Que siga la fiesta, porque 10 años de escribir en un blog no se cumplen todos los días. Entre los invitados al festejo no podía faltar y repetir (hace cinco años también celebraba conmigo, con nosotros) Fernando Juárez, colega y tocayo de apellido, @ferjur en el mundo de las redes.
Fernando es una de esas coincidencias fortuitas muy afortunadas de Twitter, cuando Twitter era un puñado de bibliotecarios que veíamos en las redes otras formas de llevar la biblioteca a más lugares y con una conversación distinta. A Fernando he tenido oportunidad de leerlo y de coincidir a la distancia. Un bibliotecario público como pocos, bibliotecario de su pueblo, como él se define, del de Muskiz y alguien que “nunca ha sabido qué hacer en la biblioteca… afortunadamente” (Fernando dixit). Y a mi no puede más que alegrarme que no lo sepa, porque le salen unas ideas, planteamientos y actividades bien interesantes sobre el ser y hacer la biblioteca pública que nada tiene que ver con teorías rancias que no van para ningún lado, porque Fernando demuestra que la biblioteca se hace haciendo. Para muestra el libro Biblioteca pública, mientras llega el futuro, publicado en 2015 por Editorial UOC, del que ya les hablé y que recomiendo ampliamente, si lo quieren leer sepan que si lo mandan a este lado del charco.
Fernando, bienvenido nuevamente al blog, me emociona mucho que seas parte de ese festejo y espero contar siempre con tu conversación.
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La esencia de la biblioteca y sus retos de futuro
Fernando Juárez Urquijo
Biblioteca de Muskiz
Biblioblog 4ª Edición
@ferjur
A veces estamos tan vacíos (o tan dispersos) que no encontramos temas sobre los que reflexionar, no sabemos qué contar sin encadenar palabras vacías. Durante años me dediqué a formar a compañeros para que se animasen a abrir un blog pero nunca fui capaz de dar continuación a ninguno; ya ni recuerdo la última vez que escribí una entrada. Un blog exige tal nivel de compromiso que son pocos los que nos acompañan durante mucho tiempo. Por eso que este cumpla 10 años, acudiendo a su cita regularmente y aportando a los lectores, es motivo de celebración.
Casualidades de la vida, coinciden estos 10 años blogueros de @uvejota con mis 30 como bibliotecario, un lapso de tiempo en el que las bibliotecas, qué remedio, se han “apantallado” para seguir aportando en la sociedad de la información. Adaptarse a las nuevas situaciones supone replantear certezas, cuestionar principios, aprender quehaceres. Ese tránsito de espacio de lectura y préstamo de libros a espacio multifuncional con protagonismo creciente de las nuevas tecnologías es a veces percibido como una desnaturalización de lo que debe ser una biblioteca.
Hace poco un colega, José Pablo Gallo(1), aludía a un espíritu que vincula y hace que identifiquemos como tales, a pesar de sus diferencias, a una biblioteca renacentista con una pública de principios del XX y a estas con las nuestras que ahora estamos desarrollando alrededor de las nuevas tecnologías de la información. Habla de bibliotecidad para referirse a ese hilo conductor que nos permitirá definir el modelo de biblioteca del futuro. En su opinión, aunque se produzcan cambios, estos deben seguir teniendo el foco puesto en la transmisión y creación del conocimiento para contribuir a la misión educativa, cultural y social que siempre ha tenido la biblioteca.
En muchas bibliotecas públicas las condiciones laborales son precarias, las instalaciones deficientes y la soledad mucha; el día a día nos deja sin tiempo para la reflexión sobre la pertinencia y los logros de los servicios que ofrecemos. La combinación de esos factores propicia imitar modelos considerados válidos y favorece el déficit de criterio propio. Intentar avanzar rompiendo con la realidad anterior y limitarse a copiar lo que hacen otros impide considerar qué otras cosas podríamos hacer con lo que ya tenemos.
Adoptar estrategias ajenas para adaptarse a los nuevos tiempos sin reparar en la propia idiosincrasia puede resultar impostado y alejarnos de una esencia de biblioteca más acorde a nuestra comunidad. Sin pretenderlo restamos importancia a nuestra labor “tradicional” sin entender que lo que es válido para una determinada biblioteca tal vez no lo sea para otra y que cualquiera de las dos opciones puede ser acertada.
No sé si eres de los que te preguntas qué hace de una biblioteca una biblioteca. Yo sí…y no lo sé. Supongo que cuando empecé lo tenía más claro: los libros, el silencio, la conservación, la lectura… Ahora que los antiguos referentes (libro, colección, almacenamiento, conservación) pierden protagonismo me obligo a recordar que bibliotecas, bibliotecari@s, lectura e información están en constante evolución y que algunas antiguas “desnaturalizaciones” configuran nuestro actual ADN. Y sin ir muy atrás recuerdo cuando los cómics no tenían sitio en las colecciones, el ordenador, de haberlo, no era para ver vídeos ni enviar mensajes personales y, por supuesto, el blog no era cosa de bibliotecarios. Un blog como éste… bendita desnaturalización.
Notas:
- (1) José-Pablo Gallo-León. Bibliotecidad: una discusión sobre la esencia de la biblioteca en momentos de cambio.