
Como cada 24 de octubre, estamos hoy celebrando el Día de la Biblioteca. El origen de esta celebración ya lo conocen, y si no lo conoce los invito a que lo revisen por acá.
Y aunque casi ya no llego al festejo, no quiero dejar pasar el día, además publiqué un tuit sobre formas de celebración que creo vale la pena desarrollar un poco más acá. Así que aquí van mis sugerencias para celebrar el Día de la Biblioteca que además bien se puede extender a los 364 días restantes del año:
Pon una credencial de biblioteca en tu vida: una premisa que ya he manejado en muchas otras ocasiones, pero que nunca perderá vigencia. El poner una credencial de biblioteca en tu vida no sólo te va a permitir llevar a casa todos y cada uno de los libros que vea en la estantería; la credencial te hace parte de la comunidad, del espacio, te da pertenencia a un lugar donde encontrarás refugio, conocimiento, lectura, etc.
Pon a un bibliotecarie en tu vida: en serio, no hay cosa mejor que conocer al bibliotecarie de tu biblioteca más cercana. No sólo te apoyará en todo lo que requieras en la biblioteca, también puedes llevarte una bonita amistad, o al menos muchas anécdotas que ni te imaginabas podían suceder en las bibliotecas.
Usa la biblioteca: y mira que el uso ni siquiera tiene que limitarse a la lectura, en el caso de que no te guste leer. Tienes un verdadero mundo de posibilidades si usas la biblioteca.
Salva un libro en la biblioteca: saca en préstamo aquellos libros que no están en tu zona de confort lector, ayuda a que la colección se mueva y así quizá rescates un libro condenado al descarte.
Dona libros a la biblioteca: obvio, no los que ya no quieres, ni los libros de texto, ni las viejas enciclopedias que te tienen estornudando todo el tiempo debido al polvo que acumulan. Piensa tu donación en función de lo que te gustaría encontrar, revisa tu biblioteca personal y seguramente encontrarás libros muy valiosos a los que ya no vas a volver. Permite y ayuda a que la biblioteca lleguen a esos libros.
Haz voluntariado en la biblioteca: sí, ya sé, el tema del voluntariado tiene sus claroscuros, pero compartir tu tiempo con lo que sabes hacer nos ayuda mucho en las bibliotecas.
Haz visible a tu biblioteca: nunca pierdas la oportunidad de difundirla, de decirle a alguien que el libro que estás leyendo lo sacaste de la biblioteca, que vas ahí cada tanto por todas las actividades, que saque su credencial, que son maravillosos los clubes de lectura, que además tiene espacio para todos. Grítalo a los cuatro vientos.
Exigele al bibliotecario: exige un servicio de calidad, dale qué hacer. No te tomes a pecho sus malas caras, si es que las encuentras porque la verdad es que cada vez hay menos bibliotecaries regañones. Exige que te proporcionen un espacio hospitalario.
Comenta, sugiere, pregunta: no hay nada mejor que recibir sus comentarios y sugerencias. Finalmente la biblioteca y los bibliotecarios para eso estamos; así que quién mejor que los usuarios para darnos la pauta.
Y cierro con esta que considero la más importante, léanla como si estuviera en negritas y a 40 puntos.
Defiende a tu biblioteca: en los tiempos que corren, cuando no están todos los que son y los que están hacen barbaridades (no sé si por desconocimiento o por maldad pura), cuando el horizonte ya cruzó todos los tonos de gris y no se ve la luz al final del túnel, los mejores aliados de las bibliotecas son sus usuarios. No permitas que las cierren, pelea por ellas, con tu defensa ayudarás a que permanezcan, a que sean visibles.
Si se les ocurre otra forma de celebración, soy toda ojos. Ahora sí, vayamos a celebrar este día aunque ya casi se acabe, y si no alcanzaron a festejar hoy, pueden hacerlo cualquier otro día del año, la biblioteca no tiene caducidad.