En lo personal nunca me ha gustado describir a las bibliotecas como templos del saber o santuarios del libro, considero que las bibliotecas son espacios cuya principal característica es permitir que las y los usuarios las moldeen conforme a sus necesidades e intereses y que van más allá del simple y exclusivo resguardo de los acervos. Sin embargo, encuentro recientemente una iniciativa que podría ser la excepción que confirma la regla de percibir a las bibliotecas como santuarios del libro.
Como sabrán, las bibliotecas públicas en Estados Unidos siempre han enfrentado duras críticas por parte de diversas asociaciones que han cuestionado los títulos de sus acervos por las temáticas que abordan. Entre ellos podemos encontrar Las aventuras de Huckleberry Finn y Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain y la saga Harry Potter de J.K. Rowling, por sólo mencionar algunos ejemplos, aunque acá pueden ver el listado completo y los motivos de la censura.
Como respuesta a esta censura, desde 1982 se realiza el Banned Books Week, un evento anual promovido por la ALA (American Library Association) que busca poner el foco en el derecho a leer, así como protestar frente a la censura de los libros y también busca que los ciudadanos reflexionen sobre el tema.
A pesar estos y otros esfuerzos, incluida la reciente Declaración internacional sobre la libertad de expresión, publicación y lectura, el 2023 y lo que llevamos de este 2024 han sido años especialmente duros para las bibliotecas estadounidenses en materia de censura. De acuerdo con el reporte The state of America’s Libraries 2024, sólo en 2023 la ALA registró 1,427 intentos de censura de acervo y servicios en las distintas bibliotecas de aquel país, en este mismo orden de ideas registraron un total de 4,240 títulos prohibidos frente a los 2,571 registrados en 2022, es decir, un incremento del 65% en 2023, lo que representa el mayor intento de censura desde que la ALA realiza este registro.
El Proyecto de Ley 900 de la Cámara de Representantes en el Estado de Texas buscaba restringir el acervo de las bibliotecas escolares de Texas, además de requerir a los distribuidores que etiquetaran los libros antes de venderlos a las escuelas. El proyecto fue bloqueado temporalmente el 19 de septiembre, sin embargo, esto es sólo la punta del iceberg, ya desde el verano de ese mismo 2023 las bibliotecas en Montana, Missouri y Texas habían anunciado su salida de la ALA como protesta ante la defensa de esta asociación frente a los libros censurados, mucho de ellos con temas LGBTQ+ o de raza.
A pesar de lo anterior, la respuesta y defensa de las bibliotecas ha sido ejemplar. El mismo día en que el Proyecto de Ley 900 fue temporalmente bloqueado, el Tribunal de Comisionados del Condado de Harris (HCCC) aprobó una resolución para declarar a la Harris County Public Library como santuario de libros.
El movimiento de santuarios del libro no era nuevo, comenzó un año antes en septiembre de 2022 cuando la Biblioteca Pública de Chicago y la Ciudad de Chicago se unieron en defensa a los crecientes ataques de censurar y prohibir libros en esa biblioteca pública.
Es de esta manera que otras bibliotecas en Estados Unidos y Canadá se están uniendo a la campaña para declararse a sí mismas como santuarios del libro, es decir, espacios que reúnen libros censurados y protegen y concientizan sobre la libertad de lectura.
Actualmente existen más de 3,300 santuarios del libro y para convertirse en uno sólo se necesita:
Recolectar y proteger libros en peligro.
Hacer esos libros accesibles.
Organizar charlas y eventos sobre los libros que son blanco de censura.
Concientizar sobre la historia de los libros prohibidos y la quema de libros.
Y es así como vemos que las bibliotecas no son espacios apolíticos, las bibliotecas pueden y deben tener una opinión y tomar una postura frente a situaciones que ponen en peligro el acceso a la información y a la misma institución. Las bibliotecas son santuarios del libro cuando defienden el acceso a los mismos y la libertad de los usuarios de leerlos; no son santuarios del libro cuando quedan en meros almacenes.
Distintas organizaciones internacionales que representan a distintos actores del mundo del libro, entre ellos, autores (IAF), bibliotecarios (IFLA), editores (IPA), libreros (EIBF), además de PEN Internacional, firmaron recientemente la Declaración internacional sobre la libertad de expresión, publicación y lectura, mediante la cual hacen un llamado conjunto por la defensa de la libertad de expresión, la libertad de leer y la libertad de publicar.
Sin duda, esta declaración es más que necesaria en los tiempos que corren, donde hemos visto que la censura está afectando seriamente a autores y muchas bibliotecas alrededor del mundo, particularmente en Estados Unidos donde, incluso, bibliotecarios y bibliotecas en estados como Montana, Missouri y Texas, entre otros, están abandonando la American Library Association por la lucha contra la censura.
A pesar, de la necesidad y la oportuna firma de este acuerdo, no puedo dejar de darle vueltas a esta parte de la Declaración:
Las editoriales, los libreros y los bibliotecarios tienen la responsabilidad y la misión —teniendo en cuenta su criterio profesional— de darle un sentido pleno a la libertad de lectura al garantizar que todas las personas tengan acceso a las obras de los autores.
Es decir, por un lado tenemos la responsabilidad y misión de garantizar el acceso; mientras que, por otro lado, algunas de las editoriales que pertenecen a la Asociación Internacional de Editores (IPA), parte firmante en esta declaración, son precisamente las que demandaron a Internet Archive por la violación de derechos de autor que supone el Préstamo Digital Controlado y, a un año de distancia de la victoria de estas editoriales, presentaron hace unos días un escrito en el que se oponen a la apelación que interpuso Internet Archive en este caso.
