El 19 y 20 de febrero pasado se llevó a cabo en la Ciudad de México la tercera edición de CONTEC México: sharing innovation, un evento organizado por la Feria del Libro de Frankfurt, la feria del libro más importante a nivel mundial; y que con el tema La circulación y venta de contenidos reunió durante dos días a editores, libreros y distribuidores para hablar sobre el libro, la innovación, la tecnología y las industrias creativas.
Les comparto algunos apuntes de las charlas y mesas redondas:
La cultura de la lectura y la circulación de contenidos. Se habló sobre la transformación de la cadena de valor que, aunque ya está modernizada sigue apegada a procesos tradicionales. Además de las nuevas formas de consumir contenidos, como es el caso de la distribución bajo demanda.
¿Por qué ir a una librería si puedo comprar un libro online? En esta mesa se habló del librero como figura en extinción y de la librería vista no como un espacio de disposición de inventario, sino como un espacio cultural y de encuentro, especialmente en una época donde hay demasiados libros que hacer llegar a los demasiados lectores.
La unión hace la fuerza. Libreros y librerías como gremio, se habló sobre algunas posibles formas para fortalecer los circuitos de distribución y lograr que el libro llegue a los lectores. Curiosamente, en toda la charla no se habló de las bibliotecas como un eslabón imprescindible para fortalecer dicha cadena.
En la mesa redonda Experiencias en contraste se habló sobre la pertinencia de la librería y que ésta debe propiciar el diálogo con los lectores. Se dijo, equivocadamente, que la librería es el único espacio donde caben todos.
En la mesa redonda Innovación de los canales tradicionales se manejó la idea de que el costo de los libros hace que la gente deje de adquirirlos.
En la charla Libro electrónico: un modelo de negocio accesible a todas las editoriales se habló de la importancia de digitalizar para poder llegar a todos los territorios y todas la audiencias; además que el cambio en los hábitos de consumo y de demanda hacen que las editoriales y las distribuidoras se asomen al mundo multiformato y multicanal. Pero quizá la idea más importante que se planteó fue la de la devaluación del concepto de propiedad en aras del acceso total y rápido.
En la mesa redonda Edición y distribución digitales como estrategia editorial se planteó si está costando trabajo entender los nuevos modelos de negocio, como es el caso de la distribución bajo demanda. Y aunque se habló de la utilidad de contar con contenidos globales y visibles, poco se puede hacer frente a aquellos libros en países con leyes que restringen la distribución.
La charla Entender el Big Data fue quizá lo más rescatable de las dos jornadas de CONTEC México pues, David Peman de Nielsen BookScan, nos mostró la forma en que las estadísticas bien manejadas y analizadas pueden jugar en favor en la venta de libros y también pueden ayudar en la toma de decisiones con un menor margen de riesgo, a tener acuerdos más justos y realistas con autores y agentes literarios, a calcular el ROI y a planificar y medir el desempeño de la librería.
Lo que faltó en CONTEC México
Para ser un evento que llevaba como apellido la palabra innovación, le faltó acercarse realmente al tema. Mucha de la discusión se centró en viejos y conocidos miedos, además de ideas muy tradicionalistas que, a fuerza de decirlas una y otra vez se creen ciertas: olor del libro como ventaja de ir a una librería física, que gracias a las redes sociales la gente se deja engañar cada vez menos –cuando lo que estamos viviendo es la proliferación de fake news–, el desarrollo del libro electrónico fomenta la piratería, etc.
Resulta curioso, por ejemplo, que salvo el taller Lo que se debe saber sobre la distribución de ebooks y audiolibros, en las dos jornadas de CONTEC México no se haya tomado en cuenta a la biblioteca como una aliada clave en la cadena del libro, especialmente cuando varios estudios han señalado que éstas, además de ser un primer enlace entre el usuario y los libros, son precisamente las que impulsan su circulación y venta, otras dos palabras que se trataron en CONTEC México.
Desde luego, también faltó una mayor participación de otros actores de la cadena del libro, sin los cuales la industria no puede avanzar, como es el caso de bibliotecarios, escritores, ilustradores, etc. Por algún extraño motivo CONTEC México sólo contó con la asistencia de editores, libreros y distribuidores, y eso fue evidente en el programa y tono, a mi gusto bastante sesgado, del evento.
Quizá por este mismo motivo temas tan importantes como la autoedición, el desarrollo de los audiolibros o la Estrategia Nacional de Lectura (un tema que debe preocupar a editores y libreros en el país) quedaron inexplicablemente fuera de la discusión.
En fin, un evento que nos quedó debiendo un programa más nutrido y menos sesgado en la visión del mercado del libro.