Hoy estuve gran parte de mi tarde trabajando en un Starbucks situado al sur de la Ciudad de México muy cerca de Ciudad Universitaria donde existe al menos una biblioteca por cada facultad, la Biblioteca Central y la Biblioteca Nacional; algo que llamó mi atención y que en otras ocasiones también ha sucedido, es la cantidad de personas con libros y/o laptops estudiando o leyendo.
En tono de broma comenté en twitter y facebook que:
Las bibliotecas seriamente deberían considerar el modelo de Starbucks. Necesitamos bibliotecarios-baristas que, además de ser expertos en CDU, te preparen tu “alto-mocca-extra-hot-descafeinado-con-soya” y que nunca te digan “shhhh! favor de guardar silencio“.
Aunque mi comentario iba con un tono de ironía, la reflexión de ¿qué hace que la gente prefiera un Starbucks a una biblioteca? terminó siendo seria. Olvidémonos de aquellos que suelen visitar esos lugares por “pose” y, tratemos de concentrarnos sólo en aquellos que cargan con su libro o laptop para estudiar o leer. Como lo dije en Facebook, no creo que sea un asunto de bebidas o música, pues, de hecho, su café no es el mejor y sí costoso comparado al de otras cafeterías. Tampoco creo que sea un asunto de asientos cómodos o de WiFi; la Biblioteca Vasconcelos en Buenavista se caracteriza por su cómodo mobiliario y conexión, muchas bibliotecas públicas ya cuentan con internet. Entonces ¿qué hace que la gente en un país con fuertes problemas económicos prefiera gastar para sentarse a leer o estudiar?
Antes de que salten algunos colegas pensando que quiero convertir a nuestros “amados recintos” en una cafetería transnacional, aclaro que entiendo perfectamente que ambos espacios están concebidos de forma distinta: uno trata de ganar clientes y les ofrece lo que estos necesitan con tal de que consuman y aumenten sus ganancias; mientras que la naturaleza de biblioteca es informativo-formativo-cultural; pero, nos guste o no, tenemos que aceptar que algunos de los que aceptan la oferta informativo cultural al final optan por la cafetería y no por la biblioteca, ¿por qué sucede esto?
Yo comentaba además que quizá este fenómeno se daba porque, al revestir a nuestras bibliotecas de solemnidad, silencio e intelectualidad, lo único que lográbamos era alejar a los usuarios; a nadie le gusta estar en lugares poco flexibles, donde tienes que guardar silencio como en un funeral; por su parte, @abelardojeda comentaba algo que, de cierta manera refuerza un tanto mis sospechas: la creatividad para lograr que la experiencia de los clientes en Starbucks sea placentera. Mientras nosotros llenamos de restricciones en Starbucks, lo único que tienes que hacer es pedir tu bebida y sentarte a leer, estudiar o, lo que quieras.
Entonces vuelvo a lo mismo: ¿qué tendríamos que hacer para que esos clientes vuelvan a nuestras bibliotecas? Dudo que sea ofrecer un buen café y poner jazz de fondo.
No se, quizá estoy hablando tonteras y en realidad no hay ningún hilo negro que descubrir, pero insisto, siempre encuentro más gente leyendo en Starbucks que en la Biblioteca, nos guste o no, esos son usuarios potenciales que estamos perdiendo por… ¿una bebida? ¿WiFi? ¿asientos cómodos?
Vero:
Curiosamente la semana pasada platicaba con algunos alumn@s sobre por qué las bibliotecas tienen que ser aburridas e incomodas. Esto nos llevó a compararlas con Starbucks, y veíamos precisamente que el ambiente de estos establecimientos es lo que más llama la atención e invita a para pasar un buen rato ahí. Ahora bien, la pregunta del millón, ¿qué pasa con la bibliotecas?, ¿por qué los usuarios no se sienten a gusto en ellas? La respuesta, como bien dices, no depende solamente de mobiliario o música agradable (aunque sí influye mucho), sino de la calidez en el servicio que como usuarios hemos dejado de percibir cuando ingresamos a una biblioteca.
