Como toda buena lista que se precie de serlo, siempre quedarán títulos excluidos o incluidos injustamente, todo depende del cristal con que se mire, por supuesto; y es que la literatura es tan variada y rica en temas que a los amantes de la literatura fantástica puede parecerles un indispensable El señor de los anillos, mientras que para otros es la obra más larga y aburrida de todos los tiempos, por mencionar un ejemplo.
Sin embargo, me pareció un ejercicio interesante… ok, sí, en pleno ocio me gustó la idea de hacer mi lista de libros más “insufribles.” Desde luego no cometeré el pecado de anunciarla como la lista de los menos interesantes porque no soy una experta ni mucho menos, apenas una simple lectora que trae su aproximación muy personal de los libros con los que no ha podido o que hubiera sido mejor pasar de largo; espero no herir susceptibilidades y que no se juzgue tan duramente mi falta de cultura hacia algunos libros:
Juventud en éxtasis de Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Sí, lo confieso: lo leí, y sí, admito que lo terminé; a mi favor puedo decir que fue en una etapa en la que me obligaba a terminar cualquier lectura ¿Cómo explicar este libro? Verán, es una mezcla de PROVIDA en un mal guión de Telenovela (Azteca o Televisa, que para el caso son igual de malas). Es más, no vale la pena dedicarle más de 50 palabras, así que se resume en un mal guión religioso para no irte al infierno.
Quién se ha llevado mi queso de Spencer Johnson. Créanlo o no, este libro me lo regalaron en un curso de algún trabajo, que parecía más superación personal que capacitación laboral. Sólo diré que es un libro al más puro estilo “únete a los optimistas”, al menos la parte a la que llegué tenía esa línea. Si le damos el beneficio de la duda, quizá no sea tan malo y simplemente los libros de autoayuda no sean lo mío.
Azteca de Gary Jennings. Catalogado como novela histórica, efectivamente, el autor toma algunos hechos históricos, pero francamente hay pasajes francamente malos, lamento no poder dar más detalles porque lo leí hace mucho y supongo que fue tan mala la impresión que me dejó, que mi mente quiso olvidarlo.
Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato, me costó una infinidad y lo dejé en dos ocasiones, a la tercera lo terminé y si me preguntan, no podría explicarlo. Definitivamente Sábato no es para todos.
El Código da Vinci de Dan Brown. Un libro totalmente palomero, si se permite la expresión, es decir, te mantiene entretenido pero cuando lo terminas, o al menos cuando lo terminé me dejó con un “mmm”, estamos de acuerdo que un libro debe dejarte con un vacío, o con una gran alegría, o incluso llorarlo, pero nunca con un “mmm.”
Y colorín colorado, esta historia aún no se ha terminado de Odin Dupeyron. Un libro que aplica la fórmula de reinventar el clásico cuento de hadas que ha funcionado tan bien en libros como Historia medio al revés del que ya les hablé en otra ocasión, pero no para hacerlo más divertido (aunque lo intenta), sino para ocultar la verdadera intención de libro de autoayuda.
Al calor del verano de John Katzenbach. A Katzenbach lo conocí con La historia del loco que, aunque el final me pareció bastante aguado, sí que logró atraparme; así que en cuanto terminé la lectura fui corriendo a que me prestaran Al calor del verano y ¡Oh decepción! me pareció tedioso y entré en un sopor que hacía honor al título.
Confieso también que en un arrebato iba a incluir en la lista a Paulo Coelho, pero esto sería dejarme llevar por prejuicios, cuando la verdad es que jamás me he acercado a uno sólo de estos libros. Bueno, sí, a las solapas y con eso me basta para tener ganas de incluirlo, pero en aras de hacer una lista “objetiva”, me abstengo. El mismo caso para la saga Crepúsculo, aunque a mi favor tengo que decir que vi las películas y si los libros son la mitad de malos, me doy una idea bastante cercana de que no pierdo nada en la vida si no los leo.
Hasta aquí llego con mi lista, ¿ustedes qué opinan? ¿cuáles incluirían en su selección personal de los prescindibles?
