¿En qué está fallando la nueva Ley de Fomento para la Lectura y el Libro? Vayamos por partes. Estipular por decreto que se pretende “Propiciar la generación de políticas, programas, proyectos y acciones dirigidas al fomento y promoción de la lectura” como lo dice la nueva Ley de Fomento para la Lectura y el Libro por muy bonito que suene y por más que esté lleno de buenas intenciones sigue siendo hueco mientras no se diga quiénes y cómo harán para abatir el actual rezago en materia de hábitos lectores en nuestro país. Pero quizá es más grave el asunto cuando no se ha pensado en las necesidades y capacidades lectoras reales de los mexicanos; pongamos un ejemplo en concreto: Felipe Calderón ha dicho que mediante esta Ley, cada familia a la que se le entregue una casa de interés social será dotada además de una “biblioteca básica” con 15 a 20 títulos en diferentes materias incluyendo una Constitución Política.

Pensar que entregar libros dará como resultado más lectores, es como afirmar que regalar guitarras dará como resultado más músicos. Recordemos que la gente no lee, y para ver libros amontonados ya tenemos muchas bibliotecas públicas a las que la gente no asiste; así que dar libros a las familias de “no-lectores” sin un plan estructurado, lo único que logrará es que estos libros se queden en el rincón más impensable de las casas. Recordemos que el Programa “Hacia un país de lectores” de la administración foxista entregó dotaciones de libros para las denominadas Bibliotecas de Aula, ¿el resultado? nulo, de no ser así no se seguiría hablando de rezago; dar libros por darlos nunca derivará en resultados positivos. ¿Por qué se insiste entonces en cometer el mismo error cuando está probado que no funciona?

Me parece un tanto absurdo que el mismo Presidente Calderón anuncie que el grave problema de lectura en nuestro país no se resolverá por decreto, ¿para qué se generó entonces todo un debate en torno a la ley si de entrada se sabe y se afirma además que no va a funcionar? Una ley llena de buenos propósitos pero carente de visión por supuesto que no resolverá el problema, no mientras no se realicen estudios de la situación actual no sólo de qué y cuánto se lee sino de lo que se puede llegar a leer; una ley no puede resolver un problema si no se nombran responsables, decir que la SEP, CONACULTA, el futuro Consejo de Fomento para el Libro y la Lectura y las autoridades estatales y municipales serán los responsables sigue sin decir realmente quiénes serán los responsables; una ley no puede resolver un problema mientras no se especifiquen las acciones encaminadas a erradicarlo.

Mientras que la moda en cada nuevo sexenio sea promulgar leyes en favor de la lectura y se afirme de manera hueca que “leer es bueno” no se resolverá el problema. En el momento que las autoridades estén realmente preocupadas, dispuestas a enfrentar el problema y conocerlo, sólo en ese entonces se podrá atacar a fondo, sólo en ese entonces servirá cualquier decreto, iniciativa, ley o programa; mientras tanto, sigan donando bibliotecas y llenando el Diario Oficial de Leyes bonitas e irrealizables.

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