El miércoles por la noche Fernanda Melchor publicó un tuit que encendió una acalorada discusión en torno a la piratería de libros.
Hace algunos meses, una escritora chilena, también desató una igualmente acalorada discusión por el mismo tema. A diferencia de Fernanda Melchor, esa denuncia sí la encontré ofensiva hacia sus lectores a los que tachó de “bajo nivel cognitivo” y se condolía por esa generación.
No me voy a detener sobre la obra de Melchor mas que para decirles que si no la han leído, vayan lo más rápido posible a hacerlo, es cruda, despiadada, precisa, es simplemente maravillosa. No por nada tiene en su haber varios premios y reconocimientos literarios, entre ellos el Premio Anna Seghers 2019 y el Premio Internacional de Literatura 2019, por mencionar sólo algunos ejemplos.
Busquen sus libros Temporada de huracanes, Aquí no es Miami y Falsa liebre además de algunas otras obras donde aparece antologada, como 22 voces narrativa mexicana joven, y se darán cuenta de lo magnífico que escribe. De preferencia háganlo de forma legal, y entre las formas legales no piensen que todo es compra. No desdeñen a las bibliotecas y su tradicional servicio de préstamo a domicilio. Seguramente les pasará lo que a muchos a los que “les rolaron” sus PDFs, querrán adquirirlos y los releerán en otros formatos y luego quizá hasta quieran comprarlos para regalarlos.
Tampoco me voy a meter en discusiones de buenos o malos. Como bibliotecaria a favor de acceso libre a la cultura, pero a la que también le importa que el escritor reciba pago por su trabajo, mi reflexión difícilmente iría a las verdades absolutas de blanco o negro, luz o sombra, verdadero o falso.
En realidad qué bueno que se haya pueso de nuevo sobre la mesa esta discusión, ¡gracias, Fernanda! Me hace regresar y revisitar algunos estudios interesantes sobre “el valor” de la piratería y el valor de la biblioteca como ventanas de exposición de escritoras y escritores. Permítanme pues, retomar este tema desde la biblioteca:
- Para los que creen que un lector que lee libros en la biblioteca no los compra, este estudio de 2011 sugiere que cerca del 50% de los usuarios después compraron libros de autores que conocieron a través de la biblioteca.
- Ese mismo estudio sugiere que cerca de un tercio de las personas que compraron libros, también leyeron libros de la biblioteca en ese mismo periodo.
- También hay estudios que sugieren los usuarios que toman en préstamo libros electrónicos, son compradores de libros electrónicos.
- Un estudio de 2019, señala que el más del 70% de los usuarios que toman en préstamo un libro de la biblioteca, terminan comprando otros libros del mismo autor.
- Según este otro estudio de la Universidad de Varsovia, aunque la mayoría de editores creen que la piratería tiene un impacto negativo en las ventas, no hay evidencia de un cambio significativo en las ventas de libros a causa de las copias disponibles en internet.
- Y acá también ya discutía sobre este tema.
Ya sé que estos estudios están centrados en su mayoría en el mercado estadounidense y que además me faltó profundizar sobre el tema de la piratería (a excepción del estudio de la Universidad de Varsovia) como ventana de exposición y venta, pero sin duda sirvan estos artículos para replantearnos algunas cosas:
- ¿Por qué la gente piratea libros?
- ¿Es un problema derivado sólo de estos tiempos donde todo está al alcance de un click? recordemos cómo nos hacíamos de distintos libros en nuestro años de estudiantes y por qué casi siempre la primera opción era fotocopiarlos (falta de recursos para adquirir los libros o se trataba de libros descatalogados)
- ¿La piratería puede terminar en compra?
- ¿La primera opción para leer un libro siempre es la piratería o sólo se descarga un libro pirata cuando ya se acabaron las otras opciones?
- ¿La piratería no sería una especie de termómetro de que se requiere un mejor acceso a un libro?
- ¿Cómo pensamos el acceso?
Y la pregunta más importante: ¿qué papel juegan las bibliotecas como posible solución a la piratería de libros? Pues eso, que todos involucrados en la cadena del libro –incluidos bibliotecarios– antes de criminalizar al lector, deberían detenerse a pensar en la biblioteca como LA respuesta en la que todos salen ganando:
- Para lectores ávidos que no tienen la posibilidad adquirir todos los libros que quieren leer.
