En México acabamos de pasar por un proceso democrático sin precedentes en nuestra historia impensable hace una década o en el siglo pasado. Este proceso, sin embargo, se caracterizó por la difusión de fake news que buscaron en todo momento desinformar, generar incertidumbre y miedo en los electores, y con ello influir en la toma de decisiones para un país.
Las fake news no han sido algo exclusivo de este proceso, nos enfrentamos a ellas desde hace ya bastante tiempo y, muy seguramente, nos seguiremos enfrentando a ellas en la administración venidera, de hecho, se han seguido viralizado noticias falsas aún después de finalizado el proceso electoral y aún cuando faltan varios meses para que entre en funciones el nuevo gobierno.
Lo anterior es a nivel nacional, infortunadamente las noticias falsas no son exclusivas de un país, se leen, ven, escuchan y repiten todos los días en todas partes del mundo. En la sección Bibliotecnología del programa de radio El Sonido de las Páginas, en la transmisión del 15 de junio pasado, hablábamos precisamente sobre este tema y el papel del bibliotecario frente a las fake news porque, curiosamente, como gremio hemos sido muy pasivos frente a la difusión de noticias falsas en este periodo electoral.
Pero, antes de atisbar siquiera nuestro rol debemos plantearnos, ¿por qué es importante dimensionar el impacto de las fake news en el acontecer diario?
De acuerdo con un estudio publicado en 2016, los estudiantes de secundaria, preparatoria y universidad en Estados Unidos son propensos a ser engañados con información falsa porque no tienen la habilidad para evaluar las distintas fuentes. Pero esto va más allá de que reprueben a un estudiante en una materia o que haga una tesis con información falsa (que eso ya es bastante grave), lo realmente preocupante de las fake news y en lo que debemos prestar especial atención es que, no sólo estudiantes sino la población en general no sabe identificar los sesgos en la información, es decir, todos esos sitios donde hay “verdades a medias” muy convenientes. En este proceso electoral eran cosa de todos los días, no sólo noticias falsas, sino noticias con cierto sesgo o donde se decían cosas “reales” pero no completas, el clásico “sacar de contexto” una nota.
No debemos tomar a las fake news como un mal necesario del uso de internet, tanto la desinformación como la información juegan un papel importante en la toma decisiones; entonces es aquí donde debemos plantearnos, ¿cuál es o debería ser el papel del bibliotecario frente a las fake news?
Como se menciona en el artículo Beyond Fake News publicado por la revista American Libraries, las y los bibliotecarios históricamente hemos utilizado checklists como el Test CRAAP (Currency o Actualidad; Relevance, Relevancia; Authority, Autoridad; Accuracy,Exactitud; Purpose, Propósito) o el RADCAB (Relevancy, Relevancia; Appropriateness, Oportunidad; Detail, Detalle de la información; Currency, Actualidad; Authority, Autoridad y Bias, Sesgo o Tendencia) para evaluar y ayudar a los usuarios a evaluar recursos de información, aunque también recientemente en Facebook y Twitter se estuvo difundiendo mucho unainfografía elaborada precisamente por la IFLA para ayudarnos a reconocer una noticia falsa, y en la que no puede faltar el bibliotecario como parte importante en este proceso.
Las tres anteriores son herramientas muy útiles, aunque creo que la de la IFLA es particularmente clara. Sin embargo, como también recomienda Michael Caulfield, es tiempo de comenzar a leer lateralmente, es decir, no sólo leer la fuente original, sino también leer el Acerca (About) del sitio donde reside la información y corroborar los datos que proporcionan en esa sección, por ejemplo, si en el Acerca se menciona que es una agencia que trabaja para determinado medio, entonces nos tocar ir a verificar a ese medio al que se hace mención para saber si efectivamente hay relación entre ambos.
Entonces, ¿cuál es el papel del bibliotecario frente a las fake news?
Es decir, ya no basta con que el bibliotecario guíe y apoye con el test CRAAP o RADCAB para evaluar recursos de información, la tarea ahora se vuelve titánica si consideramos que dichos recursos y fuentes a evaluar ya no son necesariamente o exclusivamente los tradicionales (como es el caso de índices de citas, bases de datos, libros o revistas especializadas). El bibliotecario ahora debe replantearse la forma en que desde la profesión está estamos verificando nuestras fuentes, pero también tiene la enorme responsabilidad de ayudar al usuario a determinar el sesgo de la fuente consultada porque, como lo dije al inicio de este post, de la veracidad y sesgo de la información consultada no sólo depende un trabajo académico, ahí se puede jugar el futuro de una comunidad o un país.
Así que toca al bibliotecario abordar y concientizar sobre este tema ya sea con la impartición de talleres, elaboración de tutoriales, discusiones en blogs y podcast de bibliotecas, elaboración de infografías, guiar al usuario durante su proceso de búsqueda… ¿qué otrasse les ocurren?
El movimiento Booktube tiene muchos claroscuros (de los que ya he hablado en otro momento), Abril Karera, mi invitada del día como parte de los festejos del 10º aniversario del blog, está de lado de los claros, de esa luz que se llama Ensayos de Abril, su videoblog que precisamente el mes pasado cumplió sus primeros 5 años de vida, de muchos, muchos más que no me cabe duda vendrán. Por cierto, al final del post les pongo los videos en los que tuve el honor de ser invitada como parte de sus 5 años. 😀
Estoy segura que muchas personas se han iniciado en la lectura, se han acercado a una biblioteca, a una librería o a una feria del libro gracias a Ensayos de Abril, escucharla desmenuzar los libros es una delicia y un peligro, porque irremediablemente uno quiere salir corriendo a comprarlos. Coincidir con ella gracias al Comité Lector de IBBY México, ha sido un privilegio. A Abril le admiro ese tesón que implica mantener un canal en Youtube, desde la parte de grabar y editar, pero en especial la parte de mantenerlo de forma honesta sobre los libros que la provocan. Verán, Abril simplemente no podía faltar en esta fiesta.
Abril nos platica en esta colaboración sobre la relación que ha entablado con las bibliotecas públicas gracias a Booktube, una visión que no sólo me ha emocionado, sino que inmediatamente me ha remitido a muchos congresos, coloquios, foros sobre bibliotecología donde imperan los cebollazos y la palabrería de lo que se supone son las bibliotecas, pero que carecen de esa visión autocrítica hacia la profesión y hay mucho desconocimiento sobre lo que los usuarios piensan, quieren y exigen de las biblbiotecas.
