¿Alguna vez se han preguntado cuál es el impacto del libro en la industria audiovisual o si, por el contrario la industria audivisual impacta de alguna forma en el consumo de libros? ¿Y si este impacto en cualquiera de las vías es positivo o negativo?
Lo pregunto porque recientemente se han publicado dos estudios sobre el impacto del libro en la industria audiovisual y viceversa, cuyo enfoque y resultados son contradictorios de una forma bastante interesante.
El primero, titulado ¿Compradores de libros, a dónde van? (Buchkäufer – quo vadis?) publicado en el mes de junio (acá un resumen en español), muestra los resultados de un estudio alemán donde la empresa GfK encuestó a 25 mil personas y en el que se observó que la reducción en el consumo de libros se debe a que la gente pasa más tiempo en la red, específicamente viendo series de televisión en servicios de streaming como es el caso de Netflix y que este tipo de servicios ejercen mayor atracción que un libro, la clásica historia de que el libro y la lectura tienen mucha competencia.
De acuerdo con este estudio, entre 2013 y 2017 la compra de libros en Alemania cayó un 18% y este porcentaje es aún mayor conforme aumenta la edad del otrora lector y hoy televidente (¿será Netflixvidente?), pues entre los 20 y lo 50 años esta caída fue de entre 24% y 37% destinándose en promedio casi 3 horas diarias para navegar en la red.
Paradójicamente, el estudio también revela que los que son lectores asiduos son los que siguen leyendo y comprando más libros, pues en promedio una persona adquirió 12 libros en 2017, mientras que en 2013 sólo se adquirían en promedio 11 libros; lo mismo ocurrió para los libros electrónicos: menos compradores, más compras por persona.En lo personal aquí es donde veo el punto medular, no es que la gente (en este caso los alemanes) estén dejando los libros por ver series, sino que las personas que originalmente no son lectores asiduos están mudando de pasatiempo, antes quizá era la televisión, después los videojuegos y ahora series en Netflix.
Unos resultados nada halagüeños para el libro, sin embargo, si nos detenemos un poco más veremos que algunos aspectos de este estudio son contradictorios; por un lado señala que la gente está abandonando los libros en favor de series de televisión y, por el otro, dado que “…cada vez hay mayor presión socialpara reaccionar de manera constante y estar atento para no perderse algo”, esto se puede aprovechar para ofrecer libros como una forma de contrarrestar el frenesí que causa el estar permanentemente conectado y al tanto de todo lo que ocurre, lo anterior de acuerdo con Alexander Skipis, jefe de la Asociación de Editores y Libreros en Alemania, en el comunicado que acompaña al estudio y en el que además añade que los distintos grupos de edad están tomando una actitud positiva frente a los libros como una forma de desconexión.
Entonces, ¿abandonan los libros o están llegando a ellos como una forma de enfrentar la hiperconexión? Aquí es cuando nos damos cuenta de la importancia de mirar las cosas desde una perspectiva diferente.
En ese otro enfoque del impacto del libro en la industria audiovisual, donde el libro es una fuente de inspiración para seguir nutriendo otras industrias culturales y no una víctima a la que todos le roban audiencia, encontramos Contribución de la industria editorial a otras industrias creativas, un informe de la Asociación de Editores de Reino Unido publicado recientemente en el que se estudia el gran impacto que tiene el libro en el cine, la televisión y el teatro:
El ingreso en taquilla de una película basada en un libro es 44% mayor en Reino Unido y 53% mayor a nivel mundial. Para ponerlo en números más duros, una película basada en un libro tuvo entre 2007-2016 un ingreso en taquilla de £262 millones, la adaptación de un cómic a película tuvo un ingreso de £446 millones durante el mismo periodo, mientras que un guión original sólo tuvo un ingreso de £171 millones.
Las series de televisión basadas en libros tienen un 58% más de espectadores que las series originales.
Entre 1968 y 2002 el 35% de las películas filmadas en inglés tuvieron al libro como la fuente de inspiración.
El 43% de las principales películas filmadas en Reino Unido entre 2007 y 2016 están basadas en libros.
El 40% de las producciones de alto presupuesto en 2017 están basadas en un libro.
Una obra de teatro basada en un libro tiene hasta tres veces más entradas que una obra original.
Pero no sólo eso, libros, películas y series de televisión se retroalimentan constantemente en un ciclo por demás interesante: gracias a un libro es que hay historias para las series y películas que, debido a su éxito dan a su vez a conocer el libro a una mayor audiencia y, quizá, logran hacerlo pasar de un best a un long seller, con lo que quizá nuevamente se realicen nuevas adaptaciones al cine o a la televisión.
Y más allá del indiscutible impacto del libro como fuente de inspiración, yo no puedo dejar de pensar que, contrario a lo que señala el estudio alemán, las series de televisión y servicios de streaming como Netflix no necesariamente están quitando tiempo de lectura a las personas, son precisamente estas series inspiradas en libros las que ponen en la mira del espectador determinado libro, una forma de descubrimiento que es quizá más útil que los elaborados algoritmos de las librerías en línea. Pensemos, por ejemplo, cuántas personas han terminado leyendo Game of Thrones gracias a la serie y sus siete temporadas, cuántos después de ver las 8 películas de Harry Potter o las tres de El Señor de los Anillos, terminaron acercándose a los libros. Para muestra de lo anterior, el caso de estudio que aparece en el informe de la Asociación de Editores del Reino Unido: el libro War horse de Michael Morpurgo es un libro infantil que no tuvo gran éxito comercial cuando fue publicado por primera vez en 1982, pero después de la adaptación al teatro en 2007 comenzó a ganar popularidad.
Resulta, pues, interesante conocer estas dos visiones de la industria editorial frente otras industrias audiovisuales: victimizar al libro, escandalizarnos y quejarnos de que ya nadie lee (por culpa de Netflix, la televisión, internet, los videojuegos, las redes sociales, el cine, o cualquiera que sea el entretenimiento en turno) o colocarlo en el lugar que se merece y ver el impacto que tiene en la industria audiovisual y cualquier manifestación cultural.
