Hace sólo tres meses que Amazon lanzó con bombo y platillo el Kindle 2 y en ese momento generó gran expectación y controversia, desde su diseño más ergonómico y las quejas sobre la violación a derechos de autor que el Sindicato de Autores Estadounidenses hizo en relación con la modalidad de convertir el texto en voz que trae consigo el Kindle 2. Al parecer Amazon no se quedó tranquilo con las quejas respecto a su diseño y la posibilidad de convertir los textos en archivos de voz, así que el día de ayer lanzó el Kindle DX.
Una de las críticas más recurrentes al Kindle 2 era que su teclado era tan grande que ganaba espacio a la pantalla (6”), así que el Kindle DX viene equipado con una pantalla más grande (9.7”) que promete una lectura más cómoda; pero además tiene una mayor capacidad de almacenamiento, 4GB o 3,500 libros, contra los 2GB de la generación anterior. Una característica más de esta nueva generación del dispositivo de lectura de Amazon es que es posible la lectura a diarios previa suscripción a los mismos.
No puedo negar que a falta de un e-book aún estoy muy curiosa ante la experiencia de leer en uno de estos dispositivos y conforme van avanzando la idea de adquirir uno se hace más fuerte. El kindle DX va ganando terreno, así que tendremos que esperar a ver las curiosidades o monerías que presentarán otros dispositivos como el Sony Reader para hacerse de más lectores.
Si te interesa conocer más características del Kindle DX las puedes ver aquí.
No cabe duda que el e-Book sigue siendo el tema del momento y desde el reciente lanzamiento del Kindle 2 se ha venido una oleada de información que va desde los defensores del libro tradicional que argumentan que un e-Book nunca va a sustituir al papel, pasando por los que auguran la pronta desaparición del libro impreso, hasta los dimes y diretes y la gran controversia que se ha desatado en torno a la violación de los derechos de autor con la opción que nos ofrece el Kindle de convertir el texto en sonido.
Y justo cuando apenas estamos digiriendo el revés que el Sindicado de Autores Estadounidenses le ha propinado al Kindle de Amazon; nos amanecemos con la noticia de que Amazon no desperdicia el tiempo y si pierde en una es para ganar en otra: esta semana anunció que ha llegado a un acuerdo con Apple para incluir una aplicación de lectura en el iPod Touch y en el iPhone; esta aplicación estará disponible de manera gratuita en la App Store y con ello los más de 17 millones de usuarios del iPhone/iPod podrán tener acceso al catálogo literario de Amazon, mismo que suma ya los 240,000 títulos.
Sin duda, con este acuerdo entre ambas empresas, Amazon está ganando terreno en el mercado de los e-Books y se está ubicando por encima de la oferta de otros dispositivos de lectura como es su competidor directo, el Sony Reader, y otros menos famosos como es el caso del Papyre o el iLiad Reader.
En un acto tristemente retrógrado, los autores y editores en Estados Unidos lograron ejercer la suficiente presión a la tienda Amazon para que dejara de ofrecer en la segunda generación de su dispositivo de lectura, Kindle 2, la opción de convertir el texto en sonido.
Según el Sindicato de autores estadounidense, con esta modalidad en el Kindle 2 se vulneran los derechos de autor, y además, la lectura en voz alta debería darles ingresos; así que Amazon decidió darle la razón a los autores y editores y ahora informa que el Kindle 2 sólo tendrá la opción de convertir en sonido los textos que los autores decidan.
Es francamente absurdo creer que la lectura en voz alta vulnera el derecho de autor, creo que el copyright se está interpretando equivocadamente y los editores y los autores están gastando energías donde no hay ninguna violación; es cierto que en estos tiempos, donde todo parece tan sencillo como el copy / paste, se debe poner mayor atención en proteger la autoría de los contenidos; sin embargo, esto nada tiene que ver con la lectura en voz alta. Si los autores y los editores en realidad estuvieran interesados en proteger el copyright, entenderían dónde y cómo se violan los derechos y establecerían estrategias realmente útiles evitarlo. Por último, como argumenta Amazon con la opción de convertir el texto en voz, con el Kindle no se hacen copias, no da origen a otra obra ni implica ninguna interpretación. La lectura en voz alta sólo es una forma distinta de leer, tanto como es el e-book mismo.