- Para que los escritores den a conocer su obra entre lectores que muy probablemente terminarán comprando en las librerías otros libros suyos.
- Para que las editoriales incrementen sus ventas. Siempre lo he dicho, si una red de, digamos, 500 bibliotecas adquiere un libro para cada biblioteca de dicha red, estamos hablando de 500 ejemplares vendidos que serán leídos por usuarios que probablemente terminarán adquiriendo otros libros del mismo autor.
Pues eso, no desdeñemos la importancia de las bibliotecas y no criminalicemos al lector.
Excelente posteo, interesante los estudios relevados y tu reflexión.
Gran apoyo para argumentos pensamientos, hipótesis e intuiciones que uno siente hace tiempo. Sin lugar a dudas somos parte esencial del ecosistema del libro, no somos la perdición o la puerta de entrada a la piratería, como varios editores/as piensan. Somos grandes o sus mejores aliados. Lamentablemente, a veces, una visión cortoplacista o una urgencia comercial, termina desviando la mirada y alejándonos del camino que debemos transitar juntos hacia el acceso a la cultura de nuestros ciudadanos, hacia enriquecer y mejorar nuestras sociedades.
Gracias por hacernos senti-pensar, Vero!
Hola Fer:
Es un tema bien complejo, no puede haber blancos y negros, y como bibliotecarios estamos justo en el medio de garantizar el acceso y garantizar los derechos de autor. Pero estoy convencida que las bibliotecas son una solución en la que muchos ganan, especialmente cuando hay estudios que demuestran que, además del ya mencionado acceso, son ventanas que hacen que los usuarios terminen adquiriendo los libros.
Es algo que debemos hacer visible, especialmente con las editoriales y distribuidoras al momento de negociar licencias, que ya sabemos no siempre son del todo justas para las bibliotecas.
Abrazo.
Les recomiendo conocer la visión de Casciari sobre el tema.
https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-7594-2011-12-31.html
Llegué aquí por tu post sobre digitalee.mx, cuando la descubrí pensé: ¡ya no tengo que buscar libros pirateados! y claro, ahora que recuerdo, un montón de autores de los que me enamoré y compré sus libros los conocí precisamente al leer algunas de sus obras en bibliotécas públicas.
He de confesar que yo sí he adquirido libros pirateados. Mis razones (o excusas) son:
1. Son imposibles de conseguir porque están descontinuados, son importados o muy viejos.
2. Los libros originales son realmente caros
No me considero de bajo nivel cognitivo por haberlo hecho. Entiendo que los escritores se quejen, pues es su trabajo y tienen derecho a recibir sus regalías, pero también tienen que entender que la realidad es que no todos los que quieren leer tienen posibilidades de comprar el original, y tendrían que tener una mentalidad de “según el sapo es la pedrada”. A los que puedan se lo cobramos, a los que no, pues somos solidarios y se los regalamos.
Ahora, el hacer ricos a los piratas es otro rollo, pero si están ayudándote a resolver un problema de inconseguible, pues hasta se les agradece. Como en las medicinas, las piezas de un auto, las películas….
Por suspuesto, las bibliotecas son una gran opción, es un lugar en donde se comparten recursos y todo se vuelve más rentable y lógico. Como compartir una alberca en lugar de tenerla para ti sola en tu mansión (como si fuera mi caso, jajaja).
Por eso creo que el papel de las bibliotecas es esencial en esta materia. Y, desde luego, creo que puede servir como una brújula importante para que las editoriales vean qué está pasando con sus libros, antes de criminalizar al lector.
Honestamente, tampoco me parece que la solución sea usar a las bibliotecas como meros escaparates de librería al servicio de escritores y editoriales. Ese orden de ideas ha contribuido no sólo a que las bibliotecas se reduzcan a meros foros de presentación de libros; y peor, que los escritores acaben trabajando en los puestos que nos corresponden a nosotros.
Por lo demás, yo siempre se lo he respondido a los paladines a ultranza del derecho de autor: mientras la información documental sea inaccesible para el grueso de la población, seguirá habiendo piratería.