Dos de cada cinco estadounidenses están haciendo uso de TikTok como herramienta de búsqueda.
Lo anterior de acuerdo con los resultados de una encuesta realizada por Adobe a 808 consumidores de contenido en TikTok. Esta encuesta también se realizó a 251 dueños de empresas para explorar la forma en la que están adaptando sus contenidos en dicha plataforma para satisfacer las búsquedas de los usuarios.
Los resultados se pueden leer desde distintos frentes, como por ejemplo, la mercadotecnia, la creación de contenido por parte de los usuarios, el consumo de contenidos en redes sociales. Desde luego, acá lo estoy leyendo como bibliotecaria y me interesan particularmente las implicaciones para la búsqueda de información.
Lo primero que llama particularmente mi atención es el resultado principal: los usuarios están utilizando TikTok como una herramienta de búsqueda y no como una red social o plataforma de entretenimiento. Esto es algo que ya veníamos viendo de alguna manera con YouTube; sin embargo, esto significa que herramientas de búsqueda otrora omnipresentes como Google, están comenzando a quedar en segundo plano.
También es interesante ver que quienes hacen este uso particular en la red son los usuarios de la Generación Z y Millenials, 64% y 49% respectivamente. De hecho, uno de cada 10 usuarios de la Generación Z confían más en TikTok que en Google como herramienta de búsqueda.
Lo segundo que llama poderosamente mi atención es el por qué los usuarios usan TikTok en lugar de las herramientas de búsqueda tradicionales, y aquí me quiero detener en tres respuestas particularmente interesantes:
Porque el formato video corto es más informativo y digerible (44%)
El contenido es más personalizado (31%)
Proporciona información clara y precisa de manera más rápida (12%)
Estas respuestas nos dicen mucho no sólo de la manera cómo se consumen los contenidos, sino la percepción que se tiene de los mismos. Da mucho para reflexionar que los usuarios quieran contenido digerible en menor cantidad de tiempo.
Por otro lado, es probable que estos usuarios no estén enterados que los algoritmos priman en los contenidos. Como se ha venido analizando desde hace tiempo, las redes sociales crean especies de burbujas informativas donde un usuario comienza a recibir sólo aquello que está acorde con sus intereses y también con su manera de concebir el mundo. No es gratuito que en el pasado reciente se haya especulado sobre la posibilidad que las redes sociales hayan definido el triunfo de un candidato presidencial.
Así que da mucho para reflexionar el que consideren que el contenido tenga que ser claro, preciso, digerido y, lo más interesante, de manera personalizada, pues esta personalización quizá tenga mucho que ver con la burbuja de la que hablaba hace un momento. Pero además, ¿quién o qué valida esta supuesta precisión? ¿los likes, el número de visualizaciones, la cantidad de veces que se compartió, el número de personas que lo comentaron?
Considero, sin embargo, que lo mismo ocurre exactamente con otras herramientas de búsqueda, llámese Google, DuckDuckGo y otras plataformas que no son necesariamente herramientas de búsqueda, como Facebook o el mismo TikTok. Sin embargo, insisto, debemos prestar especial atención a los conceptos de “video corto”, “digerido” y “rápido”.
Valdría también la pena preguntarnos si estos usuarios, las generaciones más recientes, conocen otras herramientas de búsqueda, las que sí lo son y, en este sentido, también convendría plantearnos si estos usuarios conciben que internet es mucho más que la red social que usan. A veces me da la impresión que no.
¿Y qué tiene que decir la biblioteca en todo esto? Mucho, todo. Seguimos debiendo en el tema de alfabetización informacional, pero también en entender estas plataformas, usarlas quizá. Pues, de hecho, la segunda parte de la encuesta, la dirigida a empresarios, podría también ser una pauta para las bibliotecas.
Si tienes un jardín y una biblioteca, tienes todo lo que necesitas
Dicen que decía Cicerón, y claro, yo no lo voy a poner en duda.
Si me preguntan, en lo personal prefiero un aviario y una biblioteca. Aunque, si lo reflexiono un poco más, el aviario tiene también mucho de jardín, pues no se puede concebir un jardín sin aves; así que lo de Cicerón lo cambiaría por “biblioteca-aviario-jardín”.
De hecho, uno de mis sueños guajiros es estar a cargo de una biblioteca especializada en aves abierta a investigadores y público en general, con su aviario incluido y, desde luego, con un área infantil muy robusta sobre el tema. No sé si eso exista en alguna parte de este mundo, si sí, sáquenme de esta oscuridad; si no, ya saben a quién llamar para organizarles un acervo muy chulo y organizar servicios bibliotecarios a propósito de las aves.
Pero, volviendo al tema de las bibliotecas y los jardines, y lo que Cicerón decía, mientras buscaba en mi archivo fotográfico material para otro artículo, volví a encontrarme con fotos de bibliotecas que tienen jardines. Así que no puedo dejar de compartirlas en este post. La mayoría se encuentran en parques y sí, de muchas de ellas ya he hablado en mi perfil de Instagram, pero creo vale la pena compilarlas y revisitarlas por acá.
Biblioteca Pública Enrique Beltrán
Pertenece a la Red de Bibliotecas Públicas de la Alcaldía Iztacalco. La encuentran en Oriente 259, dentro del Parque Escuela Urbano Ecológico Iztacalco. El año pasado fue remodelada por la Alcaldía, así que nada que ver con lo que conocieron antes.
En mi última visita, nos comentaron que en el parque se imparten cursos de herbolaria, pues tienen un pequeño huerto con plantas medicinales.
