Niños lectores

A estas alturas ya se habrán dado cuenta que tengo un profundo rechazo a los discursos establecidos y faltos de contenido que se dan en torno a la promoción lectora, “Leer es bueno” dicen, sin saber si esto es cierto o sin entender en qué medida esto es cierto. En fin, ¿qué beneficios reales obtenemos de leer?

En el blog ya les he mencionado algunos beneficios “contantes y sonantes” de la lectura y este post no será la excepción, así que en en esta ocasión les hablaré de lo “bueno que es leer” para el IQ (Coeficiente Intelectual) de los niños.

Leer a los niños y con los niños aumenta su inteligencia, esto de acuerdo con How to Make a Young Child Smarter. Evidence From the Database of Raising Intelligence, un estudio publicado este mes en la revista Perspectives on Psychological Science en el que los investigadores examinaron diversos estudios relacionados con la inteligencia infantil de los niños desde el nacimiento hasta la edad preescolar. Para ello se tomaron en cuenta diversas investigaciones relacionadas con el uso de complementos alimenticios de mujeres embarazadas y los niños recién nacidos, los primeros años escolares, la lectura interactiva y enviar a los niños a la guardería; los resultados que se obtuvieron demuestran que todas estas actividades aumentaron la inteligencia de los niños.

El punto que nos interesa para este post es el relacionado con la lectura, pues bien, el estudio describe cómo las mejores prácticas de lectura, encaminadas a que los padres y los niños se comprometan a realizar una lectura más interactiva –como enseñar a los niños a elaborar preguntas abiertas, animarlos a leer, poner atención en sus intereses de lectura, etc.–, incrementa el coeficiente intelectual de los niños hasta en 6 puntos.

Pues sí, aquel discurso que asegura que leer nos hace más inteligentes es cierto, y entre más jóvenes comencemos, mejor; pero no se trata sólo de leer, sino de hacerlo acompañados de nuestros padres y de una forma más analítica. Así que ya saben, si quieren un hijo más inteligente, dense un tiempo para leer juntos tanto como les sea posible y comiencen desde que se encuentra en la cuna, además no dejen de hacerlo. Si no logran un niño más inteligente con la lectura, al menos sí lograrán un niño lector más sano emocionalmente, gracias a los libros y a la compañía de los padres (esto último es conclusión mía).

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