En abril pasado el INEGI publicó el Modulo de lectura MOLEC 2018 (sustentado en la Metodología Común para Explorar y Medir el Comportamiento Lector del CERLALC y la UNESCO), un estudio en el que se presentan datos estadísticos actualizados sobre el comportamiento de los lectores mayores de 18 años que residen en áreas con una población a partir de 100,000 habitantes y que considera como materiales de lectura libros, revistas, periódicos e historietas en formato impreso o digital, además de lectura de páginas de Internet o blogs.
El Módulo de Lectura MOLEC 2018 resulta por lo menos soprendente en lo relacionado con los lugares destinados a la lectura, donde no están los que se podrían considerar más naturales para estas actividades; con los tipos de lectura por sexo y con los formatos de lectura en los que por algún motivo no se incluye a los audiolibros y en donde la lectura en formato electrónico aún no despega y donde siguen sin aparecer los audiolibros. Acá algunos de los datos que encuentro más interesantes:
Quizá el dato más relevante, y no en un sentido positivo, es queel número de lectores mayores de 18 años ha ido disminuyendo paulatinamente: en 2015 era el 84.2%, 80.8% para 2016; 79.7% en 2017 y 76.4% en este 2018. Esto representa un descenso de casi 8 puntos porcentuales en sólo cuatro años. Aunque, recordemos también que hay algunos otros estudios que indican lo contrario.
De la población considerada por el Módulo de Lectura, 97.7% es alfabeta y de estos, el 76.4% declaró leer al menos uno de los materiales de lectura del MOLEC. De cada 100 personas, 45 han leído al menos un libro. Sin embargo, en 2015 eran 50 de cada 100.
Sexo y tipo de lectura:la proporción de lectores hombres es mayor que las mujeres, 80.1% y 73.1%, respectivamente. Sin embargo, es mayor el porcentaje de mujeres que leyó algún libro en los últimos 12 meses, 46.5%, frente al 43.6% de los hombres. Mientras que los hombres leen más periodicos, páginas en internet, blogs e historietas, 53.1%.
Lo que más se lee es literatura, 40.8%; los libros de texto se encuentran en segundo lugar con el 33.6%; los libros de autoayuda están en tercer lugar de lo más leído con 28.2%.
Formato: el 84.9% prefiere leer en formato impreso, 89% busca revistas impresas y 91.6% periodicos impresos y sólo el 10.7% leen libros en formato digital.
A pesar de esta diferencia notable entre los que leen en impreso y digital, el porcentaje de los lectores en este formato ha ido aumentando constantemente; mientras que en 2005 sólo era el 5.1 de la población mayor de 18 años, como ya vimos en 2018 este porcentaje se ha duplicado. Encuentro sumamente interesante este dato y me pregunto si realmente se trata de preferencia de un formato o, si esto se debe realmente a que la oferta sigue sin ser la misma en impreso y en electrónico, también puede ser que los lectores siguen sin conocer el formato electrónico, que el acceso no es el mismo, que los lectores no están acostumbrados y/o no confían en las compras electrónicas, etc.
Tiempo de lectura y nivel educativo: 39 minutos en promedio, aunque el nivel educativo si juega un papel esencial, por ejemplo, los lectores con al menos un grado de nivel superior leen en promedio 49 minutos; mientras que las personas con educación básica sin terminar, como es el caso de la secundaria leen en promedio 29 minutos.
Pero, ¿por qué lee la gente? Por entretenimiento 39.3% para los que leen libros y 65.6% para los que leen revistas. Los que leen periodicos (62.1%) lo hacen por “cultura general”.
Y ahora, ¿por qué no lee la gente? Falta de tiempo, 45.6%; falta de interés, 24.4%; y preferir otras actividades, 14.8%. Un trabajo en el que sin duda las bibliotecas y los/las bibliotecarios tenemos un gran trabajo pendiente para lograr que la lectura sea una actividad tan atractiva como cualquier otra al punto que la gente se haga un tiempo para leer.
¿Dónde se lee? el hogar es el principal lugar para la lectura, seguido del lugar del trabajo. Resulta curioso que las bibliotecas, espacios que podrían considerarse naturales para la lectura, no figuren entre los espacios destinados para la lectura, lo cual es un trabajo pendiente para los bibliotecarios. Me resulta sorprendente, extraño quizá, que el transporte público no aparezca como lugar destinado a la lectura.
Quiero cerrar este post con uno de los resultados al que las y los bibliotecarios debemos prestar especial atención: el papel de las bibliotecas. De acuerdo con los resultados del Módulo de Lectura: sólo el 9.8% de la población asistió a estos espacios para adquirir en préstamo materiales de lectura y sólo el 24.6% recibió en el hogar estímulo para asistir a estos espacios. Es decir, las bibliotecas siguen sin figurar como un espacio natural para la lectura y no se hace mucho desde la escuela y/o el hogar para fomentar su uso, pero menos desde la misma biblioteca para convertirse en espacios atractivos para la lectura. Mucho que hacer en este terreno.
Valdría la pena que para encuestas futuras se amplíe más el espectro de materiales de lectura donde se incluyan audiolibros; además que, como ya lo comenté, vale la pena revisar más el papel de las bibliotecas y del transporte público como lugares de lectura.
Esto no se acaba hasta que se acaba o, lo que es lo mismo, la celebración sigue y aprovechemos mayo mientras sigan llegando los regalos.
Así que hoy toca el turno de festejar con mi querida María Esther Pérez Feria. Mediadora de lectura y compañera de lecturas con quien he tenido el privilegio de coincidir gracias al Comité Lector de IBBY México. Esther es alguien a quien definitivamente tienen que escuchar hablar de un libro y con un libro, una verdadera delicia. A ella la encuentran en escuelas, festivales de poesía y ferias del libro, pero como este país es muy grande, entonces seguro que mejor la lean en Palabras para Darte Vuelo, el blog que comenzó en 2017 y al que le deseo larga, qué digo larga, vida infinita o bueno, larguísima.