Biblioteca Pública La Tortuga Xolalpa
Perteneciente a la Alcaldía Tlalpan, esta biblioteca también forma parte de la Red de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de México. Se encuentra en el parque La Tortuga Xolalpa, es un lugar tranquilo y, lo interesante es que hace poco recibió en donación un kit deportivo para jugar futbol, boleybol
Biblioteca Pública Central de Alcaldía Vicente Guerrero
Perteneciente a la Alcaldía Coyoacán, esta biblioteca se encuentra en la Alameda Sur, en Coapa. Un jardín más grande no van a encontrar.
Biblioteca Pública Andrés Henestrosa
Se encuentra en el Jardín de Adultos Mayores en la 1a Sección del Bosque de Chapultepec. Pertenece a SEDEMA y es parte de las bibliotecas institucionales de la Red de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de México. Los usuarios y voluntarios que dan clases en el jardín son adultos mayores. Es decir, que lo único malo es que no tienen acceso otros usuarios de otras edades, pero lo que pueden hacer es llevar a sus papás o abues, y ustedes esperarlos dando un paseo por el Bosque que ya sabemos es inmenso.
Biblioteca Pública Acuexcómatl
Esta es otra de las denominadas bibliotecas institucionales, sólo que esta pertenece a SEDEMA, se encuentra en el Centro de Cultura Ambiental del mismo nombre por Milpa Alta. El espacio que ocupa la biblioteca es un lujo y el Centro de Cultura Ambiental Acuexcómatl inmejorable para actividades relacionadas con el medio ambiente, pero también para descansar del ajetreo de la ciudad.
Biblioteca Pública Jorge Alberto Manrique
Se ubica en la Alcaldía Azcapotzalco, dentro del Centro Deportivo Xochináhuac. Muy cerca también de la UAM Azcapotzalco.
El espacio que ocupa la biblioteca es hermoso, es una especie de kiosco muy bien organizado y muy coqueto. El día de mi visita se estaba impartiendo un Curso de Herbolaria que desde hace más de 7 años reúne a un grupo de mujeres para aprender, fabricar pomadas, conocer de hierbas, pero, en especial, para platicar, para encontrarse con la otra.
Biblioteca Pública Valentín Gómez Farías
Pertenece a la Alcaldía Tlalpan y se ubica en la Col. Pedregal de las Águilas, en Tlalpan. Filiberta, una de las bibliotecarias, se encarga de mantener el jardín. Por cierto, el árbol que se ve en la foto es el que nos da la bienvenida a la biblioteca. Nos contó también que un día fueron a dejar en resguardo unos juegos de parque y como nadie pasaba por ellos, los instaló y ya no dejó que se los llevaran, le aseguró al personal de obras de la Alcaldía que en la biblioteca se encargarían de cuidarlos y usarlos. También nos contó que algunas tardes las abuelas van con los nietos y mientras ellos juegan, ellas se sientan a leer o a tejer.
Biblioteca Pública Miravalle
Se encuentra en la Alcaldía Iztapalapa y, aunque no tiene un jardín propiamente dicho, tiene un kiosko en la parte de atrás de la biblioteca con mucho potencial para realizar distintas actividades. En la parte del frente está una explanada que también se puede utilizar para distintas actividades. Esta es una de mis bibliotecas favoritas.
Biblioteca Pública Central de Alcaldía Fernando Montes de Oca
Adscrita a la Alcaldía Azcapotzalco, se encuentra en la Alameda Reynosa Azcapotzalco. Cuando vayan se van a poder deleitar con la vista y escándalo de cotorras argentinas. Sí, ya se que son especies invasoras pero no es su culpa estar ahí y, por otro lado, no deja de ser un espectáculo. Por cierto, las fotos son de una capacitación al personal bibliotecario de la alcaldía, ocupamos tanto la biblioteca como el parque.
Biblioteca Pública Atacaxco
Adscrita a la Alcaldía La Magdalena Contreras, una de las demarcaciones que menos bibliotecas tiene y donde en ocasiones parece no existir voluntad de las autoridades; sin embargo, gracias al esfuerzo del personal bibliotecario, logran mantener sus pocas bibliotecas.
Si me preguntan si hay más, la respuesta es, por supuesto, aquí sólo les estoy hablando de algunas ubicadas en la Ciudad de México. En un post no puedo agotarlas y menos si comienzo a hablar de bibliotecas y sus jardines en otros estados. Así que tomen éste post como una probadita de las bibliotecas y los jardines con la promesa de que en algún momento volveré para mostrarles más. Por lo pronto, ya tienen un buen recorrido bibliotecario con jardines incluidos en la Ciudad y buen pretexto para ir a sacar su credencial de biblioteca.
En noviembre pasado se dio a conocer el International Publishing Data 2023, un documento elaborado en conjunto por la IPA (International Publishers Association) y Nielsen BookData en él se recogen los datos de edición más importantes a nivel mundial.
Para este fin, el documento se divide en las regiones utilizadas por Naciones Unidas: África, Asia, Europa, América Latina y el Caribe, América del Norte y Oceanía; en cada uno de estos grandes capítulos se analiza el desarrollo editorial de los 76 países pertenecientes a la IPA y que cubre un total del 80% de la población mundial.
Este documento presenta pues información relacionada con el número de escuelas y estudiantes, importación y exportación de los títulos publicados, índice de alfabetización, población, inclusión digital, número de editoriales, así como número de ISBN registrados en 2022, entre otros; se espera que estos datos ayuden al sector editorial a realizar proyecciones para sus publicaciones.
Desde luego, me quiero detener particularmente en el reporte para México:
De acuerdo con este reporte, México se encuentra entre los tres principales países que importan libros en la región (América Latina y el Caribe), como se ve en otros estudios similares y algo que no ha cambiado mucho el principal país del que se importan libros es Estados Unidos (68%), seguidos de España (9%) y China (9%). Por otro lado, México exporta principalmente a Estados Unidos, seguido por Guatemala y El Salvador, y aunque me sorprendió encontrar a estos dos países, lo cierto es que el porcentaje es bajo en comparación con lo que se exporta a Estados Unidos, 5% y 2%, respectivamente.
