebook durante pandemia.
Pero, me quiero detener especialmente en la reciente apertura de la Biblioteca Nacional con un círculo de lectura de libros infantiles y juveniles coordinado por mi querida Abril G. Karera. Es muy destacable que una biblioteca que en algún momento parecía abierta sólo a investigadores, decidiera abrir sus puertas a un público más general para realizar círculo de lectura precisamente de libros para niños y jóvenes.
Definitivamente me entusiasmó enterarme y espero que se repitan estas experiencias en la Biblioteca Nacional que, no está de más decirlo, desde hace algunos años viene haciendo una labor más que destacable para abrirse al público en general.
Participación en el Diplomado Virtual en Formación y Acompañamiento de Procesos Lectores: Conversar con Niños y Jóvenes
Este diplomado corre a cargo del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Durante varios meses reune a expertos en distintos temas relacionados con el libro y la mediación lectora para reflexionar precisamente sobre temas que importan a los que se quieran dedicar a esto de la Mediación Lectora. A mi me tocó el turno de hablar sobre Las bibliotecas en México y todo lo que se hace en ellas. Fue una charla en la que me propuse hacer visible el trabajo de bibliotecarias y bibliotecarios a pesar de los pesares de un sistema poco interesado en sus bibliotecas públicas. No sé si logré emocionar, pero yo me emocioné mucho al preparar la charla y también mientras la impartí.
Por cierto, este año comenzó la segunda edición y mi turno tocará nuevamente en abril del 2023, espero puedan acompañarme para seguir intentando poner una biblioteca en la vida de las personas.
Colección especializada en el Rock Mexicano, Biblioteca Pública Mario de la Cueva
No recuerdo en qué momento del año durante algún recorrido a bibliotecas públicas de la Ciudad pasamos por la Biblioteca Mario de la Cueva, en Coyoacán. Aunque no estaba en el itinerario, porque de hecho, en esa ocasión ni siquiera visitábamos bibliotecas de esa alcaldía, no quisimos perder la oportunidad de acercarnos.
Ahí tuve la oportunidad de conocer a Rosario y Vero, las bibliotecarias, y emocionarme con su trabajo, además de conocer el proyecto que tiene Rosario de crear una colección especializada en el rock mexicano. Para ese momento ya contaba con algunos libros sobre el tema firmados por los autores y también había realizado una presentación de libro. Una cosa llevó a la otra y finalmente fue posible que Rafael González “Sr. González”, ex integrante de Botellita de Jerez, conociera el proyecto de Rosario y participara en una charla en homenaje a la obra de Armando Vega Gil en la biblioteca, además de donar algunos libros de su autoría y de Vega Gil para integrar a la colección especializada en el rock mexicano.
Acérquense a esta biblioteca y conozcan la colección.
Talleres extraescolares en bibliotecas públicas
Este año finalmente logramos implementar los talleres extraescolares en bibliotecas de la Ciudad y se han convertido en un termómentro interesante que me confirma que son los usuarios quienes moldean de formas inimaginables a las bibliotecas. Por ejemplo, el taller de “Apoyo a Tareas” diseñado para recibir a niñas y niños de primaria y secundaria, recibió en la Biblioteca Paraje de Zacatepec, en Iztapalapa, a Lupita, una usuaria de la tercera edad que está estudiando en el INEA y que vio en este taller y en la biblioteca la oportunidad para apoyar sus estudios.
Al cierre del taller de “Crianza sensible” que se realizó en la biblioteca Chalma de Guadalupe, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, los participantes escribieron las palabras que los hacen sentir bien, y entre ellas figuró “biblioteca” porque a través de estos talleres, la biblioteca les abrió las puertas a un lugar seguro, reconfortante, de conversación y encuentro.
Otras charlas
La ineludible lectura en pantalla como parte del Conversatorio: “Fomento a la lectura, desde y con la academia” para la Universidad de los Andes y Nuevas tendencias de fomento lector en plataformas digitales en el marco del III Encuentro de Bibliotecas e Industria Editorial organizado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Biblioteca Pública Digital de Chile, Plan Nacional de Lectura de Chile y Biblioteca Digital Escolar de Chile. Ambas con la lectura en pantalla en el centro de la conversación, una desde la mediación y la otra para acercarnos a lo ineludible.
