El ecosistema del libro en el Estado de México: Hacia un observatorio de la lectura, financiado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (CONAHCYT), es un proyecto de investigación que busca establecer, fortalecer y crear espacios para el diálogo entre los distintos actores del sector del libro en el Estado de México: editores, libreres, mediadores, bibliotecaries, escritores, lectores y todo aquel interesado en el mundo del libro.
Como parte de sus actividades ha llevado a cabo el Seminario Académico, una serie de charlas y conferencias donde se abordan distintos temas relacionados con el mundo del libro y que actualmente se encuentra en su tercer año; también se han realizado distintos tallares, el documental En busca del lector (2024), el podcast Saberes del libro; además proporciona información sobre las bibliotecas, librerías , edioriales, salas de lectura, escritores y políticas públicas en materia del libro en el Estado de México.
La colección bibliográfica El ecosistema del libro en el Estado de México forma parte también este proyecto. Se trata de diez cuadernillos derivados de los talleres que se han impartido a lo largo de estos tres años. El cuadernillo 5Mediar la lectura en bibliotecas: pasos básicos para un taller se deriva del taller Recursos de mediación lectora en la biblioteca que impartí durante el Encuentro Estatal de Bibliotecarios, en el marco de la Feria Internacional del Libro del Estado de México, FILEM 2023.
Los otros títulos de esta colección son:
1. Escribir como acto vivo de Alejandra Eme Vázquez
2. Autoeditar en lenguas indígenas de Isela Xospa Cruz
3. Diseñar proyectos culturales en redes sociales de Mayra P. Dávila
4. Leer en voz alta de Violeta Hernández B.
6. Promover la lectura desde la historia de Roberto Urra Sandoval
7. Reconocer lectores de Danays del Carmen Castelo Agüero
8. Cartografiar el ecosistema del libro y la lectura de Roberto Urra Sandoval
9. Mapear modelos de organización cultural de Mishelle Muñoz González
10. Investigar el ecosistema del libro en el Estado de México de Sebastián Rivera Mir
Sin duda, un proyecto interesante y necesario para conocer que ocurre en el sector del libro en un estado del país tan grande y que, al compartir tanto con la capital del país, a veces se desdibuja y pareciera que nada ocurre cuando en la realidad es un Estado muy vasto en trabajo editorial, tal como lo vemos en El ecosistema del libro: Hacia un observatorio de la lectura.
Pueden acceder también a la versión digital de estos cuadernillos a través de la página del proyecto.
El primer trimestre del año siempre resulta particularmente interesante en materia del libro pues es común que se publiquen informes sobre distintos aspectos de este amplio universo: plataformas de préstamo de libros digitales, venta de libros, encuestas de lectura, etc.
Siempre me ha interesado seguir de cerca todos estos informes, encuestas y estudios porque nos dan además del panorama que nos ofrecen, también nos dejan claro que en el tema de la lectura y el libro ocurren muchas cosas y resulta arriesgado decir que “ya no hay lectores”.
Por un lado crecen ventas, aumentan los préstamos en plataformas de préstamo digital en bibliotecas, mientras que por otro, baja el porcentaje de lectores. ¿Por qué estos datos parecen ser siempre tan dispares, si forman parte de un mismo universo?
Comprar un libro, no es lo mismo que leerlo, o es lo que me vengo diciendo desde hace tiempo, pero qué ocurre realmente.
Sobre la lectura en España
Por ejemplo, recientemente se publicó el Informe Estadístico de eBiblio 2024, un servicio de préstamo digital en bibliotecas españolas donde vemos que durante el 2024 se incrementó a 58,552 la oferta de títulos (incluidos libros digitales, audiolibros, periódicos y revistas); también hubo un aumento del 17.79% de usuarios únicos, es decir, 209,045 frente a los 201,120 del año anterior. De estos 209,045 usuarios, 201,120 son adultos y 7,925 son niñas, niños y jóvenes. Todo esto repercute en los 4,113,814 préstamos realizados, 14.84% más que durante 2023.
Por otro lado, también se presentó recientemente el informe El mercado del libro en España 2024 donde, según palabras de Ignacio López Olaondo, Head of Market Intelligence en Nielsen IQ, el mercado editorial cada vez va mejor a nivel de números macro, alcanzando un régistro histórico de 77 millones de ejemplares vendidos y una facturación superior a los 1,200 millones de euros, es decir, un porcentaje de crecimiento de 9.8% respecto de 2023.
Curiosamente, en este informe la venta de libros infantiles y juveniles se incrementó un 12% y fue superada sólo por los libros de ficción con un porcentaje del 14%. En este mismo orden de ideas, los principales momentos de la venta de libros son navidad, reyes, Feria del Libro de Madrid, inicio de vacaciones de verano, Sain Jordi y el regreso a clases. De estos momentos, al menos tres están muy relacionados con la población infantil y juvenil.