Entiendo perfectamente que el número exhorbitante de usuarios y la demanda que éstos hacen de los servicios, la mayoría de las veces imposibilita que los bibliotecarios te atiendan con una sonrisa en la boca, pero la cosa se vuelve injustificada y crítica cuando en bibliotecas pequeñas o medianas lo primero que te encuentras es una actitud de indiferencia y “valemadrismo” por parte de quien se supone te va a ayudar a localizar una fuente de información.
Así que como tú, sigo pensando que la diferencia radica no sólo en el buen café y los bonitos sillones (los cuales, insisto, la verdad hacen mucha falta) sino en la mala actitud de servicio que muchos de nosotros como bibliotecarios sabemos hacer sentir en los usuarios de manera seria y pesada.
Por ello, como bien dijiste en el Twitter: “por lo pronto podemos comenzar a tomar un curso de hacer café y tener siempre una sonrisa”, lo cual, sin duda, para estos fines no es del todo baladí.
Un abrazo.
Cuando realmente vas a estudiar y a leer, poco importa quién te atiende lo q necesitas es llegar al libro q necesitas, así q si ya sabes como adquirirlos puedes prescindir de la ayuda, por otro lado si es necesario el silencio y si no lo entiendes como respeto hacia los demás pues no vayas a la biblioteca para eso debe haber una mediateca, esas con sección para música, idiomas, talleres, charlas o foros, niños, etc. Y por último y más importante a su tema, pregúntales que entendieron y que analizaron de sus tareas (excepto los q se reúnen específicamente por obligación en equipo aprovechando la ubicación, horario para distribuir tareas pero no por info) y/o libros leídos en Starbucks, solo van a seguir su pose de “nice”, van a ver con quién se encuentran (hayan quedado con alguien o no), mostrar su “intelectualidad” con algún libro por su título, por su autor, porq está de moda, etc. Cuando no necesitas pedir libros o buscar información especializada, tus deberes o entretenimientos los realizas en cualquier otro lugar!! A veces estudias en un camión, un tren, un avión, un vagón de metro, dependiendo en q te transportas, a qué te dedicas y tu interés por cumplir tus tareas antes q buscar un “confort” consumista.
Hace 30 años, cuando era estudiante universitaria me quedaba en la Biblioteca de la facultad solo si era imprescindible. (Un libro que no se prestara, o el Corominas,je).
Cuando tuve mis hijos, los acostumbré a visitar labiblioteca del barrio. Les encantaba ir a elegirse lo libros para llevar a casa. ¿Quedarse con el ogro del bibliotecario? ¡Noooo!
Yo tengo la sensación que en la biblioteca sos sospechoso, como en el supermercado.
Me encanta mirar las fotos de la Vasconcelos, pero me gusta leer en el sillón de casa, y estudiar con los amigos o la familia en un café, charlando y compartiendo algo.
Quizás podría haber salas rigurosas para la investigación y otras con dinámica de café, vaya uno a saber.
Hola Juan:
El asunto es que yo no creo que exista tal número exhorbitante de usuarios en las bibliotecas. Quizá en el caso de las bibliotecas universitarias lo sea y el personal esté rebasado; pero si pienso en la Biblioteca Nacional, en la Vasconcelos (la de la Ciudadela o Buenavista), no veo tal número de usuarios.
Creo que la cuestión es un tanto responsabilidad del bibliotecario mal encarado que puedas encontrarte y, otro poco, de las restricciones con las que llenamos al usuario, del “protocolo” que debe seguir (revisar un catálogo, entender un sistema de clasificación, guardar silencio, hacer el trámite de préstamo y tantos otros etcéteras) para encontrar lo que necesita o bien, sentarse sólo a leer. Como lo dije, hemos revestido a las bibliotecas de tanta solemnidad e intelectualidad, que alejamos a los usuarios que prefieren gastar para sentirse cómodos.
Coincido contigo en que una de nuestras tareas es cambiar la actitud en el servicio y, la otra será procurar un espacio cómodo, placentero donde el usuario se sienta bien, como comentaban, debemos ser creativos para lograr una experiencia agradable.
¿O será que de plano tenemos que comenzar a preparar bebidas?
