Elasticidad del libro, o por qué hay lecturaS y lectoreS

elasticidad del libroRecientemente estoy leyendo el libro The untold story of the talking book en el que su autor, Matthew Rubery, analiza la historia de los audiolibros desde la invención del fonógrafo por Thomas Alva Edison, pero también analiza lo que es un libro y lo que entendemos por leer. En fin, un libro por demás interesante cuya reseña publicaré pronto.

Para este post, sin embargo, me quiero detener en la elasticidad del libro, un término utilizado por Rubery para hablar de una cualidad que tiene el libro de cualquier: ser de muchas maneras conforme a los intereses y necesidades de los lectores. Maleabilidad, moldeabilidad que ha permitido al libro pasar de tableta de arcilla, a códice, manuscrito, libro impreso, libro de bolsillo, audiolibro, libro silente, libro álbum, coffee table book, libro electrónico, libro interactivo, libro con realidad aumentada y lo que venga en el futuro. 

Y mientras leía este concepto pensaba que una buena forma de ejemplificar la elasticidad del libro es precisamente a través de mi lectura, es decir, leo en pantalla un libro que habla sobre los audiolibros y tomo notas en una libreta de papel. Aunque la misma elasticidad del libro también me permitiría estar audioleyendo (escuchando para los más puristas) este mismo libro y tomando notas de voz en la app de audiolibros. O bien, leer el mismo libro en su formato físico, mientras que tomo notas a través de la pantalla táctil de un dispositivo móvil.

Esto también me lleva a confirmar algo que he venido diciendo ya hace algún tiempo: no se puede pensar en La lectura, en EL libro y en EL lector, porque hay diversidad de lecturas, diversidad de libros (tanto en formatos, temáticas y géneros) y, desde luego, diversidad de lectores, sí, todos en plural. Como bien señala Robery:

…los medios digitales nos han vuelto extremadamente conscientes de las cualidades distintivas del libro, así como de su complejidad y sofisticación como medio.

Es decir, que el libro siempre ha sido elástico y diverso, sólo que las “nuevas” tecnologías que permiten al lector leer a través de luna pantalla, así como tecnologías no tan nuevas –que están resurgiendo con gran fuerza– como es el caso de los audiolibros, obligan a muchos a replantearse qué se entiende por lectura, libro y lector. Para algunos, desde luego, lo anterior resulta incómodo y se niegan a aceptar que el libro es algo más que una novela impresa y que la lectura es algo más que pasar los ojos por las letras de ese libro impreso. 

De esta manera, la elasticidad del libro puede entenderse sólo en la medida que se entienda que el acto de leer no no está limitado a un sólo sentido (el de la vista), como a menudo se piensa, porque “…el área del cerebro asociada con la lectura puede procesar palabras utilizando múltiples sentidos (vista, oído, tacto)“.

En fin, como les decía, me gusta la elasticidad del libro como concepto y cualidad de todo libro para permitir a los lectores distintas formas de lectura.

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