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6 Comments

  1. Jaime
    2 mayo, 2011 @ 1:35

    Buenos días, tendríamos que diferenciar entre el soporte que es el caso del DVD, PC etc…, y el “Libro elelctrónico”, que no es un soporte, es un libro virtual, el soporte es el dispositivo electrónico o ereader o aparato en el caso del libro electrónico.

    Saludos

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  2. uvejota
    2 mayo, 2011 @ 10:14

    Hola Jaime:
    Muchas gracias por tu observación, aunque no necesariamente: el 1 de julio de 2010 la Real Academia de la Lengua Española aceptó la inclusión del término “libro electrónico” que incluye desde ese entonces el concepto de e-book (contenido) y e-reader (soporte). Tal como ocurre con el término “libro” que hace referencia al objeto y a su contenido. Acá el dato en el blog: http://uvejota.com/articles/272/glosario-bibliotecologico-libro-electronico

    Saludos

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  3. Jaime
    3 mayo, 2011 @ 3:32

    Hola Veronica, así se lo hice al trasladar a nuestra RAE en su día antes de que se aprobara, la diferencia entre un ebook o libro electrónico a un ereader o lector.
    El tiempo pondrá cada palabra en su sitio.

    Saludos

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  4. Julio Pesquero
    16 mayo, 2011 @ 0:36

    Lo intento de nuevo Verónica. Verás mi “exabrupto” en twitter parte de la incompresión y la sorpresa ante la actitud de bastantes bibliotecarios en la promoción del libro electrónico. En primer lugar es un producto comercial que genera beneficios a los fabricantes y no entiendo que las instituciones públicas, a través de sus trabajadores, tengan que difundir este producto (además sin recibir nada a cambio). En segundo lugar, lo queramos ver o no, el e-book no acaba de cuajar en la sociedad; el libro electrónico lleva ya décadas y, a diferencia de otros productos de información y comunicación como el dvd, vídeo, pc, el libro electrónico no es un intermediador que esté extendido socialmente. En tercer lugar nunca ha habido por parte de las bibliotecas, al menos en España, una campaña para promocionar otros productos tanto o más válidos que el e-book, me refiero a que las bibliotecas públicas nunca han difundido con ahinco que las personas usen el pc, o el portátil o el móvil (celular);). Finalmente, creo, el e-book no aporta nada, nada, que no tengamos ya en un portatil, en un tablet o incluso en un móvil. ¿Por qué entonces nos empecinamos en difundir el e-book contra viento y marea? Por todas estas razones no coincido contigo en pensar que el e-book constituya una amenaza para las biblioterios o las bibliotecas. Simplemente no entiendo a qué viene ese empeño. ¿Es por que el cacharro incluye la palabra libro? ¿Es por que todo lo que semeje un libro ha de ser difundido en la biblioteca pero no el cine, el teatro o la música? En el fondo me parece una actitud demasiado tradicionalista; si claro, lo difundidimos por que es un libro con electricidad. En fin Verónica espero haberme explicado; en el fondo siempre creo que nos sobra información y nos falta reflexión. Un abrazo desde España.

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  5. uvejota
    18 mayo, 2011 @ 8:49

    Hola Julio
    Muchas gracias por tu comentario, comienzo con tu tercer punto:

    En México tampoco ha habido una campaña para promover cualquier otro soporte, al menos no que yo la recuerde. Creo que esto está relacionado con algo que menciono en el post, el libro electrónico por vez primera “amenaza” o, mejor dicho, hace que algunos profesionales en el area sientan que es una “amenaza” directa y real hacia el libro impreso, lo que hace que se vuelquen a rechazarlo y ahi es donde entramos los entusiastas que vemos en él una oportunidad que no podemos dejar pasar para incentivar la lectura y el uso de las bibliotecas.

    Difiero un poco cuando dices que el e-book no aporta nada especial o distinto a lo que otros soportes ya nos ofrecen. Yo siempre he dicho, que al final lo que importa es el contenido, no el continente; sin embargo, creo que la llegada del libro electrónico sí ha hecho que muchos “no-lectores” comiencen a hacerlo, creo también que es una forma de llegar a un público distinto que quizá no se sentía atraído con el libro tradicional.

    Coincido totalmente en que la entrada del libro electrónico en la biblioteca debería ser tan fluida y sin cuestionamientos, como ha sido la entrada de otros soportes y tipos de información. Pero vuelvo a lo mismo, el hecho de que toque tan de cerca el medio tradicional por antonomasia (el libro impreso), hace que muchos lo vean con recelo y lo rechacen… lo que a su vez, hace que otros lo defendamos y veamos una oportunidad.

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  6. CyberGus
    19 mayo, 2011 @ 22:59

    Creo que en esta discusión hay malos ejemplos, por no decir pésimos.

    1. La PC no es un soporte exclusivo, dedicado y enfocado a la lectura de ebooks, no es un e-reader.

    2. El DVD y el video no están en el mismo plano, el dvd puede servir para cosas diferentes, el video puede ser leído en diferentes plataformas sin que necesariamente esten enfocadas solo el la reproducción del mismo.

    3. Es irrelevante si el e-book existe hace décadas o no. El quid del asunto es que los lectores especializados, hechos para portar estos libros, eran muy costosos y ahora han bajado considerablemente, representando una gran ventaja en comparación con cargar en la espalda 30 libros impresos.

    El formato, PDF, epub o lo que sea creo que no es el punto, el pdf existe para impresión de libros hace mucho.

    El punto es la difusión de los e-readers, que son lo que cambiará esto. Por e-reader entiendo, explicado con peras y manzanas, un Kindle, un Sony Reader, un Nook o el mismísimo iPad.

    Son soporte, ustedes saben… con un formato similar, muy muy portátiles, letra grande y algunos incluso con una tecnología de pantalla totalmente diferente a la pc o el celular, que imita decentemente el papel.

    Aclarado lo anterior, asumo que la defensa del e-book debería girar hacia el combo completo, y que, es natural que se defienda un formato que tiene características únicas por la forma en la que “interactua” el usuario con estas, cosa que NO sucede igual con el DVD y el video.

    Un e-reader lleva en sus lecturas la misma dinámica del libro tradicional y algunas nuevas, como algunas ediciones que permiten interacción en un chat o grupos de trabajo.

    Ni leer ni compartir la lectura había sido tan viral antes, que ahora incluso los considerados por los “más cultos” como ignorantes, están leyendo.

    P.D. Yo no soy bibliotecario, soy lector.

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