El pasado 23 de abril, en el marco de los festejos del Día Internacional del Libro y el Derecho de Autor, se presentó el Módulo sobre lectura, Molec 2024. Una encuesta sobre lectura que el INEGI realiza desde el 2015 para generar datos estadísticos sobre la práctica lectora que realizan los mayores de 18 años en un país donde, se asegura, no hay lectores.
Como en años anteriores se consideraron como materiales de lectura los siguientes:
- Libros
- Revistas
- Periódicos
- Historietas
- Páginas de internet, foros o blogs
Sorprende, y no en un sentido positivo, que una vez más dejen de lado al audiolibro. A pesar de que año con año de manera contundente y sin aparente vuelta a atrás este formato va ganando terreno entre lectores e, incluso entre quienes no se consideran lectores.
La ausencia de este formato me hace reflexionar que siguen quedando fuera muchas prácticas lectoras, por ejemplo, en estos días que he estado leyendo The Sandmand de Neil Gaiman en audiolibro, quedaría fuera de los resultados porque, a pesar de provenir de un cómic, no se incluiría al estarlo leyendo en audiolibro.
Molec 2024, algunos resultados
Como siempre que reviso este tipo de estudios me deja más preguntas que las supuestas respuestas y, desde luego, quiero saber más sobre los cómos, los por qués, los qué pasaría sí Así que, antes de saltar a las conclusiones, veamos algunos de los resultados más interesantes mientras, sobre la marcha, los voy comentando:
Entre el 2015 (año en que comenzó a realizarse esta encuesta) y el 2024 ha disminuido 14.6% la población lectora. Sin embargo, puede verse un ligero crecimiento de 1% entre el 2023 y el 2024. También resalta que sea precisamente el grupo de los más jóvenes (18 a 24 años) quienes presentaron una menor brecha de disminución del porcentaje lector (6.5%). Una hipótesis que me atrevo a plantear es que se trata de un grupo etario que se encuentra estudiando en los niveles medio superior y superior, razón por la cual están leyendo activamente.
En relación con los formatos, no es de extrañar que el libro sea el formato más utilizado para leer con el 41.8%, mientras que las historietas son el formato menos utilizado (4.6%). Esto me lleva a preguntarme si la forma como se nombra influye en los resultados, por ejemplo, ¿cambiaría este porcentaje si en lugar de utilizar historieta, se utilizara cómic o, incluso cómic, historieta, novela gráfica, manga, etcétera? ¿los lectores de estos formatos se sentirían aludidos como lectores?
Aunque entre los objetivos específicos del Molec 2024 se menciona el “Identificar particularidades de la lectura tales como: preferencia de soporte (impreso o digital)”, lo cierto es que poco se distingue en estos resultados sobre libros impresos o digitales. Esto nos priva de indagar más sobre la lectura digital que no, desde luego, no está cubierta con el formato internet, foros o blogs.
Por cierto, al igual que en años anteriores las páginas de internet, foros o blogs, ocupan el segundo lugar de formato de lectura con el 39.4% (en el Molec 2023, este formato ocupó el 37.7%). Esto, desde luego, resulta muy interesante; sin embargo, el ser más específicos nos ayudaría a tener un mejor perfil lector en este rubro. Por ejemplo, ¿qué foros o páginas de internet se utilizan? ¿se trata de foros destinados a la lectura, como podría ser Goodreads o bien plataformas como Wattpad, por sólo mencionar un par de ejemplos? ¿hay distinción entre foro y red social?
Al igual que en el Molec 2023, llama nuevamente mi atención el que se tome en cuenta la velocidad de lectura en esta encuesta, y es que no se puede considerar bueno o malo que alguien lea más o menos rápido. También debe considerarse que hay lecturas que imponen mayor detenimiento, y eso no está mal, ni bien. ¿Qué nos dice realmente que un lector considere que su lectura es rápida, regular, medianamente rápida o lenta? ¿hablamos de alfabetización o práctica lectora? ¿qué criterios toma en cuenta el lector para determinar que lee más o menos rápido?
El papel de las bibliotecas y las librerías
En relación a los establecimientos destinados para adquirir los materiales de lectura se encuentran en primer lugar las tiendas departamentales, seguido por las librerías, puestos de libros o revistas usados y, en último lugar, sí, una vez más, la biblioteca. Algo seguimos sin hacer para visibilizar este espacio, ¿acervos obsoletos? ¿mala calidad en la atención? ¿desconocimiento de la existencia de bibliotecas cercanas? ¿una mezcla de todas?
Pero no desdeñemos el papel de la biblioteca porque sí que juega un papel, si no predominante, al menos importante en la formación de lectores. Por ejemplo, el 39.1% de los encuestados que son lectores fue porque sus padres los llevaban a las bibliotecas o librerías; a su vez, el 65.3% de lectores fue motivado por sus maestros a asistir a la biblioteca.
Salta también que aunque la librería goza de un buen segundo lugar, son las tiendas departamentales las que están ganando terreno. ¿El ofrecer de todo, incluidos los libros, ayuda? Recordemos también que estos espacios ofrecen principalmente best sellers y novedades editoriales, no la especialización que te podría ofrecer una librería, o el espacio que ofrece una biblioteca.
Conclusiones sobre el Molec 2024
Como ya lo mencioné anteriormente, este tipo de estudios dejan más interrogantes que respuestas y eso no es necesariamente negativo, pues nos invitan a analizar con lupa los resultados y matizarlos, nos invitan también a tratar de encontrarles sentido en un mundo tan complejo como los lectores mismos y sus prácticas lectoras. Sin embargo, hay grandes ausentes que no nos permiten perfilar más detenidamente a estos lectores:
- Falta indagar sobre el papel del audiolibro y plataformas de podcast.
- Falta indagar sobre la lectura en digital y esto no sólo se limita a si se lee o no en este formato, sino saber sobre plataformas, dispositivos de lectura, etc.
- Falta, como bien apuntó Ale Quiroz, la inclusión de los lectores más jóvenes, ¿por que no se toman en cuenta? ¿cómo cambiarían los resultados?
Y es que, para determinar si se lee menos o más, o simplemente si se lee en México, no basta con preguntar si se leyeron los formatos incluidos en el Molec 2024.
Sin duda, el Molec se ha convertido en una pauta para conocer lo que está pasando en materia de lectura y lectores. De igual manera entiendo que quizá resultaría muy complicado levantar una encuesta anual que cubra todas estas prácticas lectoras o interrogantes, pero no puedo evitar quedarme con esa sensación de que sigue siendo incompleta y no nos permite ver el panorama completo de este país de “no lectores”.