Karine Pansa, Presidenta de IPA menciona (las negritas son mías):
Es importante que el sector del libro permanezca unido. Los editories necesitamos autores que sientan que pueden escribir libremente, también necesitamos que libreros y bibliotecarios defiendan los libros que publicamos y nos ayuden a encontrar a sus lectores.
Pero la IPA no defiende a las bibliotecas y los bibliotecarios frente a las prácticas leoninas de las editoriales. Insisto, considero que esta Declaración resulta más que necesaria, pero no puedo dejar de pensar en los serios aprietos en que muchas editoriales meten a las bibliotecas con sus esquemas de licencias y periodos de embargo.
Por ello, es tan importante lo que menciona Vicki McDonald, Presidenta de la IFLA, sobre la firma de esta declaración (las negritas y anotaciones entre corchetes son mías):
Las bibliotecas abogan mundialmente por la libertad de leer, no sólo como un objetivo en sí, también como un motor clave de un mundo de personas informadas y capacitadas. También cumplimos con esto todos los días, a todos los miembros de nuestras comunidades. Pero esta libertad sólo puede darse si también hay libertad de expresión y libertad para que los editores apoyen la creación y difusión de nuevas ideas [por ejemplo, el Préstamo Digital Controlado, por mencionar algo que ya se viene dando desde hace tiempo]. Por lo tanto, estoy feliz de unirme a nuestros amigos de IPA, EIBF, IAF y PEN International para formular esta declaración.
En lo que trato de encontrarle coherencia. Les platico que esta declaración se presentará a lo largo del año en distintos eventos relacionados con el mundo del libro, así que supongo que en noviembre se discutirá en la FIL Guadalajara. Por lo pronto, ya fue presentada esta semana en la Feria del Libro de Londres.
Les dejo la declaración íntegra, que también pueden revisar en distintos idiomas en la página de la IPA.
Declaración Internacional sobre la libertad de expresión, publicación y lectura
Con el fin de que todas las personas tengan acceso a una amplia variedad de obras, nos hemos unido para apoyar la libertad de expresión, publicación y lectura. Creemos que la sociedad necesita ciudadanos cultos que tomen decisiones y contribuyan al progreso democrático basándose en información y conocimientos precisos. Los autores, editoriales, librerías y bibliotecas tienen un rol fundamental en este sentido, que debe ser reconocido, valorado y propiciado.
La verdadera libertad de lectura consiste en poder elegir entre la mayor variedad posible de libros que compartan la gama más amplia de ideas. La comunicación sin restricciones es esencial para una sociedad libre y una cultura creativa, pero implica la responsabilidad de oponerse a los discursos de odio, las mentiras deliberadas y la distorsión de los hechos. Los autores, editoriales, librerías y bibliotecas contribuyen de manera esencial a garantizar esta libertad.
Dentro de los límites establecidos por las leyes y normas internacionales sobre derechos humanos, los autores deben tener garantizada la libertad de expresión. A través de sus obras entendemos a las sociedades, desarrollamos la empatía, superamos nuestros prejuicios y reflexionamos sobre ideas provocadoras.
Del mismo modo, los libreros y los bibliotecarios deben tener libertad para ofrecer a todas las personas la gama completa de obras, de todo el espectro ideológico. Esta libertad no debe verse limitada por ningún gobierno ni autoridad local, individuo o grupo que pretenda imponerle a la comunidad en general sus propias normas o gustos, aunque lo haga en nombre de la “comunidad” o de la mayoría de la comunidad.
Para que los libreros y bibliotecarios puedan ofrecer la mayor variedad posible de obras escritas debe existir la libertad de publicación. Las editoriales deben tener la libertad de publicar las obras que consideren importantes, incluso aquellas que son poco convencionales, impopulares, o incluso las que puedan resultar ofensivas para ciertos grupos.
Las editoriales, los libreros y los bibliotecarios tienen la responsabilidad y la misión —teniendo en cuenta su criterio profesional— de darle un sentido pleno a la libertad de lectura al garantizar que todas las personas tengan acceso a las obras de los autores. Las editoriales, los bibliotecarios y los libreros no necesariamente respaldan cada obra que ofrecen. Si bien las editoriales y las librerías toman sus propias decisiones y hacen sus selecciones con respecto al material que ofrecen, el acceso a las obras escritas no debería restringirse según los antecedentes personales o las afiliaciones políticas del autor.
El riesgo a la autocensura a causa de presiones sociales, políticas o económicas sigue siendo alto y afecta cada eslabón de la cadena entre el escritor y el lector. La sociedad debe crear un entorno adecuado para que los autores, editores, libreros y bibliotecarios puedan cumplir con sus funciones en libertad.
Por lo tanto, instamos a los gobiernos y a todas las partes interesadas a colaborar con la protección, la defensa y la promoción de las tres libertades antes mencionadas —libertad de expresión, publicación y lectura— tanto en la legislación como en la práctica.
Dos de cada cinco estadounidenses están haciendo uso de TikTok como herramienta de búsqueda.
Lo anterior de acuerdo con los resultados de una encuesta realizada por Adobe a 808 consumidores de contenido en TikTok. Esta encuesta también se realizó a 251 dueños de empresas para explorar la forma en la que están adaptando sus contenidos en dicha plataforma para satisfacer las búsquedas de los usuarios.