Me hubiera gustado que proporcionaran mayor información relacionada con la producción editorial; si bien conocer el número de ISBN registrados durante el 2022, así como el número de editoriales en el país nos da un panorama, lo cierto es que convendría saber si, por ejemplo, esas editoriales son las que, a su vez, pertenecen a la Caniem (Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana). De ser este el caso, quizá falten aún más editoriales por aparecer en este reporte.
Por otro lado, aunque no soy editora, considero que interesaría mucho saber cuántos de estos 27,534 ISBNs registrados durante el 2022 corresponden a libros impresos, cuántos a libros digitales y cuántos a audiolibros. Sin duda, este tipo de información resultaría de gran utilidad para que las editoriales se decidan a publicar más en formatos distintos al impreso.
Sin embargo, entiendo que un reporte de esta magnitud no puede ser tan específico como se requiere, así que no dudo que la información presentada puede ser una pauta importante para el mercado editorial de cada país, cuando se complementa con otro tipo de estudios, como estudios nacionales sobre consumo cultural o el The Global Publishing Industry in 2022, también publicado recientemente por IPA y al cual pueden acceder en el siguiente enlace.
A pesar de que este año ha costado sentarme a escribir en este blog, no quiero dejar pasar la oportunidad de compartirles mi top de lecturas 2023, después de todo siempre encuentro interesante repasar y compartir lo más disfrutado de lo leído a lo largo de un año. Sirva además este cierre como calentamiento para volver con muchas cosas que platicarles el 2024.
Por cierto, como ya saben este top de lecturas 2023, al igual que el de todos los años, no tiene ningún orden de importancia. Siempre me ha resultado imposible decir cuál disfruté más; es como cuando te preguntan cuál es tu libro favorito, simplemente yo no puedo tener uno solo. Digamos que los libros que aparecen aquí fueron muy disfrutados y por ello quiero compartirlos.
Ahora sí, a riesgo de que ya nadie venga a estas alturas del año a leer, va mi top de lecturas 2023.
Título: ¿Feminismo?, ¡eso qué! / Valeria Gallo
Autora/Ilustradora: Valeria Gallo
Pie de imprenta: México : Nube de Tinta, 2023
ISBN: 9786073806046
Camila está cansada de tanto escuchar sobre el feminismo en un mundo en el que las mujeres ya gozan de los mismos derechos que los hombres. Sin embargo, en su día a día se da cuenta que quizá esto no es tan cierto. En su camino, se va encontrando con muchas mujeres que han abierto las puertas a todas las mujeres y que le hacen ver que aún hay varias batallas por librar.
Resulta que recientemente me he enfrentado a muchos libros sobre feminismo, ya saben todos esos con la fórmula “Cuentos de buenas noches para…” que tienen gran cabida en los estantes de novedades editoriales de las librerías, pareciera que hasta tienen fórmula para la portada. En fin que esos libros a mi gusto acuden a lugares comunes.
Sin embargo en esta novela gráfica nada es fórmula, hay detrás un gran trabajo de investigación, de la mano de la ilustración de la autora, para hacer una historia que nos presenta a mujeres que nos han abierto las puertas y empatizar con Camila.
Título: Literatura infantil
Autor y narrador: Alejandro Zambra
Pie de imprenta: Anagrama, 2023
ISBN: 9788433921475, audiolibro
No sabía muy bien a qué enfrentarme cuando vi el título de este libro. Zambra no es un escritor para niños y jóvenes, así que pensé que sería uno más de esos intentos fallidos que algunos autores “para adultos” tienen al acercarse a la literatura infantil, pensando que es muy fácil escribir para niños.
Y vaya sorpresa que me llevé, pero sorpresa muy grata. No, no se trata de una historia para niñes, o quizá sí, pues en este ensayo Zambra nos habla de una manera honesta sobre su paternidad, un ensayo (a la vez diario) que tarde o temprano llegará a su hijo, de ahí que quizá sí sea un libro para niños. Entre disquisiciones y disquisiciones sobre la paternidad, Zambra nos habla también sobre su acercamiento revelador a la literatura infantil.
Si se aceran a este libro en su formato audiolibro, tedrán el plus de que es narrado por el autor, así que es una lectura íntima y no dudo que muy honesta de lo que Alejandro Zambra quizo plasmar en esta obra.
Título: Códice peregrino
Autora: Vivian Mansour
Ilustrador: Emmanuel Valtierra
Pie de imprenta: México : Fondo de Cultura Económica, 2022
Colección: Los especiales de A la orilla del viento
ISBN: 9786071676108
La familia Vargas, se encamina a lo que será su peregrinaje hacia la tierra prometida, la tierra del Tio Sam. Desde luego, su camino no será sencillo pues tendrán que enfrentar los peligros a los que los migrantes se enfrentan día con día para hacer el sueño americano.
Este album es una delicia. El formato acordeón y las ilustraciones que asemejan a las de los códices prehispánicos, nos hablan de algo muy actual, la migración ilegal de cientos de mexicanos a Estados Unidos. Códice peregrino es pues una historia que combina de forma muy inteligente lo antiguo con acontecimientos actuales.
Título: Exhalación
Autor: Ted Chiang
Narrador: Toni Molias
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Pie de imprenta: Storyside, 2021.
ISBN: 9789180132428, audiolibro
Una serie de relatos de ciencia ficción, donde el “y sí…” da pie a grandes historias que exploran sobre la naturaleza humana. No pueden faltar los loros y la inteligencia humana; así como la memoria y la escritura.
