El pasado 21 de febrero, en el marco del Día Internacional de la Arquitectura de la Información, participé en el Volumen LI de UX Nights Diseñar para la Diferencia con la charla Diseñar y pensar la Biblioteca Pública para todo el público.
Les comparto acá la presentación y algunas ideas de esta charla:
¿Qué tiene que ofrecer la biblioteca en materia de experiencia de usuario si es sólo un lugar donde hay libros? O eso creemos, porque definitivamente la biblioteca y, en especial la biblioteca pública tiene mucho que aportar a este tema, porque:
- Ciertamente una biblioteca no es un almacén de libros.
- Tampoco es un lugar de estudio o para leer, o no exclusivamente.
- Y no, definitivamente no es un templo del saber.
Según el manifiesto de la IFLA/UNESCO de 1994 la biblioteca pública es:
La biblioteca pública es un centro local de información que facilita a sus usuarios todas las clases de conocimiento e información.
Los servicios de la biblioteca pública se prestan sobre la base de igualdad de acceso para todas las personas, sin tener en cuenta su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social. Deben ofrecerse servicios y materiales especiales para aquellos usuarios que por una o otra razón no pueden hacer uso de los servicios y materiales ordinarios, por ejemplo, minorías lingüísticas, personas con discapacidades o personas en hospitales o en prisión.
Además de lo anterior, pongamos especial atención en las misiones de la biblioteca pública que enumera este manifiesto. Menciono las que me parecen particularmente relevantes:
- Brindar oportunidades para el desarrollo personal y creativo.
- Estimular imaginación y creatividad de niños y jóvenes.
- Facilitar el acceso a las expresiones culturales de todas las manifestaciones artísticas.
- Fomentar el diálogo intercultural y favorecer la diversidad cultural.
- Prestar apoyo a la tradición oral
- De esta manera, podemos definir que la biblioteca pública es, sí, un espacio común de información, formación y recreación; pero además es un espacio de encuentro, conocimiento y reconocimiento del otro, de creación, ocio, descanso, de pensamiento, filosofía, refugio, de sorpresa, en fin, de formación de ciudadanía.
Pero, ¿por qué pensar y diseñar la biblioteca pública para todo el público?
Dado que atiende a una comunidad diversa, heterogénea, con necesidades de información variadas y con otro tipo de necesidades muy específicas que pueden ser de movilidad, de aprendizaje, cognitivas, etc., debemos pensarla para todos, en donde todos también comprende la particularidad. En este sentido, todos significa: mujeres, hombres, niños y niñas, adolescentes, adultos mayores, personas en situación de calle, indígenas, bebés, ciegos, sordociegos, sordos, estudiantes, profesionistas, amas de casa, etc.
Cuando aterrizamos ese TODOS y vemos lo diverso y específico que es, es cuando comienzan los problemas de diseñar y pensar a la biblioteca para atender a esta población. Porque esto implica pensar y diseñar una biblioteca en el que unos entran por su propio pie, mientras otros no; unos pueden leer, mientras otros no, ya sea porque no están alfabetizados, porque no ven; unos hablan tu lengua, mientras otros no; unos llegan en brazos de sus padres, mientras otros llegan en sillas de ruedas acompañados por sus hijos.
Y aunque las rampas y la señalización en braille son un comienzo obligado, no debemos conformarnos con ello. Aquí es donde precisamente entra la experiencia de usuario. Como bien señala Don Norman (otrora arquitecto de experiencia de usuario en Apple y experto en el tema) la experiencia de usuario no sólo se trata de páginas web y apps móviles. La experiencia de usuario es todo aquello que te hace experimentar el mundo. Implica pensar en espacios físicos y virtuales, en bibliotecarios y bibliotecarias capacitados y sensibilizados en el otro, en servicios adecuados para todas las necesidades tanto físicas como de información, materiales de lectura y software específico.
Aterrizando la experiencia de usuario en materia de lectura y poblaciones con necesidades especiales, específicamente ciegos, débiles visuales y sordos trabajamos con software.
En el caso de ciegos y débiles visuales utilizamos software que lee el contenido de las páginas web. En México el más usado en bibliotecas públicas es Jaws, aunque otros son Non Visual Desktop Access, Orca que además tienen impresión en braille, supernova, trueno, entre otros.