Como lo dije en un post anterior, ahora sólo falta que dentro de poco, hagan callar a las bibliotecas y prohiban los talleres de cuenta cuentos, por aquello de que también se lee en voz alta. Es más, ceder a presiones absurdas nos podría llevar dentro de poco a cerrar todas las bibliotecas públicas, recordemos que ahí se prestan libros y quizá, como me comentó un conocido, dentro de poco también estemos violando el copyright cuando memoricemos nuestro poema favorito.
En esta tercera entrega de la traducción de “El e-Book pasado y futuro” se analiza como el e-book se tiene que enfrentar no solo a su competencia directa, que es el libro impreso; sino también a la creciente oferta de otros dispositivos que van más allá del simple dispositivo de lectura, como es el caso del iPod/iPhone y otros teléfonos celulares; de igual forma, se analizan algunos de los principales problemas que aún no han encontrado solución para que el e-book pueda se parte de la oferta en el mercado editorial tradicional.
EL E-BOOK PASADO Y FUTURO: LEER EN LA ERA DIGITAL
Por: John Siracusa Tiempos modernos
El mercado actual del e-book sigue siendocomo el mercado del e-book antiguo, algunas cosas han sufrido un cambio drástico, pero aún es básicamente la misma historia.
Algunos de estos cambios son obvios, con el surgimiento de iTunes como el principal vendedor al por menor de música en Estados Unidos , ya no se cuestiona más la viabilidad de las ventas en línea. Los propietarios del contenido están dando señales de que comienzan a darse cuenta de esto cuando se trata de la Administración de Derechos Digitales (DRM, por sus siglas en inglés). Los “teléfonos inteligentes” se están convirtiendo en simples “teléfonos”, y un teléfono en particular está llevando al mercado de teléfonos celulares más allá del tímido mundo de los ringtones; sin embargo, desde la perspectiva de cualquier persona que haya sido parte de los comienzos, el aspecto más notable en el mercado del “nuevo” e-book es la manera cómo ha repetido viejas fórmulas.
Cuando nos enfrentamos con la cuestión del e-book, la respuesta obvia hacia un dispositivo de lectura es casi tan popular como lo era en 1990. El Kindle de Amazón es el actual Rocketbook , con la gran diferencia de que tiene el respaldo del vendedor minorista más poderoso a nivel mundial y que además vende exclusivamente a través de internet (se que muchos lectores nunca han escuchado siquiera hablar del Rocketbook, pero este es precisamente el punto). Y tal como en los años 90, existen otros jugadores que están apostando al Kindle y el Sony Reader y larga vida para el celular y/o e iPhone.
Aún sigo creyendo que los lectores especializados se adecuarán más a un mercado maduro de e-books, siempre y cuando los consumidores puedan justificar fácilmente el costo de dispositivos tan especializados; aunque esto no significa que los dispositivos de lectura no tengan éxito: el Kindle es el mejor ejemplo de esto, al autonombrarse la estrella de la tienda Amazon. Quizá Amazon tenga que arrastrar al desgarbado Kindle directo al umbral crítico y se convierta en el “iPod de los e-books.” Entonces Apple finalmente entenderá que el iPod (y el iPhone) es el “iPod de los e-books”. Los esfuerzos de Amazon están en desventaja frente al obstáculo que representa la venta del hardware, así que la puerta aún está abierta para el competidor más fuerte que sea capaz de presentar un buen dispositivo lector, sea o no Apple.
