Me he encontrado con un post realmente interesante en el blog Bibliotecarios 2.0, donde se hace referencia al artículo The New Rules of Web Design de Jeff Wisniewski y publicado en Mar/Apr 2008 en Online.
Lo básico del diseño: las bibliotecas no pueden seguir fielmente lo que hace Google, porque Google solo pretende una cosa, conectar al usuario con su motor de búsqueda, mientras que las bibliotecas deben ofrecer un acceso transparente a diferentes recursos y servicios, por lo que su diseño es complejo, en este caso no funciona la simplicidad de Google. El webmaster de la biblioteca debe pensar si está atrayendo a los usuarios diseñando para aquello que los usuarios hacen normalmente en su web. Los bibliotecarios caemos demasiado a menudo en el error de querer poner en la web todo lo que hacemos, sin discriminación y dándole a todo el contenido la misma prioridad, aunque los usuarios no se la den. Sin embargo tan solo hay una o dos cosas que preferentemente los usuarios realizan en la web de la biblioteca, cosas que se pueden llegar a conocer examinando los ficheros logs de los usuarios. Habrá que resaltar esos puntos que más interesan a nuestros usuarios y establecer muy claramente el punto de partida para llegar al resto de los contenidos y que el usuario no se pierda. Dice el autor que le estamos haciendo un favor a nuestros compañeros tratando todos los contenidos por igual, pero no se lo estamos haciendo al usuario. Yo añadiría que deben ser los contenidos de mayor interés para nuestros usuarios, no los que los bibliotecarios consideran de más interés. Es importantísimo que el usuario encuentre un sitio que satisfaga sus necesidades ya que esa primera impresión (que efectivamente es muy superficial), marcará su retorno.
Lo anterior me hace pensar en la forma en la que quizá muchos bibliotecarios hemos estado organizando nuestra información. En mi experiencia, han sido varias las ocasiones en que el usuario se ha acercado para decirme que simplemente no entiende la clasificación destinada a determinado documento y, por triste que parezca, nuestro esfuerzo por poner al alcance del usuario un documento es traducido por ellos como letras y números incomprensibles; y que además los temas, categorías, autoridades de materia (o como mejor nos guste llamarle) no encajan con la forma en la que ellos buscan su info. Me atrevería a decir, que las reglas que hoy en día muchos seguimos utilizando, que los famosos esquemas de clasificación, los encabezamientos de materia, el formato MARC y un gran número de etc. que nadie más entiende, actualmente sólo son útiles para nosotros mismos, los que estamos al interior de la biblioteca. Quizá nos sigue haciendo falta ver hacia afuera y entender de qué manera se está moviendo la información, aceptar además que todos estos esquemas que seguimos usando no hacen más que confundir al usuario y que estos son los que están creando los contenidos y la forma de llegar a ellos.
En verdad nos está haciendo falta comenzar a entender como se comporta el actual usuario, cómo crea contenidos y cómo los hace accesibles. No niego la utilidad de todos estos esquemas bibliotecarios que utilizamos y siguen enseñándose en las Universidades, pero insisto y cada vez me convenzo más que dichos esquemas sólo son útiles los bibliotecarios, los que están afuera, los que acuden a nosotros ya han cambiado y ni quieren, ni saben, ni tienen por qué entenderlos, lo que les interesa es acceder a la información.
Me parece muy preciso este artículo, ir más a los servicios de las bibliotecas, comunicación interna y externa.