Los resultados se pueden leer desde distintos frentes, como por ejemplo, la mercadotecnia, la creación de contenido por parte de los usuarios, el consumo de contenidos en redes sociales. Desde luego, acá lo estoy leyendo como bibliotecaria y me interesan particularmente las implicaciones para la búsqueda de información.
Lo primero que llama particularmente mi atención es el resultado principal: los usuarios están utilizando TikTok como una herramienta de búsqueda y no como una red social o plataforma de entretenimiento. Esto es algo que ya veníamos viendo de alguna manera con YouTube; sin embargo, esto significa que herramientas de búsqueda otrora omnipresentes como Google, están comenzando a quedar en segundo plano.
También es interesante ver que quienes hacen este uso particular en la red son los usuarios de la Generación Z y Millenials, 64% y 49% respectivamente. De hecho, uno de cada 10 usuarios de la Generación Z confían más en TikTok que en Google como herramienta de búsqueda.
Lo segundo que llama poderosamente mi atención es el por qué los usuarios usan TikTok en lugar de las herramientas de búsqueda tradicionales, y aquí me quiero detener en tres respuestas particularmente interesantes:
Porque el formato video corto es más informativo y digerible (44%)
El contenido es más personalizado (31%)
Proporciona información clara y precisa de manera más rápida (12%)
Estas respuestas nos dicen mucho no sólo de la manera cómo se consumen los contenidos, sino la percepción que se tiene de los mismos. Da mucho para reflexionar que los usuarios quieran contenido digerible en menor cantidad de tiempo.
Por otro lado, es probable que estos usuarios no estén enterados que los algoritmos priman en los contenidos. Como se ha venido analizando desde hace tiempo, las redes sociales crean especies de burbujas informativas donde un usuario comienza a recibir sólo aquello que está acorde con sus intereses y también con su manera de concebir el mundo. No es gratuito que en el pasado reciente se haya especulado sobre la posibilidad que las redes sociales hayan definido el triunfo de un candidato presidencial.
Así que da mucho para reflexionar el que consideren que el contenido tenga que ser claro, preciso, digerido y, lo más interesante, de manera personalizada, pues esta personalización quizá tenga mucho que ver con la burbuja de la que hablaba hace un momento. Pero además, ¿quién o qué valida esta supuesta precisión? ¿los likes, el número de visualizaciones, la cantidad de veces que se compartió, el número de personas que lo comentaron?
Considero, sin embargo, que lo mismo ocurre exactamente con otras herramientas de búsqueda, llámese Google, DuckDuckGo y otras plataformas que no son necesariamente herramientas de búsqueda, como Facebook o el mismo TikTok. Sin embargo, insisto, debemos prestar especial atención a los conceptos de “video corto”, “digerido” y “rápido”.
Valdría también la pena preguntarnos si estos usuarios, las generaciones más recientes, conocen otras herramientas de búsqueda, las que sí lo son y, en este sentido, también convendría plantearnos si estos usuarios conciben que internet es mucho más que la red social que usan. A veces me da la impresión que no.
¿Y qué tiene que decir la biblioteca en todo esto? Mucho, todo. Seguimos debiendo en el tema de alfabetización informacional, pero también en entender estas plataformas, usarlas quizá. Pues, de hecho, la segunda parte de la encuesta, la dirigida a empresarios, podría también ser una pauta para las bibliotecas.
Recientemente leí un artículo en Lecturalia sobre El fenómeno del best seller: origen, evolución y controversia de los libros superventas. Comentaba en Twitter que aunque analizar el fenómeno del Best Seller siempre resultará interesante, en lo personal y por obvias razones me interesa más analizar sobre los libros más consultados y/o los más prestados en las bibliotecas y, más específicamente, en las bibliotecas públicas.
Aunque cada año la DGB solicita a las diferentes coordinaciones estatales de bibliotecas el listado de los libros más consultados en la Colección General, la Infantil y, más recientemente, la Colección de Consulta, tanto para la red de bibliotecas del estado, como para la biblioteca central estatal; lo cierto es que poco nos dejan saber sobre estos resultados. Sin embargo, no todo son grises, acá aprovecho para platicarles de algunos datos que conozco de primera mano:
Durante el 2022 los libros más consultados en las bibliotecas públicas de la Ciudad de México son:
El vampiro vegetariano de Alejandro Navarrete en la Colección Infantil.
Álgebra de Aurelio Baldor en la Colección General, en el quinto lugar aparece Aritmética del mismo autor.
Diccionario crítico de las letras mexicanas en el siglo XIX de Emmanuel Carballo para la Colección de Consulta.
Álgebra y Aritmética de Aurelio Baldor, ocuparon el primer y segundo puesto en la Colección General
La saga de Harry Potter para la Colección infantil.
Entre 2017 y 2018 el libro de Álgebra de Aurelio Baldor fue el más consultado por los jóvenes (13 a 30 años) en la Biblioteca Vasconcelos. Le siguen Ciudades de papel de John Green y las Obras completas de Sigmund Freud. En algún momento, con gran sorpresa entre los que estuvimos trabajando en esos momentos en la Vasconcelos, se mencionaba que la estrella de los libros más prestados era un manual para aprender japonés, discúlpenme que no les pueda proporcionar la referencia, pero prometo buscarla.
Conviene preguntarnos: ¿por qué debería interesarnos conocer sobre los libros más consultados o los más prestados?