Abril, mil gracias por haber llegado a la celebración.
¡Hola Abril! ¡Bienvenida!
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De cómo Booktube me enseñó a valorar las bibliotecas públicas
El blog de Verónica Juárez me ha abierto la mirada sobre muchos de los usos de las bibliotecas públicas y sus alcances a través de la red. Aunque frecuenté bibliotecas desde mi adolescencia, no fue sino hasta mi incursión en el mundo de Booktube que entendí la importancia de tomar una postura con respecto a ellas y, desde este lugar que ocupo en el mundo, defenderlas y exigir lo mejor para que estos espacios formen parte de la vida cotidiana de la sociedad, de toda la sociedad. Por eso decidí contar cómo nació mi relación con estos lugares que son más que un albergue de conocimiento y de cómo, poco a poco, fui entendiendo que asumirse como lector conlleva también una responsabilidad, cien por ciento opcional, pero que una vez que se asume no se puede dejar a medias: la de generar y salvaguardar todos aquellos espacios cuya espina dorsal sea la lectura. Acompáñenme, pues, en este breve recorrido.
La primera biblioteca que conocí fue la de mi casa. Siempre me he sentido muy afortunada por haber crecido entre libros. Mis padres, profesores ambos, destinaban cada quincena una parte de su presupuesto a adquirir nuevos ejemplares para el acervo familiar. Recuerdo con especial cariño que, para mí y mis hermanos, cada libro era sinónimo de un bloque para las ciudades que construíamos. Los libros se transformaban en carreteras, puentes, edificios, incluso monstruos; y, luego, cuando mis padres llegaban a casa y teníamos que ordenar todo de nuevo, lo hacíamos con cuidado porque volvían a su forma real. Así, aprendí que mi mamá se esforzaba por crear un orden en los tres libreros que teníamos en ese entonces: una sección para los libros de papá (de historia y matemáticas, sobre todo), una sección para los libros de ella (de literatura mexicana y poesía) y otra sección para las enciclopedias y libros de nosotros. “¿Por qué ordenarlos de esa manera?”, pregunté un día cuando ya iba al kinder. “Porque así es más fácil ubicarlos”, respondió mi mamá.
La segunda gran biblioteca de mi infancia fue, sin duda, la de aula; la que teníamos en mi salón de sexto grado de primaria conformada en su mayoría por los Libros del Rincón. Recuerdo que mi profesor tuvo que instalar unas repisas para colocar ahí los ejemplares que daba el gobierno. Cada viernes, luego de alguna clase, teníamos libertad para husmear entre los títulos y llevarnos a casa el que quisiéramos. Era mi actividad favorita de los viernes. Sobre todo, me preguntaba, ¿por qué no teníamos en mi casa libros como esos? Tardaría todavía muchos años en conocer lo que es la literatura infantil y juvenil y en entender que mis padres tenían poca o nula noción sobre ello, así que adquirían siempre los libros que les gustaban más a ellos -adultos- o que tenían en el título eso de “para niños”. De otra manera, era muy complicado que se enteraran de esa literatura que comenzaba a florecer en el país. Sumemos, además, que crecí en un municipio del Estado de México donde las librerías son prácticamente inexistentes.
La tercera gran biblioteca de mi vida fue la de la secundaria. Un lunes, en un homenaje, el director dio el anuncio de que había recibido varias cajas con libros que había mandado la SEP. Dio la orden a mi profesora de español para que ella llevara el registro de préstamo a domicilio y, con tono emocionado, nos invitó a todos a conocer el acervo y leerlo enterito. ¡Eran más de cien libros nuevos! Recuerdo que esperé la hora del receso con impaciencia y cuando por fin sonó el timbre, corrí hasta la biblioteca para ser la primera en formarme y conocer todos esos títulos. No había necesidad de tanta prisa, prácticamente era la única alumna interesada en todo eso. Recuerdo la mirada luminosa de mi profesora diciéndome que podía llevarme todos los libros que quisiera, siempre y cuando los regresara. “Nunca hay que robarle a una biblioteca, porque no sabes qué libro podrá hacer la diferencia con alguien y siempre es mejor que todos los títulos estén a su alcance”, me dijo. Palabras grabadas con fuego en mi corazón.
Después, vinieron las bibliotecas de la universidad que se vienen a relacionar estrechamente con mis inicios como booktuber. Pero vayamos paso por paso. La Biblioteca Central de la UNAM fue parte fundamental de mi vida escolar, si no es que la favorita. Tardes enteras sentada en su área de estudio no precisamente estudiando, pero sí siempre leyendo. Me gustaba pasearme entre los estantes del área de literatura y elegir al azar mi próxima lectura. También se suman la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras y la del Instituto de Investigaciones Filológicas, importantísimas para mi educación en letras y, sobre todo, para mantenerme cerca de griegos y romanos. Teniendo todo esto como base, es fácil entender que cuando comencé a ser booktuber pensaba que todos los lectores estarían relacionados con alguna biblioteca, así como lo estaba yo con las de la escuela y con las de mi pasado, pero la sorpresa fue que no.
Booktube es una comunidad de lectores que comparte sus opiniones sobre libros a través de videos en Youtube. Mi canal se incorporó a esta dinámica en el 2013 y comentaba, sobre todo, libros que tomaba de las bibliotecas. Todavía lo hago. La gran sorpresa para mí fue que casi todos los booktubers de ese entonces tenían, alimentaban y cuidaban una sola biblioteca: la suya. Lo cual me parece muy válido, por supuesto. Pero de las bibliotecas públicas no escuchaba nada. Y entonces comencé a dimensionar la cuestión de su uso.
Primero: Si yo me había mantenido siempre muy cercana a ellas era, sí, porque me gustaban, pero sobre todo porque no tenía mucho dinero para invertir en libros. Eso no quiere decir que no comprara de vez en cuando algunos, claro que lo hacía; sólo que no en la medida en que veía a otros lectores hacerlo. Entendí que las bibliotecas siempre tendrán una estrecha relación con la economía de los usuarios. De ahí la importancia de habilitarlas lo mejor posible en un país donde el salario mínimo es una burla y donde, por supuesto, siempre será más importante destinar ese dinero a la alimentación que a la lectura. Las bibliotecas son una de las mejores herramientas para demostrar que la pobreza no es excusa para la ignorancia.
