Como cada año este 20 de julio los y las bibliotecarios mexicanos nos vestimos nuevamente de fiesta para celebrar el Día Nacional del Bibliotecario, sirva la fecha no sólo para el festejo, sino también para la reflexión sobre nuestra labor diaria y el papel que cumplimos (o deberíamos cumplir) en la sociedad, en dónde estamos y hacia dónde nos queremos encaminar.
La American Library Association (ALA) publicó hace unos días (12 de abril) su State of America’s Libraries Report 2015, un informe que cada año da cuenta de la situación de las bibliotecas en Estados Unidos. El informe es altamente recomendable para actualizarnos respecto de lo que ocurre en otras latitudes; sin embargo, en este post me quiero enfocar en la sección donde la ALA presenta listado de los libros más cuestionados de 2014.
Los libros más cuestionados o desafiantes (challenged books) son todos aquellos libros cuyo contenido se considera inapropiado y que han recibido quejas formales y/o por escrito para que se restrinja el acceso o sean removidos de las bibliotecas (38% para bibliotecas públicas y 11% para bibliotecas escolares), de las escuelas (36%) y de otras instituciones que manejen estos materiales (15%).
Imagen vía: State of America’s Libraries Report 2015
En el 2014 la OIF (Oficina para la Libertad Intelectual de la ALA) recibió 311 reportes sobre intentos para eliminar distintos libros de los programas escolares y/o de las bibliotecas, en el comunicado la ALA señala que el 80% de los libros de esta lista reflejan contenidos culturales y autores diversos, a diferencia de las listas publicadas entre 2001 y 2013 donde los libros en el ojo del huracán fueron aquellos relacionados con temáticas sobre comunidades de color o autores de color, lo que no es cosa menor si tomamos en cuenta que estamos hablando de racismo en un país ya de por sí muy lastimado por estos motivos.
La lista de los 10 libros más desafiantes de 2014 y las razones por las que incomodaron a los adultos son:
The Absolutely True Diary of a Part-Time Indian de Sherman Alexie.
Razones: insensibilidad cultural, drogas/cigarro, lenguaje ofensivo, educación sexual, contenido sexual explícito, no apto para la edad, violencia, apuestas, “representaciones de acoso.”
Persepolis de Marjane Satrapi
Razones: apuestas, lenguaje ofensivo, opiniones políticas, política, racial y socialmente ofensivo, “representaciones gráficas.”
And Tango Makes Thre de Justin Richardson y Peter Parnell
Razones: anti familiar, homosexualidad, opiniones sobre religión, inapropiado para la edad destinada, “promueve la agenda homosexual.”
The Bluest Eye de Toni Morrison
Razones: sexualidad explícita, inapropiado para la edad, “contiene temas controvertidos.”
It’s Perfectly Normal de Robie Harris
Razones: desnudos, educación sexual, contenidos sexuales explícitos, inapropiado para la edad a la que va destinado, “pornografía infantil.”
Saga de Brian Vaughan y Fiona Staples
Razones: anti familia, desnudo, lenguaje ofensivo, contenidos sexuales explícitos e inapropiado para la edad a la que se dirige.
The Kite Runner de Khaled Hosseini
Razones: lenguaje ofensivo, violencia e inapropiado para
The Perks of Being a Wallflower de Stephen Chbosky
Razones: drogas/alcohol/cigarro, homosexualidad, lenguaje ofensivo, contenido sexual explícito, inapropiado para la edad a la que se dirige, violación y masturbación.
A Stolen Life de Jaycee Dugard
Razones: drogas/alcohol/cigarro, lenguaje ofensivo, contenido sexual explícito, inapropiado para la edad a la que se dirige.
Drama de Raina Telgemeier
Razones: sexualmente explícito.
Varias cosas me vienen a la mente cada que me entero que un libro es banneado o se pide su remoción de las bibliotecas o escuelas:
¿Todos estos libros son realmente culpables de lo que se les acusa? es decir, prejuicios hay en todos lados y, como todo en esta vida y más cuando de libros se trata, cada quien entiende lo que quiere o puede, entonces ¿no será que están entendiendo cosas que no son?, por ejemplo, ¿a qué se refieren exactamente con “promover la agenda homosexual” y por qué sería inapropiado hacerlo?
