En lo personal nunca me ha gustado describir a las bibliotecas como templos del saber o santuarios del libro, considero que las bibliotecas son espacios cuya principal característica es permitir que las y los usuarios las moldeen conforme a sus necesidades e intereses y que van más allá del simple y exclusivo resguardo de los acervos. Sin embargo, encuentro recientemente una iniciativa que podría ser la excepción que confirma la regla de percibir a las bibliotecas como santuarios del libro.
Como sabrán, las bibliotecas públicas en Estados Unidos siempre han enfrentado duras críticas por parte de diversas asociaciones que han cuestionado los títulos de sus acervos por las temáticas que abordan. Entre ellos podemos encontrar Las aventuras de Huckleberry Finn y Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain y la saga Harry Potter de J.K. Rowling, por sólo mencionar algunos ejemplos, aunque acá pueden ver el listado completo y los motivos de la censura.
Como respuesta a esta censura, desde 1982 se realiza el Banned Books Week, un evento anual promovido por la ALA (American Library Association) que busca poner el foco en el derecho a leer, así como protestar frente a la censura de los libros y también busca que los ciudadanos reflexionen sobre el tema.
A pesar estos y otros esfuerzos, incluida la reciente Declaración internacional sobre la libertad de expresión, publicación y lectura, el 2023 y lo que llevamos de este 2024 han sido años especialmente duros para las bibliotecas estadounidenses en materia de censura. De acuerdo con el reporte The state of America’s Libraries 2024, sólo en 2023 la ALA registró 1,427 intentos de censura de acervo y servicios en las distintas bibliotecas de aquel país, en este mismo orden de ideas registraron un total de 4,240 títulos prohibidos frente a los 2,571 registrados en 2022, es decir, un incremento del 65% en 2023, lo que representa el mayor intento de censura desde que la ALA realiza este registro.
El Proyecto de Ley 900 de la Cámara de Representantes en el Estado de Texas buscaba restringir el acervo de las bibliotecas escolares de Texas, además de requerir a los distribuidores que etiquetaran los libros antes de venderlos a las escuelas. El proyecto fue bloqueado temporalmente el 19 de septiembre, sin embargo, esto es sólo la punta del iceberg, ya desde el verano de ese mismo 2023 las bibliotecas en Montana, Missouri y Texas habían anunciado su salida de la ALA como protesta ante la defensa de esta asociación frente a los libros censurados, mucho de ellos con temas LGBTQ+ o de raza.
A pesar de lo anterior, la respuesta y defensa de las bibliotecas ha sido ejemplar. El mismo día en que el Proyecto de Ley 900 fue temporalmente bloqueado, el Tribunal de Comisionados del Condado de Harris (HCCC) aprobó una resolución para declarar a la Harris County Public Library como santuario de libros.
El movimiento de santuarios del libro no era nuevo, comenzó un año antes en septiembre de 2022 cuando la Biblioteca Pública de Chicago y la Ciudad de Chicago se unieron en defensa a los crecientes ataques de censurar y prohibir libros en esa biblioteca pública.
Es de esta manera que otras bibliotecas en Estados Unidos y Canadá se están uniendo a la campaña para declararse a sí mismas como santuarios del libro, es decir, espacios que reúnen libros censurados y protegen y concientizan sobre la libertad de lectura.
Actualmente existen más de 3,300 santuarios del libro y para convertirse en uno sólo se necesita:
- Recolectar y proteger libros en peligro.
- Hacer esos libros accesibles.
- Organizar charlas y eventos sobre los libros que son blanco de censura.
- Concientizar sobre la historia de los libros prohibidos y la quema de libros.
Y es así como vemos que las bibliotecas no son espacios apolíticos, las bibliotecas pueden y deben tener una opinión y tomar una postura frente a situaciones que ponen en peligro el acceso a la información y a la misma institución. Las bibliotecas son santuarios del libro cuando defienden el acceso a los mismos y la libertad de los usuarios de leerlos; no son santuarios del libro cuando quedan en meros almacenes.