Segundo: Entendí también que frecuentar las bibliotecas era la razón principal por la que no me sentía apegada al libro como objeto. Es decir, sin problema podía deshacerme de libros, prestarlos o regalarlos. Porque justo eso te enseñan las bibliotecas: que tendrás un ejemplar entre tus manos durante algunas semanas, que será parte de tu vida porque lo vas a leer, pero que al terminarlo tienes la responsabilidad de devolverlo para que lo lea alguien más, así te haya gustado muchísimo la historia. Resultó una gran sorpresa descubrir que muchos booktubers sentían tal devoción por sus libros que eran incapaces de prestarlos. Lo cual también es muy válido, no quiero que esto se malinterprete como una cuestión de comparación sobre qué es mejor y qué no. Para nada. Ambas actitudes me parecen válidas, sólo deseo compartir cómo fui descubriendo este mundo de lectores donde las bibliotecas no existían o tenían la mínima importancia.
Tercero: Debido a la poca atención que, en general, tienen las bibliotecas, no es de extrañar que las creencias en torno a ellas sean tristes. Que si los bibliotecarios siempre están enojados o que los acervos dejan mucho que desear, (pueden conocer más de estas creencias en un video que grabé junto con Verónica como parte de la celebración por el 5to aniversario de mi canal). Es más, en mi recorrido por varias bibliotecas públicas de las delegaciones de la Ciudad de México, pude constatar que en casi todas el apoyo brilla por su ausencia: espacios pequeños, descuidados, muchos sin actividades culturales. Por eso, cuando descubrí la biblioteca de IBBY México y la Vasconcelos, me aferré a ellas con alegría. Pero estoy consciente de que, como lectores citadinos, no podemos limitarnos a esas dos, aunque sean mega geniales. Y entendí una cosa más: Así como muchos de mis compañeros booktubers defendían el libro como objeto y tomaban una postura respecto a sus bibliotecas personales, sentí casi una responsabilidad tomar una con respecto a las bibliotecas públicas y su importancia en mi vida como lectora. No sé si esto hubiera sucedido de no conocer Booktube.
Quiero cerrar este texto diciendo que falta mucho por hacer para que las bibliotecas ocupen un lugar privilegiado en la mente de la mayoría de los lectores, pero que vamos por buen camino. Ahora, me da alegría constatar que muchos otros booktubers se han asumido como lectores de bibliotecas y comentan, siempre que pueden, los ejemplares que han tomado de ellas. He visto incluso bibliotecarios tomando el rol como booktubers para darle difusión a su espacio. En Booktube, mi postura como defensora del uso de bibliotecas incluye invitar a mis suscriptores a conocer la más cercana a su hogar, muchos me han escrito diciendo que no tienen ninguna y es ahí cuando cobra mayor importancia la concientización sobre su implementación y uso en la mayor cantidad de lugares posibles. ¿Quién lo va hacer? Pues de aquí a que el gobierno se pone de acuerdo, seguramente nos toca a nosotros los lectores, profesores, mediadores de lectura hacerlo: acercar títulos a las personas. Porque ¿qué son las bibliotecas sino un espacio donde tienes al alcance, literalmente, un mundo de posibilidades? Y no lo digo sólo por los libros que podemos encontrar en ellas.
En fin, ha sido un honor para mí celebrar los diez años de existencia de este blog con este texto tan personal, pero sincero, sobre lo mucho que las bibliotecas pueden cambiar, y mejorar, la vida de una persona. Que los textos de Uvejota no se acaben para que muchos más lectores alrededor de todo el mundo podamos seguir inspirándonos. Un abrazo, Vero, y mi más sincero saludo a los lectores de este maravilloso espacio.
Hay dos cosas que me han gustado mucho de esta muy particular celebración: 1) el tiempo de mis invitados para regalarnos su visión, y 2) la diversidad de miradas y de formas de entender y abordar a la biblioteca, al libro, a la lectura y a la información. Esta fiesta va quedando muy bien, lo mejor, aún no acaba.
Así que en esta ocasión viajamos al sur del continente, al bello Chile, para dar la bienvenida a la gran Marcela Valdés, Directora de la Biblioteca de Santiago, una de las bibliotecas públicas más grandes e importantes de ese magnífico sistema bibliotecario chileno al que por cierto, debemos de aprenderle muchas cosas.
A Marcela tuve el gran gusto y honor de conocer en 2015, cuando asistí al 5º Congreso Innovatics y, desde la primer charla ha sido fascinante conocer su visión de biblioteca; no por nada, ella junto con el personal a su cargo son el corazón de la Biblioteca de Santiago. También es fascinante verla de tanto en tanto convertirse en mariposa y hacer que nos revoloteen mariposas en el estómago (la guata, como dicen por allá) con cada nueva actividad en la Biblioteca de Santiago a quienes muchos, incluso los más lejanos físicamente, le tenemos un gran cariño.
Este post Marcela nos habla de las bibliotecas inclusivas, es decir, la visión que tiene y quiere de las bibliotecas públicas y que nos deja ver el por qué nos revolotean esas mariposas cada vez que nos llegan noticias de la Biblioteca de Santiago siendo cada día más inclusiva.
Marcela, mil gracias por aceptar ser parte de la celebración y compartirnos esa visión de biblioteca.
¡Bienvenida!
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Construyendo bibliotecas inclusivas que pueden cambiar la vida
Quiero compartir algunas reflexiones y apuntes sobre las bibliotecas públicas y la inclusión. Son notas que he ido construyendo en este transitar por las bibliotecas, pensamientos que van formando sueños, ideas que generan proyectos. Estas reflexiones que comparto con muchos y muchas son parte de mi sentir por las bibliotecas, mi necesidad de involucrarme con las personas y parte del sueño de que para construir un mundo inclusivo la mejor forma sea ver a las bibliotecas, esas bibliotecas que existen en tantos lugares y que se han construido con el trabajo de muchos y muchas. Las bibliotecas pueden ser una hermosa vitrina del buen mundo que queremos. Ese espacio de resistencia que cobija y acoge a tantos día a día. Parto entonces diciendo algo de sentido común: cuando pensamos en bibliotecas públicas partimos de la premisa que están enfocadas y destinadas a todos y todas. No obstante eso que es tan obvio, requiere de políticas, líneas de acción, capacitación, participación de la comunidad y compromiso de quienes componen la biblioteca, es decir, trabajadores, autoridades, público potencial y objetivo, para generar un espacio realmente inclusivo y que dé cuenta de su condición de biblioteca pública.