Las actitudes más comunes hacia el e-book no han cambiado mucho; de hecho, podrían incluso empeorar. Muchos consumidores han aprendido sólo lo suficiente sobre el e-book durante los últimos diez años, lo que ha fortalecido opiniones desfavorables, y no olviden a los entusiastas oponentes del progreso tecnológico que lucharán hasta su último aliento. En general, lo anterior nos da una sensación de con más rudeza , y se respira un ambiente de desesperación sobre los acuerdos recientes entre las grandes editoriales y algunas editoriales electrónicas relativamente oscuras. Estos tratos podrían haber desvanecido el mercado hace cinco años, pero hoy en día raramente harían algún ruido pues no están involucradas con Apple, Amazon o cualquiera de los otros líderes del mercado digital.
Mientras tanto, pareciera que en la plataforma que se encuentra más cercana a mi corazón siguiera reinando la confusión sobre el e-book; tenemos un dispositivo lector de gran aspecto que sólo puede ofrecer textos de dominio público, un sinnúmero de aplicaciones que simulan la apariencia del libro que sólo empeorarán y extenderán el malentendido sobre cómo pueden y deben funcionar los e-books sobre una plataforma móvil.
Si aún quieres tener una buena aproximación del mercado del e-book justo como yo la imaginé hace algunos años, instala entonces eReader y Stanza (ambos son gratuitos) en tu iPhone o iPod, compra y descarga un libro y siéntate a leer; puedes hacer todo esto de forma inalámbrica (WiFi, EDGE o 3G) en un dispositivo ligero, delgado y pequeño que tiene una pantalla de alta resolución, con gran capacidad de almacenamiento y que, por cierto, es también un teléfono, un MP3, plataforma para aplicaciones, buscador y máquina de juegos.
Sin embargo, aún hay una pieza del rompecabezas perdida: un almacenamiento en línea lo suficientemente confiable, y una base de millones de consumidores establecidos y fieles a los cuales venderles el e-book; mi intención no es discriminar a las tiendas de e-book donde se encuentra eReader y Stanza , pero, seamos francos, ninguna de estas tiendas tiene a más de 50 millones de consumidores utilizando su tarjeta de crédito y tampoco realizan millones de ventas electrónicas. Así que permítanme que lo diga, la App Store no es el lugar más indicado para vender libros, y tampoco lo es tienda equivalente donde se puede comprar música y videos: la iTunes Store .
Después de lo que ya he mencionado, hay muchas razones para ser optimista respecto al negocio del e-book; todavía existen jugadores poderosos que están realizando sus movimientos y otros que están listos para comenzar a hacerlos; y si los editores aún no le encuentran sentido al mercado del e-book, al menos parecen estar lo suficientemente desesperados para tomar en cuenta las ofertas que en el pasado han ignorado.
En esta segunda entrega de la traducción del artículo El e-Book pasado y futuro: leer en la era digital se explican algunas ventajas del e-Book sobre el libro impreso, así como la transición y aceptación que históricamente han tenido otros avances tecnológicos, como es el caso de la música en CD y MP3 y que bien podrían (y deberían) aplicarse a la transición del libro impreso al e-book.
EL E-BOOK PASADO Y FUTURO: LEER EN LA ERA DIGITAL
Por: John Siracusa El inevitable e-Book
Aún cuando resultara más sencillo aplicar la lógica y el razonamiento para las acciones de un gran número de personas, sería un ejercicio sin importancia; todos los argumentos previos en relación con la calidad de la pantalla y la separación del medio y el contenido se desmoronan al enfrentar esta inconveniente realidad: la gente no quiere leer libros en una pantalla; o, parafraseando a una ya olvidada pero muy conveniente película de los 90s : la gente ama a sus libros.
Lo cierto es que este argumento también se extingue y a los bibliófilos les tengo malas noticias: el tan amado libro, que es un soporte de información menos sofisticado, no le gana a toda una historia y linaje.
Esto ha sucedido una y otra vez, y puede incluso suceder sin el cambio de opinión de una sola persona; para decirlo sin rodeos: la gente muere, y se podría decir que la muerte es el mejor impulsor del progreso humano. Incluso en una comunidad donde la razón está basada en la ciencia, a veces es necesario esperar a que una generación de científicos mueran antes de que una nueva teoría gane la aceptación general.
