¿Qué significa hacer una biblioteca accesible para todos? Es una pregunta que tiene un sinnúmero de respuestas. Entendida la accesibilidad como “…el grado en el que todas las personas pueden utilizar un objeto, visitar un lugar o acceder a un servicio, independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas” (Sí, todo el dato de Wikipedia, porque la RAE se quedó muy corta), hacer una biblioteca accesible significa que todas las personas la puedan usar sin importar sus capacidades y/o condiciones.
La accesibilidad es un tema en boga y políticamente correcto, pero llevarlo a la práctica no es tan sencillo; la accesibilidad es un tema que va más allá de poner rampas y/o letreros en braille y que, sin duda, debe comenzar con la sensibilización del bibliotecario respecto al otro, a la diversidad y a las distintas necesidades, de información sí, pero también físicas, técnicas y cognitivas, de los usuarios. Sólo entendiendo y conociendo estos aspectos se puede planear una biblioteca accesible en la que tanto el personal bibliotecario, como el espacio físico, los materiales y servicios sean realmente accesibles.
Una biblioteca accesible: por dónde comenzar
En este proceso de sensibilización del personal bibliotecario, la ASCLA (Association of Specialized and Cooperative Library Agencies), una división de la ALA, cuenta con Library Accessibility: what you need to know, una serie de útiles consejos sobre los diferentes tipos de accesibilidad al interior de la biblioteca, por ejemplo: accesibilidad para usuarios con autismo, voluntarios con discapacidad, enfermedades mentales, sordos, discapacidades físicas, visión, etc.
Esta serie de consejos nos ofrecen un panorama bastante esclarecedor sobre las distintas discapacidades y necesidades específicas. Por mencionar el ejemplo que supuestamente más “desarrollamos” en las bibliotecas: al planear servicios para ciegos y débiles visuales, cometemos el error de hacerlo sólo en términos de señalética, acervo en braille y quizá software especial; sin embargo, de acuerdo con Library Accesibility debemos comenzar por entender la diferencia entre los ciegos y los débiles visuales y evitar ponerlos en un mismo grupo, pues sus necesidades no son las mismas; otros consejos van desde el tipo de acervo requerido, hasta la forma en la que el bibliotecario debe comportarse con el perro guía, en caso de que el usuario lleve uno.
Existe también el Proyecto ENABLE que será de gran utilidad para conocer más sobre el tema de accesibilidad. Además de toda la información que aparece en el sitio, el proyecto ENABLE ofrece capacitación para desarrollar servicios y programas bibliotecarios apropiados para estudiantes con discapacidades.
En México, independientemente si se ha trabajado mucho o poco sobre la accesibilidad en bibliotecas, no existe documentación, no al menos de forma oficial en las instituciones bibliotecarias. Lo más cercano para comenzar a conocer del tema es el CONADIS (Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad), aunque nada que ver con la información ofrecida por la ASCLA o ENABLE.
Resulta evidente la necesidad de comenzar a investigar y producir información sobre bibliotecas accesibles y ofrecer pautas para trabajar con poblaciones con necesidades especiales. Y mientras eso sucede, no está de más echarle un ojo a Library Accesibility y ENABLE para comenzar a conocer del tema y quizá implementarlo en nuestras bibliotecas.
Visto originalmente en: ALSC Blog.