Convencida y conocedora del valor y la utilidad de la poesía, de escuchar al otro, de leerle a alguien; su colaboración y regalo es precisamente un reflexión sobre este tema. Así que búsquense un lugar cómodo para leerla, en verdad lo vale.
Esther, mil y un gracias por aceptar ser parte de este festejo, gracias por traernos más poesía al blog.
¡Bienvenida!
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¿Para qué sirve la poesía?
María Esther Pérez Feria Palabras para darte vuelo, cultura escrita, niñas y niños Blog
Foto de Marco Esteban Mendoza
Para Verónica Juárez y sus diez años de aportes a la lectura en medios digitales.
En verdad, las palabras sueñan.
–Gaston Bachelard
¿Sirve para algo la poesía? ¿La poesía es útil en la infancia? Hay quienes declaran que la poesía no sirve para nada. A veces se acota esta idea y se dice que no sirve nada en sentido práctico o utilitario. Se cuestiona la utilidad de la poesía y se la ubica en un ámbito etéreo, sublime, alejado de lo terrenal, misterioso, casi sagrado. Sin embargo, yo cuestiono esta afirmación. Declaro, en cambio, que la poesía es harto útil para la vida cotidiana y que sirve para resolver la vida práctica que implica sobrevivir el día a día. Trataré de argumentarlo en este texto, comenzando por revisar qué es lo útil.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, “útil” es un adjetivo que, en su primera acepción, significa que “trae o produce provecho, comodidad, fruto o interés”. Según esta definición, si lo útil produce provecho, entonces produce beneficio, ¿qué podríamos decir respecto de la poesía, ¿de qué índole sería dicho beneficio? Si la poesía es útil y produce beneficio, siguiendo a la RAE, lo es porque ¿produce comodidad? Atendiendo que, a su vez, el término comodidad implica una “cosa necesaria para vivir a gusto y con descanso”, es justo decir que la poesía es una especie de cosa necesaria, ideal incluso, para vivir y, más aun, para sobrevivir. Si bien, no siempre con descanso ni tan a gusto, al menos se sabe que ha ayudado a muchos poetas, a muchos lectores y a muchos lectores-oidores (Frenk, M.) a vivir y a estar en el mundo, gracias a los versos que dan oxígeno para evitar el ahogo que suele acarrear la rudeza de la vida. Porque, sin duda, hay versos que nos dan comodidad, en el sentido de acomodo, esto es, que nos ayudan a acomodarnos en el mundo, a encontrar nuestro lugar sobre la tierra.
Así pues, la poesía, como cosa útil, puede proveernos de esa comodidad. Visto desde otro ángulo, también podríamos pensar que la poesía se acomoda en nuestra experiencia como sujetos y como lectores, es decir, que se presenta en nuestra existencia de manera conveniente, oportuna, a nuestras emociones o momentos de vida. Incluso cuando la poesía llega a resultarnos incómoda, puede ser absolutamente pertinente cuando nos habla de frente, cuando repercuten sus ecos en nuestras moradas interiores. La poesía es útil porque pasa de ser una cosa, un objeto cultural de lenguaje,a configurarse como una experiencia y como una manera de estar en el mundo, como ese entrar en poesía (Jean, G.) para pulir la mirada, aguzar el oído, hablar con el corazón, sonreír con el cuerpo y vivir con sueños, magia y esperanza.
Para ampliar esta argumentación sobre la utilidad de la poesía como experiencia, vayamos a ejemplos concretos. La manera de hacerlo será ofrecer unas cuantas respuestas a la pregunta: ¿para qué sirve la poesía? Cada respuesta se acompaña de un único ejemplo poético, esperando que sea convincente y, a reserva, de los ejemplos que cada lector de estas notas pueda aportar por su cuenta. Empecemos.
¿Para qué sirve la poesía?
La poesía sirve para crear un universo de ensoñación y música:
Por el alto río, por la bajamar, Sapito y Sapón se han ido a jugar. En una barquita de plata y cristal, ayer por la tarde los vieron pasar con Pedro Gorgojo, con Pancho Pulgar, con Juan Ropavieja y Aurora Boreal. ¡Qué suave era el viento, qué azul era el mar, qué blancas las nubes en lento vagar, qué alegres las islas de rojo coral! Por el alto río, por la bajamar, Sapito y Sapón se han ido a jugar.
(Nicolás Guillén)
La poesía sirve para jugar con las palabras, oyéndolas brotar como capullos:
Pájara pinta, jarapintada, limiverde, alimonada. Ramiflorida, picoriflama, rama en el pico, flor en la rama. Pájara pinta, pintarapaja, baja del verde del limón baja.
(Mirta Aguirre)
La poesía sirve para ver cómo llega la lluvia una tarde cualquiera:
La lluvia de pelo largo, la lluvia de fino talle, la que ensarta de chaquiras los abetos de la calle.
(Gilda Rincón)
La poesía sirve para esperar la llegada de un momento decisivo:
Cuando todavía no nace el último lirio y los ruidos quieren ya convertirse en tibia y maravillosa alegría de las nubes…
(Efraín Huerta)
La poesía sirve para confirmar por qué nos gustan nuestros amigos:
Me gustan mis amigos porque cantan canciones de cangrejos como si fueran los últimos piratas del planeta e imitan a los pájaros y luego ríen. me gustan mis amigos porque sé que estarán por mí esperando, esperando a que entremos juntos girando, girando en los juegos del aire y la fortuna debajo de las sombras, a un lado de los días, con la risa más grande de las nubes.
(María Baranda)
La poesía sirve para mirar el mar en una noche transparente:
Reflejos que de estrellas son la cuna, olas que son columpio de la luna. en tus aguas, espejo y tembladero, el cielo se cayó de cuerpo entero.
