
Este año se ha caracterizado por el reto constante que ha representado para las bibliotecas dar acceso a libros electrónicos, lo anterior debido principalmente a prácticas insostenibles que las editoriales y los distribuidores están imponiendo. En junio pasado Hachette Book Group anunció que partir del 1 de julio eliminaría el modelo de compra a perpetuidad para libros electrónicos y audiolibros; un mes más tarde, Overdrive anunciaba el embargo de 90 días a una selección de novedades en audiolibro que Blackstone decidió imponer en las bibliotecas.
En ambos casos, los bibliotecarios en Estados Unidos han alzado la voz. Sin embargo, esto sigue sin ser suficiente y cada vez es más preocupante el camino que quieren imponer las editoriales a las bibliotecas que buscan dar acceso a libros electrónicos y audiolibros. Por ello es necesaria una llamada de atención contundente, y eso le ha quedado muy claro a la ALA que el 9 de noviembre lanzó la campaña #eBooksForAll para denunciar y expresar su preocupación después de que Macmillan Publishers impusiera a las bibliotecas un embargo de 8 semanas después del lanzamiento del libro y lo que es peor, determinó que las bibliotecas sólo podrán adquirir una copia de cada título que se publique en formato electrónico. En el comunicado emitido por Mary Ghikas, Directora Ejecutiva de la ALA podemos leer lo siguiente (las negritas son mías):
El objetivo de la ALA es enviar un claro mensaje a John Sargent, CEO de Macmillan: el acceso a los libros electrónicos no debe ser negado o retrasado. Nuestros miembros nos dicen que los usuarios quieren una manera sencilla de unirse a este movimiento y demandar el acceso a los libros electrónicos para todos… Las bibliotecas tienen millones de aliados allá afuera y los estamos invitando a tomar acciones”.
Ni los bibliotecarios, ni las editoriales, comenzando por Macmillan, podemos ignorar esa fuerza que tienen los millones de aliados a los que se hace referencia, ya lo mencionan en la campaña #eBooksforall:
Macmillan es el único editor de las Cinco Grandes en proponer un embargo de este tipo y los lectores no se pueden permanecer callados.
La ALA y las bibliotecas en todo el país te pedimos expresar tu desacuerdo con la nueva política de Macmillan firmando la petición y diciéndole a John Sargen, el CEO de Macmillan que el acceso a los libros electrónicos no debe ser retrasado o negado. Debemos tener #eBooksforall.
#eBooksForAll
Pero así como no debemos ignorar la fuerza de los usuarios, tampoco debemos obviar el papel que los autores pueden tener en esta campaña, ellos también pueden alzar la voz en favor de las bibliotecas como ya lo ha hecho Neil Gaiman que aunque no es autor de dicha editorial, pesa mucho en el mercado. Otros se pueden sumar.

De igual forma, ni los bibliotecarios, ni las editoriales debemos ignorar el importante rol que juegan las bibliotecas en la cadena del libro. Parece absurdo que las editoriales vean a las bibliotecas como una amenaza, cuando en realidad el que una biblioteca adquiera algún título representa una gran exposición para autores y editoriales; es precisamente gracias a las bibliotecas que hay un incremento en el consumo de libros electrónicos y audiolibros. Pensemos, por ejemplo, que Overdrive, la principal plataforma a nivel mundial de préstamo de libros electrónicos para bibliotecas, en 2018 alcanzó los 274 millones de préstamos digitales.
Quizá sea también un buen momento para voltear a ver lo que se está haciendo con el movimiento de acceso abierto en el campo de las revistas académicas. Otras muchas formas podemos encontrar; sin embargo, no deja de ser preocupante lo que ocurre en el ámbito del libro electrónico en las bibliotecas. Sí quieren contribuir, pueden firmar la petición que en este momento alcanza más de 213 mil firmas. Es también buen momento para que las asociaciones bibliotecarias en nuestro país, se sienten a discutir cuál va a ser la postura frente a este tema, porque también acá debemos dar acceso a estos materiales y nos enfrentamos a los mismos problemas que en las bibliotecas de Estados Unidos.