Pero mientras tenemos estos dos informes que registran crecimiento de ventas y de préstamo digital de libros en España; el artículo Cómo fomentar la lectura de textos complejos en tiempos de TikTokseñala con preocupación que, de acuerdo con un estudio realizado en 2024 a estudiantes españoles, entre mayor tiempo dedican a realizar tareas escolares en casa a través de una pantalla, peor es su compresión lectora, sumado al scroll infinito en plataformas como Instagram o TikTok.
El artículo cierra con la propuesta de un eslogan “Más libros y menos TikTok” en favor de la lectura, a mi gusto, bastante hueco y nada novedoso, ¿se acuerdan del famoso “Más book y menos face” que hace unos años se compartía en distintas redes sociales y definitivamente no acercó a los lectores?
Por cierto, así como en algún momento estuvo muy en boga BookTube (uso de YouTube para promover libros y lectura), y más tarde Bookstagram (uso de Instagram); actualmente BookTok (uso de TikTok) se abandera como el movimiento para promover la lectura, captando la atención de editoriales e influencers de los libros, aunque no sé si necesariamente haya un acercamiento a la lectura gracias a esta plataforma. Hay quienes aseguran que sí, pero en definitiva hace falta seguir indagando sobre el tema como ya lo hicieron Gemma Lluch y Aránzazu Sanz-Tejeda en el artículo Contenidos, formas, usos e impactos de los bookstagrammers y booktokers: una revisión, del que ya también hablé en su momento.
Quizá estas plataformas sólo promuevan las ventas y, como ya lo he dicho en otros artículos, ventas no necesariamente se reflejan en lectura. Pero volveríamos a la misma cuestión, por qué son tan dispares estos estudios e informes.
El caso de Reino Unido
Hace unos días comentaba sobre el informe International Book Market 2024. Me detuve un poco en el caso de Reino Unido donde se reportó la disminución del -1.6% en las ventas de libros. En este caso, un artículo publicado en TheBookSeller le estaría dando la razón, pues dos de cada cinco británicos no leyó nada durante el 2024.
Quizá, como lo he comentado en otras ocasiones, lo que debemos hacer es ampliar el concepto de lectura y poner atención en otros formatos donde la gente está leyendo, por ejemplo, el audiolibro.
The National Literacy Trust presentó el Children and Young People’s Listening in 2023 un estudio que indaga sobre lo que 71,351 niñas, niños y jóvenes de 5 a 18 años están escuchando en Reino Unido. Los resultados demuestran que este segmento de la población sigue disfrutando escuchar historias ya sea de una forma más tradicional, es decir, que les lean los padres (59,7%), los profesores o los bibliotecarios (53,4%); o bien, a través de vídeo (69.9%), audiolibros o podcasts (50,9%). Además rescato lo siguiente:
52% de los encuestados que disfrutan escuchando audio, también disfrutan leer en su tiempo libre
40% de los que disfrutan escuchar, también escriben en su tiempo libre.
Escuchar historias puede beneficiar y aumentar el interés por la lectura. De hecho, 30.6% de los encuestados dijo que escuchar historias les ayudó a interesarse en la lectura.
Estados Unidos
¿Y entonces qué pasa, les gusta que les lean o que les cuenten historias, pero ya no están leyendo? ¿estamos hablado de percepción o de descenso real de la lectura?
De acuerdo con Adam Kotsko, profesor asistente en North Central College de Illinois, asegura que en los 15 años que lleva de impartir clases ha visto el declive de la capacidad lectora de las y los jóvenes. Los últimos cinco años esta percepción se ha hecho más evidente. Si antes asignaba unas 30 páginas de lectura, ahora ve que los estudiantes simplemente no pueden enfrentarse a cualquier lectura de más de 10 páginas, las abandonan y no comprenden el texto.
Kotsko nos recuerda que Estados Unidos desde hace varios años vive la censura de distintos títulos en bibliotecas y considera que esto ha cobrado una cuota importante en la capacidad lectora; sin embargo, cnosidera que la pandemia de Covid-19 y el cierre de escuelas dejó secuelas no sólo en la salud de muchos estadounidenses, sino también en la capacidad lectora.
Resulta curioso, sin embargo, que de acuerdo con el informe de préstamos digitales en bibliotecas de Overdrive para 2024, la Biblioteca Digital de Illinois registró 4 millones de préstamos de libros, audiolibros, revistas y otros materiales digitales durante 2024. Desde luego, habrá quien me diga que Adam Kotsko se refiere al declive de la práctica lectora de estudiantes universitarios y el informe de Overdrive se refiere a una biblioteca pública, pero no dejo de pensar que algo no está cuadrando.
¿Qué pasa con México?
De acuerdo con el Módulo de Lectura MOLEC 2024 la población lectora disminuyó un 14.6% entre 2015 y 2024; son precisamente los lectores más jóvenes quienes menos están leyendo. A pesar de este declive, puede verse un ligerísimo repunte de 1.1% en el 2023. Será interesante ver los resultados del MOLEC 2025.