En Lecturalia mencionan que en ocasiones, el que un libro se convierta en un best seller también puede generarle cierta “mala fama”, pues se suele pensar que todo aquello que es popular es de mala calidad, ya saben ustedes la “alta cultura” y argumentos igual de huecos. Sin embargo, cuando trasladamos esta frase de “los más” al terreno de las bibliotecas, sin duda el panorama es muy distinto o así debería ser para las y los bibliotecarios.
Este tipo de listados son una especie de brújula que nos habla sobre los intereses y las necesidades de los usuarios de una comunidad determinada; pero quizá lo más importante, nos permite planificar adquisiciones de acervo para satisfacer dichos intereses de la comunidad. Por ejemplo, qué me dice en particular que en las bibliotecas públicas de la Ciudad de México, y me atrevo a decir que en todas las bibliotecas públicas de la Red Nacional, los libros de Baldor (Álgebra, Artimética y Trigonometría) como se les conoce comunmente, siempre aparezcan como los libros más solicitados, al grado de que en muchas bibliotecas los resguardan en estantería cerrada para evitar robos y mutilaciones:
Nos habla de que un amplio porcentaje de usuarios de las bibliotecas públicas son estudiantes de nivel secundaria.
También nos dice que la biblioteca pública sigue cumpliendo funciones de la biblioteca escolar. Lo cual no es necesariamente malo, pero nos obliga a cuestionarnos sobre el papel de la biblioteca escolar al menos en la CDMX.
Sin duda, nos habla de la necesidad de contar con más ejemplares de estos libros en todas las bibliotecas públicas para satisfacer la amplia demanda.
Pero, ¿qué más nos pueden decir estos listados de los más leídos, consultados, prestados?
Desde luego, conocer los intereses a través de los más consultados, también nos puede ayudar a visibilizar el acervo que trata los mismos temas que se abordan en los de Baldor o visibilizar libros sobre vampiros, como la saga Mundo Umbrío, por mencionar un ejemplo.
De ahí la importancia de elaborar y dar a conocer estos listados, más allá de cumplir con un reporte con cierta periodicidad. Además que tambiér resulta muy interesante para las y los usuarios conocer esta información, basta con ver la cantidad de comentarios que generó el listado de los más consultados cuando se publicó en la página de Facebook de la Biblioteca Vasconcelos.
Un 18 de mayo de 2008, hace exactamente quince años, uvejota.com salió a la luz.
Por aquel tiempo había muchos, muchísimos blogs; yo era una lectora asidua de aquellos enfocados en la bibliotecología y la fotografía (fotoblogs, los llamábamos), mis grandes referentes siempre fueron los blogs españoles como Deakialli Documental o Biblioblog, pero la lista es muy grande, mi lector de feeds de aquel entonces me mantenía muy actualizada todas las mañanas.
Y aunque muchos profesionales de la información tenían blog en ese lejano 2008, para nada era algo nuevo. Lo que entonces se conocía como la Web 2.0 o Web social ya llevaba algunos años de haber superado la burbuja del .com,las redes sociales estaban emergiendo con fuerza y los blogs gozaban de buena salud.
Aquel primer post se publicó en un WordPress gratuito, una plataforma muy utilizada en ese entonces por blogueros, en realidad WordPress sigue utilizandose mucho. Algunas semanas más adelante contemplé que sería mejor tener un dominio propio y así fue como me llevé esas primeras entradas a uvejota.com.
De esta manera surge este blog, como un intento por hablar del acontecer de la bibliotecología en este siglo, de los que formamos parte de este mundo tan apasionante de los libros, el intercambio de información y las bibliotecas…
Esas fueron mis primeras letras en un blog al que nunca imaginé estarle escribiendo quince años después un post de celebración. Muchas cosas han pasado, varios de aquellos primeros blogs que fueron mis referentes, ya no existen. En pleno 2023 hay quienes insisten que los blogs van de salida o ya nadie los visita; acá entre nos, eso mismo se decía en ese 2008 cuando comencé a publicar y lo he venido escuchando en estos quince años, pero todavía quedamos varies necies publicando e, insisto, los blogs siguen alimentando a esas muchas otras redes sociales, mi lector de feeds, uno muy distinto al que usaba en 2008, lo demuestra.
Como verán, muy bien no sé cómo seguir con este post, salto de una idea a otra con la cabeza repleta de ideas y recuerdos de lo que este blog ha significado y que me gustaría dejar plasmado aquí, pero bien a bien no sé cómo explicar esos quince años, quizá todo se resuma en que le tengo mucho cariño por lo que me ha dejado. Por principio el trabajo y los grandes amigos, sin uvejota.com estaría en un lugar muy distinto profesionalmente hablando. Por ello también quiero gradecer a los que me leyeron y aquienes todavía me leen, a los que llegaron, a los que se quedaron y también a los que se fueron; como ya lo dije en otra celebración, a veces me siento como en un soliloquio, luego me doy cuenta que no es así, que el dialogo sigue siendo muy rico.
No sé si este blog llegué a los 30 o a los 20 años, me encantaría que así fuera; por lo pronto 822 entradas, 698 comentarios y quince años después, aquí sigue. Y aunque hay momentos en que me cuesta más trabajo sentarme a escribir (por ejemplo, en el último año), aún tengo muchas cosas que decir por acá, aún me emociona sentarme a escribir. Por ello, no dudo en que seguirán encontrando por mucho tiempo más nuevas entradas en este blog sobre eso que me preocupa, que me ocupa, que me apasiona, que me emociona, que me indigna, que me enorgullece sobre las bibliotecas, los libros, la lectura y mi andar por este mundo de la información, la lectura y los libros. En espera de que sea útil para quienes se inician en la Bibliotecología o para quienes ya llevan un camino entre libros, usuarios e información.
