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2 Comments

  1. Alejandro Abate
    1 septiembre, 2014 @ 6:53

    Verónica: Está muy buena tu reflexión… es como si el viejo tema del “continente” y el “contenido” vuelvan a aflorar. Hay personas que detestan la “lectura electrónica” y es como si a esta modalidad, le acercaran un crucifijo con la frase “vade retro, satanás”!!!. Y que pasa con lo que “dice el libro”, más allá de que venga en papel con olor a rosas, a mierda, infectado de las miles de manos, o en un e-book de tercera o primera generación. Qué pasa con lo que hay inserto “dentro” del libro? en cualquiera de sus formas posibles?
    Vale!
    Alejandro Abate

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  2. Israel
    8 marzo, 2015 @ 15:38

    Sin duda es interesante tu punto de vista sobre como uno se adapta a un libro, la editorial influye, regularmente las económicas llenan sus páginas de letras y algunos libros no son bonitos.

    Pero creo que mezclas dos puntos. La preferencia de un libro físico sobre uno electrónico no tiene que ver con si nos gustó o no el contenido. Si nos gusta más tal o cual libro o si creemos que Hemmingway es mejor Faulkner o vice versa. No sé si alguien diría que no le gustó el libro por ser electrónico y no pudo olerlo o sentirlo u otra razón.

    El debate actual entre los que prefieren uno físico o uno electrónico se limita a una preferencia a puntualizar el hecho que casi no se habla de los contenidos eso ha estado siempre.

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