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2 Comments

  1. Francisco Javier Vázquez Rodríguez
    10 octubre, 2013 @ 10:51

    Hola:

    La Ley general de bibliotecas (públicas), debe ser reformada en apoyo a las personas con discapacidad visual. Los usuarios de las bibliotecas públicas han disminuido según INEGI en un 50% y la mejor forma de fomentar la biblioteca es con el libro Braille, el libro de letra grande, el libro hablado, etc.

    Se necesitan campañas para apoyar al usuario con dislexia, ceguera, lento entendimiento, analfabeta, indígena, etc. porque son las minorías los usuarios del futuro.

    No podemos tomar en cuenta al usuario normovisual porque ese tipo de usuario se encamina a usar solo TICs y abandona la biblioteca rápidamente.

    Recomiendo consultar IFLA en sus campañas contra la ceguera, la dislexia y la atención al adulto mayor como usuarios potenciales.

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  2. Francisco Javier Vázquez Rodríguez
    10 octubre, 2013 @ 11:37

    Muy buena pregunta de porque decir que cuantos libros lee una persona, pero es que existen usuarios así, que creen que son mas cultos porque leen muchos libros.

    En cambio existen usuarios que quieren leer todo sobre un autor en específico, por ejemplo Kafka, de modo que leen todo sobre él y se vuelven su fan.

    Pretenden conocer todo de su vida y obra, de las películas que se han filmado sobre él, y luego buscan la película de la Metamorfosis, yo no sé sí se ha filmado algo así, pero en la Vasconcelos ha llegado gente pidiendo eso.

    El usuario está sobre mediatizado, ya no le gusta el libro solo por ser libro, sino que quieren ir mas allá.

    Yo leo libros técnicos de nuestra profesión y luego los comparo con lo que ocurre en la vida real. Por ejemplo, el libro del Fondo de Cultura Económica de Bibliotecas Públicas siempre lo leo y cuando veo lo que escriben sobre “Edificios para bibliotecas” y veo las porquerías que los arquitectos realizaron con la Biblioteca Vasconcelos se lo digo a las autoridades, y nada mas se ríen.

    Realmente la diferencia entre realidad y el libro es mucha, y luego entre los usuarios (Clientes) que aprendí en la escuela y como son en la vida real supera todo lo que yo se.

    Me dijeron en la ENBA, “el usuario debe de ser atendido de manera personal y directa” y cuando llegué a trabajar a la biblioteca pública, resulta que mi usuario es ciego, que lo tengo que atender de manera personal y directa pero que no me entiende porque está metido en su problema y yo no estoy capacitado en el manejo de Braille, lectura en voz alta, manejo de la inflexión de la voz, etc. para atenderlo y a capacitarme para poder ser su bibliotecario.

    El usuario, ese desconocido que asiste a la biblioteca pública tiene una necesidad que nos supera, los jefes creen que estamos allí para poner los libros en los estantes y miden nuestra productividad con el número de libros que intercalamos.

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