Es la primera vez que me acerco a Chiang y he de reconocer que me dejó un gran sabor de boca. Buscando un poco más sobre él, me entero que es catalogado como un escritor de Ficción Especulativa y, como lo mencioné en Goodreads, esa ficción explora de manera magistral a la humanidad.
Título: La tristeza de las cosas
Autora: María José Ferrada
Ilustrador: Pep Carrio
Pie de imprenta: Santiago, Chile : Amanuta, 2017.
ISBN: 978-956-364-029-8
Una historia que en una lectura rápida, podría parecer simple, pero tiene una profundidad y belleza inusitada. Sin duda, Ferrada, es ya un referente de la poesía para niñas y niños. Cercano, amoroso y a la vez crudo, este es un homenaje a los desaparecidos y los objetos que nos dejan, que quedan huérfanos.
Título: El árbol de los deseos
Autora: Katherine Applegate
Ilustrador: Charles Santoso
Traductora: Silvina Poch
Pie de imprenta: Madrid : VRYA, 2015.
ISBN: 978-987-747-398-8
Este año viví un romance lector con Katherine Applegate. Mi gran descubrimiento con ella fue Crenshaw, de ahí me seguí con The one and only Ivan que le valió en 2013 la Newbery Medal, el prestigioso premio otorgado por la ALA. No pude evitar continuar el romance con The one and only Ruby y The one and only Bob. De hecho, me debatí entre poner en el top a El árbol de los deseos o The one and only Ivan, así que creo que la mejor manera de solventar esto fue hacer trampa y aprovechar para mencionar a todos estos libros a través de El árbol de los deseos.
Esta historia contada en primera persona por Rojo, el árbol, es contemplativa, como supongo un árbol contaría su vida de siglos. Algo que encuentro interesante en la obra de Applegate es que sus personajes son animales o cosas y, de manera magistral las voces narrativas son totalmente creíbles. Contar la historia de un árbol de 216 años a muchos podría parecer absurda; sin embargo, es muy conmovedora y cercana.
Título: Supergigante
Autora: Ana Pessoa
Ilustrador: Bernardo P. Carvalho
Pie de imprenta: México : El Naranjo, 2016.
ISBN: 978-607-8442-35-5, electrónico
Rigel es un adolescente que pierde a su abuelo, esa misma tarde Joana lo besa. Correr, huir del dolor por la pérdida, del miedo por no saber qué sigue con Joana; aunque quizá no sea una huida, sino una forma de emparejarse con la vida y crecer mientras corre, hacerse supergigante.
Este libro es triste y esperanzador, y es de los encuentros más fortuitos de este fin de año. Tiene una profundidad unas reflexiones que no me tomaron por sorpresa sobre la vida, el amor, la muerte, los amigos y la familia.
Pongo la cara bajo la regadera, abro la boca y hago gárgaras nada más para hacer ruido, y entonces pienso que mi mamá ya no es hija de nadie ni nieta de nadie ni bisnieta de nadie, está increíblemente sola mirando el teléfono fijo. Debe ser extraño no tener a nadie antes de uno. Es como no pertenecer a nada y andar a la deriva por el espacio como un cometa, como un pedazo de cualquier otra cosa.
Título: Lavinia
Autora: Ursula K. Le Guin
Narradora: Àngel Bassas
Pie de imprenta: Planeta Audio, 2023.
ISBN: 9788445016121, audiolibro
Este libro habla sobre la historia de Lavinia, hija de Latino y amata, tercera y última esposa de Eneas de Troya. Virgilio sólo menciona a Lavinia en once ocasiones en la Eneida y, se dice porque no he leído esta obra, ella nunca habla. Sin embargo, Le Guin de manera magistral le da voz propia para que cuente su historia, la de Eneas y la de su pueblo. Desde luego, se trata de una versión novelada, pero resulta interesante la forma en que Ursula K. Le Guin da vida, voz y un papel fundamental en la formación de un imperio a este personaje.
Título: Mamas
Autora: Nancy Vo
Traducción: Raquel Solá
Pie de imprenta: Madrid : Juventud, 2023.
ISBN: 978-84-261-4824-7
Este libro informativo nos habla de manera divertida, desparpajada y, al mismo tiempo, de manera muy clara sobre las mamas, sí, esas glándulas que nos alimentan durante nuestros primeros meses de vida no sólo a los seres humanos, sino también a tantos otros animales con quienes compartimos la clase Mammalia, lo que nos identifica como mamíferos. Mamas nos proporciona datos sobre la anatomía, la fisiología, pero también nos habla sobre el importante papel que las mamas han tenido en la cultura, las artes y en la concepción del mundo.
Bonus para este top de lecturas 2023
Y como en un año no pueden faltar los redescubrimientos, no quiero dejar de mencionar esta relectura con la cual confirmé que sigue estando en el top de lecturas.
Título: Tiempos canallas
Autor: Jaime Alfonso Sandoval
Pie de imprenta: México : Océano-Gran Travesía, 2022.
Una autora que fue una delicia leer y a quien quiero seguir leyendo en 2024: Cate DiCamillo. De ella recomiendo especialmente el hermoso y poético libro La elefanta y el mago y el inteligente La profecía de Beatryce. También recomiendo especialmente El increíble libro de Yang Sifan, del que ya hablé un poco en De los libros sobre libros y en defensa de la literatura infantil.
Y aunque no tenga nada que ver con lecturas, tampoco puedo dejar de mencionar que este año uvejota.com cumplió XV años. Y como no todos los días se cumplen XV años escribiendo en un blog, quise sacarlo a colación en este último post del 2023 como una especie de celebración chiquita y una manera de agradecer a quienes se han dado la vuelta por este espacio en estos quince años y esperando vengan más.