Exposición fotográfica Biblioteca Fray Bartolomé de las Casas y Sala Infantil en la Biblioteca Xavier Villaurrutia en Azcapotzalco
En las bibliotecas de Azcapotzalco están pasando cosas, ya les hablé de la sala infantil-ludoteca “Yali” en la biblioteca pública Itzcóatl, pero no puedo no mencionar la inauguración de la sala infantil en la biblioteca Xavier Villaurrutia a la que tuve la oportunidad de visitar cuando estaban acondicionando la sala y realizando el mural.
Mural en la Sala Infantil de la Biblioteca Xavier Villaurrutia
Por su parte, la Biblioteca Fray Bartolomé de las Casas inauguró una exposición fotográfica donde usuaries y bibliotecaries llevaron fotos del album familiar y de internet para dar cuenta de la historia de la alcaldía. Lo interesante es cuando las bibliotecarias comienzan hablar de sus fotos y su historia personal, que es también parte de la historia de la alcaldía.
Pues aunque se me quedan varias cosas, sirva este post no sólo como recuento de cosas que no podía no compartir, sino también como un calentamiento para volver más seguido por este blog durante 2023.
Las felicitaciones y los buenos deseos vienen con el post del top de lecturas 2022.
De acuerdo con el Glosario ALA de Bibliotecología y Ciencias de la Información (1988), el best seller es:
Libro de mayor venta. 1. Libro popular de publicación reciente de más demanda en las librerías. 2. En sentido más amplio, libro normal cuya venta es uniforme durante varios años.
Desde luego, este diccionario tiene más de treinta años y su definición de best seller queda ya rebasada (y eso es muy claro en la segunda acepción que realmente corresponde al long seller); la idea escencial es que se trata de un libro que vende mucho en librerías. La pregunta no es, sin embargo, qué es un best seller, sino cómo escribir un best seller, es decir, cuál es el secreto del best seller, si es que hay alguno. Algo que, además, parece imposible de lograr en un mercado editorial que publica cada año más de 100,000 nuevos títulos, una competencia aguerrida para lograr ya no la permanencia de un libro en la mesa de las novedades de una librería, sino el descubrimiento y adquisición por parte de los lectores.
Aunque seguramente los escritores lo que buscan es la permanencia en el tiempo de su obra (long seller), lo cierto es que a ninguno de ellos le vienen mal las regalías que puede generar un libro que vende millones de copias. Por ejemplo, la saga de siete libros de Harry Potter ha vendido más de 450 millones de copias en todo el mundo, alcanzando un valor como marca de US$15 millones que ha hecho ganar a J.K Rowling US$1000 millones en ganancias.
Así que seguramente muchos autores se debaten entre el best seller y el long seller, y quizá mientras la balanza económica y de supervivencia se está inclinando por el primero, nos seguimos preguntando, ¿cómo escribir un best seller, hay alguna especie de receta de cocina? Yo no lo sé de cierto, diría Jaime Sabines, pero algunos aseguran que sí hay un proceso para lograr el best seller.
Por ejemplo, hay quienes acuden al big data y la Inteligencia Artificial para analizar datos y encontrar patrones en el best seller. El ejemplo más reciente es el Microscopio de Datos, desarrollado por Albert-László Barabási, profesor científico de datos de la Northeastern University, para estudiar los patrones de lectura de los estadounidenses.
Para este estudio se analizaron los patrones de ventas de los 2.468 títulos de ficción y 2.025 títulos de no ficción de la lista de libros más vendidos del New York Times durante una década. En el caso de los libros de no ficción las que son biografías o memorias, son los más propensos a convertirse en best seller. Por su parte, 800 títulos delos libros de ficción llegaron a ser best seller y, de estos, el 67% corresponde a novela romántica y misterio. También debemos señalar que 85% de los autores de ficción tienen más de un libro en las listas de los más vendidos durante los 10 años señalados, por ejemplo, James Patterson que tiene 51 títulos en esta lista; sin embargo, sólo 14% de los autores de no ficción lograron tener más de un título en la lista de los más vendidos.
La permanencia también es importante pues 37% de los más vendidos logró permanecer más de cuatro semanas en librerías. Sin embargo, tener un best seller difícilmente te llevará a ser una J.K Rowling en ventas, la mayoría de los libros analizados, sólo vendieron entre 10 mil y 100 mil copias durante su primer año y los que se mantuvieron más tiempo en la lista de los más vendidos fueron libros publicados entre febrero y marzo, mientras que los libros que alcanzaron sus picos de venta en diciembre no aseguraron la tan deseada lista.
