Amazón decidió apostarle al mercado internacional y distribuir su Kindle incluso en México (octubre 2009), que se supone es un país de no lectores…

Cuando los iPods/iPhones llegaron, nadie imaginaba que uno de los grandes usos que se le ha daría es precisamente la lectura, si no me creen recordemos las aplicaciones de lectura Stanza, Kindle y B&N eReader como alternativas del iPod/iPhone al e-reader. En México existen usuarios del iPhone/iPod que actualmente utilizan esas aplicaciones, y se supone que somos un país de no lectores…

Hay quienes afirman (y yo no lo dudo) que Internet más que hacernos perezosos nos convierte en lectores en potencia y despierta el interés por la lectura fuera de la pantalla. Incluso en México, que se supone somos un país de no lectores…

Con tropezones y dificultades, pero siguen existiendo grandes librerías (Gandhi, El Péndulo, El Sótano), modestas librerías de viejo e incluso cadenas de restaurantes apuestan a un mercado lector (VIP’s, Sanborns), en un país donde se supones que no somos lectores…

Y, aún cuando se sabe que no somos un país lector, cadenas de librerías como Gandhi ya comienzan a pensar en abrirse al mercado del e-book con una sección en su página web creada para ese propósito.

Me pregunto entonces ¿por qué Sony, en una completa falta de visión de mercado y porque se supone que no somos lectores, ha decidido distribuir sólo la edición más austera de su Sony Reader (PRS-300) en México?

Señores de Sony, no pierdan de vista a Amazon, ni las aplicaciones para el iPod relacionadas con la lectura, no pierdan de vista internet, no pierdan de vista las pequeñas y grandes librerías que, a pesar de saber que no somos un país lector, le están apostando a los escasos lectores en este país. Señores de Sony, quizá deban recordar que su trabajo no es ser promotores de la cultura y nadie espera que así sea, sino vender y hoy en día, incluso en México, hay una veta que explotar en esa materia.

Señores de Sony Reader, reitero, decir que no apuestan en grande en México porque no somos un país lector, es tan absurdo como negar la existencia de librerías o que estas no apuesten a su público lector.

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