Una biblioteca pública se plantea como un espacio abierto y democrático y debe declarar desde su misión la necesidad de la participación e involucrar a la comunidad, porque en la medida que las comunidades son parte de las bibliotecas y estas últimas comprenden que más allá de cumplir estándares y misiones de atención y servicio, deben ser un espacio que apunte a generar herramientas donde la comunidad sea un ente activo en la gestión y calidad, se generará un vínculo único entre personas y bibliotecas que provoca también, encuentros únicos con la lectura o más bien con múltiples lecturas, ya que leemos el mundo de muchas maneras.
Desde esa premisa tenemos la posibilidad de crear y recrear bibliotecas acordes a sus comunidades, con lectores distintos que fomentaran la democracia, la participación y por ende provocarán la decisión política que es el fomento de la lectura. Desde ese punto al convocar a las personas, nos damos cuenta que una biblioteca abierta y participativa debe generar una línea de trabajo con la comunidad que será el corazón de la biblioteca y que la transformará en un espacio inclusivo. Y al hablar de incluir, tenemos que pensar en todos y todas, no en una sola comunidad, sino en diversas comunidades; en las diversidades sexuales, en las personas con capacidades diferentes, en los pueblos originarios, en la tercera edad, niños y niñas, jóvenes, mujeres, migrantes, personas en situación de calle, etc. Tener una mirada amplia que permita compartir la biblioteca y que la misma se transforme en una oportunidad para las personas, un espacio que pueda de alguna forma cambiar sus vidas y logren participar de ese espacio. Entendiendo que en algunos casos para remover debemos excluir y generar actividades enfocadas sólo a ciertos grupos, como una forma de llamar la atención y enviar un mensaje que dé cuenta de lo que es estar en el lugar de otro.
Biblioteca de Santiago
En ese sentido, la biblioteca, al igual que la lectura, junto con entregarnos conocimiento e información debe ser asimilada como un espacio de encuentro comunitario y quienes trabajamos en esas bibliotecas debemos provocar ese encuentro y crear una nueva comunidad, la comunidad inclusiva de nuestras bibliotecas. La biblioteca se tiene que convertir en un puente.
Hace algún tiempo, en un encuentro donde Mempo Giardinelli nos hablaba de lectura, le escuché una frase que hasta hoy rescato y recuerdo: “…Hacer leer a una nación es una decisión política…“. Esta frase, creo que aplica a las bibliotecas, hacer que las personas vayan a la biblioteca es una decisión política. Da cuenta de lo activo que debemos ser a la hora de plantearnos el compromiso con las bibliotecas y como ese compromiso debe ser parte de la decisión de todos los actores,involucrando a mediadores, autoridades y todos y todas aquellos/as que de alguna forma son responsables de que nuestras sociedades estén conformadas por personas con capacidad crítica, personas que puedan acceder a espacios democráticos, donde estén presente la lectura por placer, información, conocimiento, que genere libertad, democracia e igualdad.
La biblioteca debe ser un espacio comunitario, donde a las personas se le entreguen los mecanismos, canales y herramientas de participación que permitan la construcción conjunta de una verdadera biblioteca pública, una real biblioteca inclusiva.
Es entonces que cuando nos planteamos la inclusión como una decisión política debemos no sólo cambiar la infraestructura de la biblioteca y generar nuevos espacios y formas de acceso, sino que debemos generar líneas de acción reales, servicios, actividades, experiencias y, principalmente debemos involucrar a las personas, porque es la única forma que se apropien y se sienta parte de un espacio. No es desde un llamado paternalista o un mero proveedor de servicios, sino que desde un llamado a construir. Para que eso suceda, debemos partir con cambiar mentalidades y entender que debemos derribar mitos y prejuicios. Esos cambios de mentalidades, de infraestructura, de servicios, es lo que convierte a la biblioteca pública en un real espacio inclusivo, trabajando para tener la inclusión tan incorporada que no podamos imaginar otra forma de funcionamiento de las instituciones, del país, hacia allá debemos avanzar como sociedad, generando posibilidades que permitan mejorar la calidad de vida de las personas y acrecentar sus capitales sociales, económicos, humanos y culturales.
Entender que el corazón de la inclusión son las personas y debemos construir bibliotecasdestinadas a ellas, hechas por personas. Cambiar mentalidades, derribar falsos mitos y prejuicios se logra en la medida que nos acercamos a nuestras comunidades y generamos un puente para crear confianza. En la medida que los que estamos permanentemente en la biblioteca cambiamos la forma de mirar, podemos transmitir a otros y otras y, entregar esa mirada inclusiva que tanto queremos. Ese cambio de mirada y de mentalidad nos permitirá enseñar a otros y seguir construyendo, finalmente la biblioteca lo que genera son puentes para lograr el encuentro entre personas y donde todos y todas aprendemos de los diferentes saberes, vidas y experiencias.
Bibliometro, Chile
Cuando tenemos una biblioteca accesible a través de su infraestructura, de sus actividades culturales y de fomento lector y escritor, con personal capacitado, que entrega oportunidades laborales y que hace parte dentro de su misión la inclusión de manera permanente, nos queda pensar como ir más allá y eliminar cualquier otra barrera, construyendo confianza, especialmente en nuestros países donde tenemos una crisis de confianza, la biblioteca debe aproximarse a las personas y generar confianza, confiar en nuestro público y ellos pueden confiar en nosotros, eliminando barreras y trámites. Estar convencidos que la biblioteca es un espacio donde las personas son sujetos de derecho y merecen no sólo ser bien atendidos, sino que participar y satisfacer necesidades culturales, formativas, educacionales y sociales.
Finalmente, la Biblioteca debe ser un laboratorio, un espacio mágico donde mezclamos ideas, sueños, experiencias que permitan mejorar y ojalá cambiar la vida de las personas. En ese sentido siempre debemos estar abiertos a probar, a incorporar y especialmente a ser generosos, a entregar nuestra experiencia para que en otros espacios se mejoren y se conviertan en nuevas experiencias. Crear experiencias de servicio, generar espacios que efectivamente permitan a las personas, a las comunidades, sentir que las bibliotecas son el lugar que nos acompañan a lo largo de nuestra vida y pueden ser un lugar de puentes maravillosos para encontrarnos con expresiones, otras personas y culturas, para encontrar ventanas que miren al mundo.
