¿Cuál es el futuro de la biblioteca en la era del e-book?

Sin duda, una pregunta de difícil respuesta, y es que no podemos negar que el tema del libro electrónico es espinoso para las bibliotecas y me temo que lo seguirá siendo por algún tiempo, aunque no es de extrañar que ante cualquier nueva tecnología la biblioteca y el bibliotecario se enfrenta ante una crisis de identidad y el ya viejo y conocido miedo de que cualquier tecnología entrante nos va a reemplazar (cada vez que escucho este tipo de pronósticos no puedo evitar pensar que si fuera cierto, hace algunas cuantas décadas no existiría la profesión). Sin embargo, frente al tema del libro electrónico se viene haciendo cada vez más necesario cuestionarnos si el e-book representa una oportunidad o una verdadera amenaza para nuestros recintos de papel. Como cualquier cosa en esta vida, todo depende del cristal con que se mire o, mejor dicho, todo depende del bibliotecario que lo mire y la capacidad para vislumbrar oportunidades o el miedo que lo paralice.

Desde luego, no es un tema de optimismo exacerbado o pesimismo necio y tampoco se trata de contestar “si” o “no” de manera visceral; se requiere un análisis profundo para entender a lo que nos enfrentamos y los problemas que habremos de enfrentar: el asunto de los DRMs, por mencionar un ejemplo, no nos está poniendo fácil el camino a los que imaginamos en un futuro el préstamo consolidado de libros electrónicos en bibliotecas, especialmente cuando las bibliotecas no son dueñas de los libros electrónicos de la misma manera que lo son de los impresos. Aunque iniciativas ya se están dando como es el caso del recientemente anunciado préstamo de libros digitales de Amazon a más de 11 bibliotecas en Estados Unidos o el caso del préstamo de libros electrónicos de Sony; desafortunadamente en México, al igual que en muchos otros países, falta mucho—especialmente cuando son pocas las bibliotecas que están ofreciendo préstamo de dispositivos de lectura—pero las semillas están comenzando a sembrarse.

El tema económico tampoco es tan sencillo, especialmente en países como México, donde los presupuestos de cultura y educación parecen no ser la prioridad de las autoridades, aunque debemos recordar que en su mayoría los libros electrónicos son considerablemente más económicos que los impresos y también que los dispositivos se van abaratando de a poco, como ocurre con cualquier tecnología; imagino hace unos 25 años las bibliotecas veían difícil, si no imposible, tener computadoras y catálogos electrónicos; hoy en día es toda una realidad—si bien es cierto que no en el 100% de las bibliotecas mexicanas—, espero que no tengamos que esperar tanto tiempo en el caso del libro electrónico.

Sin embargo, el problema de fondo creo que es que tanto las bibliotecas como las editoriales quieren tratar el libro electrónico de la misma manera que un impreso y ese es un error que nos va a costar usuarios que con un sólo click se pueden hacer de los libros que desean ya sea piratas o comprándolos. No se trata sólo de prestar un libro electrónico, como hace algunos años no sólo se trataba de prestar un libro impreso y poner un sello en la papeleta de préstamo. Así que en lo que debemos trabajar como bibliotecarios es en ofrecerles los mismos contenidos mejorados y con más opciones de manera más sencilla, inmediata y, desde luego, legal.

Desde mi perspectiva, estoy convencida que el e-book se presenta como una oportunidad para las bibliotecas, una oportunidad que incluso puede ayudarnos a recuperar los usuarios que hemos ido perdiendo en un camino que hemos llenado de prohibiciones y control a veces obsesivo; si soy honesta, creo que sólo es cuestión de tiempo, sin embargo, aunque el e-book es un paso ineludible para algunas bibliotecas a corto y para otras a largo plazo, debemos estudiar la manera de dar ese paso con el pie derecho (izquierdo para los que sean zurdos) y entrar fortalecidos y con los “peros” adecuadamente resueltos; debemos hallar un modelo que satisfaga a todas las partes, es decir, un modelo que como bibliotecarios nos permita establecer acuerdos equitativos con las editoriales y así poder ofrecer contenidos de manera sencilla, rápida y sin restricciones a los usuarios.

Sí, veo en el futuro muchas bibliotecas híbridas con riqueza de contenidos impresos y electrónicos, así como veo bibliotecas totalmente electrónicas; sin embargo, en ambos casos, veo a un bibliotecario/a que orienta al usuario y que le ayuda a obtener los contenidos que necesita.

Para finalizar este post, quiero recomendar ampliamente las lecturas The future of libraries in the e-book age y Librarians at the gate, en ambos casos podemos ver como los “peros,” las dudas, el miedo y también la oportunidad no es exclusiva de una latitud, el e-book es un tema que a todos los bibliotecarios concierne.

Comentarios (3)

  1. Avatar for Veronica Juárez
    27 abril, 2011
  2. Avatar for Veronica Juárez
    27 abril, 2011
  3. Avatar for Veronica Juárez
    29 abril, 2011

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