Este post sonará un tanto esotérico, sin embargo, aprovechándome un poco del “algo más” del título de este blog y dado que está relacionado con el libro, hoy les hablaré de la Bibliomancia.

La palabra Bibliomancia proviene del griego biblion, que significa libro y manteia, que quiere decir adivinación , es decir, el arte de la adivinación que se practicaba —o practica— abriendo un libro en cualquier página y leyendo el texto que se supone nos dará respuestas sobre nuestra vida. La RAE la define como “Arte adivinatoria que consiste en abrir un libro por una página al azar e interpretar lo que allí se dice.”

A esta práctica también se le conoce como esticomancia y los orígenes se remontan al Imperio Romano; aunque alcanzaría mayor auge a partir de la Edad Media. Dependiendo del libro utilizado la bibliomancia recibía los siguientes nombres: cuando se utilizaba la Eneida de Virgilio, se le llamaba “Sortes Virgilianae”; si se usaba la Iliada o la Odisea de Homero, entonces se trataba de “Sortes Homérica”; por último, en caso de utilizar la Biblia, se decía que era “Sortes Sanctorum”.

En cuanto a la Sortes Sanctorum, cabe destacar que la Biblia ha sido uno de los libros preferidos para esta práctica a lo largo de la historia, lo cual resulta curioso, pues es bien sabido que el cristianismo prohibió y condenó toda actividad relacionada con prácticas adivinatorias o que buscaran predecir el futuro, en el supuesto de que Dios era el único capaz de determinarlo y dictar nuestro destino.

Hoy en día, además de la Biblia, los que gustan de esta actividad, utilizan libros de esoterismo, ocultismo o metafísica; así que no faltarán en nuestras bibliotecas libros que nos ayuden a predecir nuestro futuro y quizá hasta resulte divertido probar con libros científicos.

Como nota final, queda probado una vez más que los libros no son sólo para leerse :).

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