Como dice el dicho, “esto no se acaba hasta que se acaba” así que este blog sigue celebrado y muy regalado. Hoyha llegado al festejo una gran invitada, Nieves González Fernández Villavicencio, PhD, Profesora del Área de Biblioteconomía Univ. P. de Olavide y Responsable de la Bca de Económicas Universidad Sevilla.
A Nieves tuve el gran gusto y placer de conocerla en persona en 2015 en Chile cuando coincidimos en el 5º Congreso Internacional Innovatics, que ya va por su 8ª edición; sin embargo, he de decir que ya la leía muy atenta de varios años atrás en sus redes sociales, pero en especial en su blog Bibliotecarios 2020 que en sus inicios se llamaba Bibliotecarios 2.0, mismo que en 2016 cumplió 10 años y que ha sido un referente para muchos bibliotecarios no sólo de España, sino de este lado del mundo pues el cúmulo de conocimientos que Nieves compartía era y sigue siendo invaluable. Nieves nos ha dicho hasta luego en su blog, pero quedan grandes enseñanzas y reflexiones a las que podemos volver siempre que lo necesitemos.
Por eso le agradezco infinitamente que haya regresado un ratito a la vida bloguera para ser parte de este festejo y regalarnos un trabajo de recopilación sobre plan de marketing, medios sociales y bibliotecas escolares.
Nieves, muchas gracias por aceptar ser parte de este festejo y por hacer una pausa en ese hasta luego.
¡Bienvenida siempre!
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Plan de marketing, bibliotecas y medios sociales
Nieves González Fernández-Villavicencio Profesora del Área de Biblioteconomía Univ. P. de Olavide Responsable de la Bca de Económicas Universidad Sevilla @NievesGlez
Estar, estamos, pero ¿qué hemos conseguido? Los objetivos en medios sociales más allá de la interacción con los usuarios.
Hace ya casi 13 años que Michael Casey, acuñó el término en su blog LibraryCrunch, “se espera que este modelo de servicio reemplace en el futuro a los anticuados servicios unidireccionales que han caracterizado a los servicios bibliotecarios durante años”. En esos momentos muchos bibliotecarios nos estabamos ilusionando con los principios y posibilidades de la web 2.0. Y nos pusimos mano a la obra.
Esta web 2.0 o biblioteca 2.0 tenía una base completamente de interacción social, de participación colectiva y creación colaborativa, por lo que de web 2.0 pasamos a hablar de web social o medios sociales, con una gran base de red social, aunque no sólo eso en sentido estricto.
Pasados los años, las bibliotecas tienen presencia en estos medios. Si nos detenemos en las bibliotecas universitarias españolas, el 73,7% tiene presencia propia en Facebook y el 77,6% en Twitter, según el informe de 2017 de Martín-Marichal y los bibliotecarios diseñamos servicios y productos incluyendo en ellos estos componentes de la web social.
En la encuesta realizada por TechSoup y WebJunction en 2018, se ofrece una instantánea de cómo conectan las bibliotecas con sus usuarios a través de las redes sociales. Los objetivos de dicha encuesta son conocer qué plataformas sociales utilizan las bibliotecas y con qué frecuencia, cómo las usan, quién maneja las redes sociales y cuánto tiempo les dedica, cuál es el alcance y cuáles son los mayores desafíos a la hora de administrar las redes sociales.
Gestionamos redes y medios sociales, incluimos las posibilidades sociales de comunicación de estos medios, en todos los productos y servicios que producimos o formamos en su uso. Sin embargo, ¿qué hemos conseguido? ¿Muchos seguidores e interacción? Hay bibliotecas que efectivamente están estableciendo una relación más cómplice con sus usuarios, saben gestionar estos medios dedicando tiempo y recursos suficientes. Llegados a este punto podemos decir que, estar, estamos. Pero lo importante es conocer qué hemos conseguido, para qué nos ha servido esta presencia. ¿Se ha producido un aumento real de la interacción con los usuarios? Y esa interacción ¿ha servido para que la biblioteca cumpla con sus objetivos, con sus fines?
Sin embargo, gracias a los medios sociales, podemos conseguir nuestro objetivo, cumplir con nuestros fines a través de estos medios. Sin lugar a dudas, la interacción nos ayudará, es un elemento clave pero no imprescindible. De cualquier forma tenemos que seguir un plan de acción en medios sociales, bien definido y estructurado, que nos hará conseguir nuestros objetivos. En el estudio sobre plan de marketing que presento en mi tesis sobre la Rentabilidad de la Biblioteca en la Web Social, confirmamos que se puede obtener rentabilidad a esa inversión si contamos con un plan de medios sociales, un social media plan.
El plan de acción en medios sociales parte del análisis y diagnóstico de la situación para después definir los objetivos a alcanzar. Estas son las acciones que debemos llevar a cabo para obtener un retorno de la inversión en medios sociales (Parte de mi Infografía Plan de Marketing Digital, https://create.piktochart.com/output/2322885-marketing-library).
El objetivo es la pieza crítica del plan de acción y debe estar relacionado con los fines de la biblioteca.
Hay que tener en cuenta que estos objetivos siempre tienen que ser SMART, utilizando las cinco reglas resumidas en el acrónimo anglosajón: Specific, Measurable, Achievable, Realistic, Timely. Los objetivos y su número deben ser alcanzables y realistas, pero también coherentes con la misión y los objetivos de la organización, consistentes con los recursos internos y las capacidades básicas, concretos, flexibles y motivadores.
A continuación hay que definir la audiencia, el segmento de usuarios a los que nos vamos a dirigir; se trata del grupo específico de usuarios para el que se ha establecido ese objetivo y para el que se van a implementar las distintas acciones de la campaña de marketing. La audiencia hay que segmentarla, en caso contrario no llegará el mensaje adecuado. Para el mundo bibliotecario es dificil pensar en personalización ya que confunde al destinatario del servicio o producto objeto de la campaña de marketing con el segmento específico al que nos vamos a dirigir por estar más sensibilizado.