Saludos
Hola María:
Bien lo dices, prefieres la comodidad de tu hogar, sentirte en tu espacio. Ese es el objetivo que deberíamos lograr los bibliotecarios. Hacer que la estancia en la biblioteca sea tan placentera, para que la gente no sólo decida ir por un libro o por info., sino que además decida quedarse ahí para leer o estudiar.
Saludos
En verdad yo creo que ese fenomeno que se a estado dando recientemete en realidad si influye mucho en el ambiente que se maneja en estas cafeterias. Este es mas relajado mas alla del Wi-fi o asiientos e iluminacion de halogeno con un ligero jazz en el fondo. Es evidente que estos factores si son claves para que uno se valla a Starbucks en vz de la biblioteca. Curiosamente, este fenomeno se esta dando en todo mexico (o almenos asi lo creo yo) en Octubre pasado visite la ciudad de Monterrey y me percate que esto es todo una realidad al igual que en Leon gtO. (Donde yo resido). Es curioso saber que este tipo de fenomenos se dan simultaneamente sin ponerse deacuerdo, o por un grupo en Facebook, o lo que sea… simplemente se manifiesta como una reaccion de la sociedad a algo que en general nos molesta. En este caso el ambiente que se maneja en las bibliotecas clasicas. Es algo realmente sorprendente y deja mucho que pensar sobre el comportamiento colectivo en situaciones como esta… Sera realmente el Wi-Fi… o los asientos comodos… o el ambiente relajado el que convenza a la gente a cambiar la biblioteca por un Starbucks*? En algunos casos… estos aspectos de Starbucks (Wi-fi.. etc.) Mas que superfluos… se vuelven una necesidad…
Soy bibliotecario de un Instituto y busco crear un clima agradable, lejos de la solemnidad de un funeral. Casualmente una estudiante reparó en la falta de silencio y su dificultad para poder estudiar. Sinceramente luego de un intercambio de ideas y siendo objetivo, debo admitir que no comparto totalmente esa solemnidad que hoy en día es obsoleta y que de imponerse, aleja a los usuarios. La solución, creo, es tener distintas dependencias : salas de lecturas/ estudio y otras más flexibles ( con un café, ¿por qué no?). Caso contrario vamos a ir lentamente desapareciendo. Hay gente que se resiste y asocia “intelectualismo” con “riguroso silencio”… en otro tiempo quizás….Para concluir, si tengo que optar por una estrategia para atraer usuarios, prefiero “perder” uno con apetencias de solemnidad y “ganar” jóvenes que den vitalidad al espacio que lo contrario. Ambos extremos los he vivido y poder ver mi lugar lleno de jóvenes, leyendo, buscando en los estantes, compartiendo lo leido, etc. no lo cambio por una sala de lectura solemne ni loco. Saludos.
Mi percepción es la relación que existe entre usuario-biblioteca, es decir, el estereotipo concebido desde nuestro paso por las aulas, -el lugar solemne, a donde solo van a concentrarse los “genios” por no decir ‘matados’.
El SB vende un concepto de libertad, tu puedes venir a hacer lo que te plazca, te damos los instrumentos para eso. Curiosamente varias de esas herramientas las tiene la biblioteca (excepto el café).
Las reglas bajo las que operan tanto bibliotecas como SB son distintas y el cambiar el del primero para intentar ser como el segundo, no creo que sea el camino.
A mi parecer, para que una mayor parte de la población prefiera una biblioteca es resaltar lo que puedes hacer ahí. ¿Cuánta gente sabe que puede usar su lap, conectarse a internet o pedir una prestada?
Los controles de acceso y salida de de algunas bibliotecas dejan mucho que desear. El que no puedas ingresar con una mochila o si logras hacerlo, pero al abandonar el lugar eres sujeto de una amplia revisión, deja una experiencia no muy buena.
En fin, son varios detalles que bien pueden mejorarse, por decir, tener áreas donde puedes sentarte y disfrutar un café o un sandwich, sin tener que estar bajo la regla del “silencio” y áreas donde ni alimentos y se deba guardar silencio.
Es grandes rasgos mi opinión.
La verdad es que yo no soy fan del starbucks, se me hace un establecimiento hipersnobista…pero es muy curioso esto que planteas, porque en mi caso yo no puedo leer si no hay algo de silencio,al menos que este leyendo algo que no me pida mucha concentracion…
El silencio en las bibliotecas esta bastante justificado, en ese sentido.
