¿Por qué leer a los clásicos?
Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: «Estoy releyendo…» y nunca «Estoy leyendo …».
Italo Calvino. ¿Por qué leer a los clásicos?
Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: «Estoy releyendo…» y nunca «Estoy leyendo …».
Italo Calvino. ¿Por qué leer a los clásicos?
Hay libros, fíjense a partir de hoy, que están en todas las casas, que tiene toda la gente que conocemos. Cuando voy de visita y me pongo a cotillear libros veo mucho El Principito de Saint-Exupèry, El Quijote, que suele estar en todas las estanterías y El nombre de la rosa, de Eco. También aparece con frecuencia Camus, El extranjero, y algo de Echenique, casi siempre La vida exagerada de Martín Romaña. Hubo un momento, hace años, que todos mis amigos tenían Juan Salvador Gaviota, y ahora todos tenemos algún tomo de Harry Potter. Dice Luis Landero que las bibliotecas están llenas de corredores y pasadizos secretos que comunican con otras bibliotecas: con las de amigos, enemigos, conocidos, pero también con la de Ariadna Gil o la de Galdós…
Jesús Marchamalo, Tocar los libros
(Visto en: Universo abierto)
Además de las historias en sus letras y nuestras lecturas personales… ¿qué más nos cuentan los libros?
Desde condones en un libro de medicina del siglo XVI…
… hasta joyas al más puro estilo “caja fuerte.”
Las historias de mis libros no son tan sofisticadas o excéntricas, pero igual cuentan:
Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato, me costó y me costó mucho, tanto que tuve que abandonarlo en dos ocasiones y dejarlo para un mejor momento; en esos dos intentos de lectura mi libro fue acumulando mis andares fotográficos, por museos, médicos, más librerías, viajes, incluso otras lecturas…
Por cierto, que a la fecha no se decirles si me gustó o no.
¿Qué cuentan sus libros?
Entre las tantas campañas “innovadoras” de fomento a la lectura que a menudo se lanzan en este país, recientemente encontramos en Tijuana la de una pizza por cada diez libros leídos propuesta por el diputado panista Max García López para promover la lectura entre los alumnos de primaria y según la cual los niños recibirían una pizza como premio por leer diez libros.
Como lo comenté en Twitter: ¿y si también quiero los refrescos y las papas? Eso de leer para recibir compensaciones como si de condicionamiento al más puro estilo “perros de Pavlov” se tratara, no creo que sea la forma ni la fórmula para convertir lectores y es totalmente incongruente con el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria: estrategia contra el sobrepeso y la obesidad que recientemente lanzó el gobierno para luchar contra los índices de obesidad infantil.
Podría decir tantas cosas más de esta campaña en concreto, pero creo que ya he hablado mucho de campañas fallidas, mal planteadas y mal entendidas en torno a la lectura, de hecho en el post anterior hablaba precisamente de la del Consejo de la Comunicación. Yo sólo les recuerdo que México es el primer lugar a nivel internacional en obesidad infantil, así que darles pizza a cambio de lecturas es francamente irrisorio y no promoverá el hábito de la lectura.
Insisto, en lugar de buscar el hilo negro, debemos replicar programas que han probado su efectividad: Salas de Lectura o Para leer de boleto en el metro, por mencionar unos ejemplos.
Acá la nota original.
Vía Lecturalia llego a esta lista publicada por The Guardian de los 100 libros más vendidos de todos los tiempos, título un tanto presuntuoso si tomamos en cuenta que sólo cubre a partir de 1998, año en que Nielsen BookScan la comenzó.
En 1er lugar está El Código da Vinci de Dan Brown. He de confesar que yo fui una víctima de la mercadotecnia y leí este libro hace algunos años, al final me quedé con un gran “¿y?”, es decir, que no me mató; pero no niego que la temática ha sido de gran ayuda para atraer a un gran número de lectores y no lectores a este libro; cualquier cosa que suene a “irreverencia” siempre (o casi siempre) es garantía de éxito. No olvidemos además que la Iglesia le ha hecho mucha propaganda involuntaria al libro, a veces es mejor no hablar de algo para poder exorcizarlo, no dudo que El Código da Vinci seguirá vendiéndose y siempre estará entre los indispensables de las librerías.
En segundo y tercer lugar encontramos respectivamente a Harry Potter y la Piedra Filosofal y Harry Potter y la Cámara Secreta, otros libros de esta serie están en las posiciones 5, 6, 7, 8 ,10 y 62. Aquí va otra confesión y es que yo no he leído ningún libro Harry Potter; sin embargo, no me he perdido las películas. No se si en algún momento leeré alguno de estos libros, pero debemos reconocer que muchos niños y adolescentes no sólo han crecido con Harry Potter, sino que se han acercado a los libros gracias al aprendiz de mago. Algo bueno deben dejarnos los más vendidos.
En el noveno puesto comenzamos a toparnos con los vampiros, gracias a la primera parte de la saga Crepúsculo de Stephenie Meyer; New Moon y Eclipse están en los puestos 12 y 16 respectivamente. Muchas son las críticas que han recibido estos libros, muchos los llaman “vampiros descafeinados,” pero es un tema que siempre va a tener un jalón importante, especialmente entre los lectores adolescentes, así que junta una historia de amor con seres de la noche y si no te conviertes en best seller, al menos ten la seguridad de que alguien va a comprar tu libro.