(Fernando del Paso)
La poesía sirve para sentir la llegada de las estaciones:
No son brasas colgando en la higuera, sino el verano que arde en el corazón desfallecido de los higos.
(Enriqueta Ochoa)
La poesía sirve para formular preguntas con ton y son:
¿Que sueñan los sueños? Y… ¿qué soñarán las camas? ¿Contarán las ovejas personas saltando vallas?
(Mar Benegas)
La poesía sirve para aprender a decir nuestro nombre verdadero:
me llamo arboleda con vuelo de lápices pájaros que escriben con picos de azúcar un sueño de mar con barcos de nieve viento de flores que cubren los techos de verdad mi nombre es riachuelo cereza bañada por dicha violeta madrugada de escarcha y una taza de té me llamo amapola con vestido blanco pero mis papás me dicen Céline
(César Arístides)
La poesía sirve para mirar el mundo a través del vuelo iridiscente de una libélula:
Naciste de una gota –inmóvil prendedor de laca en los cabellos de la hierba–. Ayer bendijo Basho en un haikú tus alas. Trébol de vidrio, trébol de cuatro hojas, hábil equilibrista en la cuerda del junco desde el arco de la isirada flecha de tu vuelo. Libélula alazul alabélula. Frágil vitral, libélula, libéranos, porque cada mañana nos conmueven tus espejos en los que estamos vivos.
(Ramón Iván Suárez Caamal)
La poesía sirve para llorar:
Estoy llorando derramando lágrimas. No te preocupes me dicen. (Donde quiera que me paro, donde siembro mis pies, revientan las flores de sal).
(Mardonio Carballo)
La poesía sirve para nacer y ser en la otredad:
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, ¿todos somos
la vida? pan de sol para los otros,
¿los otros todos que nosotros somos?,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros
(Octavio Paz)
La poesía sirve para descubrir los colores:
Un día descubrí el amarillo. Y pensé que el sol, la miel y los canarios cabían dentro de él. También el verano y la vainilla. ¿Y el zumbido de las abejas? Lo pensé durate todo el día. Y supe que el zumbido de las abejas vivía en varios colores a la vez. Era amarillo. También violeta, naranjo y verde claro.
(María José Ferrada)
La poesía sirve para constatar que las cosas importantes se pueden guardar en una cajita:
En una cajita de fósforos se pueden guardar muchas cosas. Un rayo de sol, por ejemplo, (Pero hay que encerrarlo muy rápido, si no, se lo come la sombra.) Un poco de copo de nieve, quizá una moneda de luna, botones del traje del viento, y mucho, muchismimo más.
(María Elena Walsh)
La poesía sirve para recordar la luz de la infancia:
No cabe duda: de niño a mí me seguía el sol. Andaba detrás de mí como perrito faldero; despeinado y dulce, claro y amarillo: ese sol con sueño que sigue a los niños.
(Alfonso Reyes)
La poesía sirve para saber qué es el tiempo:
—¿Qué es el tiempo, abuela? —Es el viaje de la semilla al árbol, el vuelo que nadie recuerda, la ola convertida en sal, la roca que se hace arena. Y esa playa por donde vuela una gaviota y lleva en su vientre una arboleda. »El tiempo son las niñas que se convierten en abuelas.
(Excilia Saldaña)
La poesía sirve para ver la luz de nuestro propio canto:
Si no fuéramos ciegos, cantaríamos en la oscuridad, para acompañarnos.
(Luis Cardoza y Aragón)
La poesía sirve para encontrar consuelo:
Perdiste a tu mejor amigo. No intentaste ningún viaje. No tienes coche, ni barco, ni tierra. Pero tienes un perro.
(Carlos Drummond de Andrade)
La poesía sirve para esperar la llegada de la paz:
Será cuando la luna se despida del agua con su corriente oculta de luz inenarrable.
(Roque Dalton)
La poesía sirve para imaginar el tamaño del mar:
Fuensanta: ¿tú conoces el mar? Dicen que es menos grande y menos hondo que el pesar.
(Ramón López Velarde)
La poesía sirve para encontrar remedios naturales a muchos de nuestros males:
La luna se puede tomar a cucharadas o como una cápsula cada dos horas. Es buena como hipnótico y sedante y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía. Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se ama, para ser rico sin que lo sepa nadie y para alejar a los médicos y las clínicas. Se puede dar de postre a los niños cuando no se han dormido y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir. Pon una hoja tierna de la luna debajo de tu almohada y mirarás lo que quieras ver. Lleva siempre un frasquito con aire de la luna para cuando te ahogues, y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados. Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas.
(Jaime Sabines)
Podríamos seguir con muchos más ejemplos, que seguramente cada lector podrá ampliar. Ahora, es momento de plantear algunas conclusiones.
Conclusión primera: la poesía es harto útil, ya que sirve para todo lo aquí soñado. Si no es así, si la poesía no nos desvela de asombro el universo, si la poesía no nos cura las heridas con sus ecos y silencios, si no nos salva del odio y el miedo, si no nos da aliento en medio del desierto, si no nos sostiene en el mundo, si no nos regala un prisma de luz para mirarnos, mirar a los otros y mirarnos en los otros, si no nos ayuda a cruzar los territorios más oscuros, los más desolados, si no nos anima a encontrar una voz propia, si no nos devuelve la esperanza, si nos nos arropa frente al vértigo de la vida, si no nos ayuda en la deconstrucción y reconstrucción del ser que somos con su música, belleza y poder del lenguaje… Si no es así o, mejor dicho, si no fuera así, entonces, la poesía no serviría para nada.
