…o leer por “placer”, o “promoción” de la lectura, o como ustedes quieran llamarle.
Aunque en realidad se llama Hysterical literature, un proyecto del fotógrafo Clayton Cubitt que pone a sus modelos a leer y… para qué les cuento, mejor véanlo, o vean los cuatro. Por cierto, que dicen que el fotógrafo participa activamente en el proyecto.
Bueno, bueno el proyecto; lo dicho, se pueden hacer tantas cosas con la lectura…
Visto en: Frikitecaris y Blog eros
Hace un par de días llegó a mi e-mail un comentario sobre esta y otras notas similares en el blog. Me parece interesante compartirla en los comentarios. ¿Ustedes qué opinan?
Muchas gracias Alejandro Abate por comentar y leer el blog.
“Hola… Me parece muy interesante este grupo de notas en relación a la competencia (bastante desleal) entre “lectura y sexualidad”. En mi larga carrera de Bibliotecario experimenté en varias oportunidades este tipo de disyuntivas… Es cierto que hay cosas que no tienen competencia…
Son varias las anécdotas que podría contar respecto de esto. La figura con la cual ilustraste la nota, particularmente la de la “bibliotecaria” que se encuentra arriba de la escalera, guardando o buscando alguna obra, lo cual le genera realizar ciertos “estiramientos corporales”, tanto involuntarios como totalmente voluntarios, más sabiendo que desde abajo hubiese algún “varón” mirándole desde abajo las piernas, o directamente el color y el tamaño de las bragas, es y sigue siendo frecuente. Esto no es exclusivo de las bibliotecas… en todo lugar donde hubiese estanterías y escaleras puede repetirse el hecho con distintas variedades. Lo cierto es que es una figura muy digamos de alta eroticidad.
Pero volviendo al tema de las “estrategias” competitivas que deberíamos idear los bibliotecarios, no me parece nada mal incluir materiales que “llamen” al interés de la gente común. Entendiendo dese ya que a las bibliotecas, no sólo acuden investigadores y académicos sino que también gente “común”. No obstante ello, la sexualidad, no es extrínseca tanto para unos como para otros. O es que los académicos, antes de serlo, no son gente común también, y obviamente son “sexualmente” susceptibles?
Son muchas las ideas que se nos pueden ocurrir. Yo, en una oportunidad, hace mucho tiempo, generé la idea de poner en los revisteros de exposición, revistas sobre deportes, modas, etc. etc. Y no me fue mal con esa iniciativa. Entraban interesados por este tipo de publicaciones, y de paso en muchas oportunidades, se interesaban por lo otro.
Con respecto a la “pornografía”, sobre eso no hay competencias… sobre todo para nosotros los hombres…
Pero bueno… creo que cada cosa en su lugar…
Muy interesante la nota”