Como ya se viene haciendo una costumbre en el blog, creo que la mejor manera de celebrar el Día Internacional del Libro, Día de la Biblioteca o el Bibliotecario no es con discursos políticos de las bondades de la lectura o con el origen del festejo (que seguramente encontrarán en muchos otros blogs), sino precisamente hablando de lecturas que nos marcan. En esta ocasión pongo sólo 3 en la mesa:
Condenados de Santiago Eximeno. Una novela que desde que comencé a leer me atrapó; Juicio Final, ángeles, zombies y hasta Lázaro, todos mezclados para traernos el último día de la existencia humana no como se menciona en Apocalipsis, sino algo más desdesperanzador y solitario. Vale mucho leerla y, lo mejor, es que el autor nos da la oportunidad de conocer su obra gratuitamente en formatos PDF, ePub, Mobipocket y FictionBook a través del Crowfunding, es decir, el libro electrónico se puede descargar en la editorialSaco de Huesos y el impreso ya está en preventa vía paypal. Lo pongo entre mis recomendados del primer cuatrimestra de 2011 así que no lo pierdan de vista.
Memoria de mis putas tristes de García Márquez y publicado en 2004. Se que no a todos les entra fácilmente la literatura del nóbel de literatura colombiano, quizá porque muchos identifican sus libros como lecturas obligadas de la secundaria y preparatoria; sin embargo, Memoria de mis putas tristes es un libro lleno de tristeza, de soledad y de nostalgia que tiene como protagonista a un anciano que a sus 90 años se enamora por primera vez.
La muerte es un asunto solitario de Ray Bradbury. Debo confesar que este libro me costó mucho, pero una vez agarrado el ritmo no lo pierdes y aunque en un principio podría parecer una novela policiaca, va mucho más allá de descubrir a un asesino; es un libro lleno de muertes solitarias, de personajes tristes que no tienen quien los acompañe en su último aliento. Una novela que a través de crímenes, te lleva a conocer y querer a los personajes, incluso a llorar por sus muertes.
—Hay muchas cosas que no sabes sobre el Archivo. —Sonrió y abrió más la puerta. —Por eso necesito tu ayuda —dije mientras salíamos del Rincón de Lectura— No me aclaro con este sitio. —¿Qué buscas? —preguntó Fela. —Un millar de cosas —dije, y no mentía—. Pero podríamos empezar por la historia de los Amyr. O por cualquier ensayo serio sobre los Chandrian. Cualquier cosa sobre cualquiera de los dos, la verdad. No he encontrado nada.— No me molesté en tratar de disimular mi frustración. Me exasperaba haber entrado por fin en el Archivo, después de tanto tiempo, y no ser capaz de encontrar ninguna de las respuestas que andaba buscando. —Creía que esto estaría mejor organizado —refunfuñé. Fela se rió entre dientes. —Y ¿cómo lo harías tú, exactamente? Me refiero a cómo lo organizarías. —Pues mira, llevo un par de horas pensándolo. Lo mejor sería ordenar los libros por temas. Ya sabes: historia, memorias, gramáticas… Fela dejó de andar y exhaló un hondo suspiro. —Será mejor que aclaremos esto cuanto antes. —Cogió al azar un libro delgado de uno de los estantes—. ¿De qué temática es este libro? Lo abrí y lo hojeé un poco. Estaba escrito con caligrafía antigua de escribano, con trazos delgados e inseguros, difícil de descifrar. —Parece una autobiografía. —¿Qué clase de autobiografía? ¿Cómo la clasificarías en relación a otras memorias? Seguí hojeándolo y vi un mapa meticulosamente dibujado. —Parece más bien un libro de viajes. —Muy bien —repuso Fela—. ¿Cómo lo clasificarías dentro del apartado de autobiografías y libros de viajes? —Los organizaría geográficamente —dije; me estaba divirtiendo con aquel juego. Pasé más páginas—. Atur, Modeg, y… ¿Vintas? —Fruncí el ceño y miré el lomo del libro—. ¿De qué año es esto? El imperio de Atur absorbió Vintas hace más de trescientos años. —Más de cuatrocientos años —me corrigió Fela—. ¿Dónde pones un libro de viajes que se refiere a un sitio que ya no existe? —En realidad entraría en el apartado de historia —dije más despacio. —¿Y si no es exacto? —insistió Fela—. ¿Y si se basa