Conclusión segunda: la poesía debería ser parte de toda canasta básica, para tomarla y servirla con el desayuno y la merienda. Sería estupendo, en los hospitales de maternidad, dar la bienvenida al mundo a cada bebé con un paquete con pañales, ungüento y un libro de arrullos y de lírica popular de tradición infantil. Dar un libro de poesía como regalo en cada cumpleaños. Imaginemos dar poesía a los niños y las niñas como postre después de la merienda, un poema leído en voz alta o susurrado antes de ir a la cama o de apagar la luz, para acompañar su entrada al mundo de los sueños. En las escuelas, ni se diga, la poesía debería ser tan importante como el desayuno escolar, tan imprescindible como la hora del recreo. Pensemos qué sucedería si al abrir su lonchera, además de la torta y la fruta, los niños encontraran un papelito con unos cuantos versos para acompañarlos en el recreo. Si cada día damos la bienvenida al aula o nos despedimos al final de la jornada con la lectura en voz alta de un poema. Así nada más, como un regalo para iniciar el día o despedirnos y desear la buenaventura: dejar ¡que la poesía nos acompañe!
Conclusión tercera: la poesía no sirve para resolver otras necesidades que a veces se le han exigido, por cierto, con resultados desastrosos para la poesía misma y para los lectores y oyentes. Si usted desea que sus niños, niñas, hijos, alumnos o vecinos, aprendan a leer o la buena ortografía, a declamar histriónicamente, a dar un bonito regalo el día de la madre o del maestro, o aprendan “valores”, POR FAVOR, NO lo intente a través de la poesía. Para esos otros menesteres hay excelentes diccionarios y manuales de gramática y escritura, estupendos talleres de teatro, hojas y lápices para que los mismos niños escriban y expresen lo que les inspiran directa y auténticamente sus propios padres y maestros. Y, en el caso de los valores, los que sean, éstos siempre se enseñarán mejor con el ejemplo vivo que usted muestre y demuestre en su actuar diario y, en especial, frente a quienes desee educar. La poesía, eso sí le digo, no sirve para esos fines.
Hoy es el Día Internacional del Libro 2018 y, ¿qué más puedo decirles? Festivales, presentaciones de libros y distintas actividades durante todo el fin de semana y hoy no han faltado. Este blog no es la excepción, así que acá va mi recomendación lectora para celebrar lo que queda de este día y también de abril que, como ya vimos, es un mes muy literario.
En esta ocasión la propuesta de celebración es de un solo libro, delgadito sí, pequeño sí, pero no por ello menos intenso. Se trata de Busca mi esquela y Primer amor, la lectura de dos cuentos cortos que surgió a raíz del maratón #GuadalupeReinas, propuesta por las lectoras del grupo LibrosB4Tipos a finales de 2017 y de la que hace tiempo tenía muchas ganas de platicarles.
Busca mi esquela / Primer amor
Dos novelas. Busca mi esquela nos cuenta la historia dos enamorados, una joven y un hombre maduro, que viven un tórrido romance sin futuro. Con toques de fantasía en la que no se sabe realmente quién es la mujer o incluso si existe. En Primer amor, dos mujeres, madre e hija, viven en la época de la posguerra en un poblado de la costa de Francia; ahí conocen y se hacen amigas de un grupo de prisioneros alemanes, aunque no sea bien visto por el resto de los pobladoras. Una relación que, como lo vimos en Busca mi esquela, tampoco está destinada a terminar bien.
De Elena Garro hace tiempo había leído La culpa es de los tlaxcaltecas una historia antologada en La tienda de los sueños: un siglo de cuento fantástico mexicano por Alberto Chimal –otro libro que por cierto, también es un recomendado para acercarnos un poco al cuento mexicano–. Y aunque es un cuento que me dejó un gran sabor de boca; creo que en definitiva Busca mi esquela y Primer amor han sido mi primer acercamiento de lleno a la autora, un acercamiento que me ha dejado con ganas de más, mucho más de la que es considerada una de las iniciadoras del Realismo Mágico, aunque a ella no le gustaran mucho las etiquetas en la literatura.
Estas dos historias de amores imposibles están repletas de nostalgia, tristeza y de lo que no pudo ser. La prosa es elegante y logra transmitir esa desesperación por cumplir con lo establecido mientras el corazón dicta algo distinto. Dos cuentos cortos que son además el pretexto perfecto para comenzar a conocer la obra de una gran autora mexicana que, infortunadamente, no es lo suficientemente reconocida.
Ficha Título: Busca mi esquela / Primer Amor Autora: Elena Garro Pie de imprenta: México: Castillo, 1998. Calificación: *****
Pues ya está, espero que hayan tenido un Día Internacional del Libro 2018 lleno de muchas actividades, lecturas, ferias del libro, compras de libros o visitas a bibliotecas.
Bajo la premisa de que en Estados Unidos hay menos del 5% de libros publicados que son traducciones, en el blog de FeedBooks publicaron un interesante, aunque bastante reducido, Mapa de traducción de Literatura Latinoamericana al inglés. Un mapa que además de interesante, me ha dejado con varias ideas dando vueltas, que si bien no son nuevas y se han abordado en otros espacios, no por ello no es válido volver a la reflexión.
Desde luego que los libros que aparecen en este mapa son sólo aquellos que, además de estar traducidos al inglés, están disponibles en FeedBooks; razón por la cual puede resultarnos un tanto escueta la selección. Aunque, sin duda, este mapa de literatura latinoamericana es un triste reflejo de lo poco que se consume nuestra literatura en un mercado tan grande e importante como los es Estados Unidos. Pero lo que es más importante, un país cuya población de migrantes latinos alcanza, según el informe del Pew Research Center en septiembre de 2017, la nada despreciable cifra de 57.5 millones, es decir, el 18% de la población de Estados Unidos; un país en el que también el español es el idioma más estudiado como segunda lengua, seguido por el francés y la Lengua de Señas Americana, esto último de acuerdo con datos de la Modern Language Association (MLA) en 2016.
Y si eso ocurre en literatura latinoamericana traducida al inglés, no hablemos de traducciones a otros idiomas distintos del inglés, por ejemplo, acá dos artículos que hablan sobre la literatura latinoamericana traducida al japonés o al chino. Traducciones que abarcan casi exclusivamente a clásicos de la literatura latinoamericaca como es el caso de Pablo Neruda.