De ser así, ¿es motivo para solicitar su remoción de las escuelas y bibliotecas? Creo que muchos adultos siguen pensando que los niños son tontos y no entienden lo que pasa a su alrededor, los principales temas de los que estos libros son acusados no son nada que los lectores más jóvenes no hayan escuchado o se hayan enfrentado de alguna manera en al menos una ocasión: lenguaje ofensivo, contenidos sexuales, drogas, alcohol, etc.
Me pregunto ¿cómo harán los padres para prevenir a sus hijos de todos estos temas en el día a día?
¿Cuál es el papel que deben asumir las y los bibliotecarios frente a estos materiales? Desde luego no admitir la censura porque, de hecho, las bibliotecas son las más afectadas en este respecto (38% para bibliotecas públicas y 11% para bibliotecas escolares); y aunque el 1% de los que cuestionan estos libros son precisamente bibliotecarios (bibliotecarios “cuestionables” diría yo), la mayoría afortunadamente están convencidos de la importancia de garantizar el acceso a contenidos diversos, como bien lo señalan en el reporte de la ALA:
La falta de contenidos diversos para los jóvenes lectores sigue siendo preocupante, en los últimos 12 meses la comunidad bibliotecaria ha propiciado la conversación para abordar el tema de la falta de diversidad, tanto de contenido como de escritores, reflejada en estos libros.
Por último, en el reporte aparece una infografía imperdible que resume los principales puntos de este tema. Valdría la pena analizar qué esta ocurriendo en otros países, especialmente en México, con “libros de contenidos sensibles,” si alguien cuenta con información al respecto, agradeceré los comentarios.
Imagen vía: State of America’s Libraries Report 2015
Cuando hablamos de las bibliotecas, especialmente de las públicas, nos gusta decir que somos garantes de acceso a la información pero, ¿realmente sucede así?, ¿no intervienen nuestros propios prejuicios a la hora de seleccionar un libro para el acervo?, ¿es posible hablar de autocensura en las bibliotecas al grado de no permitir ciertos contenidos que personalmente juzgamos como inapropiados?
A la mente me viene, desde luego, el boom que fue el refrito 50 shades of Grey (para los que no lo saben, este libro surgió en un foro de fanfiction como un derivado, que es más bien una copia donde sólo cambian los nombres de los personajes, de Twilight) y que está viviendo un segundo aire (muy airado) gracias al reciente estreno de la adaptación fílmica; ¿qué pasa con este libro?, de buena fuente sé que en una biblioteca pública en este país hay una enorme lista de espera para el préstamo a domicilio y seguramente sucede así en el resto de bibliotecas públicas en varios países; muchos parecen tener una opinión poco favorecedora sobre el libro (aunque a veces me pregunto si genuinamente lo consideran malo o lo disfrutaron y les apena decirlo o simplemente se dejan llevar por las críticas sin haberlo leído) y los bibliotecarios no han sido la excepción, sin embargo, ¿esta opinión, con fundamento o no, debe intervenir al momento de dar acceso a dicho libro y satisfacer la demanda de esa lista enorme de usuarios que lo están esperando? La respuesta ética es NO, de hecho, según el Manifiesto de la Unesco sobre la Biblioteca Pública “Ni los fondos ni los servicios han de estar sujetos a forma alguna de censura ideológica, política o religiosa, ni a presiones comerciales” aunque permítanme insistir con mi pregunta inicial, ¿sucede realmente así en las bibliotecas?
Pues bien, la respuesta ética es NO, nuestro papel es asegurar el acceso a cualquier libro que el usuario esté demandando y, yo agregaría, alentarlo a que vaya más allá de determinada lectura; pero, quizá en algún momento su crítico personal ha intervenido al momento de seleccionar, adquirir y poner a disposición del público ciertos materiales.
Pero, y este es un gran pero, si tienen duda respecto a si su ética bibliotecaria se ha visto afectada en este sentido, les recomiendo responder este Test de Autocensura elaborado por The New York Library Association y al que llego gracias al blog de la ALSC. Son 18 preguntas a las que sólo hay que responder Sí o No y que nos dan cuenta de que la autocensura tiene matices mucho más sutiles de lo que cabría esperar, si hay respuesta afirmativa a una, varias o todas estas preguntas, quizá te estés autocensurando y afectando al mismo tiempo a tus usuarios sin darte cuenta.
