Hoy toca abrir las puertas a mi querida Teresa López Avedoy a quien, como es de esperar, conozco gracias al blog. Aunque quizá nuestro primer acercamiento no haya sido el más grato para ella, cosa que aún no me perdono, creo que coincidimos y esperamos lo mismo de las bibliotecas, es alguien a quien quiero mucho.
Tere es magnífica, respondona, inquieta, crítica; cuestiona y dice las cosas como son. A ratos es como mi Pepe Grillo personal y siempre me pone a pensar sobre las bibliotecas y su función, pero especialmente sobre los bibliotecarios. Tere no es bibliotecaria de formación, es Doctora en Arquitectura y es precisamente ese alejamiento-acercamiento lo que le permite ver a las bibliotecas en toda su dimensión, carencias y potencialidad. Si la ven, no lo duden, platiquen con ella, seguro les dejará una visión de las bibliotecas que ustedes ni siquiera sospechaban y que nos permite entender que éstas llegan de muchas y muy distintas maneras a los usuarios. El mejor ejemplo es esta reflexión que Tere nos regala hoy sobre el amor y biblioteca, dos palabras que siempre deberían ir juntas, dos palabras que los bibliotecarios no tenemos presente.
Tere, muchas gracias por ser parte de este festejo, me alegra mucho que estés aquí.
¡Bienvenida!
Beneficio sin pudor: amor y biblioteca
Teresa López Avedoy
Dra. en Arquitectura
Biblioteca Vasconcelos
Buena parte de la escritura y de la creación que hallamos en la biblioteca pública se debe a afectos privados que generaron beneficios públicos. Supongo que con el tiempo empezamos a llamar conocimiento, saber, cultura a esas inclinaciones que germinaron desde un interés o adoración muy íntima. Y, como todos saben, un interés te absorbe, te beneficia, te condiciona: qué difícil escapar de un interés. O de ellos en conjunto.
Obras quizá producto del apego de la imaginación y la voluntad del espíritu, son emoción que sobrevive clasificada, prestada, devuelta, (subrayada), y a esa emoción (no a la voluntad), yo la leo y vivo como belleza.
En un mundo técnico en formación y ocupación, la biblioteca pública no sólo nos da acceso a la belleza: contribuye a instruirnos en ella. A mí, que recientemente he comenzado a trabajar en una, me gusta pensar que mi cariño privado y pequeño genera beneficios públicos que, aunque parezcan menores, no lo son. Sé que esta es una idea constante entre las personas que trabajan en y para las bibliotecas públicas, y este blog es una prueba incansable de eso.
La biblioteca es este apego por surfear en nosotros mismos desde un hermoso mar de afinidades.
UVEJOTA, gracias por contar y escribir sobre un tema que hace que descienda la emoción en energía, que baja por los brazos, por los dedos al teclado.
Excelente! Felicidades a ambas
Mi bienamada Tere… Gracias por tener algo que enseñar cada vez que abres la boca o sueltas los dedos…