Hace un par de días Business Insider publicó un estudio respecto a los usos del iPad. Aunque no soy experta en estadística, creo que 500 usuarios son pocos para sacar conclusiones definitivas; sin embargo, no dejan de ser datos reveladores y a los que deberíamos poner atención, pues nos aclaran un poco el panorama de lo que hace la gente con estos aparatos (“cacharros” como les llama Javier Celaya) y lo que nosotros podemos hacer en materia de promoción de la biblioteca y la lectura utilizando los dispositivos preferidos de los usuarios. Les presento los resultados que más han llamado mi atención:
- 28.9% de los encuestados informaron que actualmente utilizan más el iPad que una computadora de escritorio o una laptop.
- 38.4% utilizan el iPad de 2 a 5 horas diarias, mientras que sólo un 2.8% lo utiliza más de 8 horas.
- Los principales usos que le dan al iPad son: para navegar en internet (37.7%), revisar su correo electrónico y sus cuentas en Twitter y Facebook(23.6%), ver videos (11.5%), como consola de videojuegos (10.2%) y para otras aplicaciones (17%).
- 39.4% de los usuarios han descargado entre 20 y 50 aplicaciones.
- 37% utilizan en navegador para leer noticias, 34.7 utilizan aplicaciones creadas por los sitios y 28.3% utilizan lectores de noticias como Reeder o Flipboard.
- 74.5% de los usuarios leen libros en el iPad.
- Las aplicaciones de lectura más utilizadas son Kindle para iPad (50%), iBooks (42.4%) y otras aplicaciones se reparten el 7.6% de los usuarios.
- Los usuarios prefieren tener un iPad que una MacBook Air.
Que más de la mitad de los encuestados lean libros en el iPad nos indica que, a pesar de que no es un dispositivo de lectura dedicado, la lectura electrónica sigue ganando fuerza. Sería interesante saber, además de aplicaciones de e-books, cuántas y cuáles aplicaciones de lectura están utilizando los usuarios: me pregunto cuántos estarán utilizando Stanza, o un lector de feeds, lectores de PDF, etc.
Lo dicho, datos reveladores que los bibliotecarios, editores y los relacionados con el mundo del libro no deberíamos perder de vista al momento de desarrollar aplicaciones no sólo para el iPad, sino para cualquier dispositivo movil en un intento por acercarnos a los usuarios y facilitarles que lleven su biblioteca en el bolsillo.