¿Con los datos anteriores es posible hablar de un secreto del best seller? Sigo sin saberlo de cierto, pero acá algunos parámetros a ser tomados en cuenta:
Para ser un autor superventas debes de escribir ficción y, específicamente, libros de ficción y novela romántica. Esto también me lleva a pensar en lo curioso que es que la ficción sea tan mal vista entre algunos intelectuales, sin embargo, son los libros que más ventas generan.
Lo importante no es llegar, sino mantenerse… o, en su defecto, vender lo más posible durante un periodo corto. Además tener presente que ser un best seller no te garantiza millones de copias vendidas.
El periodo del año en que publicas el libro es importante.
Pero si todo lo anterior no te convence, o no te da sufientes datos sobre cómo escribir un best seller; existen otros estudios que nos señalan las características que comparten la mayoría de los más vendidos. En la infografía, elaborada por Global English Editing y que comparto al final del post, se presentan estas características. Me detengo sólo en algunas:
Los títulos no deben ser complejos y, si vas a publicar en inglés comenzar con The es una buena forma de mandar un libro a la lista de los más vendidos, al menos así lo demuestran títulos como The Da Vinci code, The girl on the train, etc.
Pocos temas a tratar, de preferencia sólo uno. Utiliza frases cortas (algo que en SEO también se pide y que en lo personal me consterna), creo que Twitter nos arruinó la vida en materia de escritura al restringirnos todo a 140 caracteres, ahora 280.
Que tu personaje principal sea un detective o abogado y, el género sí importa, pues en los best sellers hay más protagonistas mujeres. Por cierto, que para los libros de ficción, los que están entre los más vendidos están escritos por mujeres, mientras que la mayoría de los más vendidos en no ficción, están escritos por hombres.
La ficción vende más que la no ficción (sólo 5%), aunque poco a poco van ganando popularidad. La novela romántica sigue siendo la reina para el best seller con ganancias equivalentes a más de 1440 millones entre 1998 y 2004 y el 25% de los títulos entre los más vendidos. En segundo lugar tenemos al thriller. Lo anterior confirma los resultados del Microscopio de Datos para el género más vendido.
Otra característica del best seller que coincide con el Microscopio de Datos es el tiempo en que se publica un libro: sólo necesitas vender 3000 mil copias en febrero para alcanzar las listas de los más vendidos.
Pues ya está, ahí está el secreto sobre cómo escribir un best seller, me cuentan cómo les va.
Vivimos en la era de las redes sociales, en las que es muy fácil tener una opinión por todo, indignarse por todo y hacer una tormenta en un vaso de agua por todo. No es que eso esté mal (al menos lo de la opinión), pero ¿qué pasa cuando creemos que nuestra opinión es la verdad absoluta del planeta y 25 planetas habitables en 300 años luz a la redonda? Pues eso, que es muy fácil indignarse y armar pleito por todo, sin detenerse a escuchar al otro y sacar lo válido y útil.
La indignación más reciente, al menos la que ha tocado a varios amantes de los libros (incluidos bibliotecarios), es patrocinada por Marie Kondo. Kondo es una Youtuber que saltó a la fama y a una serie en Netflix poniendo orden en la vida de la gente. Desde luego, el orden en el método Konmarieimplica ver qué sirve, qué no y deshacerse de esto último.
Podríamos creer que todo va bien, hasta que en el episodio 5 “From Students to Improvements” Kondo tiene la osadía de meterse con los libros. Según ella, en una casa no deberían existir más de 30 libros, sólo aquellos que te hacen feliz merecen descansar en tu biblioteca personal.
Aquí es cuando muchas buenas conciencias se fueron de espaldas y pusieron el grito en el cielo, como si Kondo los estuviera obligando a tirar libros, una ola de críticas en redes sociales que no me hubiera esperado. ¡Y cómo no va a ser, si los libros son sagrados, intocables, inamovibles! Y si los queremos mover y tocar surgen los problemas. Creo sin embargo, que el problema no radica en que los toquemos o los movamos, sino en la forma cómo nos relacionamos con ellos: objeto más que contenido.
Resulta que al libro se le ha dado un valor como objeto, por lo tanto es sagrado, intocable, acumulable, visto como un buen elemento de adorno en los hogares porque nos da cierto estatus, aunque eso no garantiza su lectura. “Leer es bueno”, “leer te hace mejor persona”, “los libros son lo mejor que pudo sucederle a la humanidad”, “una casa sin libros es como un cuerpo sin alma” y más frases y prejuicios que damos por sentados, que poco favor le han hecho a los libros y a la lectura al ponerlos en un pedestal pocas veces alcanzable y deseable para muchos “no lectores”.