Infortunadamente, como lo menciona Gonzalo Oyarzún en su blog Biblioteca Imaginada, los planes y programas lectores en México parecen ser inexistentes. En la administración pasada se habló de un borrador de Programa Nacional de Lectura que quedó en eso, borrador. Lo anterior, de la mano con la pandemia, el cierre de escuelas, parece ser uno de los motivos de este declive en los lectores.
Falta indagar sobre el papel del audiolibro y plataformas de podcast.
Falta indagar sobre la lectura en digital y esto no sólo se limita a si se lee o no en este formato, sino saber sobre plataformas, dispositivos de lectura, etc.
Falta, como bien apuntó Ale Quiroz, la inclusión de los lectores más jóvenes, ¿por que no se toman en cuenta? ¿cómo cambiarían los resultados?
No olvidemos tampoco que de acuerdo con el ya citado International Book Market 2024, México registró un crecimiento de ventas de libros del 12.6% en general y 20.7% en los libros de ficción. Además, según un artículo publicado en El Universal durante el periodo 2018-2024 aumentó la piratería de libros casi un 10%.
Tristemente no hay mayores pistas sobre la lectura en México, por ejemplo, la Dirección General de Bibliotecas no hacé públicos los datos de préstamos, libros más leídos, tipos de usuarios, a pesar de que recoge esta información mensualmente de cada red estatal de bibliotecas públicas.
Conclusiones sobre la lectura y cómo aprender a empatar los datos
Como pueden ver, tengo más dudas que certezas sobre la lectura. Quizá, como se dice popularmente, estoy confundiendo la gimnasia con la magnesia y analizar unos estudios con la perspectiva de otros no me esté ayudando mucho.
¿Estamos viendo un declive en la comprensión lectora? Quizá. ¿Se siguen vendiendo libros? Sin duda. ¿La gente ya no lee? No estoy tan segura, pero me inclino a pensar que sí hay lectores, sólo que no los estamos analizando correctamente. ¿Seguimos asumiendo sólo un tipo de lectura y un formato? Totalmente. ¿Abrir el concepto de lectura ayudará a encontrar más lectores? Probablemente. ¿Ayudará a la comprensión e interés lector? No lo sé.
Hoy es el Día Internacional de las Bibliotecas y no quiero dejar pasar la celebración; así que les comparto este ejercicio que desde hace tiempo quería traer al blog: recomendaciones de los propios usuarios en Google Maps para aquellas bibliotecas a las que les tengo un cariño muy especial y que conozco de cerca, por cierto, también vienen con fotos mías.
Este post es, además de una celebración, una invitación a conocer y ser usuario de esos espacios, y si no es mucho pedir, a dejar un comentario de la experiencia en el lugar, esto ayuda mucho a usuarios potenciales. Quizá en algún otro momento también les comparta el ejercicio con malos comentarios, que también se vale y es necesario. Pero por hoy, celebremos.
Biblioteca Pública Jesús H. Abitia
Eje Central Lázaro Cárdenas s/n Esq. Calz. de la Ronda, Alcaldía Cuauhtémoc. C.P. 06250
Biblioteca Pública Juventino Rosas
C. Apango num. 20, Alcaldía Gustavo A. Madero, C.P. 07150
Biblioteca Pública Chalma de Guadalupe
Aguascalientes 52, (entre Estado de México y Oaxaca), Alcaldía Gustavo A. Madero, C.P. 07210
Biblioteca Pública Central de Tlalpan
Calle Allende no. 418 Entre Benito Juárez y Madero Centro Histórico de Tlalpan, C.P. 14000
Biblioteca Central de Alcaldía Vicente Guerrero
Naranjales s/n, entre Calz. de las Bombas y Rancho Vista Hermosa, Alcaldía Coyoacán, C.P. 04929
Biblioteca Pública Mario de la Cueva
Calz. de la Virgen No. 72, Alcaldía Coyoacán, C.P. 04460
Av. Guadalupe I. Ramírez No. 4 (Centro de Xochimilco), C.P. 16090
Ahora sí, ya para finalizar y como siempre que tengo la oportunidad de recomendarlo y más el Día Internacional de las Bibliotecas: ¡ponga una biblioteca en su vida!
El pasado 23 de abril, en el marco de los festejos del Día Internacional del Libro y el Derecho de Autor, se presentó el Módulo sobre lectura, Molec 2024. Una encuesta sobre lectura que el INEGI realiza desde el 2015 para generar datos estadísticos sobre la práctica lectora que realizan los mayores de 18 años en un país donde, se asegura, no hay lectores.
Como en años anteriores se consideraron como materiales de lectura los siguientes:
Libros
Revistas
Periódicos
Historietas
Páginas de internet, foros o blogs
Sorprende, y no en un sentido positivo, que una vez más dejen de lado al audiolibro. A pesar de que año con año de manera contundente y sin aparente vuelta a atrás este formato va ganando terreno entre lectores e, incluso entre quienes no se consideran lectores.