Ahora sí, espero se animen en 2024 a acercarse a alguno de los títulos de este top de lecturas 2023, pero sobre todo, espero los encuentren tan fascinantes como a mi me lo parecieron. Les deseo el mejor de los años, llenos de lecturas y de visitas a bibliotecas. Desde luego, no puede faltar la salud y el trabajo.
Recientemente leo el artículo Why higher-level reading is important, escrito por André Schüller-Zwierlein, de la Regensburg University; Anne Mangen, de University of Stavanger, en Noruega; Miha Kovač, de la University of Ljubljana; y Adriaan van der Weel, de la University of Leiden. En este artículo se argumenta que las tecnologías y las pantallas son las principales responsables del detrimento de las habilidades y las competencias lectoras. Además se proponen algunas medidas para realizar investigación científica sobre el tema y lo que se espera del futuro de la lectura.
Aunque este artículo tiene poco más de un año de haberse publicado, lo cierto es que vale la pena una revisión y análisis exhaustivo, pues las formas en las que estamos leyendo definirán el desarrollo de la sociedad, así que volver a artículos como este y seguir investigando sobre el tema se vuelve fundamental.
Lo primero es preguntarnos de qué hablamos cuando hablamos de higher-level reading. De manera sencilla podemos traducirlo como alto nivel de lectura. Sin embargo, esta traducción queda un poco limitada cuando de lectura se trata. Así que, ¿qué implica realmente un alto nivel de lectura?
De acuerdo con el artículo existen, al menos, 7 niveles o tipos de lectura para determinar si se está realizando un alto nivel de lectura: lectura crítica, lectura inmersiva, lectura literaria, lectura de largo formato, lectura lenta y lectura tenaz. En lo personal, considero que un lector, una vez pasada la etapa de alfabetización debería aspirar a realizar en algún momento una, varias o todas estas formas de lectura. Y en este caso, las pantallas no deben significar un obstáculo.
En lo que no coincido
Como lo he mencionado en otros momentos, desde luego, no se puede pensar ni esperar que se lea de la misma manera en papel que en pantalla; así como tampoco se leía de la misma manera en códices o tabletas de arcilla.
Por ejemplo, durante buena parte del primer milenio de la era cristiana y previo al establecimiento de los signos de puntuación, existía la llamada Scriptio Continua o Escritura Continua, es decir, los textos no tenían separación entre las palabras. Esto obligaba a monjes a leer en voz alta para poder entender los textos.
La manera de ir desenrollando un papiro, también exigía un tipo de lectura particular; y cada formato ha exigido una manera particular de enfrentarse a los textos. Es decir, que la lectura no es meramente un acto intelectual, sino también físico. Así que sí, no se lee igual en impreso que en digital, pero esto necesariamente implica un detrimento en las habilidades y competencias lectoras.
De acuerdo con el estudio, sí. Sin embargo, me da la impresión de que todo se basa en evidencia empírica, pero más específicamente que este texto entiende la lectura (aunque hable de distintos niveles) sólo como pasar la vista por lo escrito.
Por ejemplo, se argumenta que, de acuerdo con la OCDE, “..leer textos largos (101 páginas o más) en la escuela, supone mayores registros en la prueba de lectura de PISA que leer textos cortos”. Esto podría parecer lógico, pero creo que esta aseveración carece de análisis profundos sobre los distintos matices de la lectura. Me pregunto: si nos quedamos sólo con este argumento, qué pasa entonces con la lectura de poesía. En este mismo orden de ideas, qué pasa con la lectura del libro álbum silente cuando a la lectura se le entiende únicamente como la decodificación de signos.
¿Y qué se dice sobre los audiolibros y un alto nivel de lectura?
Un primer punto erróneo es ponerlo como una competencia de la lectura, cuando en realidad debería ser vista como una de las tantas formas de leer. Otro argumento en contra es que carece de la estructura de los impresos como la paginación, las variaciones tipográficas (que no necesita), las notas al pie y los capítulos (quizá las notas al pie sea más complicado, pero la separación por capítulos sí existe en los audiolibros). Es decir, se sigue concibiendo a la lectura de forma tradicional y, desde esta perspectiva, ningun otro formato va a entenderse como tal.
Por otro lado se argumenta en su contra que tiene una velocidad determinada y dependemos de la interpretación del narrador. Los autores de este texto olvidan que actualmente todas las apps de lectura de audiolibros tienen distintas velocidades de lectura y también que este formato presenta a su vez distintas versiones: unabridged, dramatizada e incluso las narraciones utilizando voces mecanizadas.
Un quinto argumento en contra de los audiolibros es que “…La falta de compromiso material y posibilidades físicas (tactilidad, olor, peso, movimiento, manipulación) compromete la memoria y la atención.” Realmente hubiera sido importante mostrar estudios contundentes sobre este tema.
Por último, también queda la interrogante de qué pasa con todos esos lectores con necesidades especiales que utilizan este formato. ¿De buenas a primeras les decimos que no están leyendo?
Afortunadamente, más adelante se menciona que “…cada medio o modalidad tiene su propio conjunto de posibilidades con fortalezas y debilidades peculiares. Por tanto, su valor sólo puede juzgarse en función de su uso para un determinado fin, no de manera absoluta.” (Las negritas son mías).
En lo que sí estoy de acuerdo
Aunque no puedo estar de acuerdo con mucho de lo que se argumenta en este texto y que me parece que se trata de meros prejuicios en los que poco se ha profundizado, creo que el punto 4 “¿Qué medidas proponemos?” menciona cosas muy atinadas.
