El 28 de febrero pasado la Universidad de California anunció, después de 8 meses de negociación infructuosa, la cancelación de la suscripción a las revistas de Elsevier. Un hecho que, sin duda, sienta un precedente, uno más, en materia de acceso abierto.
Pero para entrar en contexto:
La Universidad de California es una de las instituciones de investigación más grandes del mundo, representa casi el 10% de la producción editorial en Estados Unidos. A través de la negociación buscaba que dicha producción estuviera disponible de forma inmediata sin costo para el lector. Sin embargo, en los términos de Elsevier, el investigador –quien financia sus investigaciones con fondos públicos– paga por ser publicado en dicha editorial, mientras que la Universidad paga una suscripción multimillonaria (USD$11 millones) para acceder a los resultados de esas investigaciones.
En este modelo de negocio, el único que gana es Elsevier. El investigador sólo obtiene prestigio por publicar los resultados. Por ello, hace algunos años darle la espalda a un editor de la talla de Elsevier era inpensable para las bibliotecas y las universidades; pero el avance del movimiento de acceso abierto comenzó a abrir una grieta en este sistema, por ejemplo en 2012 un total de 17 mil investigadores firmaron un llamado para boicotear a Elsevier; por su parte, las universidades alemanas dejaron de pagar sus suscripciones a Elsevier en 2016 y, ya más reciente, en 2018 ocurrió algo similar en universidades de Suecia y Hungría.
Como señala Jeffrey MacKie-Mason, bibliotecario académico y profesor de Economía en UC Berkeley:
No nos equivocamos: los precios por revistas científicas ahora son tan altos que ninguna universidad en Estados Unidos –la Universidad de California, la de Harvard o cualquier otra institución– puede permitirse la suscripción… Publicar detrás de un muro de pago priva a la gente del acceso y los beneficios de la investigación financiada con fondos públicos. Eso es terrible para la sociedad.
Por su parte, Ivy Anderson, la Directora Ejecutiva Asociada de la Biblioteca Digital de la Universidad de California dijo:
El avance de la universidad y del mundo hacia el acceso abierto ha tenido un largo proceso de preparación. Muchas instituciones y países están de acuerdo en que el sistema actual es insostenible desde el punto de vista financiero y no se adecua a las necesidades de investigación actuales. El acceso abierto estimulará que la investigación se haga de forma más rápida y mejor, además de una mayor equidad global en el acceso al conocimiento.
Como lo decía al principio de este post, la cancelación de la suscripción a las revistas de Elsevier sienta un precedente más en materia de acceso abierto, pero además debe o debería marcar precedente en la forma en que las bibliotecas negocian dicho acceso no sólo a revistas científicas, sino también a otros materiales como son los libros electrónicos.