Por cierto, como se menciona en el artículo del caso de la traducción de literatura latinoamericana al chino en las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo pasado obedecía a objetivos políticos en los que se quería ejemplificar el poco valor estético de las obras literarias de los “pueblos políticamente débiles”. Afortunadamente la visión cambió en la década de los 80 cuando se tradujeron cerca de 130 obras donde ya podemos encontrar a autores como Gabriel García Márquez con Cien años de soledad y Mario Vargas Llosa con La ciudad y los perros.
Volviendo a la traducción literatura latinoamericana al inglés, de acuerdo con El País, en 2014 se tradujeron sólo 67 títulos. ¿Sesenta y siete de una producción de cuántos en ese año? Si mi lectura no estuvo mal sólo contemplaron los títulos de autores españoles, aunque si se incluyeran las obras de autores latinoamericanos, no estoy segura que esta cifra aumente considerablemente.
En fin, una cosa es la escasa traducción de literatura latinoamericana a otros idiomas, especialmente al inglés. Pero esto también nos da para reflexionar por qué en América Latina leemos tantas traducciones, qué nos hace tan receptivos a leer traducciones y por qué no ocurre lo mismo con nuestra literatura.
La Fundación SM con subvención del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España publica el Anuario iberoamericano sobre el libro infantil y juvenil 2017, un documento en el que se presentan datos estadísticos y situación del libro infantil y juvenil en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España (con producción en catalán, gallego y vasco), México, Perú, Puerto Rico y República Dominicana, publicados en 2015 y 2016. Además por primera vez aparece un artículo sobre literatura infantil y juvenil en español en Estados Unidos.
Anuario iberoamericano sobre el libro infantil y juvenil en lo general
En el panorama general, algunos datos que me parece importante rescatar:
Aunque la industria editorial española se ha visto afectada, la producción de literatura infantil y juvenil está creciendo: en 2015, dos de cada cien libros publicados en España era literatura infantil y juvenil; en total 12,705 títulos de los 80,181 publicados.
De acuerdo con el CERLALC, los países de mayor producción editorial infantil y juvenil en América Latina son Brasil, México, Argentina y Colombia. En 2015 se publicaron 14,000 títulos de un total de 197.587.
El libro álbum es el de mayor riqueza y el que mayor impulso está teniendo en la producción infantil y juvenil en España y América Latina.
Anuario iberoamericano sobre el libro infantil y juvenil: México
Por obvias razones me quiero detener en el capítulo México, que corrió a cargo de Carlos Sánchez-Anaya Gutiérrez, editor, escritor y antólogo especializado en literatura infantil y juvenil. Sánchez-Anaya nos presenta su visión particular del panorama nacional, aunque no por ello menos involucrada y conocedora del tema. Acá algunos puntos interesantes:
La literatura infantil y juvenil mexicana, a pesar de las constantes crisis que vive el país no sólo se mantiene a flote, sino que está creciendo a pasos agigantados. De las 231 editoriales registradas en 2016 en la Caniem (Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana), 97 cuentan en su catálogo con producción infantil y juvenil.
Leer libros no es comprarlos. Un apartado pequeño que, sin duda da para una disertación que quizá derivaría en una publicación exclusiva. Aquí Sánchez-Anaya atisba un poco sobre el tema de los índices lectores en nuestro país y las campañas de fomento lector, poco exitosas en su abrumadora mayoría para el consumo de literatura. La visión del editor en este punto, yo la cambiaría por mi visión como bibliotecaria y mediadora: comprar libros tampoco es necesariamente leerlos. Coincido sin embargo, en que es necesario dar un valor a la industria editorial, pero esto tampoco puede ir sólo. Campañas planificadas y ejecutadas por especialistas que sí conocen del tema –y no por discursos huecos “buenahondita” sobre el “valor de la lectura”– como bibliotecarios, mediadores, docentes y, sí, editores, redundarán no sólo en que se escriban y publiquen, sino también en que se compren y, lo más importante, que se lean libros.
El surgimiento de pequeños sellos editoriales, de la mano del destacado trabajo que están realizando editoriales independientes ya existentes como Petra, Ediciones El Naranjo, Ediciones Tecolote, CIDCLI, Amaquemecan, Artes de México, a pesar de las crisis y de la competencia de las moles editoriales.
Todo lo anterior no sería posible sin la gasolina que eche a andar la industria, es decir, el autor. Coincido con el Sánchez-Anaya en que en México se vive como nunca antes una buena época de autores e ilustradores de libros para niños y jóvenes, además de autores que comienzan a incursionar en la escritura dirigida a este rubro.
A pesar de las crisis, a pesar de que carguemos con el peso de un país no lector, lo cierto es que hay una producción sólida de libros para niños y jóvenes, y un destacado catálogo de autores e ilustradores. Falta lograr que las ferias, los premios, las campañas y programas de fomento lector se encaminen correctamente para lograr que los libros lleguen a su destinatario, ya sea a través de la compra en librería o del préstamo en biblioteca, espacio último del que poco se habla pero que, sin duda, el quizá el que tiene mayor potencial para poner todos estos libros sobre la mesa del lector.
El Observatorio Iberoamericano de Cultura y Educación (OPI), perteneciente al CERLALC, publicó el dosierBebés lectores: ¿cómo leen lo que aún no leen?, dirigido principalmente a los y las involucrados con los libros y la lectura en la primera infancia.
Un documento que pone sobre la mesa el tema de la lectura en niños y niñas que aún no han sido alfabetizados; algo que, sin duda, abre la posibilidad de reconocer que el acto de leer no se limita a “Pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados“, tal como nos lo dice la RAE en su primera acepción, sino que hay muchas formas de lecturas y que los niños no alfabetizados comienzan leyendo el mundo.
Poco antes de nacer, los bebés escuchan y sienten el latido del corazón de sus madres y lo interpretan como prisa, desasosiego, calma, enojo, alegría, paz o tormenta. Escuchan las voces de sus seres cercanos, las leen, las significan y se alegran o sienten miedo. Una vez fuera de la madre, leen con avidez el ruido y el silencio, el frío y el calor o la distancia que existe entre ellos y el objeto más próximo…
–Luz María Chapela.