Y a pesar de que 2010 fue el año de Stieg Larsson y su trilogía Millenium (para los que no me crean, vayan a cualquier gran librería a revisar las “novedades”) , sorprende encontrarlo en el lugar 17 de los más vendidos, muy por debajo de Harry Potter o la primera parte de la saga Crepúsculo.
Sin duda es una lista interesante y se pueden hacer diferentes “lecturas” a estas lecturas, yo sólo quise detenerme en los casos que llamaron mi atención. Aunque yo insisto en que en esa lista está faltando El nombre del viento de Patrick Rothfuss, libro del que ya les he hablado en otra ocasión y que no por nada está considerado a la altura de la literatura de Tolkien, además que también ha estado entre la lista de los más vendidos, al menos durante el último par de años. Con este listado confirmamos que lo más vendido no siempre es lo mejor aunque, después de todo, en materia de literatura es complicado hacer juicios de valor y nos gusten o no esta lista de libros más vendidos, lo cierto es que muchos se han acercado más a ellos gracias a un “vampiro descafeinado,” así que quizá debamos prestarles más atención.
Acá la lista: Top-selling 100 books of all time.
Una noticia, de las buenas, de las mejores para comenzar el año y que, al menos a mi me llena de emoción: como parte del fortalecimiento del programa Para leer de boleto en el metro, que la Secretaría de Cultura en conjunto con el Sistema de Transporte Colectivo Metro llevan a cabo en la Línea 3 del metro, inauguraron el primer Libro Puerto en el Metro División del Norte y que tiene como finalidad prestar libros a los socios así como llevar a cabo talleres de lectura.
Por fin tendremos la lectura más a la mano en uno de los espacios más utilizados para esta actividad, además de la del transporte. En países como Chile, las bibliotecas del programa Bibliometro funcionan desde 1995, así que creo que en una ciudad como la nuestra nos estábamos quedando cortos con iniciativas de esta naturaleza.
Libro Puerto, comenzó como un proyecto piloto con un acervo de 400 títulos en noviembre de 2010, tiene cerca de 200 socios y se espera que durante este 2011 se extienda a otras estaciones, las siguiente serán Juárez y Guerrero de la línea 3.
Sin duda, un proyecto interesante al que debemos aplaudir pues más allá del discurso político y correcto en torno a la lectura, está aprovechando y rescatando un espacio que es quizá para muchos el único que tienen destinado a la lectura. Acciones concretas de este tipo son las que hacen falta en materia de promoción lectora, más que grandes recintos o análisis fríos. Espero pronto tengamos más Libro Puertos en todas y cada una de las estaciones que componen toda la red del metro en nuestra Ciudad.
Hace unos meses leía en el blog de la Biblioteca Pública de Seattle el post Metro Reads 4: What are you reading on your commute? y debo confesar que me gustó la idea, así que decidí replicarlo como un ejercicio interesante para saber lo que lee la gente en el metro de la capital de un país que se supone no lee.
Cuatro cosas antes de comenzar:
Ahora sí, va la lista de lecturas de metro:
Hasta aquí mi lista, ¿ustedes leen en el metro? ¿cuál es su actual lectura de metro?
El crecimiento del uso de la tecnología, como la telefonía celular y el servicio de Internet, ha desplazado el hábito de la lectura, sobre todo en las nuevas generaciones, afirmó Graciela de la Vega Michel, directora del Museo Interactivo del Trompo en Guadalajara, Jalisco.
Uno de cada 10 mexicanos lee un libro Milenio Diario.
Y vuelta al tema de que Internet y los videojuegos supuestamente nos quitan lectores. Quizá esta nota deberíamos contrastarla con esta otra:
Randi Adleberg, directora del programa de Inglés en la Escuela Secundaria Robinson en el Condado de Fairfax, dice que si se toma en cuenta la lectura en línea y en dispositivos para videojuegos [pensemos en el Nintendo DS] la tendencia es positiva, y agrega “Creo que probablemente la era digital ha incrementado la lectura.
Teens are still reading for fun, say media specialists The Washington Post
El problema sigue siendo que los “especialistas” en el tema de promoción lectora insisten en que la lectura sólo tiene que ver con el papel. Ya es tiempo que entendamos que leer no sólo está relacionado con los clásicos griegos y con un gran libro encuadernado; leer va más allá del olor del papel y de hablar de 1 o 10 de libros al año: blogs también son lectura, diarios en línea también son lectura, revistas y comics también son lectura, el audiolibro también es lectura leer en el iPod, Kindle, Nook o Sony Reader es también lectura.
Todas estas lecturas tienen tanto valor como leer en el libro impreso y, nos guste o no, muchas personas se han acercado a la lectura gracias a todos estos nuevos soportes, así que ya es tiempo de aprovecharlos y ver su potencialidad en lugar de sentirnos amenazados y satanizarlos, como lo hace la directora del Museo Interactivo del Trompo.
Y al final, cada que hablo de este tema, no puedo evitar pensar en el excelente post de Enzo Abbagliati Matemos al libro para que multipliquemos las lecturas, y también en el post ¡Ya nadie lee! que descubro recientemente gracias a Gonzalo Oyarzun, ambas son entradas muy recomendables que explican a la perfección lo que quizá yo no se explicar en este post.