De esta manera, todo aquel que se atreva a decir que no pasa nada si los dejamos ir, si dice que no le gusta leer, que los anota, que los dobla, que tal o cual lectura no le gustó, que lee cómics, que lee audiolibros o que hace tiempo no lee; produce resquemor y una ola de críticas, rasgamientos de vestiduras, además de una defensa férrea de la acumulación, el tsundoku y otras idolatrías hacia los libros porque, ¡son libros!
Si no me creen:
Do NOT listen to Marie Kondo or Konmari in relation to books. Fill your apartment & world with them. I don’t give a shite if you throw out your knickers and Tupperware but the woman is very misguided about BOOKS. Every human needs a v extensive library not clean, boring shelves
Es curioso, sin embargo, que todos estos defensores a capa y espada de la acumulación (que no de la lectura) y presuntos lectores, caigan en una lectura bastante lineal y además (al menos por sus comentarios) vean una sugerencia como obligación para todos.
Por ejemplo, esa frase de “libros que te hacen feliz”, es obvio que no habla sólo de libros que te ponen feliz con una sonrisa sosa (o quizá yo esté leyendo muy entrelíneas esa frase); habla también de libros que mueven, conmueven, que significan, que sacuden. Admitámoslo, no todos los libros caen en estas categorías y, si no pasa eso, entonces para qué conservarlos. ¡Ah, ya! Porque se ven muy bien en los estantes de nuestros hogares y es un sacrilegio desecharlos. ¡Qué horror! ¡qué ignorante!
Sin darme cuenta, durante años he hecho lo que Kondo pide en aras de salud mental; así que de forma consistente aunque sin proponérmelo y superando los 30 títulos en casa, he clasificado mis libros (bueno, en realidad tengo más clasificaciones inconscientes, pero para propósitos de este post hablaré sólo de esta clasificación en específico) en:
Libros que amo y de los que no me pienso deshacer jamás (al menos hasta nuevo aviso o quizá nunca): generalmente libros que me han regalado, libros que me gustaron mucho, en menor medida libros firmados por el autor (que tampoco soy muy dada a las firmas, salvo en casos muy especiales) y libros útiles para mi profesión. Libros a los que vuelvo cada cierto tiempo para relectura o por cuestiones de trabajo.
También están los libros que me gustaron pero que ya cumplieron su ciclo conmigo y es mejor compartir. Esos libros a los que estoy convencida que ya no voy a volver, esos los dono a bibliotecas, porque en ningún lugar van a ser mejor utilizados y reutilizados que ahí.
Libros que no me gustaron y que no tienen nada que hacer conmigo: esos también los dono, aunque eso no implique que lo regale a quien sea. No se trata de pasarle mi desagrado lector a alguien más, sino de buscar el lector para ese libro. Estos libros también se van a bibliotecas.
Lo anterior sin contar con que en los últimos años procuro no adquirir libros físicos, mis lecturas son gracias a préstamos bibliotecarios, préstamos de amigos y, sí, en gran medida, adquisiciones digitales.
En resumen, todo lo anterior y mi forma personalísima de mantener mi biblioteca no es una defensa a Marie Kondo, ni su máximo de 30 libros en la biblioteca personal. A lo mucho, esto es un reflexión en torno a los libros y la lectura, a pensar cómo nos relacionamos con estos objetos y una invitación a desacralizarlos y leerlos; porque llenar la vida con libros, no garantiza leerlos o entenderlos.
Porque está bien tener etapas sin libros, etapas de lecturas ávidas, estantes llenos de libros o estantes vacíos de libros y llenos de muñecos, está bien prestar libros o ser egoísta con ellos, buscar que te los firmen, anotarlos, subrrayarlos o leerlos con guantes, leer audiolibros o sólo libros físicos. Todo esto está bien si así funciona tu vida lectora, y no porque alguien más te dijo cómo debe ser y que se ve bien tener libros acumulados, aunque no los leas.
Aunque ya lo he dejado ver en otras entradas de este blog, hace tiempo tenía ganas de escribir un post sobre los prejuicios sobre la lectura y el libro, y es que se habla tanto y estamos tan empecinados sobre el deber ser que pocas veces nos detenemos a analizar que los lectores están ahí, leyendo, a pesar de nuestros prejuicios; eso, en el mejor de los casos porque en el peor, los lectores están ahí, tratando de encontrar ese libro que se ajuste y se salga de todos los prejuicios sobre la lectura que les hemos vendido.