Así que, la tan romántica muerte y el paso del tiempo, tienen que suceder. Muchas nuevas tecnologías son ampliamente adoptadas sin que sea necesario que una generación cambie. Sin embargo, hasta ahora los libros no han cedido terreno. Aquí el mensaje es simple, a largo o corto plazo, el resultado será el mismo.
Aún cuando la próxima generación y las venideras estén influenciadas por los prejuicios de sus padres, es más probable que juzguen estas nuevas tecnologías por experiencia propia; y en el caso de los e-Books, los méritos ya son visibles; de hecho, algunos de estos méritos han sido conocidos en otras transiciones tecnológicas exitosas.
En el mismo orden de ideas, pensemos en la transición del CD a descargar música, de hecho estamos en plena transición. ¿Qué ventajas nos proporcionan los MP3 sobre el CD? El tiempo para hacer cualquier otra cosa, es decir, ahora es posible comprar y descargar una canción sin salir de casa, además que puedes comenzar a escucharla inmediatamente y el almacenamiento de los discos también se elimina. Eso es todo.
¿Qué hay al respecto de la calidad de audio? De hecho, esto ha empeorado durante la transición; los consumidores también están subiendo las letras de las canciones y las portadas con una menor calidad. ¿Esto representa alguna mejoría? desde el punto de vista de los consumidores, la respuesta es un rotundo “sí”, así que lo que se contempla aquí es el poder de la conveniencia y la gratificación instantánea.
Ahora, revisemos una vez más las virtudes de los e-books, espero que estén de acuerdo en que son más que suficientes. ¿Aún no están convencidos? Ok, aún hay tiempo para ir a la opción nuclear…
Para no salirnos de la temática de los e-Books que estaré entregando en este espacio, les dejo este video del reciente lanzamiento del Kindle 2 de Amazon:
A pesar de que hay quienes afirman que existen mejores dispositivos lectores como elSony Reader con un diseño ergonómico y capaz de leer cualquier archivo de texto; al parecer el gran atractivo del Kindle 2 es que ahora viene equipado con tecnología 3D con lo cual se garantiza una mayor velocidad de conexión para descargar los libros (60 segundos).
Por cierto, otra de las curiosidades de este nuevo dispositivo es que puede convertir el texto en archivos de sonido lo que nos permite escuchar un libro; desde luego esto no ha venido a caer nada bien a las sociedades de autores y se comienza a acusar a Amazon de infringir los derechos de autor pues ”… no tiene los derechos para que su dispositivo ‘lea’ en voz alta”, argumento que ya a estas alturas me parece bastante ocioso y con ganas de encontrarle 8 pies al gato.
En fin, en lo que se resuelve este asunto, será mejor que no asistas a clubes de lectura y que las bibliotecas públicas se abstengan de sus talleres de “cuentacuentos”, no vaya siendo que estén violando derechos de autor por leer en voz alta.
Recientemente se publicó en Ars Technica el interesante artículo The Once and Future: on reading in the digital age donde se habla del presente, pasado y futuro de la lectura en dispositivos que no son precisamente libros. Hace algunos días, publiqué en Moccablog un post sobre este mismo tema y creo que el artículo de Ars Technia nos ayuda a esclarecer un poco más el panorama en torno a el libro electrónico (e-Book) y las recientes formas de lectura, por eso me permito presentarles (en varias entregas) la traducción libre de algunos extractos que me parecen de sumo interés.
En esta primera entrega Un libro con cualquier otro nombre, se habla de la lectura en formatos distintos al papel, la vieja discusión de separar la forma (dispositivo) del contenido (texto):
Parte del problema está justo en el nombre: e-book. En el mundo de la impresión, la palabra “libro” se utiliza para referirnos tanto al contenido como al medio. En el mundo digital, el e-book se refiere sólo al contenido, o mejor dicho, esa es la intención. Desafortunadamente, al estar ambos términos fundidos en la jerga del mundo impreso, se transfiere también a la terminología digital, de ahí mucha de la confusión.
