Como les comenté hace unos días, este 9 y 10 de octubre se estuvo llevando a cabo en San Cristobal de las Casas, Chiapas, el XIII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, evento organizado por la Dirección General de Bibliotecas del Conaculta que reúne a distintos especialistas relacionados con las bibliotecas y el mundo del libro para tratar diversos aspectos de la biblioteca pública.
En esta ocasión el tema central del congreso fue “La biblioteca pública como espacio social” y con este objetivo en común los especialistas discutieron sobre la biblioteca pública y la democratización del conocimiento, la dimensión social de la biblioteca pública, el papel del bibliotecario como mediador de la lectura, y la librería y la biblioteca pública.
En la mesa de discusión “El papel del bibliotecario como mediador de la lectura” tuve el privilegio de compartir inquietudes con Daniel Goldin, director de la Biblioteca Vasconcelos; Azucena Galindo, Directora General de IBBY México y el escritor Alberto Chimal; menciono la palabra “inquietudes” porque durante una charla previa a la mesa de discusión, nos dimos cuenta que el tema resulta complejo y muy amplio; a pesar de ello intentamos, desde la experiencia personal, dar respuestas a algunas interrogantes que surgen cuando se habla de este tema: ¿es el bibliotecario un verdadero mediador de la lectura? la respuesta oficial es sí; sin embargo, en la vida real se desprende que eso dependerá de cada bibliotecario; ¿para qué sirve la lectura? fue otra inquietud que intentamos responder sin caer en el discurso oficial de “leer es bueno”, “leer nos hace mejores personas”, “leer 20 minutos te ayudará a resolver la vida.” Los beneficios de la lectura son discutibles cuando se realiza para satisfacer este discurso oficial y se pretende cambiar el estándar nacional en el país.
El acuerdo general fue: antes de hablar de la mediación de la lectura, es imprescindible hacer una lectura de la biblioteca y un ejercicio de lectura personal donde cada mediador se responda el porqué está donde está. Además en esta labor donde no existen recetas pero sí puntos de partida, es importante saber escuchar y dialogar con los usuarios, establecer una horizontalidad y entender que ambas partes van a aprender, es decir, que el mediador no tiene la verdad absoluta, no es posible imponer y es imprescindible respetar incluso el derecho que tiene cada lector a “no leer.”
Una mesa que en lo personal resultó enriquecedora e inspiradora, y que también me dejó con muchas más inquietudes e ideas que soluciones “estándar” para la mediación de la lectura y en la que sin duda, nos damos cuenta que el tema es tan extenso que requiere de un congreso específico.
Además de la conferencia magistral, charlas y mesas de discusión, en el marco del Congreso también se realizaron talleres de actualización bibliotecaria; tuve el gusto de ser invitada para impartir el taller “Nuevos servicios digitales en bibliotecas“. Les comparto la presentación que formó parte del material con el que estuve trabajando y en el que explico de manera breve lo que son y lo que no son los servicios digitales, el trabajo de alfabetización informacional que conlleva implementar este tipo de servicios y ante todo reconocer el gran potencial que representan las nuevas tecnologías para llegar a más gente, sin dejar de lado nuestro papel como facilitadores y mediadores.
No puedo finalizar este post sin agradecer al Maestro Fernando Álvarez del Castillo, Director General de Bibliotecas Públicas, la confianza depositada para realizar este taller y la invitación a participar una vez más en este congreso, muchas gracias también a Virgina Sáyago, Subdirectora de normatividad y Seguimiento, y a todo su equipo por la logística y sus atenciones.
Grupo del taller “Nuevos servicios digitales en bibliotecas”