en habladurías en lugar de la experiencia personal? ¿Y si es pura ficción? Los libros de viaje ficticios estaban muy de moda en Modeg hace doscientos años. Cerré el libro y lo puse en su sitio. —Empiezo a entender el problema —dije, pensativo. —No, no lo entiendes —me contradijo Fela—. Solo empiezas a atisbar los bordes del problema. —Señaló las estanterías que nos rodeaban—. Imagínate que mañana te conviertes en maestro archivero. ¿Cuánto tiempo tardarías en organizar todo esto? Miré alrededor. Había infinidad de estanterías que se extendían hasta perderse en la oscuridad. —Sería el trabajo de toda una vida. —La experiencia ha demostrado que se tarda más de una vida —dijo Fela con aspereza—. Aquí hay más de tres cuartos de millón de volúmenes, y eso sin contar las tablillas de arcilla, los rollos de pergamino ni los fragmentos de Caluptena. Hizo un gesto de desdén y prosiguió: —Así que pasas años desarrollando el sistema de organización perfecto, que hasta tiene un apartado adecuado para tu libro de viajes autobiográfico histórico de ficción. Los secretarios y tú pasáis décadas identificando, seleccionando y reordenando decenas de miles de libros. —Me miró a los ojos—. Y entonces vas y te mueres. ¿Qué pasa a continuación? Empecé a entender adonde quería llegar Fela. —Bueno, en un mundo perfecto, el siguiente maestro archivero continuaría desde donde yo lo había dejado.…
…—Tengo la impresión de que estás un poco picada con este asunto —dije esbozando una sonrisa._ Llegamos a una escalera, y Fela se dio la vuelta y me dijo: —Todos los secretarios que aguantan más de dos días trabajando en el Archivo acaban picados. En Volúmenes, la gente se queja cuando tardas una hora en llevarles lo que nos han pedido. No se dan cuenta de que no es tan fácil como ir al estante de «Historia de los Amyr» y coger un libro.
Patrick Rothfuss. El Nombre del Viento.
¿Les había hablado de este libro? Creo que sí y hasta el cansancio. El nombre del viento se ha convertido (junto con Descansa en paz de John Ajvide Lindqvist) en mi lectura favorita de 2010 y no quise dejar pasar la oportunidad de compartirles uno de los capítulos que más me ha cautivado, pues habla de libros y la complejidad de su organización, lo que pasamos todas las Felas en las bibliotecas.
Supongo que en la segunda parte, publicada hace unas semanas, se hablará más de la biblioteca. Por lo pronto, sólo les puedo recomendar ampliamente la lectura, por distintos aspectos los atrapará: literatura fantástica, bibliotecas y libros, etc., así que si tenían dudas de que regalarle a un bibliotecario o que regalarse en estas fechas, no lo duden, apúntelo en su lista de deseos.
Dominados por su hambre, un centenar de zombis entró en la biblioteca. Un error. Allí nunca hubo seres vivos.
Santiago Eximeno. Zombites
Zombites y otros relatos breves muy buenos aparecen en la antología Capriccio, de Santiago Eximeno. A mi me atrapó y lo leí en una sentada sin mayor problema, mis relatos favoritos: Zombites, Un atropello, Malos Sueños y Literatura Infantil.
Lo mejor: es gratis. Lo descargan en formato ePub en la editorial 23Escalones, quien por cierto dice de Eximeno: “uno de los máximos exponentes literarios del género de terror en nuestro país… [España]”
Como les comenté en el post A propósito de las Bibliotecas vs los Starbucks hace algún tiempo comencé y terminé de leer el libro La Experiencia Starbucks de Joseph A. Michelli (mismo que recomiendo ampliamente), así que les estoy debiendo una entrada sobre este libro. Pero antes de comenzar a hablar sobre el libro, veamos algunos datos importantes sobre Starbucks:
El 30 de marzo de 1971 abre en Seattle, Washington la primera cafetería Starbucks.
En 1992, con 165 cafeterías, Starbucks lanzó al mercado su emisión inicial de acciones en la bolsa de valores de Estados Unidos.
Para ese mismo año el valor de las acciones de Starbucks había subido un %5000
Actualmente cuenta con más de 17,000 cafeterías repartidas en 49 países.
Se estima que tiene un promedio de 35 millones de visitas por semana.