Esto no sucede igual con la música, donde el medio y el contenido están separados; el medio cambia (vinil, cassette, CD, MP3) pero la música sigue siendo música. La música es el producto, lo que estás adquiriendo; el medio es sólo un recipiente que cambia implacablemente. Cuando aparece un mejor medio más conveniente, barato o rápido, la música le sigue, con o sin los propietarios del contenido.
Sin embargo, con el libro… hay tanto a cuestas en torno a este término: tomos gigantes, libros en encuadernación rústica o tapa dura, y todos se identifican como libros. Actualmente no ha habido en el mundo escrito una discontinuidad de forma que enfatice la separación de la forma y el contenido igualable a la que existe en la industria musical.
Algunos géneros literarios se aferran al libro como forma y como contenido: novela, biografía, historia; “estoy escribiendo un libro,” “lleva contigo un libro,” “trabajo en una librería.” Aunque fuera posible que la mayor parte del contenido de Ars Technica apareciera en un libro, quizá no sea lo que estás pensando cuando lees la palabra “libro”. Como ya lo dije, hay mucho a cuestas.
Mi discusión no se centra en el punto de la nomenclatura, es muy claro que existe un rostro poco amigable detrás de las quejas más comunes en torno a los e-book.
Tigres de papel Existe una legión de objeciones populares en contra del e-book, y, sorpresivamente son los entusiastas de la tecnología (por ejemplo, muchos de los que están leyendo este artículo) los que están entre los más ofendidos. Aquí les presentamos algunas de las principales objeciones:
La pantalla “No puedo leer una novela entera en una pantalla!” “El papel tiene un contraste superior” “Vista cansada! vista cansada!” “Despiértenme cuando tengamos pantallas de 1200 dpi.”
Con muy pocas excepciones, todas las comparaciones desfavorables de la pantalla frente al libro impreso son acertadas, pero estoy aquí para decirles que eso no es lo que importa.
En el mundo industrializado, el tiempo que las personas invierten para leer en una pantalla ha anulado el inconveniente de la pantalla misma. Literalmente, millones de personas han demostrado estar dispuestas y ser capaces de leer grandes volúmenes de textos en pantallas que resultan poco cómodas, pensemos por ejemplo en los mensajes de texto de los celulares: habrá quien diga que los mensajes de texto son cortos, pero puedo apostar que el Estadounidense promedio leerá sustancialmente más texto en su celular que en un libro.
Sin embargo, los celulares son sólo la punta del iceberg -un iceberg llamado “la web.” ¿Cuántas palabras y texto en páginas web crees que se leerán este año en Estados Unidos y otros países desarrollados que tienen similar penetración de Internet? ¿cómo puede esto compararse con el número de palabras que serán leídas en los libros durante el mismo periodo por la misma gente?
Es claro que la gente espera leer en las pantallas, pantallas viejas y llanas con un pequeño texto y grandes pixeles. Se leen grandes cantidades de texto durante periodos extendidos, más de 40 horas en una semana laboral, es decir, cuando muchos oficinistas se sientan a trabajar frente a una computadora todo el día. Y también se sientan a leer por placer en casa. Es probable que lo estés haciendo en este momento (a no ser que imprimas la versión en PDF de este artículo o pagues para que te lo lean).
Lo diré nuevamente: la gente leerá en las pantallas. La superioridad óptica del papel aún es real, pero también irrelevante. El umbral de calidad mínimo para las lecturas extendidas hace tiempo quedó atrás.
Entonces ¿esto significa que las personas tienden a leer novelas y otros “libros” tradicionales en las pantallas? No necesariamente, mi único objetivo en esta sección es poner sobre la mesa de una vez por todas el argumento tecnológico.