Creo que el que la gente se traslade a un starbucks a trabajar o estudiar se debe a la comodidad, en gran medida; yo prefiero, en lo personal, leer al aire libre que enclaustrado en una biblioteca que encierra el calor y junto con el silencio, pues no se diga, TE DUERMES!!!
Saludos, interesante articulo
Creo que son dos cuestiones:
-Las bibliotecas son un claustro del conocimiento. Ir a una es ir a encerrarte con libros, no hablar a menos que sea para pedir libros y no ver más que libros y gente leyendo. Estar en una cafetería, por otra parte, es estar acompañado del ruido de conversaciones y cucharitas, de los novios que vienen a pasear, del hombre que viene a leer el periódico; en pocas palabras, otra gente que no viene a los libros.
-Por la misma razón, entrar a un recinto del saber implica todo el ritual de pasar por la puerta principal, dejar tu mochila en la entrada, ir a buscar los libros, buscar dónde sentarte y después volver sobre tus pasos. La cafetería solo es ir, pedir un café y leer. Te puedes ir cuando quieras y nadie te dirá absolutamente nada.
-Las bibliotecas generalmente son en lugares cerrados, siguiendo el modelo de claustro. Hay luz artificial para que puedas leer, una mesa para trabajar estilo mesabanco, y todo lo que toca la vista tiene que ver con libros o trabajo académico. A pesar de que la gente hace cosas interesantes ahí, verlas es de lo más aburrido. La cafetería es un gran lugar para simplemente ver la vida pasar con el pretexto de un libro. Puedes ver los carros, la preparación del café, las conversaciones de las otras mesas, los autos y los peatones, sin contar que generalmente las cafeterías tienen sillones que invitan a pasar el tiempo y una iluminación natural que definitivamente es más cálida.
-A la gente de la cafetería le conviene que regreses, ya que el sueldo de todos depende de ello. Ni se diga del Starbucks, donde hasta te hacen preguntarte si el gerente les baja el sueldo si no mantienen una sonrisa todo el día. Los empleados de la biblioteca generalmente son gente malpagada que esta ahí ya sea por necesidad o porque le gustan demasiado los libros. Personalmente nunca me he encontrado con un ogro, pero sencillamente saben que la gente no va ahí a platicar, y si no les preguntas nada no se meten contigo. Pueden ser unas personas maravillosas, pero créeme, la biblioteca no es donde van a brillar.
Por estas razones, aunque metiéramos un barista sonriente, un Wifi con velocidad decente y músicos de jazz improvisado las bibliotecas no tendrían la recepción que tienen los cafés, ya que simplemente son dos públicos diferentes, y desgraciadamente para el lector casual no creo que la biblioteca sea la mejor opción.
Faltaría saber si las bibliotecas buscan atraer a ese público que solo va a leer su novela favorita o si solo estamos divagando.
Yo más bien pienso que se debe al factor de: “Quiero hacer mi tarea|trabajo mientras me tomo un cafe o algo rico” Distraes el cuerpo con tu bebida y te concentras en tu trabajo.
Aúnque en lo personal prefiero el ambiente de una biblioteca, soy de los que prefieren los lugares donde hay poca gente.
Pero por desgracia no hay una biblioteca por aqui, así que tendré que ir al Starbucks…. 😛
Tienes toda la razón en el punto de que las bibliotecas suelen adoptar un silencio solemne, y eso la verdad en ocasiones es hasta arrogante. Pero por eso uno puede elegir leer en otro lado, como en un jardín (mucho mejor lugar que un starbucks, creo yo). Pienso que leer, hacer tarea, o lo que tú mencionaste, en un Starbucks es parte del paquete de la pose, de la adquisición de la imagen que vende la marca. Estudio en la facultad de psicología de CU, y creo saber a qué Starbucks te refieres. Asisto regularmente a la Biblioteca Central y puedo decirte que a ciertas horas, por ejemplo como a las 2 de la tarde, es algo difícil encontrar un lugar dentro de la biblioteca para ponerte a hacer las actividades que señalas. Además, las personas que trabajan en esta biblioteca son muy amables, al menos yo no me puedo quejar de algo en mis más de tres semestres que llevo asistiendo. Otra razón para pensar que es cuestión de pose: por la cercanía de ese starbucks a la facultad, sé de pocas personas que asisten al starbucks y siendo sincero no son personas que reflejen que leen mucho, tal vez hacen tareas y eso por obligación mediocre, pero leer como que no, eso se les notaría. Eso sí, hay veces que llegan presumiendo su vasote, con el verde logo, cargandolo casi a la altura de la cara pa’ que se vea. También, habría que preguntar a los starbuckeros qué leen y si están entendiendo lo que leen, porque puede que ni entiendan y que lean barbaridades. Es cuestión de pose.