Estos son sólo algunos datos que me llevan a preguntarme, ¿cómo ha crecido tan rápido una empresa que se dedica sólo al café? pero lo más importante ¿cómo ha hecho para que la gente prefiera a un Starbucks sobre una biblioteca al momento del estudio o el trabajo? ¿cómo han logrado convertirse en un tercer espacio (recordemos que el primero es el hogar y el segundo, la oficina)?
Aquí van algunos puntos que se mencionan en el libro y que me gustaría rescatar/contrastar de lo que hacen y no hacen en esta cafetería frente a la labor que estamos llevando a cabo en nuestras bibliotecas. Como les comenté anteriormente, no se trata de convertir nuestros espacios en cafeterías, pero después de leer el libro me di cuenta que la experiencia Starbucks tampoco se trata sólo del café, sino de un servicio integral y coherente; sería interesante entonces que algunos bibliotecarios lo tradujeramos a: “_la experiencia de la Biblioteca no se trata sólo de buenos libros, sino de un servicio integral y coherente_”.
Según el libro, La experiencia Starbucks se resume en 5 principios:
Hacer propio el negocio
Todo tiene importancia
Sorprender y deleitar
Aceptar la resistencia
Dejar huella
Principio 1. Hacer propio el negocio
Esto es muy simple, en Starbucks no se habla de empleados, sino de socios, y aunque esto puede parecer un discurso de cualquier oficina de recursos humanos, en Starbucks los empleados pueden adquirir acciones, así que les conviene que la empresa venda y se las ingenian para que así lo haga. Pero además en Starbucks hablan de las 5 maneras de ser para hacer propio el negocio:
Ser acogedores: los socios tratan siempre de recordar a los clientes y, lo que es más importante, sus necesidades; lo que hace que los clientes se sientan cercanos al lugar y les da un sentido de pertenencia. ¿Somos acogedores en nuestras bibliotecas? ¿recordamos a nuestros usuarios y sus necesidades de información?
Ser auténticos: en Starbucks no te atienden con el clásico discurso de MacDonalds o Burger King, aquí cada socio tiene toda la libertad para atender y responder a las necesidades de consumo de sus clientes. ¿En las bibliotecas seguimos esperando que el usuario se acerque a la recepción para que le demos la información?
Ser considerados: no sólo se trata de crear un espacio confortable en la cafetería, se trata de ser congruente con el entorno social, por ejemplo, Starbucks tiene convenios de comercio equitativo con productores cafetaleros y además está reemplazando el 5% de la energía que se consume en las tiendas de Estados Unidos. ¿Es real cuando hablamos de la “labor social de las bibliotecas”?
Ser conocedores: los socios de Starbucks saben de qué va el negocio, son verdaderos expertos del café y de cada una de las bebidas que se ofrecen, cada uno de ellos recibe semanalmente una libra de café con el objetivo de que sigan desarrollando el gusto por el café que ahí se vende. ¿Conocemos a fondo los recursos existentes en nuestra biblioteca, o seguimos pensando que se trata sólo de libros?
Ser partícipes: todos los empeados toman la iniciativa, si descubren un conflicto con los clientes o ven una oportunidad para dar un mejor servicio lo hacen. ¿Los bibliotecarios tomamos la iniciativa, o estamos esperando a que lleguen los usuarios? ¿damos soluciones satisfactorias a sus necesidades de información?
Principio 2. Todo tiene importancia
En Starbucks hasta el más mínimo detalle tiene importancia, la iluminación, el mobiliario, la temperatura y aroma del café, los vasos donde se sirven las bebidas, la atención de los socios, todo hace parte de un servicio integral. De nada sirve un buen café, si hay clientes que no acostumbran a beberlo o si el servicio es malo.