Se habla de libros que no son libros, de lecturas que no son lecturas, de formatos que no son libros, de géneros que no son lectura que vamos dejando al lector muy poco margen de disfrute. Pensemos, por ejemplo, en los audiolibros, el libro electrónico, la Literatura Infantil y Juvenil, el cómic, la ciencia ficción y nos comenzaremos a dar cuenta de los prejuicios que se tienen en torno a este vasto mundo del libro y la lectura.
Así que aprovechando que últimamente he podido documentar algunos de los “deber ser” de los libros y la lectura, se los comparto acá.
Prejuicios sobre la lectura y el libro
Algunos géneros y temáticas son lectura, otros no
Por favor, no se detengan en el personaje a quien se hace referencia en esta imagen, sino en la crítica muy sutil hacia los libros de religión y espiritualidad, el “aunque” no es gratuito en el texto, pesa mucho. No sé si estoy leyendo entre líneas más de la cuenta, pero esta crítica pareciera una especie de “sólo determinado tipo de personas puede leer eso” o “sí lees esto, ahora entiendo por qué es así”.
Este formato y esta forma de leer ni es libro, ni es lectura
Se piensa que libro sólo es el impreso, se piensa que la lectura sólo es de novelas. ¿Qué pasa cuando alguien lee en pantalla o lee un audiolibro? Entonces hay quien asegura que ese ocioso que osa desperdiciar su tiempo a través de las pantallas no está leyendo. O, como se ve en la imagen, se tipifica al lector, porque nos han vendido una idea romántica del lector y del valor didáctico que debe dejarnos todo libro.
Aquí hay prejuicios no sólo respecto al formato, sino respecto al ocio como algo necesariamente malo porque, infortunadamente, vivimos en una época en la que se ve muy bien vivir ocupados todo el tiempo, mientras que los momentos de introspección y de descanso son malos. Ya lo he dicho en otras ocasiones, esos momentos necesitamos recuperarlos.
Volviendo, al tema de los libros y el formato, asegurar que el audiolibro no es libro es tan absurdo como decirle a un ciego que la lectura de libros en braille no es lectura porque no están pasando sus ojos por las letras.
Menospreciar la LIJ y la Ciencia Ficción
Si me dieran un peso, no, mejor un dolar por cada vez que he escuchado “Disfruté mucho el libro a pesar de ser para niños”, ya tendría resuelto el próximo lustro. Pensar que los libros para niños y jóvenes no pueden ser disfrutables o tratar cualquier tema, es no sólo menospreciar a esos libros, sino también a sus destinatarios principales (que no únicos, ni exclusivos), además de creer que estos no merecen historias disfrutables, impactantes, inteligentes, profundas, divertidas, etc. Como bien dicen los de Goodreads “Be proud of what you read”.
El valor didáctico de la lectura
Especialmente de la LIJ. Un prejuicio muy ligado al menosprecio del que les hablaba en el punto anterior y los grandes culpables de que tengamos en librerías libros insulsos, maniqueos y condescendientes que pretenden “dejar un mensaje” y lo único que logran es enseñar a los destinatarios que los libros son muy aburridos y que más vale pasarlos de largo.
Me creí el “deber ser” de los libros y la lectura que no me permito disfrutar lo que se sale de ese canon
Quiero cerrar el post con este ejemplo, quizá el más decepcionante de lo bien que muchos han hecho para vender prejuicios sobre la lectura: “este libro me gusta, pero no me puedo permitir ese disfrute porque no es literatura”, “no es buena literatura”. Hace algunas semanas, en el cierre del círculo de lectura de Literatura Infantil y Juvenil que mi querida Abril G. Karera dirigió en la Biblioteca Vasconcelos se mencionaba algo similar, lectoras y lectores que durante mucho tiempo se han privado de los libros para niños en el entendido de que estos no son libros. ¿Cuántos lectores habrá que se estén privando de ciertos géneros, autores y/o formatos sólo porque piensan que eso no es lectura?
Y podría contarles más, pero me quedo con eso, ¿conocen otros prejuicios sobre la lectura? ¿han caído en estos prejuicios o en otros? ¿no se han permitido disfrutar una lectura pensando cualquiera de las cosas que les cuento en este post?