Hoy hablaremos de colaboración, bueno, yo no, sino mi invitada al festejo por los 10 años del blog, la queridísima Alejandra Quiroz. Ale es Coordinadora de Servicios Educativos de la Biblioteca Vasconcelos, bibliotecaria autodidacta que diariamente y de muchas formas demuestra su compromiso con las bibliotecas y con la comunidad.
Ale es inquieta, muy crítica y alguien que desborda amor por la biblioteca, eso se nota cuando la vez trabajando ya sea en el escritorio, en la sala infantil, en los talleres que organiza o cuando tienes la oportunidad de charlar con ella. Es un privilegio tenerla como colega-amiga.
A Ale tienen que verla en acción, siempre atenta a lo que ocurre en otras bibliotecas, siempre pendiente del buen hacer, siempre dispuesta a implementar formas de hacer a la biblioteca más cercana y útil en lo social. Como bibliotecaria no exagero si digo que necesitamos más Ales en el panorama bibliotecario.
El post que nos regala habla sobre colaboración, algo que se le da muy bien y en lo que los bibliotecarios deberíamos de trabajar más.
Ale, me encanta que seas parte de este festejo porque es precisamente este blog lo que nos ha permitido coincidir en el mundo bibliotecario. Gracias por aceptar ser parte de la fiesta.
¡Bienvenida!
————————–
Blogs de bibliotecas: un modo de colaboración
Alejandra Quiroz Hernández
Servicios Educativos, Biblioteca Vasconcelos
Biblioparadiso
@agorathauma
Hace diez años ni siquiera sospechaba que mi vida profesional estaría consagrada a las bibliotecas. Cuando ese camino comenzó a labrarse, lo hice siguiendo los pasos de otros bibliotecarios con trayectoria. Como los blogs estaban en pleno apogeo, fueron los lugares principales que exploré. Uvejota fue uno de ellos.
+++
Todavía realizaba mi servicio social cuando postulé a mi primer trabajo. Lo hice convencida de que aprendería pronto. Había pasado un mes en la biblioteca de la universidad, así que pensé que estaba lista para el reto: encargarme de una biblioteca escolar para secundaria y preparatoria. Tras un par de entrevistas y un periodo vacacional, finalmente obtuve el trabajo.
Para complementar lo que me había ofrecido la estancia en la biblioteca universitaria, me dediqué a buscar recursos en internet que pudieran ayudarme. Al principio me bastó con las publicaciones de la American Library Association. Encontré iniciativas sorprendentes, como la semana de los libros prohibidos y el mes de la credencialización. De un brinco a otro conocí iniciativas bibliotecarias que empleaban todo lo que tenían a la mano para atraer a los usuarios. Algunas de ellas las implementé en mi biblioteca pero muchas otras movilizaron mi pensamiento.
Un día me pregunté si habría bibliotecarios latinoamericanos a quienes seguirles la pista. Fue esa inquietud la que me llevó a encontrar el blog de Verónica Juárez. No recuerdo cómo llegué a él: si directamente en una búsqueda de Google o a través de otro blog que disfrutaba: Librosfera. De cualquier manera, el hallazgo fue muy afortunado.
Uvejota, como se la conoce en la blogósfera, se trataba de una ventana que no solamente ofrecía un vistazo de lo que los libros provocaban en los demás. Habría que decir que se configuró como una especie de observatorio del acontecer bibliotecario en México y el mundo. Uvejota se daba a la tarea de reseñar diversos acontecimientos y ofrecer sus propias impresiones. También registraba proyectos alucinantes en los que el libro o las bibliotecas eran protagonistas.
Estoy segura de que comenté alguna de sus publicaciones. Sin embargo, la mayoría de las veces me reservaba de hacerlo porque no me parecía que tenía algo importante que decir. Eso quizá se deba a que soy callada tanto en la vida presencial como la digital. Más bien me quedaba pensando, reflexionando de qué manera algo de lo hallado se vinculaba con mi propio entorno.
Fue así como el blog de Uvejota me impulsó a abrir mi propio blog: Biblioparadiso. No fui capaz de desarrollarlo con la disciplina y seriedad de Vero pero al menos registré algunas de mis inquietudes, todas ellas derivadas de lo que sucedía en mi lugar de trabajo. Prácticamente me hacía preguntas en voz alta y trataba de animar la conversación con otras personas. En ocasiones recibí respuesta pero otras pude al menos seguir el rastro de inquietudes comunes.
Aunque los encuentros presenciales no son del todo imposibles, a menudo están sujetos a la rigidez de una agenda o se consumen rápidamente en minucias. Los blogs habilitan un espacio para conversar sobre las cuestiones que nos ocupan en el quehacer bibliotecario. Es importante compartir estrategias, proyectos y misiones para mostrar que tenemos un alto potencial autogestivo. Los bibliotecarios siempre estamos trabajando con lo que tenemos a la mano y, a veces, las ideas dialogadas nos llevan a mejores caminos.
Leer blogs fue una estrategia útil para mi, bibliotecaria autodidacta. Compartir información y propiciar la reflexión fueron las dos razones que me hicieron seguidora de este blog. Uvejota abría la posibilidad del diálogo en una plataforma que a menudo se configura como una multitud de soledades. La voz y visión de Vero nos acompañaba en una tarea que convoca siempre la colaboración.