La ausencia de este formato me hace reflexionar que siguen quedando fuera muchas prácticas lectoras, por ejemplo, en estos días que he estado leyendo The Sandmandde Neil Gaiman en audiolibro, quedaría fuera de los resultados porque, a pesar de provenir de un cómic, no se incluiría al estarlo leyendo en audiolibro.
Molec 2024, algunos resultados
Como siempre que reviso este tipo de estudios me deja más preguntas que las supuestas respuestas y, desde luego, quiero saber más sobre los cómos, los por qués, los qué pasaría sí Así que, antes de saltar a las conclusiones, veamos algunos de los resultados más interesantes mientras, sobre la marcha, los voy comentando:
Entre el 2015 (año en que comenzó a realizarse esta encuesta) y el 2024 ha disminuido 14.6% la población lectora. Sin embargo, puede verse un ligero crecimiento de 1% entre el 2023 y el 2024. También resalta que sea precisamente el grupo de los más jóvenes (18 a 24 años) quienes presentaron una menor brecha de disminución del porcentaje lector (6.5%). Una hipótesis que me atrevo a plantear es que se trata de un grupo etario que se encuentra estudiando en los niveles medio superior y superior, razón por la cual están leyendo activamente.
En relación con los formatos, no es de extrañar que el libro sea el formato más utilizado para leer con el 41.8%, mientras que las historietas son el formato menos utilizado (4.6%). Esto me lleva a preguntarme si la forma como se nombra influye en los resultados, por ejemplo, ¿cambiaría este porcentaje si en lugar de utilizar historieta, se utilizara cómic o, incluso cómic, historieta, novela gráfica, manga,etcétera? ¿los lectores de estos formatos se sentirían aludidos como lectores?
Aunque entre los objetivos específicos del Molec 2024 se menciona el “Identificar particularidades de la lectura tales como: preferencia de soporte (impreso o digital)”, lo cierto es que poco se distingue en estos resultados sobre libros impresos o digitales. Esto nos priva de indagar más sobre la lectura digital que no, desde luego, no está cubierta con el formato internet, foros o blogs.
Por cierto, al igual que en años anteriores las páginas de internet, foros o blogs, ocupan el segundo lugar de formato de lectura con el 39.4% (en el Molec 2023, este formato ocupó el 37.7%). Esto, desde luego, resulta muy interesante; sin embargo, el ser más específicos nos ayudaría a tener un mejor perfil lector en este rubro. Por ejemplo, ¿qué foros o páginas de internet se utilizan? ¿se trata de foros destinados a la lectura, como podría ser Goodreads o bien plataformas como Wattpad, por sólo mencionar un par de ejemplos? ¿hay distinción entre foro y red social?
Al igual que en el Molec 2023, llama nuevamente mi atención el que se tome en cuenta la velocidad de lectura en esta encuesta, y es que no se puede considerar bueno o malo que alguien lea más o menos rápido. También debe considerarse que hay lecturas que imponen mayor detenimiento, y eso no está mal, ni bien. ¿Qué nos dice realmente que un lector considere que su lectura es rápida, regular, medianamente rápida o lenta? ¿hablamos de alfabetización o práctica lectora? ¿qué criterios toma en cuenta el lector para determinar que lee más o menos rápido?
El papel de las bibliotecas y las librerías
En relación a los establecimientos destinados para adquirir los materiales de lectura se encuentran en primer lugar las tiendas departamentales, seguido por las librerías, puestos de libros o revistas usados y, en último lugar, sí, una vez más, la biblioteca. Algo seguimos sin hacer para visibilizar este espacio, ¿acervos obsoletos? ¿mala calidad en la atención? ¿desconocimiento de la existencia de bibliotecas cercanas? ¿una mezcla de todas?
Pero no desdeñemos el papel de la biblioteca porque sí que juega un papel, si no predominante, al menos importante en la formación de lectores. Por ejemplo, el 39.1% de los encuestados que son lectores fue porque sus padres los llevaban a las bibliotecas o librerías; a su vez, el 65.3% de lectores fue motivado por sus maestros a asistir a la biblioteca.
Salta también que aunque la librería goza de un buen segundo lugar, son las tiendas departamentales las que están ganando terreno. ¿El ofrecer de todo, incluidos los libros, ayuda? Recordemos también que estos espacios ofrecen principalmente best sellers y novedades editoriales, no la especialización que te podría ofrecer una librería, o el espacio que ofrece una biblioteca.
Conclusiones sobre el Molec 2024
Como ya lo mencioné anteriormente, este tipo de estudios dejan más interrogantes que respuestas y eso no es necesariamente negativo, pues nos invitan a analizar con lupa los resultados y matizarlos, nos invitan también a tratar de encontrarles sentido en un mundo tan complejo como los lectores mismos y sus prácticas lectoras. Sin embargo, hay grandes ausentes que no nos permiten perfilar más detenidamente a estos lectores:
Falta indagar sobre el papel del audiolibro y plataformas de podcast.
Falta indagar sobre la lectura en digital y esto no sólo se limita a si se lee o no en este formato, sino saber sobre plataformas, dispositivos de lectura, etc.
