Sobre las necedades y los temores en el Simposio Internacional del Libro Electrónico

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Del 19 al 21 de septiembre se llevó a cabo el en el Museo de Antropología el Simposio Internacional sobre el Libro Electrónico, organizado por Conaculta. Un simposio que sin duda, por realizarse en un país donde va bastante lento el desarrollo del libro electrónico, generó grandes expectativas para los que nos dedicamos a esto de las “nuevas” formas de lectura; desafortunadamente, desde mi punto de vista dejó mucho que desear y se quedó corto ante lo que representa realmente no sólo la lectura electrónica, sino la lectura en general, pero en especial se quedó corto ante los lectores (que son los que verdaderamente importan) pues son ellos quienes están viviendo la lectura en pantalla, los que la conocen y la entienden.

Hablar de un “futuro del libro” como algo que irremediablemente va a ocurrir en algún momento y dedicar tres días a discurrir llenos de temor sobre los supuestos pros y contras del “futuro” libro electrónico fue la línea del Simposio; salvo contadísimas e interesantes intervenciones donde realmente se habló de lo que está ocurriendo con el libro electrónico como es el caso de la presentación de Alberto Chimal que decía muy atinadamente “No habrá un cambio de la noche a la mañana, el cambio se está dando desde hace mucho y es gradual”.

3 días enfocados a hablar de lugares comunes (como el olor del libro, la “sensualidad” del libro impreso, el tacto etc.) y viejos temores, a hablar de si el libro impreso va a desaparecer o no, a hablar del “libro normal” como lo hizo la Directora de la FIL de Guadalajara (no se cuáles serían los libros anormales), es como puede resumirse un simposio donde se pretendía a tratar un tema que evidentemente varios de los ponentes no entiende.

Lamentable, verdaderamente lamentable la intervención en la “Mesa 3. Viejas y nuevas formas de Lectura” de Federico Álvarez Arregui, de la Revista Literatura Mexicana, con una defensa más necia que inteligente o argumentada del libro impreso, llena de clichés en la que se escucharon afirmaciones que nos dejaron huérfanos del acto lúdico de la lectura como el libro no debe divertir ni entretener, porque se hizo para leer, afirmaciones como no existe la relación directa del lector con el escritor o al menos no debería existir si queremos que la figura del libro y autor queden en este pedestal de intelectuales intocables, y con un rechazo absoluto a la tecnología por ser la supuesta culpable de la muerte de las humanidades. Lo que quizá esta personalidad de la “cultura” olvidó es que la tecnología tan denostada por él va más allá del libro electrónico y que su intervención pudo llegar a otros países gracias a la tecnología, olvida también que gracias a la tecnología su voz era escuchada en el auditorio; olvida incluso que el libro impreso representó un avance tecnológico que fue posible gracias a la invención de la imprenta.

Muy cuestionable también el hecho de que no hubiera sesiones de preguntas y respuestas durante el simposio, salvo en la mesa “La Librería Virtual.” Y digo cuestionable porque es absurdo realizar un evento donde se pretende examinar un tema, sin que exista la discusión por parte de todos los interesados, si no hay tiempo, reduces las mesas para abrir espacio a la discusión, garantizar el diálogo y que los ponentes despejen las dudas es esencial en cualquier simposio o congreso, independientemente del tema que se esté tratando.

Un simposio que se salva sólo por algunas intervenciones de actores y conocedores del tema, como es el caso de Alberto Chimal en la mesa “Ciberliteratura” o la intervención de Patricia Arancibia que en la mesa “La librería digital en Estados Unidos” nos compartió la experiencia de Barnes & Noble con su Nook y su catálogo de libros electrónicos en español (que desafortunadamente aún no llega a México) y que fue de las pocas que trató temas que son esenciales cuando de libros electrónicos se trata, por ejemplo, los metadados, tema que los días previos nadie había mencionado. Otra charla interesante fue la de Milagros del Corral, anterior directora de la Biblioteca Nacional de España y actual miembro del Comité Científico del II Foro Mundial de la Unesco sobre la Cultura y las Industrias Culturales FOCUS 2011, quien nos compartió su visión de las potencialidades del formato electrónico.

La reflexión final de Néstor García Canclini, de la Universidad Autónoma Metropolitana, es quizá con la que debemos quedarnos para seguir trabajando en pro, no sólo del libro electrónico, sino del libro y la lectura en General:

Su crisis [del libro] sirve para ser lectores y escritores más versátiles, el mejor lector no es el que recorre el libro de principio al fin, sino el que divaga de un libro a otro y entre diversos links.

Creo que con o sin simposios, encuentros, congresos y conferencias magistrales sobre el libro electrónico, lo que nos toca es conocer, entender, ver las potencialidades y trabajar para permitir el acceso a más lectores o presentarlo como una opción viable ante no lectores. No pensarlo como un temor del futuro, sino entenderlo como un presente y trabajarlo.

Comentarios (2)

  1. Avatar for Veronica Juárez
    22 septiembre, 2011
  2. Avatar for Veronica Juárez
    29 septiembre, 2011

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