No voy a pedirte que desees leer realmente una novela en una pantalla, lo que intento decirte es que tu reticencia a hacerlo no tiene nada que ver con la tecnología en pantalla a pesar de las fervientes protestas (…donde “tú” es estadísticamente proporcional a un grano de arena, obviamente. Algunas personas tienen problemas físicos legítimos con las lecturas prolongadas en la pantalla -y papel. De cualquier forma siguen siendo sólo un ruido estadístico).
Creo que la gente lo entiende, aún cuando es muy real la reticencia incluso a considerar leer un “libro” en algo que no es un libro. La mente pide a gritos una explicación lógica, especialmente las mentes técnicas; por lo tanto, la racionalización falsa en torno a la pantalla es ya muy conocida por los entusiastas de la tecnología.
El dispositivo Ah! la queja del dispositivo es prima hermana de la queja que pesa sobre la pantalla: insatisfacción con el dispositivo de lectura, “Es muy grande,” “No puedo doblarlo,” “Me da miedo romperlo,” “La pila nunca se agota en un libro real.”
Menciona el término e-book a una persona que jamás lo haya escuchado y su inclinación natural será pensar primero en algún tipo de dispositivo con forma de libro. El hecho de que los dispositivos como estos existan y sean comercializados sin considerar la diferencia entre un “lector de e-book” y un “e-book” solidifica esta asociación incluso entre los consumidores que conocen el e-book.
Es muy cierto que la conexión del libro físico normalmente es adoptada sin reservas por la industria, lo que resulta en aparatos con proporciones similares a las del libro, nombres tecnológicos como “e-ink” (e-tinta) e incluso las cubiertas rudimentarias o las cubiertas de pasta dura. Todo esto conspira para consolidar la conexión entre el dispositivo y el contenido. Por lo tanto, la insatisfacción con el dispositivo se traduce en la insatisfacción con el e-book en general.
Y la mayoría de las veces, hay mucho para estar insatisfecho: la pantalla es a menudo, el primer objeto de crítica. De hecho ya se han cubierto los temas de apariencia, pero las proporciones de la pantalla y la durabilidad también están bajo la mira, sin mencionar la influencia de la pantalla sobre la vida de la batería. También resulta difícil obtener un dispositivo de tamaño, peso y precio exactamente igual a cualquier otro producto.
Es claro que los dispositivos, tanto los portables como los estacionarios, que la gente ha mostrado ser capaz de leer (en el caso de los portables) traen consigo casi cualquier defecto; así que cuando llega el momento de considerar invertir en los llamados “e-books,” hay un inmediato cambio de contexto en las mentes de los consumidores pues comienzan a preocuparse por las fallas reales o imaginarias de los dispositivos que pretenden encarnar este concepto.
Para los y las que se siguen cuestionando sobre el futuro del libro en la era digital, bien, pues ya hay varios ejemplos que nos dan pistas de cómo estaremos, o mejor dicho, cómo estamos leyendo.
Una editorial en la Coruña, Netbiblo está utilizando los teléfonos celulares y la web como una extensión del libro.
El punto de partida es el libro y su extensión, el teléfono móvil como si se tratase de un pie de página, un elemento que amplía y complementa la información escrita en el papel y desembarca en la web apoyándose en fuentes como la Wikipedia, Flickr o YouTube adaptados para móviles. La información que se ofrece en muchos casos ha sido generada por usuarios como es el caso de las fuentes anteriormente citadas, por lo que el debate de la fiabilidad vuelve a relucir: “Utilizamos redes muy amplias como son Flickr, YouTube Móvil o Wikipedia Móvil, pero realizamos una rigurosa selección de contenidos, que son visionados por nuestro equipo para comprobar que realmente se trata de un contenido de calidad”, asegura Carlos Iglesias, director ejecutivo de la editorial Netbiblo. La nota completa acá.
Es indudable que los soportes cambian y seguirán cambiando, ya no vale cuestionarnos si los medios digitales funcionarán para albergar el gran cúmulo de conocimientos que creamos día con día; lo importante es lograr que la información, sin importar dónde se encuentre, llegue a cada lector. Lo importante es acercar la tecnología y los contenidos a todas y todos.