Para el caso de la comunidad sorda, dado que la mayoría de los sordos no están alfabetizados, algunas bibliotecas suelen integrar en la página web videos en LSM (Lengua de señas mexicana) para permitir a estos usuarios la navegación en el sitio.
Pero, ¿sólo eso?
Pensar que la lectura con experiencia de usuario se limita al software que te lee el contenido de una página o videos en LSM que te explican el contenido, es lo mismo que pensar que la experiencia de usuario para la inclusión se limitan a rampas y señalización en braille.
Hablemos de lectura fácil, un tema que ya anteriormente he abordado en este blog. De acuerdo con la Asociación de Lectura Fácil en España, la lectura fácil es:
Libros, documentos administrativos y legales, textos informativos, páginas web… que siguen las directrices de la IFLA y de Inclusion Europe en cuanto al lenguaje el contenido y la forma.
Es decir, que la lectura fácil son documentos con ciertas directrices –líneas de texto cortas, lenguaje simple y directo, uso moderado de metáforas, tamaño de fuente grande, evitar palabras difíciles, etc.– que los hacen comprensibles y accesibles entre poblaciones específicas:
Personas con algún tipo de discapacidad cognitiva que les dificulte la comprensión lectora, como es el caso de personas con síndrome de Down o autistas, por mencionar sólo algunos.
Población de lectores con competencia lingüística limitada y en transición. Personas que aún no han adquirido todas las competencias lectoras, pero que en algún momento las tendrán. Por ejemplo: hablantes no nativos de una lengua, como migrantes que llegan a otro país y están aprendiendo la lengua, personas (niños o adultos) a los que se está alfabetizando, personas que requieren acercarse a la lectura de manera amigable.
Comunidad sorda y disléxicos. Muchos sordos no están alfabetizados, al menos no en la forma en la que los oyentes lo estamos. La lectura fácil es un primer acercamiento cuando se están alfabetizando. Los disléxicos, por su parte, tienen dificultad de aprendizaje que afecta la lectoescritura, específicamente la lectura. Por ello, les resultan muy útiles estas frases cortas, estos textos concretos y los significados para ayudar a la comprensión.
La experiencia de usuario en lectura fácil la encontramos generalmente en materiales impresos o en páginas web que manejan el tema. ¿Pero qué pasa si mi biblioteca no cuenta con estos materiales?
Siempre podemos echar mano de la tecnología y de la lectura en pantalla que, sin planearlo, también cumple con los preceptos de la lectura fácil y, de hecho, ya ha probado ser muy útil entre poblaciones con necesidades especiales como los disléxicos o los adultos mayores como se puede leer en este post y en este otro, en específico porque la lectura en pantalla maneja:
- Líneas de texto cortas, para el caso de celulares.
- Diccionario integrado
- Posibilidad de cambiar el tamaño y tipo de fuente.
- Posibilidad de cambiar el brillo y color de la pantalla.
Hasta aquí sólo algunos ejemplos de diseñar la biblioteca pública con experiencia de usuario. Desde luego, hay muchas otras, pero lo importante es recordar que pensar y diseñar la biblioteca pública es indispensable pensar en el público real, es imprescindible conocer sus particularidades.
Como bien dice Maria Teresa Andruetto, escritora y ganadora del Premio Hans Christian Andersen, en relación con la literatura para todos, pero que bien puede aplicar en la biblioteca para todos:
…pues creo que es justamente ahí, en la intensa mirada a lo singular donde puede nacer la metáfora de un todo que vaya más allá de lo que estamos dispuestos a ver. El debate social, los pobres, los que discriminan y los que son discriminados, los que no tienen memoria, la violencia familiar y social, las guerras y las dictaduras de todas partes y tantos otros asuntos son temas de la literatura, con la condición de que haya en su tratamiento una intensa mirada singular sobre una circunstancia y una subjetividad también singulares….
Y ya para finalizar, agradecer a Atzimba Tienda por la propuesta y la invitación, y a Brenda Michelle por todas sus gestiones para hacer posible esta charla.