Llega el turno a la definición de los medios utilizados, es decir, elegir el medio o los medios y canales más adecuados, aquellos a los que accede o en los que esté la audiencia segmentada que hemos definido y que se adapten a los objetivos que se han marcado. En laencuesta de TechSoup y WebJunction de 2018,podemos ver los medios sociales que se utilizan y sobre todo la frecuencia de la actividad que desarrollan en cada una de ellas. Facebook y Twitter siguen siendo los reyes.
Por otro lado debe quedar bien definido quien se va a responsabilizar del plan y de cada una de sus acciones, si tienen las competencias y habilidades necesarias para llevar a cabo las acciones en su mayor parte digitales y en medios sociales. Generalmente recae esta tarea en becarios o personas recién llegadas a la organización.
En el Plan de acción se tienen que especificar cuáles van a ser las tareas que se van a realizar, es decir, cuáles son los contenidos de los que se va a hablar, de donde se van a extraer o servir de inspiración, cuales son las fuentes, con qué periodicidad, frecuencia, se van a publicar, cuál será su calendario y quien los creará, qué técnicas se van a utilizar para crear “engagement” con los usuarios, quien se va a responsabilizar de cada tarea y en qué espacio temporal.
Esta etapa incluye las métricas que se van a utilizar y el seguimiento periódico de la evolución de esas métricas. Un ejemplo de métricas usadas lo encontramos en elestudio Culture24.
Sin embargo el estudio más amplio hasta el momento de métricas es el propuesto en mi tesis Rentabilidad de la Biblioteca en la Web Social, que presenta una combinación de indicadores basándoseno sólo en el número de seguidores y la frecuencia de la actividad en los medios por parte de la organización, sino también en el impacto en los medios de la marca, la interacción o engagement y sobre todo el ROI, conseguir el objetivo propuesto.Estos indicadores van a permitir realizar un diagnóstico de la situación, para la toma de decisiones. Para ello se necesitan métricas e indicadores, KPIs, indicadores clave del rendimiento, que ilustran de la efectividad de la acción en relación con nuestro objetivo. El sistema de evaluación dependerá de los indicadores de seguimiento, de las métricas que se hayan establecido.
La etapa de difusión y comunicación de resultados resulta estratégica en cualquier campaña de marketing. La biblioteca debe usar todos los medios a su alcance para hacer llegar su mensaje a sus stakeholders, utilizando medios visuales como las infografías, cómics o vídeos, que le den mayor alcance a los resultados de su campaña. No hay que olvidar el papel de las tecnologías móviles hoy día y pensar en móvil en cada etapa de la campaña de marketing.
Un plan de marketing digital y más concretamente una campaña de promoción en medios digitales, en la que se cumplan todas las etapas que se han definido, permite conseguir los objetivos que la biblioteca se proponga incluyendo Conversión o ROI.
Hoy hablaremos de colaboración, bueno, yo no, sino mi invitada al festejo por los 10 años del blog, la queridísima Alejandra Quiroz. Ale es Coordinadora de Servicios Educativos de la Biblioteca Vasconcelos, bibliotecaria autodidacta que diariamente y de muchas formas demuestra su compromiso con las bibliotecas y con la comunidad.
Ale es inquieta, muy crítica y alguien que desborda amor por la biblioteca, eso se nota cuando la vez trabajando ya sea en el escritorio, en la sala infantil, en los talleres que organiza o cuando tienes la oportunidad de charlar con ella. Es un privilegio tenerla como colega-amiga.
A Ale tienen que verla en acción, siempre atenta a lo que ocurre en otras bibliotecas, siempre pendiente del buen hacer, siempre dispuesta a implementar formas de hacer a la biblioteca más cercana y útil en lo social. Como bibliotecaria no exagero si digo que necesitamos más Ales en el panorama bibliotecario.
El post que nos regala habla sobre colaboración, algo que se le da muy bien y en lo que los bibliotecarios deberíamos de trabajar más.
Ale, me encanta que seas parte de este festejo porque es precisamente este blog lo que nos ha permitido coincidir en el mundo bibliotecario. Gracias por aceptar ser parte de la fiesta.
Hace diez años ni siquiera sospechaba que mi vida profesional estaría consagrada a las bibliotecas. Cuando ese camino comenzó a labrarse, lo hice siguiendo los pasos de otros bibliotecarios con trayectoria. Como los blogs estaban en pleno apogeo, fueron los lugares principales que exploré. Uvejota fue uno de ellos.
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Todavía realizaba mi servicio social cuando postulé a mi primer trabajo. Lo hice convencida de que aprendería pronto. Había pasado un mes en la biblioteca de la universidad, así que pensé que estaba lista para el reto: encargarme de una biblioteca escolar para secundaria y preparatoria. Tras un par de entrevistas y un periodo vacacional, finalmente obtuve el trabajo.
Bibliotecaria en acción
Para complementar lo que me había ofrecido la estancia en la biblioteca universitaria, me dediqué a buscar recursos en internet que pudieran ayudarme. Al principio me bastó con las publicaciones de la American Library Association. Encontré iniciativas sorprendentes, como la semana de los libros prohibidos y el mes de la credencialización. De un brinco a otro conocí iniciativas bibliotecarias que empleaban todo lo que tenían a la mano para atraer a los usuarios. Algunas de ellas las implementé en mi biblioteca pero muchas otras movilizaron mi pensamiento.
Un día me pregunté si habría bibliotecarios latinoamericanos a quienes seguirles la pista. Fue esa inquietud la que me llevó a encontrar el blog de Verónica Juárez. No recuerdo cómo llegué a él: si directamente en una búsqueda de Google o a través de otro blog que disfrutaba: Librosfera. De cualquier manera, el hallazgo fue muy afortunado.
Uvejota, como se la conoce en la blogósfera, se trataba de una ventana que no solamente ofrecía un vistazo de lo que los libros provocaban en los demás. Habría que decir que se configuró como una especie de observatorio del acontecer bibliotecario en México y el mundo. Uvejota se daba a la tarea de reseñar diversos acontecimientos y ofrecer sus propias impresiones. También registraba proyectos alucinantes en los que el libro o las bibliotecas eran protagonistas.
Estoy segura de que comenté alguna de sus publicaciones. Sin embargo, la mayoría de las veces me reservaba de hacerlo porque no me parecía que tenía algo importante que decir. Eso quizá se deba a que soy callada tanto en la vida presencial como la digital. Más bien me quedaba pensando, reflexionando de qué manera algo de lo hallado se vinculaba con mi propio entorno.
