El trabajo opuesto de una bibliotecaria es el modelaje o, de esas cosas curiosas que se encuentra una cada tanto en internet, o echémonos a reír, o mejor, echémonos a llorar.
Resulta que el Departamento de Trabajo en Estados Unidos mantiene un detallado registro de las habilidades y tareas requeridas para cada profesión, desde habilidades físicas (la habilidad para mantenerse erguido o coordinar dos o más extremidades, por ejemplo :D), hasta aquellas que están relacionadas con el intelecto (saber programar). The Upshot, una sección de The New York Times, recopiló todas estas habilidades y tareas para poder determinar cuál es la profesión opuesta a la tuya, digo, por si has estado considerando cambiar de aires y comenzar de nuevo, nunca vienen mal estos datos.
Modelo: el trabajo opuesto de una bibliotecaria
Y a todo esto, ¿por qué UpShot dice que el trabajo opuesto de una bibliotecaria es una modelo? Una vez que llenas el debido campo y encuentras tu trabajo opuesto, Upshot menciona las habilidades más y menos utilizadas en cada profesión.
La principal habilidad desarrollada por una bibliotecaria es la arqueología y la historia, mientras que una modelo tiene la habilidad de mantener el balance (sea lo que sea que eso signifique para ambos casos). En la segunda habilidad para una bibliotecaria está educación y entrenamiento; por su parte, una modelo debe desarrollar una fuerte coordinación corporal.
¿Y cuáles son las habilidades menos desarrolladas por ambas profesiones?
Resulta que la habilidad que menos desarrolla una bibliotecaria es la percibir las cosas, y esto aunque no sé si necesariamente cierto, me lleva a pensar en tantas y tantas bibliotecarias y bibliotecarios con mala cara en la recepción y brindando poca ayuda a los usuarios. Otra habilidad que no desarrollamos o que casi no usamos es la de coordinar dos o más extremidades… y aquí sí que me he quedado perpleja, patidifusa, turulata…
A una modelo no se le da bien aquello de monitorear procesos y materiales, y tampoco se le da bien aquello de identificar objetos, acciones y eventos, y procesar información.
Sin duda, un ejercicio curioso y muy divertido (visto por el lado amable, claro) que, por supuesto, no va más allá, porque como en todo, hay de bibliotecarias a bibliotecarias y, desde luego, de modelos a modelos. Por el lado de las bibliotecarias (que es el que conozco, je), puedo asegurar, que tengo la capacidad de coordinar dos o más de mis extremidades.
Pero más allá de la broma, como lo mencionan en el artículo de UpShot esta serie de habilidades y tareas además de ayudarnos a dejar de pensar un poco en lo obvio de cada profesión y en las actividades realizadas, también nos ayuda a analizar aquellas habilidades que deberíamos desarrollar o si sería de utilidad desarrollarlas. Y lo más importante, qué habilidades y actividades tenemos que no se encuentran contempladas en estas listas y cuáles están basadas en meros prejuicios.
Ya para terminar un dato curioso (sí, otro): además de los bibliotecarios, algunas otras profesiones que tienen al modelaje como su opuesto son el editor de noticias y el maquetador. El opuesto del técnico en bibliotecas y del archivero es el físico