Falta, como bien apuntó Ale Quiroz, la inclusión de los lectores más jóvenes, ¿por que no se toman en cuenta? ¿cómo cambiarían los resultados?
Y es que, para determinar si se lee menos o más, o simplemente si se lee en México, no basta con preguntar si se leyeron los formatos incluidos en el Molec 2024.
Sin duda, el Molec se ha convertido en una pauta para conocer lo que está pasando en materia de lectura y lectores. De igual manera entiendo que quizá resultaría muy complicado levantar una encuesta anual que cubra todas estas prácticas lectoras o interrogantes, pero no puedo evitar quedarme con esa sensación de que sigue siendo incompleta y no nos permite ver el panorama completo de este país de “no lectores”.
Gracias a Cutzi Quezada, investigadora en Literatura Infantil y Juvenil y compañera de batalla en el Comité Lector de IBBY México, llego a May children decide: child and teen juries in literary prizes, un interesante informe sobre los premios a la literatura infantil y juvenil a nivel mundial en los que participan como jurado niñas, niños y adolescentes.
Esta investigación fue realizada en el marco del programa CHILDCULTURES. Challenging Anthropocentrism, Adultism and Other Exclusions with Children’s Literature and Culture y en ella participaron la Universidad de Glasgow, en Escocia, en colaboración con IBBY Internacional y con la sección IBBYCat.
Este primer documento es pues el resultado de una encuesta que tuvo el propósito de mapear los premios de Literatura Infantil y Juvenil en el que intervienen niñas, niños y adolescentes como jurado, además de conocer sus características, por ejemplo, país e institución responsable, año en que se integró el jurado, en que consiste el premio, hay algún tipo de remuneración para el jurado infantil y adolescente que participa, edades del jurado, etc.
Además de los resultados y lo que nos dejan ver, se ponen sobre la mesa varias interrogantes y reflexiones para quienes evaluamos libros de literatura infantil y juvenil y conformamos acervos para bibliotecas infantiles, escolares o públicas. Precisamente ahora que estoy redactando un texto sobre el tema, me resuena mucho “¿Los niños pueden ser expertos en literatura infantil?” (“Could children be experts in children’s literature?”), claro que sí, finalmente a ellos están destinados estos libros. Pero, ¿eso nos quita responsabilidad? Por supuesto que no.
Desde luego, me vienen tantas otras interrogantes que irremediablemente surgen desde que he participado como jurado o como miembro de un comité seleccionador, y para las que no siempre tengo una respuesta definitiva, aunque a veces sí, pero sobre las que considero pertinente volver cada cierto tiempo y no dar las cosas por sentado.
Jurado infantil y juvenil en premios literarios: México
Fue a partir de la edición de 2016 que se decidió integrar los comentarios de niños lectores a las fichas de los libros que aparecen en la Guía y así se enunció en la presentación de dicha edición:
Por primera vez, desde que se publicó la primera guía de libros recomendados, el comité de lectura de IBBY México / A leer, después de seleccionar estos libros entre las novedades aparecidas en los últimos 18 meses, propuso a un grupo de niños mirarlos y comentarlos. Esta maravillosa iniciativa permitió a los seleccionadores repensar algunas clasificaciones, mover libros de un lado a otro de la guía, confirmar sus criterios y poner en duda otros. Ojalá muchas guías sigan este ejemplo y sienten a los niños en sus comités para integrar puntos de vista diferentes, para ampliar las miradas y formar lectores críticos.
Como deja ver la presentación de la Guía, el Comité Lector está conformado por niñas, niños y adolescentes que participan activamente en actividades de la Biblioteca de IBBY México. IBBY México les proporciona los libros para revisión, mismos que deben ser devueltos para integrarse a la Biblioteca una vez que han sido evaluados. No reciben remuneración económica, pero aparecen sus comentarios en la Guía.
En las ediciones de 2017 a 2021 también puede leerse:
El Comité Lector considera como uno de sus principales criterios de selección la opinión de niños, niñas y jóvenes consultados en diversas actividades.
Es a partir de la edición del 2017 que ya aparece el nombre (sin apellido) y la edad del niño, niña o joven que revisó el libro.
Listo, les dejo por acá el link al documento y al dataset. Y sigamos reflexionando sobre nuestro papel como críticos, revisores de libros para niñas y niños.
Si tienes un jardín y una biblioteca, tienes todo lo que necesitas
Dicen que decía Cicerón, y claro, yo no lo voy a poner en duda.
Si me preguntan, en lo personal prefiero un aviario y una biblioteca. Aunque, si lo reflexiono un poco más, el aviario tiene también mucho de jardín, pues no se puede concebir un jardín sin aves; así que lo de Cicerón lo cambiaría por “biblioteca-aviario-jardín”.
