
Hace unos pocos días les hablaba de las licencias y los retos del préstamo de libros electrónicos en bibliotecas. Desde luego el tema va más allá de impreso vs digital por la simple nostalgia del “olor del libro”. El verdadero reto es la negociación con editoriales y los distribuidores.
Y, cuando no se puede llegar a una negociación que beneficie a bibliotecarios y sus comunidades, tanto como a las editoriales los distribuidores, no queda más remedio que luchar (o, al menos eso es lo que deberíamos esperar del gremio bibliotecario). Tal como sucede ahora con las 44 bibliotecas que forman parte del Consorcio de Bibliotecas Digitales en el estado de Washington (WDLC), que están planeando un boicot bibliotecario de seis meses contra Blackstone Publishing.
Todo esto comenzó el 1 de julio pasado, cuando Overdrive notificó a las bibliotecas del WDCL que Blackstone decidió imponer en las bibliotecas un embargo de 90 días a una selección de novedades en formato audiolibro publicados por Blackstone Publishing, es decir que bajo este embargo las bibliotecas no pueden adquirir dichos audiolibros durante tres meses. Lo anterior debido a que Blackstone hizo un convenio con lo que ellos en un primer momento llamaron “importante socio estratégico”, que más tarde y de acuerdo con Publishers Weekly, resultó ser Audible. Este convenio obliga a Blackstone a que sus audiolibros estén disponibles de forma exclusiva en Audible por un periodo de tres meses.
Tener la exclusividad con un gigante de los audiolibros como lo es Audible a cualquiera puede nublarle la vista (y la razón), al punto de no tener presente que las bibliotecas son un punto importante de entrada a los contenidos que, en muchas ocasiones, terminan siendo adquiridos por sus usuarios. Lo anterior, sin tomar en cuenta que la adquisición en bibliotecas representa una venta mayúscula para las editoriales y los distribuidores. Si no me creen piensen en las 16,500 bibliotecas que, de acuerdo con el documento que el WDLC envió a Blackstone, existen en Estados Unidos y anímense a hacer cuentas.
Blackstone Publishing vio una oportunidad de beneficiarse, sin tomar en cuenta que perjudica a un socio, este sí, estratégico, en la difusión y venta de sus contenidos: las bibliotecas (recuerden: 44 bibliotecas que bien podrían llegar a sumar 16,500). Así que las 44 bibliotecas del WDLC, a modo de protesta, han decidido no adquirir los audiolibros de Blackstone Publishing (que representa el 20% del catálogo de audio digital del WDLC) del 1 de agosto de 2019 y hasta el 31 de enero de 2020; un boicot bibliotecario que es una especie de embargo a la inversa.
Lo más interesante es que el WDCL está llamando a que todas las bibliotecas en Estados Unidos se unan a esta protesta. En el documento dirigido a Blackstone se puede leer lo siguiente:
Como defensores del acceso equitativo para nuestros residentes, estamos protestando por su decisión, por lo que hemos decidido boicotear los audiolibros de Blackstone durante seis meses (del 1 de agosto de 2019 al 31 de enero de 2020). Solicitamos que revierta el embargo y se abstenga de crear futuras barreras para las bibliotecas.
De lograrse un boicot en todas las bibliotecas de Estados Unidos, significaría un duro golpe contra las editoriales y/o distribuidores y las políticas perversas que imponen a las bibliotecas; políticas que no hacen más que beneficiar a unos cuantos en detrimento de comunidades enteras que se ven impedidas de acceder a los libros y audiolibros que requieren.
Algunos verán este boicot como un arma de doble filo que puede perjudicar a los usuarios en el corto plazo, pero como lo señalan en uno de los documentos para las partes interesadas: medio año sin adquirir audiolibros de Blackstone serviría no sólo a esta editorial, sino al resto del medio a entender el importante papel que tienen las bibliotecas en difundir y permitir que los usuarios descubran los contenidos, lo que a la larga se traduce en ventas para las editoriales.
En lo personal, aplaudo y celebro este boicot bibliotecario que no sólo se queda en la queja. En Whatcom County Library System pueden ver todas las acciones que se están tomando, que van desde el borrador de la carta que se enviará a la editorial, la sección de preguntas y respuestas para los usuarios que estén siendo afectados, una muestra de comunicado de prensa. Parece que tenemos mucho que aprender, como por ejemplo, asumir una postura frente a decisiones que toman terceros y que afectan a las bibliotecas, bibliotecarios/as y usuarios.