Principio 3. Sorprender y deleitar
En este y cualquier negocio o servicio, los clientes esperan que sus necesidades sean atendidas oportunamente; sin embargo, si el negocio en cuestión se adelanta y se aparta de lo convencional, redundará en un cliente, no sólo satisfecho, sino también sorprendido, lo que a su vez, redundará en un cliente que regresa. Aquí voy a compartirles un ejemplo que se menciona en el libro y que toca muy de cerca a los bibliotecarios:
Un ejemplo perfecto de esto es el de una sucursal de biblioteca que funcionaba en el vecindario y se preparaba para cambiar de local. Un buen número de las personas que trabajaban en dicha sucursal eran clientes diarios de una tienda Starbucks. Cuando la gerente de esa tienda se enteró de la proyectada mudanza, resolvió comprar el café de los bibliotecarios y llevárselo a su nuevo local. También averiguó cuál era el Starbucks más cercano a la nueva biblioteca y les presentó los bibliotecarios a los respectivos baristas…
Principio 4. Aceptar la resistencia
Desde luego, no todo es “miel sobre hojuelas” y toda gran empresa está bajo el ojo público y recibe duras críticas, Starbucks no es la excepción, de hecho, se ha enfrentado a un buen número de protestas y críticas en distintos diarios y blogs; sin embargo, siempre tienen oidos atentos a lo que se dice y la intención de resolver las disputas que surjan; por otro lado existe un gran respeto a lo que se dice de ellos; por ejemplo, no existe ninguna política para los blogs en donde se hace mención a la cafetería, y todo esto bajo la idea de que si al interior de los Starbucks una persona puede pasar el día entero con una sola taza de café sin que nadie le diga nada, lo mismo ocurre afuera de las tiendas; cualquiera es libre de escribir y opinar lo que quiera. Si la crítica es dura y cierta, entonces los administradores toman cartas en el asunto, poniéndose en contacto con la persona que escribió esa crítica para tratar de resolver el problema del que se trate.
Principio 5. Dejar huella
Los 4 principios anteriores tienen como única finalidad dejar huella en el cliente y lograr que este vuelva; un gran servicio, la anticipación a una solicitud, que el socio me llame por mi nombre y que sepa que tomo té y no café, que la empresa tenga un convenio de comercio equitativo… todo eso hace que la gente tenga siempre presente a Starbucks, que lo vean como el tercer lugar, que la gente vaya no sólo por el café, sino que vayan a estudiar, a trabajar, esa es la huella que pretende Starbucks, es la huella que las bibliotecas y los bibliotecarios deberíamos dejar para que siempre nos tengan presentes y como referentes no sólo de libros, sino como el espacio en el cual es posible estar.
Algo que me ha gustado de este libro es que, aunque todo lo que se menciona en él es bastante obvio, a veces parecemos olvidar lo esencial y lo que nuestros usuarios (clientes) necesitan realmente. En el libro se habla de la cafetería y cómo ha llegado a ser una referencia de estudio y trabajo para muchas personas; sin embargo, lo que en él se menciona no tiene ningún desperdicio para nuestras bibliotecas, si volvemos a leer los 5 principios de Starbucks, pero pensamos no en la cafetería, sino en bibliotecas, vemos que se puede hacer un trabajo muy interesante para crear La experiencia biblioteca, la que incluso no necesita café:
Hacer propio el negocio: hacer propia la biblioteca, no sólo hacerla nuestro segundo espacio, sino un tercero.
Todo tiene importancia: todo tiene importancia en la biblioteca, no sólo los libros o los catálogos, tiene importancia la iluminación, los baños, la actitud de los bibliotecarios, la rapidez del servicio, el mobiliario, etc.
Sorprender y deleitar: anticiparnos a los requerimientos de los usuarios, conocer sus necesidades, ir más allá del clásico servicio bibliotecario.
Aceptar la resistencia: habrá usuarios que critiquen e incluso no utilicen nuestras bibliotecas, habrá quienes argumenten que nosotros y nuestros espacios ya son obsoletos: sin embargo, debemos trabajar para ellos y prestar atención a sus críticas para determinar las acciones que tomaremos para volvernos imprescindibles.
Dejar huella: vuelvo a lo mismo, hacernos imprescindibles, convertirnos en referencia obligada y lograr que regresen.
Pues nada, que por decreto del 31 de octubre de 1979, cada 12 de noviembre festejamos en México el Día Nacional del Libro, así que hoy toca celebrar a tan ingenioso invento humano y qué mejor manera de hacerlo que leyendo, aquí van mis recomendaciones de lectura de lo que más he disfrutado este año:
Si les gusta la literatura fantástica, seguramente El Nombre del Vientode Patrick Rothfuss, les va a encantar, no por nada los críticos lo han considerado a la altura de El señor de los anillos. Para mi se lleva completamente las 5 estrellas, lo disfruté de principio a fin y me dejó con ganas de más. La buena noticia es que es parte de una trilogía y Rothfuss está trabajando ya en la segunda parte. Lo encuentran en casi cualquier librería en MX$299.00 (Gandhi, Sótano). Si quieren leer en electrónico la versión inglés The Name of the Wind la encuentran en Amazon para el Kindle por USD$7.99 (que podrán leer en el Kindle, iPod/iPhone/iPad, PC, Mac, blackberry y cualquier dispositivo con Android).
