Los seudónimos de los escritores

Se dice que un escritor escribe para que lo lean, así como un pintor pinta para que la gente vea su obra o un músico compone y/o toca para que la gente lo escuche, al menos eso supongo. Pero no todo en esta vida es la fama, menos en el caso de los artistas que, como bien sabemos, generalmente vienen llenos de excentricidad así que la fama quizá es lo que menos les interese.

En el camino han existido y seguirán existiendo escritores y escritoras que, a pesar de que quieren poner su obra en las manos de los lectores, no quieren cargar con el peso de la autoría y por ello deciden que su obra vaya con un seudónimo. ¿Cuáles serían los motivos para no cargar con la autoría de un libro? modestia, persecución política, temor al rechazo, rechazo a la fama, timidez, sexismo o discriminación por raza… en fin, las razones son tantas y tan variadas como los y las autores mismos. En la infografía Whodunit: a history of noms de plume publicada en Printerinks, a la que llego gracias a Bookbaby Blog y donde se presentan precisamente algunos casos de los seudónimos de los escritores más notables entre el periodo de 1719 y 2004.

Desde luego que en esta infografía no puede faltar Charles Lutwidge Dodgson, mejor conocido como Lewis Carroll autor de Alicia en el país de las Maravillas y Alicia a través del espejo, dos de los clásicos literarios más importantes en todo el mundo, la razón: quería mantener su vida privada.

También encontramos a Stan Lee, cuyo nombre completo es Stanley Martin Lieber, quien ha hecho famosos a muchos superhéroes bajo el sello de Marvel, entre ellos a Spiderman (1962). Stan Lee esperaba publicar obras literarias “más serias” después de graduarse y quería guardar la buena reputación de su nombre para ese momento, ni él mismo se imaginaba lo que lograría bajo su seudónimo.

Otros nombres en esta infografía son las hermanas Brönte, que publicaron sus Poemas (1846) como Currer, Ellis y Acton Bell para evitar el sexismo. Mark Twain publicó The adventures of Huckleberry Finn (1884) como Samuel Langhorne Clemens y George Orwell publico Rebelión en la granja (1945) como Eric Arthur Blair.

Dado el periodo que cubre esta infografía quedan fuera dos casos destacados que vale la pena rescatar en este blog:

El primero es el de J.K. Rowling quien, después de dar carpetazo final a la saga de Harry Potter (lo de final es un decir, porque cada cierto tiempo vuelve al mundo del aprendiz de mago) estuvo tentada a publicar Casual Vacancy su primer novela para adultos con un seudónimo y aunque finalmente dicha novela vio la luz con la marca Rowling, la autora no se quedó con las ganas y decidió publicar The Cuckoo’s calling (2014) y The silkworm (2015) bajo el nombre de Robert Galbraith para así no generar expectativa y peder recibir críticas literarias honestas que no estuvieran prejuiciadas por el éxito de Harry Potter. Como dato curioso, cuando Rowling envió su primer manuscrito de Harry Potter lo firmó como Joanne Rowling y, en aquel entonces el editor le preguntó si podían utilizar sus iniciales en lugar del nombre completo pues a los niños no les gustaba leer libros escritos por mujeres.

Joe Hill el autor de la famosa Cuernos que ya ha sido llevada al cine y de quien se dice que ha renovado los géneros de novela de terror, fantasía oscura y ciencia ficción es, nada más y nada menos, que hijo del prolífico y doblemente famoso Stephen King. El nombre real de Hill es Joseph Hillstrom King y, como es de suponer, lo de Joe Hill vino para que el nombre de su padre no le hiciera sombra y la aceptación de su obra estuviera basada en sus propios méritos y no por llevar el apellido King a cuestas. A estas alturas es imposible saber si publicar con su verdadero nombre le habría ahorrado parte del camino y le hubiera ayudado a conseguir más fama; sin embargo, lo que ha hecho como Joe Hill le ha valido reconocimientos literarios en los géneros de fantasía y ficción, además de una primera adaptación fílmica de su obra.

Printerinks-Whodunit

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