Dulces 16 y sobre la decadencia digital

Dulces 16 y sobre la decadencia digital

¿Saben?, el mes de mayo de cada año siempre estoy con mi pensamiento en el blog, pues es cuando cumple años. Y aunque este 2024 ha sido lo mismo, me sorprendí esta mañana con la novedad de que se me había pasado completamente el 18 de mayo (y casi el mes completo), fecha en la que uvejota.com cumple un año más de andanza en este mar digital, sus dulces 16.

Mucho ha cambiado desde esas primeras entradas que publiqué en aquel lejano mayo de 2008: aunque había quienes vaticinaban la desaparición de los blogs frente al creciente uso de redes sociales (twitter y facebook, en aquel entonces), lo cierto es que los blogs gozaban de gran salud y marcaban la pauta en la forma de interactuar y relacionarte a través de internet.

También existían poderosísimos lectores de RSS que me mantenían al día con los blogs que seguía y las distintas webs que me interesaban. Muchos de estos lectores de RSS, de hecho, también ya han desaparecido; pareciera que están condenados a extinguirse. Entre ellos encontramos a Google Reader, el primero que usé y que Google discontinuó en 2013.

Y para nada quiero un post fatalista de aniversario de uvejota.com, de hecho, ahora que lo pienso no me gusta nada el título de este post. Soy una convencida de que, a pesar de los pesares, los blogs continuarán y seguirán siendo los que den material a tantas redes sociales. Pero es precisamente esta reflexión constante (especialmente cada que se acerca el aniversario) sobre la importancia de los blogs y también sobre la desaparición de contenidos digitales no sólo en estos espacios, sino también en redes sociales, páginas web, apps, etc., lo que me lleva a plantearme sobre la memoria digital.

Lo anterior incluye también las stories en distintas redes como Instagran, Facebook, Whatsapp, Snapchat, entre otras, que tienen una duración de 24 horas, a menos que el usuario decida conservarlas. Aunque esto también me lleva a preguntarme si todos estos contenidos son relevantes y vale la pena que todo perdure, pero esto ya es tema para otro post. 

La reflexión sobre la memoria y la decadencia digital, coincide curiosamente con la publicación de un importante estudio sobre el tema a cargo del Pew Research Center en el que podemos ver cómo gran cantidad de contenidos han desaparecido de internet, la llamada “decadencia digital” afecta tanto a información en páginas de gobierno, redes sociales y distintos espacios en la web.

Sin embargo, el tema no es nada nuevo y no se limita a la desaparición de contenidos digitales del siglo XXI; lo efímero de los soportes documentales ya amenazaba seriamente los contenidos creados en pleno siglo XX. Durante mis estudios de Licenciatura ya se ponía énfasis en la pérdida de contenidos almacenados en microfichas, cintas magnéticas, CD-ROMs, discos floppy, etc. La pérdida podía deberse a la incapacidad de transferir la documentación a otros medios, la corrupción del soporte y/o la falta de dispositivos para visualizar los contenidos en esos soportes. 

Incluso publicaciones en un formato que había mostrado durabilidad a través de los siglos como es el libro impreso, se ven amenazadas por el uso de papel cuya acidez lo condena a la desaparición irremediable y más rápida que en libros publicados hace tres o cuatro siglos. Es decir, la acidez del papel afecta principalmente a aquellos libros publicados entre mediados del siglo XIX y hasta la ultima década del XX.

Pero ¿qué nos dice el informe del Pew Research Center en relación con los contenidos digitales? 

A través del análisis de enlaces que devuelven códigos de error como 404 (No Encontrado), 410 (Eliminado), entre otros, concluyó que un tercio del contenido creado en 2013 ya no está accesible en 2023, esto representa el 38% de pérdida de información. La decadencia digital afecta a páginas de gobierno, sitios de noticias, Twitter (actual X), e incluso Wikipedia. 

Intuyo que si este estudio se extendiera a otras redes sociales, blogs, páginas de instituciones académicas, bibliotecas y apps móviles, seguramente la tendencia sería la misma. Acá algunos de los resultados más relevantes:

  • 23% de páginas de noticias y 21% de páginas gubernamentales tienen al menos un enlace roto.
  • 54% de las páginas de Wikipedia tienen en la sección de “Referencias” al menos un enlace que lleva a una página inexistente. 
  • Casi uno de cada cinco tuits no es públicamente visible después de algunos meses de haberse publicado. En el 60% de los casos se debe a que el propietario hizo su cuenta privada o se dio de baja de la plataforma. En el 40% de los casos restantes, el propietario borró ese tuit. 

La importancia de este estudio radica en los sitios que analizó. Esta decadencia digital nos habla de la pérdida de información y, sí, por qué no, de la pérdida de la historia digital. 

Desde luego, no todo está perdido o perdido completamente, actualmente contamos con sitios tan valiosos como el Wayback Machine de Internet Archive que, según Wikipedia desde 1996 archiva páginas web y hasta el 3 de enero de 2024 tenía archivados más de 860 mil millones de páginas y más de 99 petabytes de datos. Infortunadamente, es imposible para Internet Archive archivar todo lo que hay en internet, pero es un esfuerzo importante para no perder esta información. 

Cabe pues la pregunta, ¿cuánta información hemos perdido en las últimas décadas por la decadencia de los soportes y plataformas digitales?, ¿qué podemos hacer los bibliotecarios al respecto?

Pues eso, como ya lo dije sirva esta reflexión sobre la decadencia digital y la preservación de la memoria digital para celebrar 16 años de uvejota.com.

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