Hola a todos. ¿Alguno de ustedes sabe realmente lo que es estudiar?; ¿Creen que se puede memorizar un buen tocho de apuntes de derecho o medicina con gente hablando alrededor, con música de fondo, con gente tomando café y conversando?
Las bibliotecas son para estudiar y, por ende, las solemnidades son requisito esencial para la validez de las mismas. Si quieren hablar váyanse a una cafetería o a un parque.
Estoy totalmente de acuerdo con el planteo. Aunque en esta humilde Biblioteca de Estanterías Abiertas donde trabajo, en una ciudad cordillerana patagónica ARGENTINA (Esquel-Chubut)no hay starbucks. Sí está el “buffet”, a unos 40 metros de la Biblioteca, área donde hay wifi y muchas cosas ricas para tomar, comer y camaradería, además es un lugar de paso obligado y todos se ven ahí. Primero que nada tenemos que ser humildes y con esa actitud brindar los servicios, que no se nos suban los títulos y chapas a la cabeza, porque el usuario lo nota y se retrae hablando sólo lo necesario y yéndose con su libro a otro lugar cuando podría quedarse cómodamente instalado en nuestra biblioteca sin que lo estemos observando o ignorando. “Todo usuario es sospechoso hasta que se demuestre lo contrario…”, jaja!
Justamente hoy cuando entró el primer alumno, usuario habitual de nuestra Biblioteca, yo estaba tomando mate, la bebida cada vez más difundida en nuestros países y el mundo. No lo hago todos los días, y en esta Biblioteca según el Reglamento, no se puede tomar mate, ninguna bebida, ni comer nada porque se cree que puede afectar la política de conservación preventiva (que está muy buena pero yo lo modificaría en este aspecto). Aunque
he aquí la paradojalos bibliotecarios sí podemos tomar mate, té, etc., porqueclaroestamos en nuestro lugar de trabajo y no lo podemos abandonar para ir a otro lugar (comedor ni cocina no tenemos) a beber y/o comer.Saludé como siempre amablemente a este usuario y le ofrecí un mate que aceptó de muy buena gana y me comentó que había venido tan apurado a la Universidad que no había desayunado. No me animé a ofrecerle tortas fritas o masitas con coco y dulce de leche que tenía guardaditas en una bolsa… pero mal no hubiera estado.
Se sintió muy bien y estuvimos un par de minutos conversando sobre la reglamentación en la Biblioteca… Es importante construir vínculos con el usuario, hacerlos sentir bien, que se sientan aceptados en este ámbito.
Es parece un placer hacerles llenar papeles, que sigan los códigos o dígitos, el CDU o la Dewey, bla, bla, bla… Que no me levanto como un paladín en contra del orden, todo lo contrario, por algo soy bibliotecario, pero lo que comentas en tu artículo (que está buenísimo) es una realidad que compartimos aquí en el sur del sur.
Conozco una Biblioteca cuyana, universitaria, donde entre dos estanterías se ubica una mesa con sillas. Allí los alumnos estudian, toman mate, están cerca de los libros, comen masitas (o galletitas) no sé cómo las llaman en México, toman algún jugo. Claro, no se van a llevar una pizza, o un asado oloroso, o empanadas calientes!!! Menos una sopa!!!! (Tiembla Mafalda).