Fue así como el blog de Uvejota me impulsó a abrir mi propio blog: Biblioparadiso. No fui capaz de desarrollarlo con la disciplina y seriedad de Vero pero al menos registré algunas de mis inquietudes, todas ellas derivadas de lo que sucedía en mi lugar de trabajo. Prácticamente me hacía preguntas en voz alta y trataba de animar la conversación con otras personas. En ocasiones recibí respuesta pero otras pude al menos seguir el rastro de inquietudes comunes.
Aunque los encuentros presenciales no son del todo imposibles, a menudo están sujetos a la rigidez de una agenda o se consumen rápidamente en minucias. Los blogs habilitan un espacio para conversar sobre las cuestiones que nos ocupan en el quehacer bibliotecario. Es importante compartir estrategias, proyectos y misiones para mostrar que tenemos un alto potencial autogestivo. Los bibliotecarios siempre estamos trabajando con lo que tenemos a la mano y, a veces, las ideas dialogadas nos llevan a mejores caminos.
Leer blogs fue una estrategia útil para mi, bibliotecaria autodidacta. Compartir información y propiciar la reflexión fueron las dos razones que me hicieron seguidora de este blog. Uvejota abría la posibilidad del diálogo en una plataforma que a menudo se configura como una multitud de soledades. La voz y visión de Vero nos acompañaba en una tarea que convoca siempre la colaboración.
Que siga la fiesta, porque 10 años de escribir en un blog no se cumplen todos los días. Entre los invitados al festejo no podía faltar y repetir (hace cinco años también celebraba conmigo, con nosotros) Fernando Juárez, colega y tocayo de apellido, @ferjur en el mundo de las redes.
Fernando es una de esas coincidencias fortuitas muy afortunadas de Twitter, cuando Twitter era un puñado de bibliotecarios que veíamos en las redes otras formas de llevar la biblioteca a más lugares y con una conversación distinta. A Fernando he tenido oportunidad de leerlo y de coincidir a la distancia. Un bibliotecario público como pocos, bibliotecario de su pueblo, como él se define, del de Muskiz y alguien que “nunca ha sabido qué hacer en la biblioteca… afortunadamente” (Fernando dixit). Y a mi no puede más que alegrarme que no lo sepa, porque le salen unas ideas, planteamientos y actividades bien interesantes sobre el ser y hacer la biblioteca pública que nada tiene que ver con teorías rancias que no van para ningún lado, porque Fernando demuestra que la biblioteca se hace haciendo. Para muestra el libro Biblioteca pública, mientras llega el futuro, publicado en 2015 por Editorial UOC, del que ya les hablé y que recomiendo ampliamente, si lo quieren leer sepan que si lo mandan a este lado del charco.
Fernando, bienvenido nuevamente al blog, me emociona mucho que seas parte de ese festejo y espero contar siempre con tu conversación.
A veces estamos tan vacíos (o tan dispersos) que no encontramos temas sobre los que reflexionar, no sabemos qué contar sin encadenar palabras vacías. Durante años me dediqué a formar a compañeros para que se animasen a abrir un blog pero nunca fui capaz de dar continuación a ninguno; ya ni recuerdo la última vez que escribí una entrada. Un blog exige tal nivel de compromiso que son pocos los que nos acompañan durante mucho tiempo. Por eso que este cumpla 10 años, acudiendo a su cita regularmente y aportando a los lectores, es motivo de celebración.
Casualidades de la vida, coinciden estos 10 años blogueros de @uvejota con mis 30 como bibliotecario, un lapso de tiempo en el que las bibliotecas, qué remedio, se han “apantallado” para seguir aportando en la sociedad de la información. Adaptarse a las nuevas situaciones supone replantear certezas, cuestionar principios, aprender quehaceres. Ese tránsito de espacio de lectura y préstamo de libros a espacio multifuncional con protagonismo creciente de las nuevas tecnologías es a veces percibido como una desnaturalización de lo que debe ser una biblioteca.
Hace poco un colega, José Pablo Gallo(1), aludía a un espíritu que vincula y hace que identifiquemos como tales, a pesar de sus diferencias, a una biblioteca renacentista con una pública de principios del XX y a estas con las nuestras que ahora estamos desarrollando alrededor de las nuevas tecnologías de la información. Habla de bibliotecidad para referirse a ese hilo conductor quenos permitirá definir el modelo de biblioteca del futuro. En su opinión, aunque se produzcan cambios, estos deben seguir teniendo el foco puesto en la transmisión y creación del conocimiento para contribuir a la misión educativa, cultural y social que siempre ha tenido la biblioteca.
En muchas bibliotecas públicas las condiciones laborales son precarias, las instalaciones deficientes y la soledad mucha; el día a día nos deja sin tiempo para la reflexión sobre la pertinencia y los logros de los servicios que ofrecemos. La combinación de esos factores propicia imitar modelos considerados válidos y favorece el déficit de criterio propio. Intentar avanzar rompiendo con la realidad anterior y limitarse a copiar lo que hacen otros impide considerar qué otras cosas podríamos hacer con lo que ya tenemos.
Adoptar estrategias ajenas para adaptarse a los nuevos tiempos sin reparar en la propia idiosincrasia puede resultar impostado y alejarnos de una esencia de biblioteca más acorde a nuestra comunidad. Sin pretenderlo restamos importancia a nuestra labor “tradicional” sin entender que lo que es válido para una determinada biblioteca tal vez no lo sea para otra y que cualquiera de las dos opciones puede ser acertada.
No sé si eres de los que te preguntas qué hace de una biblioteca una biblioteca. Yo sí…y no lo sé. Supongo que cuando empecé lo tenía más claro: los libros, el silencio, la conservación, la lectura… Ahora que los antiguos referentes (libro, colección, almacenamiento, conservación) pierden protagonismo me obligo a recordar que bibliotecas, bibliotecari@s, lectura e información están en constante evolución y que algunas antiguas “desnaturalizaciones” configuran nuestro actual ADN. Y sin ir muy atrás recuerdo cuando los cómics no tenían sitio en las colecciones, el ordenador, de haberlo, no era para ver vídeos ni enviar mensajes personales y, por supuesto, el blog no era cosa de bibliotecarios. Un blog como éste… bendita desnaturalización.