De hecho, uno de mis sueños guajiros es estar a cargo de una biblioteca especializada en aves abierta a investigadores y público en general, con su aviario incluido y, desde luego, con un área infantil muy robusta sobre el tema. No sé si eso exista en alguna parte de este mundo, si sí, sáquenme de esta oscuridad; si no, ya saben a quién llamar para organizarles un acervo muy chulo y organizar servicios bibliotecarios a propósito de las aves.
Pero, volviendo al tema de las bibliotecas y los jardines, y lo que Cicerón decía, mientras buscaba en mi archivo fotográfico material para otro artículo, volví a encontrarme con fotos de bibliotecas que tienen jardines. Así que no puedo dejar de compartirlas en este post. La mayoría se encuentran en parques y sí, de muchas de ellas ya he hablado en mi perfil de Instagram, pero creo vale la pena compilarlas y revisitarlas por acá.
Biblioteca Pública Enrique Beltrán
Pertenece a la Red de Bibliotecas Públicas de la Alcaldía Iztacalco. La encuentran en Oriente 259, dentro del Parque Escuela Urbano Ecológico Iztacalco. El año pasado fue remodelada por la Alcaldía, así que nada que ver con lo que conocieron antes.
En mi última visita, nos comentaron que en el parque se imparten cursos de herbolaria, pues tienen un pequeño huerto con plantas medicinales.
Biblioteca Pública La Tortuga Xolalpa
Perteneciente a la Alcaldía Tlalpan, esta biblioteca también forma parte de la Red de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de México. Se encuentra en el parque La Tortuga Xolalpa, es un lugar tranquilo y, lo interesante es que hace poco recibió en donación un kit deportivo para jugar futbol, boleybol
Biblioteca Pública Central de Alcaldía Vicente Guerrero
Perteneciente a la Alcaldía Coyoacán, esta biblioteca se encuentra en la Alameda Sur, en Coapa. Un jardín más grande no van a encontrar.
Biblioteca Pública Andrés Henestrosa
Se encuentra en el Jardín de Adultos Mayores en la 1a Sección del Bosque de Chapultepec. Pertenece a SEDEMA y es parte de las bibliotecas institucionales de la Red de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de México. Los usuarios y voluntarios que dan clases en el jardín son adultos mayores. Es decir, que lo único malo es que no tienen acceso otros usuarios de otras edades, pero lo que pueden hacer es llevar a sus papás o abues, y ustedes esperarlos dando un paseo por el Bosque que ya sabemos es inmenso.
Biblioteca Pública Acuexcómatl
Esta es otra de las denominadas bibliotecas institucionales, sólo que esta pertenece a SEDEMA, se encuentra en el Centro de Cultura Ambiental del mismo nombre por Milpa Alta. El espacio que ocupa la biblioteca es un lujo y el Centro de Cultura Ambiental Acuexcómatl inmejorable para actividades relacionadas con el medio ambiente, pero también para descansar del ajetreo de la ciudad.
Biblioteca Pública Jorge Alberto Manrique
Se ubica en la Alcaldía Azcapotzalco, dentro del Centro Deportivo Xochináhuac. Muy cerca también de la UAM Azcapotzalco.
El espacio que ocupa la biblioteca es hermoso, es una especie de kiosco muy bien organizado y muy coqueto. El día de mi visita se estaba impartiendo un Curso de Herbolaria que desde hace más de 7 años reúne a un grupo de mujeres para aprender, fabricar pomadas, conocer de hierbas, pero, en especial, para platicar, para encontrarse con la otra.
Biblioteca Pública Valentín Gómez Farías
Pertenece a la Alcaldía Tlalpan y se ubica en la Col. Pedregal de las Águilas, en Tlalpan. Filiberta, una de las bibliotecarias, se encarga de mantener el jardín. Por cierto, el árbol que se ve en la foto es el que nos da la bienvenida a la biblioteca. Nos contó también que un día fueron a dejar en resguardo unos juegos de parque y como nadie pasaba por ellos, los instaló y ya no dejó que se los llevaran, le aseguró al personal de obras de la Alcaldía que en la biblioteca se encargarían de cuidarlos y usarlos. También nos contó que algunas tardes las abuelas van con los nietos y mientras ellos juegan, ellas se sientan a leer o a tejer.
Biblioteca Pública Miravalle
Se encuentra en la Alcaldía Iztapalapa y, aunque no tiene un jardín propiamente dicho, tiene un kiosko en la parte de atrás de la biblioteca con mucho potencial para realizar distintas actividades. En la parte del frente está una explanada que también se puede utilizar para distintas actividades. Esta es una de mis bibliotecas favoritas.
Biblioteca Pública Central de Alcaldía Fernando Montes de Oca
Adscrita a la Alcaldía Azcapotzalco, se encuentra en la Alameda Reynosa Azcapotzalco. Cuando vayan se van a poder deleitar con la vista y escándalo de cotorras argentinas. Sí, ya se que son especies invasoras pero no es su culpa estar ahí y, por otro lado, no deja de ser un espectáculo. Por cierto, las fotos son de una capacitación al personal bibliotecario de la alcaldía, ocupamos tanto la biblioteca como el parque.