Pero nunca tuvieron problemas con los usuarios y eso que pregunté y repregunté. Nunca mancharon un libro o derramaron líquido. Y si sucediera, ¿qué? Prefiero un libro manchado si es resultado que tantos usuarios pueden estar cómodos, aceptados, placenteros en la Biblioteca, leyendo, tomando apuntes, investigando, o simplemente pensando, meditando y por qué no, charlando un poco… (ojo, en voz baja….) con sus compañeros.
No estaría nada mal un par de sillones, y qué un dispenser de agua mineral en la Biblioteca, por qué rasgarse las vestiduras….tanto que hablamos que debemos estar dispuestos al cambio y después vamos y nos ponemos más estrictos que antes! Por qué no preparar unas buenas bebidas, café, mate, o té y más aún, tomar juntos con el usuario…. ja ja!!!! Estoy exagerando pero es para que le dé urticaria a los bibliotecarios/as brujos/as que yo no creo en ellos pero que los hay, los hay, y sólo puede ofenderse quien lo sea. Un abrazo patagónico…. Felicitaciones por el planteo.
Realmente necesitamos un cambio de raÍz… la biblioteca esta perdiendo lectores porque no se hace nada para atraerlos… por que la gente que esta ha cargo le falta PASIÓN POR SU LABOR…
Leí con mucho interés este artículo, no soy bibliotecario pero si lector. El primer punto es la mala imagen tradicional de la biblioteca, como un lugar para gente rara, y la imagen de la bibliotecaria tirana y grotesca.
Creo que puedo comentar dos cosas:
1. Lo primero es la inversión en mercadotecnia. Para eliminar una imagen mala hay que invertir en crear una nueva, pero me temo que las bibliotecas poco o nada invierten en crear una nueva imagen, lo único que he percibido es: TENEMOS LOS TÍTULOS MÁS RECIENTES, pero creo que no basta con eso.
2. Hay una película que se llama Tienes un Email, que es de los noventas, el giro de los personajes es la venta de libros, Joe Fox con su gran emporeo y Kathleen Kelly una librería para niños. Lo curioso es que en ambas librerías se muestra que los clientes pueden leer los libros y se muestra un ambiente de total algarabía, entre risas, conversaciones y alegria. Creo sinceramente que eso le falta a las bibliotecas. Pensemos que quien quiere leer en total silencio lo hace en la comodidad de su hogar. Quienes leen en los cafés o en el parque están expresando que NO QUIEREN silencio, sino un ambiente para leer, con vida…
Yo prefiero Starbucks a la biblioteca por el simple y sencillo hecho de que puedo comer.
Me estresa estudiar sin comida.
Cuando estoy nerviosa me da hambre.
Y en las bibliotecas (con justa razón) no te permiten ingresar alimentos.
Saludos.
(Alumna universitaria de 7mo semestre)
Creo que viajando y dandonos cuenta como estudian y es la dinámica en bibliotecas de países que se conocen como primer mundistas y que tienen un nivel muy bueno en educación, de vida, etc, etc… Se puede reflexionar por que Mexico no tiene esos niveles. Podríamos culpar a las universidades o maestros pero el principal responsable eres tu, yo, todos. Lo que si me queda claro es que quien se toma en serio el papel que tiene es seguro que alcanzara sus metas. Lo que cosechas lo siembras. Se supone que somos pensantes… Entonces debemos controlar nuestras actividades por prioridades. Primero lo primero. Con todo respeto tomar un café como quiero y donde quiero, a la hora que quiero y cuando quiero me parece +típico de una persona que no sabe esperar, que conoce o no tiene claras sus prioridades.
De acuerdo contigo, un lugar para cada cosa y para cada momento, incluso para cada estado de humor.
Vero, qué lindo tu sitio y te puedo decir que como bibliotecaria practico la flexibilidad con los alumnos y me ha dado excelentes resultados.
No me alcanza el espacio para contener a todos los que vienen y si se exceden en el ruido les digo que no quiero dar un ambiente hiper estructurado pero que respeten el límite, música bajita, oportunidad para hablar y voilá!! saludos..
Considero que como en todo, el ambiente es un aspecto importante que se debe tomar en cuenta. Si bien en nuestra casa, estamos a gusto cuando estamos en un entorno tranquilo, relajado sin tener alguna prohibición, donde el trato sea cordial y con la confianza de disfrutar de un momento de paz. Siento que las bibliotecas conservan una mala imagen o una imagen demasiado restrictiva. Hace falta cambiar esa idea en las personas, pero sobretodo en los profesionales a cargo de ellas. Una biblioteca publica puede ser un espacio ideoneo para iniciar.