Para los diferente retos que enfrenta una lectura de alto nivel se proponen recomendaciones específicas para tres aspectos clave sobre la lectura:
La investigación sobre la lectura, en la que destaca abordar la investigación de forma interdisciplinaria que de cabida a las preocupaciones y visiones de los distintos expertos que están involucrados en la lectura; así como realizar estudios longitudinales.
La evaluación de los datos sobre la lectura: integar estadísticas sobre la lectura desde distintas fuentes para contar con un mejor panorama y también realizar estudios que no se limiten sólo a lectores en edad escolar.
La educación sobre la lectura que incluya todas las modalidades de lectura, así como alfabetización de medios y alfabetización de la información.
Sin duda, valdrá la pena regresar a este documento en algunos años para poder compararlo con otros estudios que se realicen sobre el tema y ver cómo ha ido evolucionando el término lectura y, más específicamente, el término alto nivel de lectura.
He de confesar que casi siempre he tenido conflicto cuando leo libros sobre libros. Sin afán de generalizar y sabiendo que existen verdaderas joyas que abrazan al libro y a la práctica lectora de manera honesta; lo cierto es que lo que muy a menudo encuentro en los libros sobre libros es que se trata de discursos grandilocuentes, con un lenguaje rimbombante y exceso de metáforas edulcoradas donde pareciera que soltar cualquier cantidad de títulos y autores es una especie de prueba para demostrar que quien escribe de libros sobre libros, lee mucho. Muy a menudo se trata de libros que ensalzan al libro como objeto, como algo que no debe ser perturbado, pero que poco exploran las prácticas lectoras y a las y los lectores.
Sin ir más lejos, les comparto esta imagen del Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo donde la discusión en torno a la superioridad del libro impreso sobre el digital se centra en que “…puede ser muy bello”, “suena”, “huele” y “lo puedes acariciar”…
Por eso, la primera vez que vi en Storytel y Bookmate Bibliotecas, una compilación de ensayos publicada en 2007 por Ediciones Godot y donde distintos autores hablan sobre sus bibliotecas personales, lo pasé de largo. Luego, decidí que quizá sí me interesaba adentrarme en estas bibliotecas personales, yo que tanto estoy en bibliotecas públicas.
Aunque en este libro muchos de los autores que hablan sobre sus bibliotecas caen en los lugares comunes, ya saben, que si las bibliotecas tienen vida propia, que si el olor del libro, que si presumir a los grandes autores que habitan los distintos estantes, que si la acumulación, que si el tacto. Hay en este libro también algunos, pocos en realidad, ensayos interesantes y al menos uno que me pareció brillante por lo divertido: El trilobite humillado de Emiliano Monge.
Pues que ya casi me estaban convenciendo de darle a Bibliotecas sus buenas 3.5 estrellas en Goodreads cuando llegué al ensayo “Una biblioteca” donde la autora habla sobre su biblioteca que no es una, sino tres. Casi al final de su ensayo, habla de la afición de su hijo por sus libros (los de ella) y por qué no puede (debe) leerlos todos (las negritas son mías):
…Era muy gracioso verlo haciendo caritas con el libro abrazado exigiendo que se lo regalase. Pero con ese nunca dudé: ¡Ese no! Es un libro que me costó muchísimo conseguir y que claramente no es para un mocoso de 10 años.
Argumento que dio como resultado un debate interminable acerca de por qué él no puede leer todos los libros, o al menos por qué hay algunos libros que no pueden ser todavía para él. Después veo los libros que tiene que leer para la escuela y me da lástima. Eso que llaman literatura infantil, que no ofende ni molesta a nadie, tampoco seduce ni llama a mi hijo a la aventura de leer.”
Tanto adultocentrismo, tanta solemnidad y tanto desdén hacia la literatura infantil por parte de una escritora, quien además viene de un país que nos ha dado magníficas escritoras y escritores para niñes y jóvenes, es descorazonador, por decir lo menos. Y eso me hace volver a cuestionarme sobre cómo son vistos los libros para niñas y niños, pero quizá más preocupante, cómo se ve a estas niñas y niños lectores.
Después de la impresión inicial y de que a pesar de que ya en otro momento he hablado sobre los distintos prejuicios sobre la lectura y los libros (principalmente los infantiles), no puedo evitar seguirme preguntando sobre la forma en que muchos adultos perciben y se enfrentan a los libros para niños y jóvenes:
¿Qué es lo que debería leer un “mocoso” de 10 años? Por cierto, lo de “mocoso” quizá habrá quienes digan que es de cariño, pero en este contexto en específico me da la impresión que en realidad es un “tú no sabes, yo sí”.
Los libros deben sí, seducir, ofender y molestar; pero, ¿eso es todo? Es como mucha solemnidad, mucha seriedad; creo que con los libros también se vale reír, llorar, emocionarse, desesperarse, asustarse.
Graciela Montes, María Teresa Andruetto, María Cristina Ramos, Liliana Bodoc, Andrea Ferrari, Paula Bombara y podría seguir mencionando escritoras que, como ya lo dije párrafos arriba, han dado obras profundas. Las tres primeras, nada más y nada menos que merecedoras del Premio Iberoamericano de Literatura Infantil de SM en 2018, 2016 y 2009, respectivamente. Me pregunto si Reyes las ha leído. Y es que, si las ha leído, no puedo aceptar que hable de esa forma de la literatura infantil.
Me pregunto además si ha revisado la cuidadosa selección de lecturas Leer X leer del Plan Nacional de Lecturas del Ministerio de Educación Argentina
Qué pensará de obras como Los rojos camaradas de Ana Romero o Las sirenas sueñan con trilobites de Martha Riva Palacio, no me podría creer que las encuentre sosas.
Me pregunto también qué pensará sobre los libros silentes, cómo se enfrentará a la lectura de imágenes, considerará eso lectura o no porque no hay letras impresas. Y ni qué decir del álbum ilustrado y el diálogo sutil entre texto e imagen.