Biblioteca Pública Atacaxco
Adscrita a la Alcaldía La Magdalena Contreras, una de las demarcaciones que menos bibliotecas tiene y donde en ocasiones parece no existir voluntad de las autoridades; sin embargo, gracias al esfuerzo del personal bibliotecario, logran mantener sus pocas bibliotecas.
Si me preguntan si hay más, la respuesta es, por supuesto, aquí sólo les estoy hablando de algunas ubicadas en la Ciudad de México. En un post no puedo agotarlas y menos si comienzo a hablar de bibliotecas y sus jardines en otros estados. Así que tomen éste post como una probadita de las bibliotecas y los jardines con la promesa de que en algún momento volveré para mostrarles más. Por lo pronto, ya tienen un buen recorrido bibliotecario con jardines incluidos en la Ciudad y buen pretexto para ir a sacar su credencial de biblioteca.
Un día como hoy, pero de hace 65 años (1956) abrió sus puertas la Biblioteca Central de la UNAM. Si eres egresado o no de la UNAM, seguramente lo primero que pasará por tu cabeza cuando se menciona este recinto es la fachada tan representativa no sólo de la biblioteca, sino de la misma UNAM.
Un edificio y cuatro murales de la obra e inspiración de de Juan O´Gorman, arquitecto y pintor quien en su haber tiene otros edificios que también han sido utilizados como bibliotecas, tal es el caso de la Biblioteca Pública Fray Bartolomé de las Casas ubicada en la Alcaldía Azcapotzalco. Bueno, no sólo de O’Gorman, en su existencia también estuvieron involucrados los arquitectos Juan Martínez de Velasco y Gustavo Saavedra, coordinados por el arquitecto Carlos Lazo Barreiro. Por cierto, la Biblioteca Central y el campus universitario fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2007.
No me quiero detener mucho en la historia oficial, pues muy seguramente en estos días se estará hablando mucho de ello durante las actividades que forman parte de un muy merecido festejo que ha organizado la UNAM. Aunque si insisten en conocer un poco más de la historia de la Biblioteca Central, hay una ficha bastante completa en Wikipedia y un video que se compartió en la página de Facebook de la Biblioteca Central.
En este post me quiero centrar en lo que han significado 65 años para generaciones y generaciones de estudiantes a los que la Biblioteca Central ha arropado, colaborando con su formación. Generaciones de estudiantes que pasamos horas buscando información. En mi caso el recuerdo de pasar días completos en la Sala de Consulta realizando un trabajo con distintos volúmenes del Science Citation Index, aunque no recuerdo qué investigador buscaba.
Me quiero también detener en la forma en que ha cambiado la cara de esta biblioteca en estos últimos años. Cuando yo era estudiante se trataba de un ambiente más serio, formal como toda buena biblioteca académica en la que, además, está el cerebro de las red de bibliotecas de la UNAM.
La última vez que visité la Biblioteca Central hace unos tres años, habían remodelado la planta baja y la Sala de Consulta, se añadieron sillones, varios enchufes para conectar dispositivos móviles y se convirtió en una sala mucho más acogedora. Para muchos no significará mucho, pero yo que llevo conociéndola más de 20 años sé lo que les digo. Definitivamente pasar horas consultando los Science Citation Index hubiera sido más amable en esos sillones que en la Sala de Consulta de mi años de estudiante.
También he podido ver un cambio interesante en la forma de acercarse a sus usuarios, por ejemplo, las bibliotecas de la UNAM se tardaron mucho en usar redes sociales y no dudo que la decisión de hacerlo les implicó replantearse cómo dialogar con la comunidad universitaria desde la biblioteca. En lo personal me está gustando, aunque insisto en que hace falta su presencia en Twitter y en Instagram.
Durante este año de contingencia y encierro también se ha visto un cambio muy importante en la Central, cambio que quizá sin pandemia hubiera sido imposible ver. Lanzaron el programa Toc-Toc… en sus casas, ¿listos? ¡A Leer! un programa de lectura en voz alta de libros infantiles y jueveniles que se transmite por streaming y que a la fecha lleva más de 90 episodios. Que en una biblioteca académica haya programas de fomento lector es algo que rompe (positivamente) con seis décadas de tradición bibliotecaria.
Pero quizá, lo que más me ha gustado de los últimos tiempos de la Biblioteca Central y la cara a los usuarios fue su apertura a repensarse como un espacio más público cuando decidieron transmitir los partidos del Mundial de Futbol 2018 en la Sala de Consulta. Desde luego, esto generó mucha polémica y comentarios negativos por parte de muchos usuarios que están casados con una idea muy tradicional de biblioteca.
Como lo menciono en este otro post, que la Biblioteca Central tomara esta decisión es un ejemplo claro de replantearse a la institución y, especialmente, a los usuarios que no por ser de casa, ya los debe dar por sentado.