Notas:
(1)José-Pablo Gallo-León. Bibliotecidad: una discusión sobre la esencia de la biblioteca en momentos de cambio.
Hoy toca abrir las puertas a mi querida Teresa López Avedoy a quien, como es de esperar, conozco gracias al blog. Aunque quizá nuestro primer acercamiento no haya sido el más grato para ella, cosa que aún no me perdono, creo que coincidimos y esperamos lo mismo de las bibliotecas, es alguien a quien quiero mucho.
Tere es magnífica, respondona, inquieta, crítica; cuestiona y dice las cosas como son. A ratos es como mi Pepe Grillo personal y siempre me pone a pensar sobre las bibliotecas y su función, pero especialmente sobre los bibliotecarios. Tere no es bibliotecaria de formación, es Doctora en Arquitectura y es precisamente ese alejamiento-acercamiento lo que le permite ver a las bibliotecas en toda su dimensión, carencias y potencialidad. Si la ven, no lo duden, platiquen con ella, seguro les dejará una visión de las bibliotecas que ustedes ni siquiera sospechaban y que nos permite entender que éstas llegan de muchas y muy distintas maneras a los usuarios. El mejor ejemplo es esta reflexión que Tere nos regala hoy sobre el amor y biblioteca, dos palabras que siempre deberían ir juntas, dos palabras que los bibliotecarios no tenemos presente.
Tere, muchas gracias por ser parte de este festejo, me alegra mucho que estés aquí.
¡Bienvenida!
Beneficio sin pudor: amor y biblioteca
Teresa López Avedoy Dra. en Arquitectura Biblioteca Vasconcelos
Buena parte de la escritura y de la creación que hallamos en la biblioteca pública se debe a afectos privados que generaron beneficios públicos. Supongo que con el tiempo empezamos a llamar conocimiento, saber, cultura a esas inclinaciones que germinaron desde un interés o adoración muy íntima. Y, como todos saben, un interés te absorbe, te beneficia, te condiciona: qué difícil escapar de un interés. O de ellos en conjunto.
Obras quizá producto del apego de la imaginación y la voluntad del espíritu, son emoción que sobrevive clasificada, prestada, devuelta, (subrayada), y a esa emoción (no a la voluntad), yo la leo y vivo como belleza.
En un mundo técnico en formación y ocupación, la biblioteca pública no sólo nos da acceso a la belleza: contribuye a instruirnos en ella. A mí, que recientemente he comenzado a trabajar en una, me gusta pensar que mi cariño privado y pequeño genera beneficios públicos que, aunque parezcan menores, no lo son. Sé que esta es una idea constante entre las personas que trabajan en y para las bibliotecas públicas, y este blog es una prueba incansable de eso.
La biblioteca es este apego por surfear en nosotros mismos desde un hermoso mar de afinidades.
UVEJOTA, gracias por contar y escribir sobre un tema que hace que descienda la emoción en energía, que baja por los brazos, por los dedos al teclado.
El día de ayer Gloria Pérez Salmerón, presidenta de la IFLA presentó el Resumen del Informe de la Visión Global de la IFLA (IFLA Global Vision Report Summary), en el que se revisaron las contribuciones de los más de 31 mil participantes de 190 estados miembros realizadas en 2017 y que han derivado en este reporte y resumen que presenta los 10 puntos destacados que, a su vez tienen 10 oportunidades para la acción.
Visión Global de la IFLA: Destacados / Oportunidades
Estos son los 10 puntos destacados y áreas de oportunidad que se mencionan en el reporte. Pongo en negritas y me detengo en algunas que me parecen particularmente interesantes:
Nos dedicamos al acceso a la información y al conocimiento libre e igualitario / Debemos ser campeones de la libertad intelectual
Estamos profundamente comprometidos en apoyar la alfabetización, el aprendizaje y la lectura / Debemos actualizar nuestros roles tradicionales en la era digital. E independientemente de la era digital, nuestro rol social va más allá de si vivimos en una era análoga o digital; una cosa no está peleada con la otra.
Nos enfocamos en servir a nuestras comunidades / Debemos entender mejor las necesidades de la comunidad y diseñar servicios de impacto.
Aceptamos la innovación digital / Nos mantenemos al día con los cambios tecnológicos
Tenemos líderes que ven la necesidad de mayores apoyos / Necesitamos más y mejores profesionales que aboguen por nuestra labor. Las voces oficiales son importantes y necesarias, pero también en cada bibliotecario y en cada bibliotecaria debe haber un líder que tenga muy clara la importancia de su labor y entienda la importancia de hacerla visible.
Vemos al financiamiento como uno de nuestros principales retos / Necesitamos asegurar que nuestros accionistas entiendan nuestro valor e impacto. Se trata de saber vendernos, pero para ello es necesario pensarnos distinto. Un punto que está estréchamente relacionado con el anterior.
Necesitamos ver la necesidad de construir colaboraciones / Necesitamos desarrollar un espíritu de colaboración. Algo que creo a veces nos hace mucha falta, el ratón de biblioteca que sólo sabe de su biblioteca no es sano, ni útil. En la colaboración todos nos beneficiamos y todos aprendemos.
Queremos ser menos burocráticos, inflexibles y resistentes al cambio / Necesitamos desafiar las estructuras y comportamientos actuales. Esto tiene mucho que ver con aquello de dejar de vernos como responsables del libro y también dejar de pensar a la biblioteca como un recinto exclusivo del libro.
Somos los guardianes de la memoria del mundo / Necesitamos maximizar el acceso a la herencia documental mundial.
Nuestros jóvenes profesionales están profundamente comprometidos y ansiosos por liderar / Debemos dar a los jóvenes profesionales oportunidades efectivas para aprender, desarrollar y liderar.
Hallazgos clave
Como se menciona en el mismo documento, estas contribuciones son una muestra de que, sin importar el lugar de origen de las aportaciones, los bibliotecarios y profesionales de la información compartimos los mismos compromisos sobre los valores, intereses y objetivos de la biblioteca; por otro lado, debemos conectar de forma efectiva acciones globales y locales.
El reporte completo será presentado en agosto de 2018 durante el Congreso Mundial de la IFLA sobre Bibliotecas e Información, que se llevará a cabo en Kuala Lumpur, en Malasia; así que seguramente en agosto ya volveré con nuevos comentarios sobre este informe.