Las tabletas y la lectura

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Foto vía: Blogs: Tablets

En el mundo de la lectura en pantalla, mucho se ha cuestionado si las nuevas tecnologías que nos permiten hoy en día compartir información y la comunicación de manera constante (llámese smarphones, tablets o computadoras) permiten la lectura o, si se puede hablar de la lectura en los mismos términos que con la lectura de libros impresos. Desde el boom que ha significado la lectura de e-books, en parte gracias al lanzamiento del primer Kindle en 2007 (aunque los libros electrónicos tengan poco más de 40 años de existencia), se han realizado distintos estudios que aseguran, algunos, “que los niveles de lectura aumentan gracias a estos dispositivos, siendo los adolescentes y adultos mayores leen más que con el libro impreso; mientras que otros estudios dicen que no es posible hablar de lectura “profunda” cuando interviene una pantalla que nos expone a cientos de estímulos distintos al acto de leer (como jugar, comunicarse a través de redes sociales, ver videos, etc.) y que ésta sólo alienta lecturas ligeras que no exigen al lector el análisis profundo y que nada tienen que ver con libros completos, novelas, ensayos, artículos científicos, cuentos, etc,. tal como sucede con la lectura de libros impresos.

Tampoco es de extrañar que, dentro de esta gama de dispositivos que nos permiten todo o casi todo, además de la lectura, hoy en día se hable de los e-readers como dispositivos de lectura dedicados; es decir, dispositivos que lo único que permiten al usuario es leer libros, tal es el caso del Kindle, el Sony Reader, el Nook y tantos otros que hemos visto en los últimos años. Sin embargo, pocos pensaron que sólo tres años después del lanzamiento del Kindle, las tabletas se estarían disputando también la actividad de lectura en el panorama del libro impreso. El lanzamiento del iPad en 2010 ha marcado el comienzo de la “era de las tablets” (si se permite el concepto) y tras ella vinieron otras empresas queriendo hacerse de una parte del mercado; por su parte las empresas que hicieron sus pinitos exitosos con los dispositivos de lectura dedicados pronto comienzan a ver que es necesario adaptarse a las necesidades de un mercado al que es imprescindible mantener cautivo no sólo a través de la lectura, pues recordemos que los lectores “duros” son pocos, mientras que los usuarios que quieren todo, además de leer, se cuentan por millones. Así es como pronto llegan al mercado tabletas como el Kindle Fire y la Nook Tablet para tratar de hacer frente al mercado del entretenimiento y el “multitasking”, donde la lectura es sólo una pieza del rompecabezas.

Y es así como surge nuevamente la interrogante que viene dando vueltas y poniendo de cabeza a los que estamos involucrados con el mundo del libro: la lectura en pantalla ¿puede llamarse realmente lectura? ¿las tablets nos permiten o nos lanzan a leer más? ¿estamos leyendo?

Preguntas difíciles de responder y donde seguramente cada pieza que conforma el mundo del libro tendrá su opinión muy particular a este respecto, estarán los optimistas quienes verán a estos dispositivos como una oportunidad sin precedentes para alentar a la gente a leer; estarán los pesimistas, que viven en el pasado y la nostalgia del olor del libro y piensan que esto es lo único que nos pueden ofrecer; estamos los que creemos en las ventajas y vemos que la lectura impresa y la lectura electrónica pueden coexistir; y estarán los paralizados que no entienden qué está pasando y por tanto no saben cómo actuar ni que camino tomar.

Dentro de este último grupo encontramos a varios editores que no creen que las tabletas sean ideales para la lectura o así lo demuestra un estudio de Digital Book World dirigido por Forrester Research. De acuerdo con este estudio, hace un año (resultados del estudio de 2010) 46% de los editores creían que la las tabletas eran plataformas de lectura ideales, porcentaje que este año (a finales de 2011) ha disminuido hasta un 31%. Otros estudios como el realizado a 216 usuarios del Kindle Fire (cuyas ventas alcanzaron los 4 millones de unidades en diciembre de 2011), señalan que el 71% de estos usuarios tienen a la lectura entre las dos primeras actividades que más realizan en dichos dispositivos que tienen como fin principal la lectura; razón por la cual 31% de los editores encuestados aseguran que estos son más adecuados para la lectura. ¿Donde quedarían entonces otras tabletas como el iPad de Apple, la Galaxy de Samsung o la PlayBook de BlackBerry? Según estos editores, en dispositivos para cualquier otra cosa, menos para leer, pues los resultados apuntan a que sólo el 53% de los usuarios del iPad lo utilizan para leer.

Otro aspecto interesante a analizar es que el crecimiento en la venta de e-books aún sigue siendo lento, mientras que paradójicamente las ventas de tabletas aumenta; ¿apuntaría esto a que se hacen otras cosas distintas a la lectura en estos dispositivos? La mayoría daría una respuesta afirmativa

Sin duda, harán falta muchos estudios que den un punto de vista científico sobre la lectura en pantallas; en lo personal, me resulta complicado no hablar de lectura cuando lo que más hago en mi tablet es precisamente leer ya sea blogs, noticias y sí, también libros en las distintas aplicaciones que tengo para tal fin como Kobo, Kindle o Stanza (mis favoritas hasta ahora). O quizá lo que hace falta realmente es replantearnos la lectura y abrirnos a la posibilidad de hablar de múltiples y nuevas formas de lecturas.

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