Me gustaría en los próximos años seguir viendo cambios como estos que les he platicado, quizá incluso un poco más de “irreverencia” no le vendrá mal. Sirva, sin embargo, este recuento de cosas interesantes para desearle muchas décadas más que se conviertan en siglos se servicio y colaboración con la formación de muchos profesionales en el país.
Hace unos días Entre Editores presentó los resultados de su encuesta Mujeres que leen, un estudio por demás interesante que previamente se había realizado en Argentina y que ahora estuvo enfocado en las lectoras de México y España del cual se derivan dos informes a los que vale mucho la pena echarle el ojo.
De acuerdo con la presentación de los resultados que se realizó a través del canal de youtube de PublishNews, este estudio estuvo basado en tres condiciones:
Una encuesta respondida sólo por mujeres.
Que sean lectoras, es decir, que ellas mismas se consideren lectoras (recordemos que hay lectores que en ocasiones no se reconocen como tal). Creo que, en este sentido, esta encuesta se separa de otros estudios similares, pues no busca indagar si se lee o no, sino qué, cuánto y cómo leemos quiénes leemos. A los editoriales les permite conocer el potencial ya existente y tomar decisiones; sin embargo, a otros actores que trabajamos el tema de la lectura, nos revela mucho sobre un determinado grupo de lectoras.
Una encuesta enfocada en las lecturas de tiempo libre (no por estudio o trabajo).
En España respondieron 9,400 mujeres. Sin embargo, resulta particularmente interesante que en México, un país considerado “no lector” que viene arrastrando por años los fatídicos 2.9 libros por año, participaran 22,547 mujeres mayores de 18 años. De acuerdo con la presentación, esto se debió a la fuerte convocatoria que tuvieron mujeres Booktubers, así como organismos como la Unesco y librerías.
Acá les comparto algunos de los muchos descubrimientos interesantes de estas dos encuestas, que además nos dan para muchas reflexiones:
Lo primero a destacar las mujeres que leen, leen mucho, por ejemplo, en España el 50% lee más de 15 libros al año; mientras que el 38% de las lectoras en México leen entre 7 y 15 libros al año.
Otro dato interesante es el del formato. Aunque tanto en España (84%), como en México (94%) se prefiere el libro impreso, esto no necesariamente denota que el audiolibro o el libro electrónico no se utilicen, por el contrario, nos habla de una convivencia de formatos y, lo que es más interesante, podría hablarnos de que aún es poca la oferta de otros formatos. También nos puede estar hablando de que los contenidos se consiguen de otra manera y, desde luego, que es necesario dejar de centrarnos en el formato libro, porque es un hecho que la gente pasa muchas horas de su día leyendo, pero eso no implica que se lean exclusivamente libros. Sin embargo, dado que es una encuesta pensada para el uso de editories, es comprensible que sólo se limite a la lectura de libros.
En cuanto al papel que tiene la biblioteca en la lectura, en España el 57% de las lectoras acude a bibliotecas. En el informe de México, no hay datos al respecto; sin embargo, en la presentación en línea se habló de un 47% de las encuestadas que se consideran usuarias de biblioteca. Lo anterior nos habla de la importancia que tienen estos espacios en el acceso a los contenidos. Pero también a los editores este dato les resultará útil para entender que la biblioteca es un escaparate importante, quizá inigualable para sus contenidos; así que valdría la pena analizar la relación entre editoriales y bibliotecas.
También es importante saber cómo se enteran de los libros y cómo los adquieren. Aunque va cambiando conforme a la edad, las redes sociales, la librería y siguiendo al autor son las principales formas de conocer un libro. Es curioso, sin embargo, que tanto en España, como en México no aparece la figura del Booktuber como informador de novedades y es todavía más curioso porque en México se logró una gran participación en la encuesta gracias a la difusión de Booktubers.
En cuanto a los puntos de venta tanto en España como en México, el principal punto de venta es la librería. Sin embargo, en México debemos prestar atención a puntos de venta que no son tradicionales, como es el caso de Sanborns, Liverpool o incluso, restaurantes. Esto irremediablemente me lleva a este otro artículo del New York Times donde se menciona lo importante que ha resultado durante la pandemia ubicar a los libros más a la mano (a un lado de los anaqueles de papel de baño).
Conclusiones
No olvidemos tampoco que esta es una encuesta que además de enfocarse en lectoras “consagradas”, se centra en el libro físico. Por ello no es visible, por ejemplo, el papel que están teniendo las plataformas de lectura por streaming para acceder a los contenidos o, incluso, formas de lectura distintas al libro.
A pesar de eso, y como ya lo mencioné, son resultados muy interesantes. Cómo ya lo señalé en algún momento, estudios que indaguen de distintas maneras sobre la lectura siempre van a ser necesarios. En el caso de esta encuesta, como ya lo decía Trini Vergara, es un estudio pensado para los editores; sin embargo, puede ser muy revelador para otros sectores del mundo del libro. En este caso, pienso en todo lo que esta encuesta nos ayuda a reflexionar a las y los bibliotecarios; por ejemplo, ¿estas súper lectoras se traducen en usuarias de las bibliotecas?