Este dosier también recalca la importancia de “…leer con los niños desde su más temprana edad y de desarrollar con ellos, en el contexto familiar y cotidiano, actividades en torno a la lectura de diversos textos.” Además de la importancia que la lectura tiene en el proceso de la construcción del sentido, del ser.
Un apartado que encontré particularmente interesante fue el de Bebés, niños pequeños y dispositivos digitales en el que Carola Martínez da espacio para las voces tanto a favor y como en contra del uso de dispositivos móviles en la primera infancia. Desde luego y como lo menciona Martínez, plantear el tema de ofrecer dispositivos digitales a los bebés lectores es adentrarnos en distintos estudios que enumeran tanto los peligros, pero también aquellos que mencionan las ventajas del uso de estos dispositivos en edades tan cortas.
Como ya lo he mencionado en otras ocasiones, nos falta mucho para saber realmente cuál será el impacto la lectura en pantalla a futuro; sin embargo, debemos entender que estamos asistiendo a una época en la que existen distintas formas de lectura y que la lectura en pantalla nos exige habilidades distintas a la lectura en papel, así como en algún momento, exigió habilidades distintas enfrentarse a un códice o a un libro manuscrito.
Leer en formato digital necesita otras habilidades. El lector debe también conocer la aplicación, conocer las funcionalidades y manejar las herramientas, lo que prepara al pequeño lector para afrontar el desafío de incorporarse a un mundo donde estas destrezas le serán de gran utilidad.
Pero más allá de los supuestos beneficios o peligros que nos puedan traer las pantallas a los bebés lectores y lectores de otras edades, debemos prestar atención a algo más importante y es que los libros, independientemente de si son impresos o digitales, enfrentan “…la sutil frontera entre un juego y un libro“. Es decir, hay demasiada interactividad en los libros y se corre el riesgo de perder la historia.
Además de las distintas colaboraciones de especialistas en el tema, el dosier incluye un video en el que Francisco Leal Quevedo explica el papel que juega la lectura en el proceso de desarrollo del cerebro y las distintas conexiones neuronales.
Se acerca –inexorablemente, irremediablemente– el fin de año y con ello el recuento de lo bueno, lo malo, lo mejor y lo peor. En los blogs y sitios especializados en el tema de la lectura no faltarán las listas top ten de lecturas, como es la ya clásica lista de Goodreads en la que votan millones de usuarios y en la que estoy segura más de un escritor quisiera aparecer, aunque también están otras más clásicas como es la del New York Times, la de Amazon y una que llamó particularmente mi atención el listado de libros infantiles mejor ilustrados del año según The New York Times.
Por cierto, Goodreads también presenta el My year 2017 in books, que no se limita a un listado de lo leído por un usuario, sino que proporciona datos interesantes como el primer y último libro reseñado, el libro con mejor calificación y también el libro con menor calificación, el número de páginas leídas, etc.
Volviendo a las listas top ten de libros, en lo personal siempre me ha parecido un tanto presuntuoso que alguien se arrogue la autoridad de determinar cuáles son los mejores libros de un año, pues no es posible que esa persona lea todos los libros. En este sentido creo que lo más válido es hablar de los mejores libros que esa persona leyó en el año, cosa muy distinta y que pone en su justa medida aquello de “lo mejor de lo mejor”. Y después de esta aclaración no pedida, aquí les va mi top ten de lecturas 2017, los que por cierto, no siguen ningún orden de preferencia:
Título: The lexycographer’s dilemma: the evolution of proper English, from Shakespeare to South Park Autor: Jack Lynch Narrador: AnthonyGetting Pie de imprenta: Audible Studios, 2013 Descripción: Audiolibro: 10 hrs, 13 min Calificación: ****
Un interesante e iluminador recorrido a través de la evolución del idioma inglés y los distintos dilemas que ha enfrentado. Pero además de un entretenido recorrido, este libro es también un recordatorio de que el lenguaje pertenece a los hablantes, sin importar cuánto lo quieran regular los eruditos del habla. En este link encuentran la reseña completa.
Título: The genius of birds Autora: Jennifer Ackerman Pie de imprenta: Corsair, 2016 ASIN: B0182GW2J0 Descripción: Formato electrónico Calificación: *****
Un libro que cambiará la idea que se tiene respecto a que las aves son tontas. Un libro que también nos ayudará a replantearnos el concepto de inteligencia y nos hará entender que hay diversos tipos de inteligencias y que cada especie de ave tiene alguna en particular. Nos asombraremos con la habilidad que tienen los cuervos para resolver rompecabezas, con la capacidad de adaptación de los gorriones, con la facilidad que tienen los papagayos para imitar y quizá entender el lenguaje humano, con la habilidad para volar kilómetros sin perderse, con la memoria de las palomas y sí, también con la capacidad de vuelo de muchas de ellas.
The genius of birds es para los amantes de las aves o para los que se interesen un poco por conocer a estos seres emplumados.
Serie El libro de los heroes; Antonio Malpica;
Título: El libro de los héroes (la saga completa) Autor: Antonio Malpica Pie de imprenta: México, Océano. Colección: El Lado Oscuro. Descripción: 5 volúmenes: #1. Siete esqueletos decapitados, #2 Nocturno Belfegor, #3 El llamado de la estirpe, #4 El destino y la espada, #5 Principio y fin Calificación: *****
Esta saga es lo más maravilloso que me he topado entre 2016 (los dos primeros libros) y 2017 (los tres últimos). Malpica es un autor que en definitiva nunca me deja indiferente, admiro su capacidad de saltar de un tema a otro: la búsqueda de un amor de la adolescencia con #MásGordoelAmor, el homenaje a Exúpery con Por el color del trigo, ajedrez con Ulises 2300, jazz con Los elementos del jazz y un amplio etcétera de su nutrida bibliografía.