Toquen un vals y canten Las Mañanitas para uvejota.com
¡Gracias por acompañarme y dialogar en estos quince años!
El 2022 ha sido un año muy vertiginoso e intenso, tanto que me ha resultado imposible escribir todo lo que hubiera querido. Había días en que por más que intenté y aunque tenía mil cosas de qué platicar, la cabeza cansada no me dio para sentarme a escribir. No quiero, sin embargo, finalizar el año sin, claro, hacer mi post de las mejores lecturas del año (es un siguiente post), pero también hacer un resumen de las cosas que me han inspirado mucho durante el 2022 y que en su momento no tuve el tiempo compartirles, algo así como un top bibliotecario 2022.
El orden es totalmente aleatorio, pero se trata recorrido por trabajo en bibliotecas públicas, algunas charlas y cosas que he visto y no les he podido compartir. Disfruten.
Muro de personajes en bibliotecas de Azcapotzalco
Muro de Personajes Ilustres en la Biblioteca Pública Itzcóatl
Cada dos meses, les bibliotecaries de Azcapotzalco se reunieron en una biblioteca distinta de las 10 adscritas en la alcaldía con el objetivo de planificar actividades, pero también para que cada biblioteca presentara un proyecto.
Además tienen otra consigna: cada biblioteca entrega a los encargados de las nueve restantes una fotografía enmarcada del personaje que lleva el nombre de la biblioteca con la intención de que las biblioteca reunan en un muro las fotos de todos los personajes ilustres de las bibliotecas. Una manera interesante de conocer por qué la biblioteca recibe el nombre de determinado personaje. Una manera interesante de nombrar y resignificar.
Esta idea me gusta para llevarla a todas las bibliotecas de las alcaldías.
Sala Infantil-Ludoteca “Yali”, Biblioteca Pública Itzcóatl
También en Azcapotzalco, las bibliotecarias de la Biblioteca Pública Itzcóatl nos consultaron a principio de año la posibilidad de convertir su biblioteca en sala infantil, pues es un espacio muy pequeño que recibe casi exclusivamente a público infantil. Dado que es una biblioteca adscrita a la Red Nacional, no puede perder el caracter de pública; sin embargo, las bibliotecarias no se conformaron con la respuesta y decidieron dar un giro para que el proyecto fuera posible: acondicionar una sala infantil-ludoteca.
Lo más especial de todo fue que el proyecto corrió a cargo de las bibliotecarias y las donaciones de su comunidad, el esposo de una puso el librero, usuarios llevaron juegos, otros pusieron libros infantiles. Lo ideal sería que las autoridades locales, estatales, etc., se hicieran responsables de lo que les toca, tristemente esto no sucede así; sin embargo, las ganas de las bibliotecarias fueron contagiosas y finalmente en diciembre pudimos ver cómo se concretó el proyecto con la inauguración de la Sala Infantil Ludoteca “Yali”, “alegría” en náhuatl, y sí qué alegría haber visto el proceso y haber podido estar en la inauguración
Este es un proyecto que, haciendo honor a su nombre, me alegra, porque habla de bibliotecarias inquietas, comprometidas e interesadas por sus comunidades, que no se detienen.
Participación FIL Guatemala
Recibí la invitación a participar en la Conferencia Internacional sobre Bibliotecas que formó parte de la XIX Feria Internacional del Libro de Guatemala con el tema La investigación sobre bibliotecas y sus oportunidades para Centroamérica.
En un principio dudé mucho en aceptar y me sentí totalmente fuera de cancha con el tema de la investigación. Pero después de analizarlo mucho, consideré que precisamente este blog y leerenpantalla.com son un ejercicio de investigación constante. Es cierto que no se trata de investigación formal, ya saben: hipótesis, justificación del problema, experimentación, etc.; sin embargo, cada post que publico me implica lectura, revisión y claro, siempre mucha curiosidad por seguir actualizandome sobre algún tema.
Hice un recorrido por el tema de la ciencia ciudadana que es donde intenté enfocar la charla, pues desde ahí se ha hecho mucho. Además intenté abordar la importancia de la biblioteca como espacio que apoya la investigación y el papel fundamental de la biblioteca pública para incentivar la investigaciónen etapas más tempranas.
En fin, sigo meditando en tema y creo que da para mucha más reflexión e investigación; sin embargo, en definitiva no es un tema que se deba dejar exclusivamente en manos de la biblioteca académica o especializada.
Jornadas de Profesionalización Editorial, 1a Feria Internacional del Libro de Cuenca
A finales de noviembre participé en estas jornadas con la charla El libro y su reconfiguración en el mundo digital. Además de conocer un poco del ecosistema editorial en Ecuador y otro poco de las bibliotecas públicas de Cuenca, me emocionó mucho participar en las primeras jornadas con uno de los temas que ya saben más me gusta: compartir el gran potencial de la lectura en pantalla.