En mi opinión personal podría decir lo siguiente:
1.-En México falta fomentar más la cultura de QUERER leer en las bibliotecas. Estudiar ahí se relaciona con ser ñoño, matado o algo por estilo ( que no suena atractivo).
2.-El tema de Starbucks creo que es un cliché, y es asunto de moda; pero sobre todo provocado porque en cada esquina te encontrarás un Starbucks que “responde a tus necesidades” .
Las distancias de la cd. de Méxino no te permite trasladarte tan fácil y en poco tiempo; en cambio un Starbucks está a la vuelta de tu casa.
3.- Es verdad: la música , las bebidas y los asientos no son los más aptos para estudiar o leer. Elegimos por comodidad y estatus. ( la verdad)
La Biblioteca Vasconcelos es un buen lugar, pero quien diga que la conexión a Internet es Buena no sabe lo que dice. De hecho es sorprendente lo mala que es. Un centro como ese debería tener una conexión moderna. Les invito a que intenten bajar un pdf de 10MB a ver que tal les va.
Hola, yo estudio biblioteconomía voy en sexto semestre, y esta semana, el miércoles, hablabamos en clase sobre la calidad. En mi opinión, tal vez si el starbucks es famoso, es comodo, pero que me dicen de la calidad del café y del costo, y del servicio de los que atienden, si bien sospecho que esta es una buena comparación con las bibliotecas, y creo que en ello se debería poner el bibliotecario para dar un buen servicio, más allá de atender al usuario y caerle bien y todo, es brindarle un nivel de confianza y de seguridad de que en la biblioteca va a encontrar esa comodidad que esta buscando, yo creo que si el usuario no va a la biblioteca, nosotros como bibliotecarios tenemos del deber ir a buscar el usuario, tal vez igual que el starbucks con un poco de musica a bajo nivel para no aturdir a los estudiosos y un centro donde puedan ingerir alimentos, fuera del area de los libros ya que eso representaria suciedad, y quizás una cara más amable, fuerte, segura, y agradable del bibliotecario o bibliotecaria que atiende. Yo he entrado a la Vasconcelos y es una biblioteca si no magna por lo menos a mi punto de vista es un lugar con un buen ambiente para sentarse a leer un buen rato… por cierto me encanta tu espacio. 🙂
Ya han pasado 5 años de tu primer artículo .. ¿que se ha aprendido en éste tiempo?
Sin duda un mobiliario cómodo es importante.. un lugar agradable, limpio, iluminado, también. Si nos quedamos en ese punto me parece que no estaríamos resolviendo el problema de fondo. Sin embargo, si trabajamos en la idea del bibliotecario que ame su trabajo, la lectura y de un excelente servicio al usuario estaríamos más cerca de que en nuestras bibliotecas se llenen de lectores y ser esa entidad que aporta recursos para el crecimiento de su comunidad.
Zaira:
Sí, aunque no necesariamente, pero es un buen comienzo, un bibliotecario puede amar la lectura y su trabajo y esto no le garantizará tener una biblioteca llena ni lograr que la gente lea más, esto no le garantiza tampoco dar un excelente servicio, para ello hacen falta estudios de necesidades de la comunidad en el planeamiento bibliotecario y, desde luego, bibliotecarios con “don” de gente. No todos los bibliotecarios son buenos para estar en servicios al público.
Lo que realmente hace falta, sin embargo, es entender la importancia de nuestro trabajo, de dónde venimos y dónde estamos, entender y conocer a los usuarios, es un poco en lo que en el fondo se habla en este post, más allá del mobiliario, que cambiemos el chip y entendamos las necesidades de nuestros usuarios, las que por cierto no sólo son necesidades lectoras. No podemos seguir confinando a la biblioteca a un espacio para libros y lectura, de hecho en el post menciono “…y sentarte a leer, estudiar o, lo que quieras.”
Por eso sostengo que los Starbucks nos llevan la ventaja en entender las necesidades y los usuarios.