Me pregunto si le parecerá soso “El increíble libro” de Yang Sifan, y lo mucho que nos dicen sus imágenes, quizá más que cualquier manifiesto sobre la lectura donde sólo atinan a decir que el libro “puede ser muy bello”. No, el álbum silente de Yang Sifan nos dice con imágenes que los libros nos acompañan, los libros nos hacen valientes, con los libros nos evadimos e, incluso, que los libros nos pueden engañar.
Y sí, no vamos a negar que entre los libros infantiles y juveniles hay cosas que es mejor que nunca se hubieran publicado, pero es que eso también pasa con muchos libros “adultos” o para adultos; no todo debería ser publicado, no todo lo que está publicado vale la pena y se debe idolatrar sólo porque está impreso. o en pixeles, o en audio.
En fin, que no sé si estoy haciendo la defensa que quisiera de la literatura infantil. No sé si con esta perorata estoy logrando que estos adultos lean libros para niños y jóvenes como yo los leo, es decir, no que lean como yo, pero que sí logren encontrar todo lo que encuentro en estos libros, quizá más, esperaría que mucho más y que, desde luego, los acerquen a sus lectores. Creo que todos los que nos involucramos de distintas maneras con el libro (bibliotecarios, docentes, escritores, cualquier lector, mediadores, estudiosos, editores, etc.), deberíamos detenernos un poco más a analizar, a revisar, a leer literatura infantil y ver a sus lectores.
El pasado 30 de agosto, en el marco de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) 2023, se presentaron los resultados de Lo que siento cuando leo… Lo que pienso cuando escribo… Segunda Encuesta sobre prácticas de lectura y escritura de la comunidad estudiantil de la UNAM. Esta encuesta busca dar continuidad a la realizada en 2019 y que también reseñé en este blog, además de determinar si se han registrado cambios en las prácticas lectoras de la comunidad de estudiantes de la UNAM (bachillerato y licenciatura) y cuáles de estos cambios derivaron de la emergencia sanitaria por COVID-19.
Otros aspectos que se exploraron en este estudio y que encuentro particularmente interesantes:
Reflexionar cómo se autoperciben las y los lectores: algo que resulta imprescindible analizar pues quizá los estudiantes se autoperciben como “no lectores”, cuando en la práctica están leyendo mucho.
Explorar qué entienden las y los estudiantes por escritura, y si se consideran creadores.
Conocer las emociones que produce la lectura y la escritura. No basta con saber si están leyendo y/o escribiendo, también es importante explorar lo que le produce realizar cualquiera de estas dos actividades. En este punto rescato dos impresiones recogidas en el documento final respecto de la escritura: “Me reconozco en el mundo” y “Yo soy la pluma”.
Saber cuáles de las prácticas de lectura y escritura se mantuvieron o cambiarion después de la pandemia por Covid. Pues es de esperar que en un contexto de confinamiento las prácticas sociales se modificaron, pero ¿qué pasó una vez que se regresó a la “normalidad”? ¿se mantuvo la forma en la que leían o escribían? ¿desaparecieron o volvieron a ser las mismas previo a la pandemia?
Resultados de la Encuesta sobre prácticas de lectura y escritura
Durante el confinamiento 55% de los estudiantes afirmó haber leído más, principalmente porque tenían tiempo e interés (23.3%); de igual manera, un 29.7% expresó haber escrito más que antes y, de hecho un 8.9% comenzó a escribir durante el periodo de la pandemia.
Sobre los formatos de lectura
Ampliar los formatos de lectura es fundamental para entender que se está leyendo. De hecho, la lectura en pantalla registró un incremento destacable en comparación con la primera encuesta. En 2019, el 95% de los encuestados declaró preferir los libros en formato impreso; para esta encuesta el 81.6% de los encuestados declaró haber utilizado más versiones digitales durante la pandemia y entre los formatos más utilizados se encuentran el PDF (50.7 %), los libros electrónicos (26 %), los podcasts (30.1 %) y los audiolibros (16.5 %).
Destaca especialmente la inclusión del audiolibro y el podcast como formato de lectura, pues estuvieron totalmente ausentes durante la primera encuesta. De hecho, a muchos podría parecer insignificante un 16.5% de lectores de audiolibros; sin embargo, el crecimiento que ha vivido a nivel mundial el formato durante los primeros 20 años de este siglo, deja claro que el audiolibro seguirá dando de qué hablar, tal como otros estudios ya lo vienen confirmando y como lo he venido comentando en leerenpantalla.com.
Después de la pandemia
A pesar de que las y los estudiantes señalaron haber leído más durante la pandemia; se registró una disminución de entre el 30% y el 50% de esta práctica una vez que se volvió a la presencialidad. Pero no nos agobiemos, era de esperar que esto sucediera y, por otro lado, a pesar de que se lee menos, 84.7% de los encuestados detectó cambios en su forma de leer, por ejemplo, las y los estudiantes ahora exploran otros temas (37.1%), cambiaron los motivos para leer (28.9%), leen también en otros formatos (28.1%), mantienen el hábito (no me gusta mucho la palabra) adquirido durante el confinamiento (12.6%).
En lo que respecta a la escritura, también se registraron cambios importantes una vez finalizada la pandemia (46.5%). El principal cambio registrado fue el de los intereses o temas de escritura (51.1%), seguido de una mayor escritura de reflexiones personales (47%).
Por último, en relación con los formatos de lectura, el 74.5% de los encuestados refirió continuar leyendo en formatos digitales una vez finalizado el confinamiento.