Por cierto, otra cosa destacable durante esta visita a Cuenca fue que pude conocer el Centro de Documentación Juan Bautista Vázquez de la Universidad de Cuenca y me emocionó encontrar una sala infantil. Siempre me emociona poder ver bibliotecas académicas que están dando espacio a los lectores más pequeños. Por cierto, que el Centro de Documentación también fue sede para recibir a niñas y niños en los talleres de mediación lectora que se realizaron como parte del programa de la Feria del Libro.
Sede de las actividades de mediaciónSala de Lectura del Centro de Documentación Juan Bautista VázquezBiblioteca Pública Antonio LloretBiblioteca MunicipalLibrería PalierCentro de Documentación Juan Bautista VázquezCentro de Documentación Juan Bautista VázquezCentro de Documentación Juan Bautista Vázquez
En fin, una gran experiencia visitar algunas librerías, algunas bibliotecas, tener la oportunidad de charlar con bibliotecarios, ver algo de la producción editorial. Espero, haber dejado algún gusanito sobre la lectura en pantalla. Gracias a Germán y Vero por la invitación y toda la logística para hacer posible mi presencia por allá.
Club de lectura infantil en la Biblioteca Nacional de México
Y ya que estamos con eso de bibliotecas académicas abriendo espacios a públicos infantiles, en México conozco el caso de la sala infantil de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México y el trabajo que está haciendo la Biblioteca Central de la UNAM con la literatura infantil con los cuentacuentos que transmitieron a través de Facebook durante pandemia.
Pero, me quiero detener especialmente en la reciente apertura de la Biblioteca Nacional con un círculo de lectura de libros infantiles y juveniles coordinado por mi querida Abril G. Karera. Es muy destacable que una biblioteca que en algún momento parecía abierta sólo a investigadores, decidiera abrir sus puertas a un público más general para realizar círculo de lectura precisamente de libros para niños y jóvenes.
Definitivamente me entusiasmó enterarme y espero que se repitan estas experiencias en la Biblioteca Nacional que, no está de más decirlo, desde hace algunos años viene haciendo una labor más que destacable para abrirse al público en general.
Participación en el Diplomado Virtual en Formación y Acompañamiento de Procesos Lectores: Conversar con Niños y Jóvenes
Este diplomado corre a cargo del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Durante varios meses reune a expertos en distintos temas relacionados con el libro y la mediación lectora para reflexionar precisamente sobre temas que importan a los que se quieran dedicar a esto de la Mediación Lectora. A mi me tocó el turno de hablar sobre Las bibliotecas en México y todo lo que se hace en ellas. Fue una charla en la que me propuse hacer visible el trabajo de bibliotecarias y bibliotecarios a pesar de los pesares de un sistema poco interesado en sus bibliotecas públicas. No sé si logré emocionar, pero yo me emocioné mucho al preparar la charla y también mientras la impartí.
Por cierto, este año comenzó la segunda edición y mi turno tocará nuevamente en abril del 2023, espero puedan acompañarme para seguir intentando poner una biblioteca en la vida de las personas.
Colección especializada en el Rock Mexicano, Biblioteca Pública Mario de la Cueva
No recuerdo en qué momento del año durante algún recorrido a bibliotecas públicas de la Ciudad pasamos por la Biblioteca Mario de la Cueva, en Coyoacán. Aunque no estaba en el itinerario, porque de hecho, en esa ocasión ni siquiera visitábamos bibliotecas de esa alcaldía, no quisimos perder la oportunidad de acercarnos.
Ahí tuve la oportunidad de conocer a Rosario y Vero, las bibliotecarias, y emocionarme con su trabajo, además de conocer el proyecto que tiene Rosario de crear una colección especializada en el rock mexicano. Para ese momento ya contaba con algunos libros sobre el tema firmados por los autores y también había realizado una presentación de libro. Una cosa llevó a la otra y finalmente fue posible que Rafael González “Sr. González”, ex integrante de Botellita de Jerez, conociera el proyecto de Rosario y participara en una charla en homenaje a la obra de Armando Vega Gil en la biblioteca, además de donar algunos libros de su autoría y de Vega Gil para integrar a la colección especializada en el rock mexicano.
Acérquense a esta biblioteca y conozcan la colección.
Talleres extraescolares en bibliotecas públicas
Este año finalmente logramos implementar los talleres extraescolares en bibliotecas de la Ciudad y se han convertido en un termómentro interesante que me confirma que son los usuarios quienes moldean de formas inimaginables a las bibliotecas. Por ejemplo, el taller de “Apoyo a Tareas” diseñado para recibir a niñas y niños de primaria y secundaria, recibió en la Biblioteca Paraje de Zacatepec, en Iztapalapa, a Lupita, una usuaria de la tercera edad que está estudiando en el INEA y que vio en este taller y en la biblioteca la oportunidad para apoyar sus estudios.
Al cierre del taller de “Crianza sensible” que se realizó en la biblioteca Chalma de Guadalupe, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, los participantes escribieron las palabras que los hacen sentir bien, y entre ellas figuró “biblioteca” porque a través de estos talleres, la biblioteca les abrió las puertas a un lugar seguro, reconfortante, de conversación y encuentro.
Otras charlas
La ineludible lectura en pantalla como parte del Conversatorio: “Fomento a la lectura, desde y con la academia” para la Universidad de los Andes y Nuevas tendencias de fomento lector en plataformas digitales en el marco del III Encuentro de Bibliotecas e Industria Editorial organizado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Biblioteca Pública Digital de Chile, Plan Nacional de Lectura de Chile y Biblioteca Digital Escolar de Chile. Ambas con la lectura en pantalla en el centro de la conversación, una desde la mediación y la otra para acercarnos a lo ineludible.
