A mi edad, y con bastantes años de lectura a la espalda… he aprendido dos cosas importantes: a dejar sin terminar los que me aburren (los encesto en una papelera dispuesta a unos seis pasos de este sillón) y a que no me afecten las frases elogiosas (en inglés, blurbs) que los editores incrustan en las solapas o las fajas de sus “productos”.
Manuel Rodríguez Rivero. Fin de fiesta y otras resacas.