Sobre las formas de acceder a los contenidos
Dos datos que encuentro muy a menudo en estudios de este tipo y que llaman especialmente mi atención:
El papel de la biblioteca. Sólo el 25.8% de los encuestados obtuvo material de lectura a través del préstamo bibliotecario. Como lo mencioné en la encuesta pasada, el sistema bibliotecario de la UNAM cuenta con 133 bibliotecas y, al menos la Biblioteca Central tiene un acervo literario importante que quizá no se encuentre en bibliotecas de facultades de las áreas ”Ciencias Físico-Matemáticas y de las Ingenierías y “Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud”. ¿Cuál es el papel de la biblioteca universitaria como formadora de lectores? ¿debería tener un papel en este sentido? Me atrevo a afirmar que, efectivamente, la biblioteca debería no sólo de jugar un mejor papel para formar estudiantes lectores, sino garantizar lectores una vez concluida su formación profesional. Y, desafortunadamente, considero que esto no está sucediendo.
Sin embargo, no es responsabilidad exclusiva de la biblioteca universitaria, de hecho, hay en el “camino lector” otras bibliotecas (escolares y públicas) que tampoco han cumplido su labor. De hecho, en esta misma encuesta se señala que sólo el 2.2% de los estudiantes tuvo en la bibliotecaria o el bibliotecario a una persona que influyó para que leyeran en la infancia.
El papel de los bloggers, booktubers o influencers. Sólo 4% de los encuestados señaló seguir sus recomendaciones, frente al 44% que sigue las recomendaciones de sus amigos. En la encuesta de 2019 el papel de los influencers fue del 3%.
Convendría explorar más detenidamente este resultado y el de otras encuestas donde el papel de los influencers es similar. ¿Cuál es el verdadero rol de estos personajes con cientos de miles y en algunos casos millones de followers? Si bien es cierto que se han publicado cualquier cantidad de artículos donde se les ve como la panacea en la formación de lectores, los resultados de esta encuesta y otros estudios han sido consistentes en señalar que su influencia es realmente baja.
Lo que me hubiera gustado encontrar
El papel de las plataformas de lectura, escritura y comunidades lectoras. En los tres casos se menciona Wattpad, que si bien es una plataforma importante entre jóvenes, no es la única. Podemos mencionar la presencia importante que tiene Bookmate como plataforma de lectura y comunidad lectora; Storytel en el tema de audiolibros y Goodreads como comunidad lectora, e incluso plataformas para acceder a contenidos pirata (esto último quizá nos presentaría un panorama completamente distinto sobre las prácticas de lectura), por mencionar algunos ejemplos.
Conclusiones
Sin duda, es una encuesta que debe leerse a profundidad. También resulta cruzarla con la primera de 2019 para revisar prácticas de lectura y escritura que se daban entre las y los universitarios previo a la pandemia y la forma en que esta emergencia sanitaria moldeó dichos comportamientos. Pero, en definitiva, será muy interesante ver cómo evolucionará con encuestas posteriores en la que la pandemia habrá quedado definitivamente atrás.
Esta mañana, en la sede de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), en Ginebra, se llevó a cabo el acto protocolario para celebrar los diez años de la adopción del Tratado de Marrakech, oficialmente conocido como Tratado de Marrakech para facilitar el acceso a las obras publicadas a las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso.
Este Tratado fue adoptado el 27 de junio de 2013 en Marrakech, Marruecos, entró en vigor el 30 de septiembre del 2016 en 20 países. Se trata de un convenio internacional sobre el derecho de autor cuyo objetivo es crear ciertas excepciones y limitaciones a las legislaciones en materia de autor en favor de las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para permitirles el acceso los textos. En el entendido de que:
Sólo un 7% de las publicaciones se ponen a disposición global en formatos accesibles, y en el mundo en vías de desarrollo, donde vive el 90% de las personas ciegas o deficientes visuales, la cifra es menor del 1%.6 Este problema se debe en parte a los obstáculos que crean las leyes de derechos de autor que el Tratado procura eliminar.
De esta manera, los países firmantes del Tratado asumen el compromiso de adaptar su legislación nacional sobre el derecho de autor para permitir la reproducción, distribución y acceso de las obras basadas en texto (libros, revistas, libros electrónicos, audiolibros, imágenes y partituras musicales) a formatos accesibles (braille, dual, audio, etc.) en beneficio de las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso.
A diez años del tratado de Marrakech
Así pues, a 10 años de la adopción del Tratado, conviene señalar algunos aspectos importantes que fueron mencionadas durante la ceremonia de celebración:
Se estima que alrededor del mundo existen cerca 285 millones de personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso que necesitan del Tratado de Marrakech.
Existen cerca de 18 mil libros de texto disponibles en formatos accesibles en casi 40 países.
Actualmente hay 119 países firmantes de este Tratado.
México y el Tratado de Marrakech
En México, de acuerdo con el Censo 2020 del Inegi existen 21 millones de personas con discapacidad (16.5% del total de la población); de estas más de 12 millones (61%) tienen alguna discapacidad visual, además de que es la discapacidad que más ha ido en aumento.
El 25 de junio de 2014, en el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y el Programa Sectorial de Educación 2013–2018, México firmó el Tratado de Marrakech, mismo que ratificó el 29 de julio de 2015 y que entró en vigor el 30 de septiembre de 2016. Convirtiéndose, de esta manera en el miembro número 68 en suscribir dicho Tratado.
El papel de las bibliotecas
Desde luego, las bibliotecas son fundamentales como garantes del acceso democrácito al conocimiento, por ello su papel en la adopción del Tratado de Marrakech es fundamental. De hecho, la IFLA y instituciones bibliotecarias estuvieron apoyando y empujando fuertemente durante las distintas negociaciones con la OMPI previo a la adopción del Tratado y, actualmente da seguimiento a los avances del mismo (ver el informe de 2023).