Exposición fotográfica Biblioteca Fray Bartolomé de las Casas y Sala Infantil en la Biblioteca Xavier Villaurrutia en Azcapotzalco
En las bibliotecas de Azcapotzalco están pasando cosas, ya les hablé de la sala infantil-ludoteca “Yali” en la biblioteca pública Itzcóatl, pero no puedo no mencionar la inauguración de la sala infantil en la biblioteca Xavier Villaurrutia a la que tuve la oportunidad de visitar cuando estaban acondicionando la sala y realizando el mural.
Mural en la Sala Infantil de la Biblioteca Xavier Villaurrutia
Por su parte, la Biblioteca Fray Bartolomé de las Casas inauguró una exposición fotográfica donde usuaries y bibliotecaries llevaron fotos del album familiar y de internet para dar cuenta de la historia de la alcaldía. Lo interesante es cuando las bibliotecarias comienzan hablar de sus fotos y su historia personal, que es también parte de la historia de la alcaldía.
Pues aunque se me quedan varias cosas, sirva este post no sólo como recuento de cosas que no podía no compartir, sino también como un calentamiento para volver más seguido por este blog durante 2023.
Las felicitaciones y los buenos deseos vienen con el post del top de lecturas 2022.
Casi se me acaba el día, pero no puedo dejarlo pasar sin venir a celebrar el Día Nacional del Bibliotecario y la Bibliotecaria en México.
En años anteriores acostumbraba a festejar este día platicándoles sobre libros que me han emocionado y que quiero que más gente conozca. En esta ocasión, sin embargo, salgo de la pausa en la que tengo este blog desde hace tiempo para reconocer la labor de las bibliotecarias y los bibliotecarios públicos de a pie, aquellos a los que en los últimos meses he tenido oportunidad de conocer y ver su trabajo muy de cerca.
Son ellas y ellos quienes a pesar de los pesares, la mayoría de las veces sin recursos pero con un gran compromiso (aunque ese no debería ser el binomio que impere), sacan a flote las bibliotecas públicas. Los que demuestran que esto de ser bibliotecaria y bibliotecario es más que acomodar libros, haber pasado por la universidad y presumir el título, o pedir que te registres en el libro de visitas:
Lulú, de la Biblioteca Central de Tlalpan. Yo siempre he dicho “ponga una biblioteca en su vida”, pero también “ponga una bibliotecaria en su vida”. Lulú es el vivo ejemplo de lo que representa esta frase. Me resuelve muchas dudas.
Victoria y Bárbara de la Biblioteca Fray Bartolomé de las Casas, en la Alcaldía Azcapotzalco por experimentar con sus comunidades, tienen una exposición fotográfica imperdible sobre la historia de la alcaldía.
Andrea, de la biblioteca Juventino Rosas, en la alcaldía Gustavo A. Madero, por esa extraordinaria vinculación con su comunidad.
Ernesto y Verónica, de las bibliotecas Chalma de Guadalupe y Paco Ignacio Taibo II, respectivamente, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, por abrazar un proyecto que se veía lejano y que ha ido avanzando.
Gerardo de la Biblioteca Jesús H. Abitia, en Cuauhtémoc, no se pueden perder su intervención en las Jornadas sobre bibliotecas públicas y sus comunidades “Ninguna biblioteca es una isla”.
Martha y Paty, de las bibliotecas Francisco Zendejas y Teocalli, en La Magdalena Contreras, por recibir nuestras propuestas siempre con un sí ya sea en Día de Muertos, en talleres de lectura, festivales de lectura o lo que les propongamos.
Porfiria, de la Biblioteca Valentín Gómez Farías en Tlalpan, por abrazar su huerto y los juegos de parque, y usarlos de pretexto para que las abuelas y nietos tengan un espacio donde unas tejan y otros lean o jueguen.
José, de la Biblioteca Lomas de la Era, en Álvaro Obregón, por esa defensa férrea que hace de su espacio de trabajo.
Maribel, de la Biblioteca Paraje de Zacatepec, en Iztapalapa, por abrazar nuestro proyecto, adoptarlo y llevárselo a sus talleres de verano.
Laura, de la Biblioteca Itzcóatl en Azcapotzalco, que propone, busca alternativas y piensa en las necesidades de sus usuarios.
Arturo, de Batallón de San Patricio, que fue como una luz para las y los bibliotecarios en Álvaro Obregón.
Teresa, de la biblioteca Alejandro Aura, cuyos programas le han valido premios y reconocimiento.
Susana, de la biblioteca Aarón Gordián, en Gustavo A. Madero, por crear ese huerto comunitario.
Guadalupe, de la biblioteca José Alberto Manrique, por dar durante años espacio al taller de herbolaria que reune a usuarias de la tercera edad que buscan refugio a su cotidianidad.
A la bibliotecaria en la Vicente Guerrero, en Venustiano Carranza, que reune cada semana a usuarias de la tercera edad y juntas recuperan la historia de la colonia.
A la bibliotecaria en la Demetrio Vallejo, en Venustiano Carranza, que dio cabida a sobrevivientes de cáncer de mama para que realizaran ahí su círculo de lectura.
Sé que me faltan tantas y tantos, eso es lo bueno, que no están todos, que faltan muchas bibliotecarias y bibliotecarios por conocer y que nos asombren e inspiren con su hacer biblioteca.