Admiro todavía más la entrega y dedicación de 10 años de su escritura para darnos una saga ávida y aún así hacer que cada libro fuera mejor que el anterior. De esta saga creo que lo que más me gusta es la madurez que los personajes fueron ganando y también el que Malpica haya logrado que nos encariñemos con ellos, al punto de sufrir la pérdida de algunos.
Héroes, demonios, hombres lobo, ángeles, adolescentes y policías pueblan este universo al que no se puede dejar de leer hasta que se termina la saga completa.
Título: The horologicon: a day’s jaunt through the lost words of the English language Autor: Mark Forsyth Pie de imprenta: Audible Studios, 2012. ISBN: 1848314159 Descripción: Audiolibro: 6 hrs. , 16 min. Calificación: *****
Hace tiempo había leído The etymologicon del mismo autor y me pareció un gran libro que derrocha sabiduría en relación con el idioma inglés. Con The horologicon Forsyth vuelve a mostrarnos su gran conocimiento de la lengua. Un libro de horas que será el pretexto perfecto para conocer un montón de palabras en desuso en el idioma inglés. Acá la reseña completa.
Título: Festín de muertos: antología de relatos mexicanos de zombies Coordinadores: Raquel Castro y Rafael Villegas Pie de imprenta: México : Océano, 2015. Colección: El Lado Oscuro ISBN: 6077355208 Descripción: Formato electrónico Calificación: *****
Este libro resultó la grata sorpresa de 2017. Aunque disfruto mucho la literatura zombie, cada vez me es más difícil encontrar una historia distinta al apocalíptico mundo zombie. Sin embargo, los autores de cada uno de los cuentos que conforman este Festín de muertos han sabido darle la vuelta a la página ya sea de forma oscura o divertida, pero en cada caso, con zombies distintos a los que se intenta reinsertar en la sociedad, o a los que se puede heredar, a los que se visitan en Día de Muertos o, incluso, zombies que sirven de entretenimiento en la lucha libre. Historias diferentes y entretenidas con zombies mexicanos.
Título: Llora, corazón, pero no te rompas Autor: Glenn Ringtved Ilustrador: Charlotte Pardi Pie de Imprenta: Loqueleo, 2017.
Descripción: 40 p. ISBN: 9786070133275 Calificación: *****
Hay varios libros que hablan sobre la muerte, pero este libro… ¡Este libro!
Un libro álbum que es un joya pues, de forma única y muy cercana nos habla sobre la muerte como parte de un proceso natural.
Título: Los detectives salvajes Autor: Roberto Bolaño Pie de imprenta: Alfaguara, 2016. ISBN: B01JH3F2PI Descripción: Edición Kindle. Calificación: *****
Llevaba mucho tiempo queriendo conocer a Bolaño y su obra y he de confesar que ha sido un verdadero descubrimiento. He de confesar que me intimidaban mucho las más de 800 páginas y quizá por ello, o por el miedo a sentirme defraudada al finalizar el libro es que no me había animado a adentrarme en sus páginas.
Como ya lo mencioné en otra reseña, ahora comprendo por qué Los detectives salvajes está considerada como una de las grandes obras maestras de la literatura contemporánea. La maestría que demuestra Bolaño hacen que esta obra sea entrañable, a la vez que intrincada y llena de vericuetos. No es un libro sencillo, eso es muy cierto, a ratos te preguntas si conseguiras finalizarlo y te debates entre abandonarlo y seguir, pero bien vale la pena pasar esos momentos difíciles con la lectura.
Título: ¿Muerte o helado? Autor: Gareth P. Jones Ilustrador: Adam Strower Pie de Imprenta: SM, 2016. ISBN: 9786072424685 Descripción: 184 p. Calificación: ****
“La cuestión con el helado es que no tienes que comerlo. Pero no puedes negar la muerte.”
Larkin Mills es un pueblo extraño, lleno de secretos oscuros y donde ronda la muerte. Con historias que se van entretejiendo desde un pasado muy remoto y donde impera la lucha del bien contra el mal y en la que a pesar de ello, no todo es necesariamente blanco o negro.
Este libro es magnífico y una grata sorpresa, pues no conocía al autor. El único pero –que no es nada menor–, es la edición tan descuidada y plagada de erratas. Un llamado de atención a las editoriales (no sólo la responsable de la edición en español de este libro), para que hagan un mejor trabajo con los libros que ponen en manos del lector.
Título: Biblioterapia, leer es sanar Autor: Marc-Alain Ouaknin Traducción: Rafael Segovia Albeen Pie de imprenta: México : Océano, 2016. Colección Ágora ISBN: 9786078303069 Descripción: 484 pp. Calificación: *****
De este libro ya les había hablado hace tiempo, sólo puedo agregar que aunque complejo, es un libro de gran profundidad que más que darnos recetas o tips, nos habla de la sanación y de la importancia que tienen los libros en ese proceso.
Título: La bruja debe morir Autor: Sheldon Cashdan Pie de imprenta: Debate, 2017. ISBN: 9788499927473 Descripción: Formato electrónico Calificación: ****
Sobre este libro ya hablé hace algún tiempo, así que no me voy a detener mucho, La bruja debe morir es “…un análisis para descubrir los significados simbólicos de los cuentos de hadas clásicos y su relación con los pecados capitales.” Este libro es también una oportunidad para adentrarse en los cuentos originales, si es que existe tal cosa, pues recordemos que todos los cuentos de hadas clásicos provienen de la tradición oral. Así que además de adentrarnos en la forma como eran contados antiguamente, es también una forma de conocer a las sociedades europeas pasadas.
Como podrán darse cuenta, un top ten de lecturas muy variado tanto en géneros como en formatos de lectura. Ya están puestos sobre la mesa, así que me despido de este 2017 deseándoles a todos los y las que se dan su vuelta por aquí un gran cierre de año y también un muy buen 2018, lleno de muchas lecturas, visitas a la biblioteca y, por qué no, salud, dinero y amor.