¿Se les ocurre alguna otra pregunta que se deba integrar en este test? Me platican cómo les fue con las respuestas.
El 13 y 14 de noviembre pasado, en el marco de la 34 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, se llevaron a cabo en la Biblioteca Vasconcelos las Jornadas de Formación Biblioteca y Escuela, que reunió a docentes, profesionales de la educación, promotores de lectura y bibliotecarios públicos y escolares para, a través de conferencias, mesas de discusión y talleres, discutir sobre la función de la biblioteca en un centro escolar, así como sobre el papel que la biblioteca pública desempeña en dicho contexto.
Algunas de las preguntas a las que se dio respuesta en dos intensas jornadas fueron: ¿cómo se forma un bibliotecario?, ¿cómo conviven viejos y nuevos usos de la lengua escrita en la sociedad y en la escuela?, ¿cómo funcionan en realidad los servicios bibliotecarios?, ¿qué servicios, formas de atención, vínculos con la curricula y la comunidad se experimentan actualmente?, ¿cómo se gestiona la biblioteca escolar desde el hacer cotidiano?, entre muchas otras.
En el espacio destinado a las bibliotecas y su relación con las nuevas tecnologías, tocó mi turno con la charla “La biblioteca en su laberinto digital” y, como su nombre lo indica, se abordaron los dilemas de las bibliotecas en la era digital en la que, más que dilemas intenté verla como una serie de oportunidades para promover el uso de la biblioteca y también facilitar el acceso a los usuarios. Algunos ejemplos son las aplicaciones para dispositivos móviles y, desde luego, los libros electrónicos, aunque hay muchas más; de igual forma, el principal punto que quise rescatar es que, sin importar el tipo de biblioteca (escolar, universitaria, pública, etc.) y/o las tecnologías con las que se cuente en estos recintos, debemos apuntar a tener bibliotecas que toquen vidas (tal como lo mencionó Clemencia Venegas en “El rol de la biblioteca y el bibliotecario en la comunidad educativa,” la charla previa a mi intervención), a bibliotecas que ayuden a los usuarios a entender y abrazar el mundo.
Los dejo con la presentación que utilicé y también el video de la charla, queda pendiente un post donde enumere algunas herramientas y plataformas digitales que se pueden utilizar en las bibliotecas para apoyar los distintos servicios.
“Lecturas en movimiento” fue el lema de este 3er seminario que reunió a diferentes especialistas nacionales e internacionales para tratar y compartir experiencias sobre la lectura y la biblioteca más allá del espacio/formato físico.
La conferencia que abrió el Congreso estuvo a cargo de Juana Hernández, Coordinadora del Proyecto de Centro de Negocio en la Biblioteca Comunitaria Rija’tzuul Na’ooj (“Semilla de la Sabiduría” en Tz’utujil, lengua de la familia maya), quien hizo justicia al calificativo “magistral” al compartirnos la experiencia de la Biblioteca y que además nos dejó ver que los recursos no son tan importantes como el capital humano y las ganas de hacer las cosas, una auténtica lección de liderazgo la que recibimos con Juana Hernández.
Durante la segunda jornada, la primer mesa de conversación “Experiencias relevantes de servicios extramuros,” Nuno Marçal y Alfredo Fica nos compartieron sus experiencias como bibliomovileros en Portugal y Chile, respectivamente, y ambos coincidieron que el bibliomovil y el bibliotecario de este servicio van mucho más allá de la biblioteca tradicional, según palabras del propio Marçal el bibliomovil es una “aspirina contra la soledad y el aislamiento.”
Nati Moncasi, jefa de la Central de Bibliotecas de Lleida , en su conferencia magistral “La función de los servicios móviles como parte de una red bibliotecaria, cultural y social,” nos compartió también la experiencia del servicio bibliomóvil del sistema de bibliotecas públicas de Catalunya.