Pues eso: ¡Feliz Día Nacional del Bibliotecario y la Bibliotecaria!
Este año, al igual que los anteriores quiero celebrar el Día Nacional del Bibliotecario y la Bibliotecaria con libros. Pero esta ocasión es aún más especial, porque los libros de los que vengo a platicarles están escritos por dos personas a las que admiro y quiero mucho, porque son libros maravillosos que hablan del quehacer bibliotecario y el poder de la biblioteca. Nuevecitos y muy necesarios.
Se trata de dos libros que conversan, coinciden y se encuentran de manera muy especial, por ejemplo, cuando ambos mencionan que la biblioteca no es neutral/apolítica, algo en lo que estoy muy de acuerdo y creo que deberíamos discutirlo y ejercerlo más entre bibliotecaries. Qué mayor fortuna que ir saltando entre las páginas de uno y otro, contraponerlos y ver que el imaginario que tenemos de la biblioteca hace mucho quedó rebasado, nos muestran esas otras bibliotecas que deben ser y que ya son en mucho lugares.
Dos libros que hablan de manera profunda sobre la biblioteca pública y su valor, poder como corrige Tere de forma muy atinada. No están llenos de frases hechas, sino que dan cuenta con ejemplos bien claros de lo que es una biblioteca y para quienes son las bibliotecas.
Se trata pues de dos miradas profundas, críticas, con tiempo para el análisis, dos visiones del andar por las bibliotecas, de observarlas de lejos, por dentro, como usuario, como investigador, como partícipe de la biblioteca. Se trata de dos maneras de escribir a la biblioteca y concebir al bibliotecario/bibliotecaria como el artífice del espacio que es posible de muchas maneras y para muchos.
Título: Manifiesto poético/político por la investigación de/en la biblioteca pública
Autora: Teresa Avedoy
Ilustrador: Juan David Quintero
Pie de Imprenta: Medellín : Tragaluz, 2021.
ISBN 9789585463448
Dice Wikipedia que un manifiesto “…es una declaración pública de principios e intenciones, a menudo de naturaleza política o artística”. Pues bien, este manifiesto de mi querida Tere Avedoy es eso: una declaración pública de principios, una declaración política para la biblioteca; pero es especialmente una declaración de amor y desde el amor por la biblioteca pública, aunque no por ello menos provocadora. Nos obliga a revisitarla, resignificarla, repensarla y salirnos de los lugares comunes.
Un manifiesto desde una mirada de usuaria, de investigadora de las bibliotecas, de amante de las bibliotecas que, como bien menciona en la introducción: “No persigue un fin bibliotecológico, sino humano”, porque la biblioteca la hacen personas (en colectivo y en individual), las que trabajan en ellas y los que acuden a ellas, y por lo tanto todos pueden, tienen el derecho hablar sobre ellas.
Este Manifiesto se compone de 80 contundentes declaraciones y en cada una de ellas podríamos quedarnos días enteros, resignificando a la biblioteca. Les comparto las cinco últimas (las negritas son mías):
76. Hay que pronunciarse socialmente,
77. Hay que pronunciarse poéticamente,
78. Hay que pronunciarse políticamente a favor de la biblioteca,
79. Antes de pensar en (re)construcción, empecemos por desestabilizar la noción actual de biblioteca,
80. Nuestra casa imaginaria, nuestra casa común.
Por cierto, el diseño no es cosa menor, se trata de una edición colorida, juguetona que nos obliga a manipular el libro-objeto.
Este Manifiesto actualmente está disponible en Colombia, pero pronto, muy pronto se publicará una edición para México. Así que en cuanto les de el aviso, salgan corriendo por el suyo y como dice Tere al final: ¡Homo bibliotecarius del mundo, uníos!
Título: La biblioteca imaginada: jardín para sembrar comunidades
Autor: Gonzalo Oyarzún S.
Pie de imprenta: Lima : Biblioteca Nacional del Perú, 2021.
ISBN 9786124045592
Dice Gonzalo Oyarzún en alguna parte de este libro “Escuchar demuestra compromiso con las personas y su comunidad…” y este libro nos muestra que imaginar a la biblioteca requiere eso: la escucha y la observación del otro, con el otro. Aunque su título es La biblioteca imaginada, nos habla de bibliotecas bien reales, que están haciendo cosas importantes y significativas para la comunidad a partir de la escucha de esa comunidad.
No se va con discursos manidos y aceptados sobre la biblioteca pública, sino que nos comparte cinco experiencias del buen hacer en bibliotecas de Latinoamérica que nos demuestran que esas otras bibliotecas son posibles, porque ya existen y, al mismo tiempo nos invita a seguir imaginando más bibliotecas: ¿de granos y semillas? ¿humanas? ¿con sólo el 30% de libros y el 70% para lo que la comunidad decida? ¿un espacio para la ciudadanía donde la nacionalidad es la biblioteca?
La buena noticia es que este libro está disponible en descarga gratuita para tode el que quiera leerlo gracias a la generosidad de Biblioteca Nacional del Perú, una biblioteca que también se está imaginando de forma distinta e impresionante (alberca, educación, con un perfil más público).
Pues eso, ya está mi propuesta de celebración del Día Nacional del Bibliotecario y la Bibliotecaria en México. No me queda más decir a Tere y Gonzalo gracias por poner estos libros tan necesarios en nuestro horizonte: sigamos manifestándonos a favor de las bibliotecas, sigamos imaginándola.