Mi segundo libro favorito de este año es definitivamente Descansa en paz y me deja con muchas ganas de seguir leyendo al autor, John Ajvide Lindqvist; otra publicación suya para poner en la lista de regalos sería Déjame entrar. Una novela clasificada en el género terror, yo la pondría en un terror muy humano, con muertos vivientes que no son precisamente zombies, sino muertos nostálgicos por la vida que han dejado. La Academia Sueca, por cierto, considera a John Ajvide Lindqvist como uno de los autores más brillantes de su tiempo, no he leído a otros autores suecos actuales, pero no dudo que esté entre los mejores. “Descansa en paz” lo encuentran en cualquier librería mexicana (al menos en las grandes cadenas) por MX$298.00.
El Diablo: percepciones del mal, de la antigüedad al cristianismo primitivode Jeffrey Burton Russell, es un gran ensayo que nos lleva por la evolución que ha tenido la imagen del Diablo y nos permite ver como en un principio, el mal no era mal, sólo una parte de la dualidad que nos ayudaba a comprender el mundo. Desafortunadamente, este libro fue un préstamo y aunque he querido comprarlo, no logro ubicarlo en existencias de ninguna librería, sólo bajo pedido en Gandhi; en Amazon lo encuentran en USD$17.95 en inglés The Devil: Perceptions of Evil from Antiquity to Primitive Christianity.
La experiencia Starbucks, de este libro no les voy a platicar mucho porque irá un post especial en unos días para seguir en este asunto de Las bibliotecas vs los Starbucks. Sólo les anticipo que aquellos que estamos en Bibliotecas lo encontraremos muy útil para aprender a crear una experiencia biblioteca (adoptar y adaptar). Lo consiguen en Gandhi y Sótano por MX$319.00
Un buen autoregalo sería Hatajo perverso una antología de microcuentos de terror de la NOCTE, Asociación Española de Escritores de Terror, dice el dicho que lo bueno viene en empaques pequeños (o algo así), sólo puedo decir que la mayoría de estos cuentitos son muy buenos, así que vale la pena descargarlo. La mejor noticia que es totalmente gratuito, la NOCTE nos lo obsequia en formato ePub, así que sólo es cuestión de subirlo a Stanza si cuentas con un iPod/iPhone o bien, leerlo en tu PC con un programa que maneje estos archivos, como Calibre.
También unos enlaces recomendados donde pueden descargarse sus libros electrónicos gratuitos (y legal, ¡claro!):
Desde luego, está el clásico Proyecto Gutenberg donde se pueden descargar los grandes clásicos de la literatura universal y otros libros libres de derechos (33,000 títulos). Los libros están en formato ePub, PDF y otros archivos que podrás leer directo en la PC, MAC o llevartelos a tu iPad/iPod/iPhone, Kindle, Nook, Sony Reader, Android o celular.
En el blog E-Books gratis nos recomiendan lecturas de libros electrónicos gratis y legales. Fue precisamente ahí donde descubrí Hatajo perverso, así que bien vale la pena darse una vuelta por el blog o mejor, suscribirte al RSS para saber a tiempo que hay de nuevo.
Y ustedes ¿cómo celebrarán este día del libro? ¿alguna recomendación de lectura?
Y ahora Spiderman, los X men y Batman se quedarán cortos ante un nuevo superhéroe al más puro estilo del bibliotecario. Un superhérore, de esos, que tanto estamos necesitando en algunas bibliotecas, Biblos, superhéroe de biblioteca, es un cómic presentado el 10 de diciembre pasado y editado por la Biblioteca Provincial de Huelva, con el cual se pretende acercar a los usuarios a la biblioteca.
Enhorabuena a la Biblioteca de Huelva por esta excelente y original iniciativa que busca acercar a la gente a las bibliotecas y crear un vínculo menos rígido.