En el panel “Nuevos formatos de lectura,” hablamos del papel y el potencial de la lectura en los “nuevos tiempos” desde distintos ámbitos, el del editor (Martín Gómez), el del escritor (Jorge Baradit) y el del bibliotecario (yo); en este panel los tres coincidimos que gracias a las distintas plataformas de lectura, la gente está leyendo más que nunca y que también es necesario entender a la lectura como algo más allá del libro impreso. La charla “Biblioteca y lectura digital: ¿vericuetos insondables?” que estuvo a mi cargo, se habló sobre los miedos infundados que tenemos los bibliotecarios para adoptar estos formatos y algunos consejos para transitar de forma más fluida el camino del libro electrónico en las bibliotecas.
En la mesa “Innovación, bibliotecas y fomento lector,” durante la tercera jornada del seminario, se compartieron distintas experiencias sobre la promoción lectora desde distintos escenarios: la Casa del Lector de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (Luis González), Caravanas Literarias de Taracapá (Alberto Díaz) y Centro Lector Osorno (María Victoria Peni).
Por último, para cerrar tres nutridos y emotivos días de trabajo, la escritora chilena, María José Ferrada y el escritor y editor español, Antonio Ventura, nos hablaron del papel que las bibliotecas jugaron en sus vidas como lectores y escritores.
En el marco de este 3er seminario se dieron también 4 talleres y, aprovechando que coincidió con la Feria Internacional del Libro de Santiago, los bibliotecarios del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas se dieron cita por segundo año consecutivo en FILSA para realizar la selección de acervo bibliográfico para las distintas bibliotecas públicas chilenas.
Los dejo con algunas fotografías de mis recorridos bibliotecarios por Chile en estos intensos días de compartir experiencias, así como con la presentación que corrió a mi cargo.
Sala Medina, Biblioteca Nacional de ChileSala de Lectura, Biblioteca Nacional de ChileGonzalo Oyarzún y Pablo Andrade en FILSA 2014Exposición “La sorprendente aventura de los libros,” Biblioteca Nacional de ChileBibliometroBibliotecarios realizando selección de acervo en FILSA 2014Exposición “La sorprendente aventura de los libros,” Biblioteca Nacional de ChileBibliometroExposición “La sorprendente aventura de los libros,” Biblioteca Nacional de ChileExposición “La sorprendente aventura de los libros,” Biblioteca Nacional de ChileBibliometroNati Moncasi y Nuno MarçalBibliometroBiblioteca de SantiagoFILSA 2014Biblioteca de Santiago
Agradezco infinitamente a Gonzalo Oyarzun, Subdirector del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, por la invitación a participar y ser parte de la gran familia de bibliotecas públicas chilenas, también a Ximena Chávez por las gestiones y a toda la gente que forma parte del SNBP por las atenciones y hacerme sentir como en casa. Me llevo gratas experiencias y mucho aprendizaje.
Pues sí, un año más y con ello un nuevo Día Internacional de la Biblioteca y en esta ocasión, para celebrar, hemos elaborado (con la ayuda de Abelardo) este póster que habla un poco sobre lo mucho que representa hoy en día la biblioteca. Si alguno quiere imprimir esta imagen, aquí está el PDF.
Y, como no puedo felicitar a las bibliotecas (ok, sí puedo, pero se leería extraño), felicito entonces a todos los que formamos parte de ellas, incluidos los usuarios.
«Ésta es nuestra credencial de biblioteca,» me dijo. «Hay muchas cosas que jamás podré comprarle a mis niños, pero gracias a que tenemos esta credencial no hay nada que no puedan tener. Pueden viajar a donde sea, aprender lo que sea, conocer a quien sea y, básicamente, llegar a ser las personas que quieran porque tienen esta credencial y eso nos permite acceder a un mundo de libros y esos libros son los que ayudarán a Gary a encontrar su lugar en este mundo.»
Así es, perderte en un libro es algo mágico, pero encontrar tu camino a través de ellos es mejor.
No se ustedes, pero a mi este video –que la Biblioteca Pública de Nashville realizó para promover el uso de sus credenciales y el servicio de préstamo bibliotecario de libros, música y películas– me ha hecho el día y me ha dejado una gran sonrisa, es más se me antoja juntar a “la banda” bibliotecaria y lanzar nuestro propio sencillo, pero así, tan alegrote como éste, ¿quién dice “yo”?
Por cierto, “All about the books, no trouble” es una adaptación de “All about that bass” que Meghan Trainor presentó en The Tonight Show de Jimmy Fallon. No sé por qué, pero me gusta más el de la Biblioteca Pública de Nashville, 😀