¿Eres de los que siempre cargan su libro bajo el brazo para leerlo a la más mínima provocación mientras utilizas el transporte público en la Ciudad de México? ¿eres de los que tiene su lista de lecturas para el metro? ¿eres de los que no encuentra mejor lugar de concentración que en un taxi, bus o metro? Entonces “Taxis con…ciencia” es para ti. “Taxis con… ciencia” es un programa a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UANM) y la Secretaría de Transporte y Vialidad (Setravi) encaminado a la promoción lectora y con el que se entregará a los más 130,000 taxis de la Ciudad de Mexico paquetes de lectura en materia de calidad de vida, medio ambiente y salud para que los usuarios de este transporte los lean durante sus diferentes trayectos.

La UNAM será la encargada de renovar mensualmente los paquetes literario-científicos que se ubicarán en el respaldo del asiento del conductor para que los usuarios los lean durante su trayecto, se espera con este programa poner al alcance de cerca de 1.8 millones de capitalinos lecturas de divulgación científica, con las que se espera también matar dos pájaros de un tiro, es decir, promoción de la lectura y acercar la ciencia a los mexicanos.

Y aunque sorprende gratamente lo innovador del programa, ya el señor Juan Manuel Landero, taxista de la Ciudad de México, había visto el potencial que tiene este medio transporte como promotor de lectura y desde el mes de enero de 2011 decidió compartir 15 de sus libros favoritos a los usuarios de su taxi, al que desde entonces ha llamado Taxi libre-ría, donde invita a sus clientes a leerlos con el siguiente cartel:

Mientras viaja y llega a su destino, solicite un libro para su lectura. Si le gusta, puede adquirirlo.

Esto es a lo que yo llamo tomar acciones en materia de promoción lectora y no discursos vanos de Leer es divertido que a nadie convencen ni convierten en lector. Considero que tomar y aprovechar espacios como el transporte público, que siempre han sido utilizados por las personas para o leer o dormir, es un gran acierto. Vamos, que no necesitamos bibliotecas monstruosas o fotos con gente bonita que simula leer, sino espacios reales de lectura para darle al usuario y potencial lector la ocasión de hacerlo.

El único pero que yo le pondría, si es que quiero ponerme ya muy quisquillosa, que además no es un pero pequeño, es el relacionado con el tema de la seguridad. Desde luego, se sobre-entiende que los taxis que participarán en este proyecto son regulados y por lo tanto seguros; sin embargo, una cosa es es leer en un bus o en el metro, pero ir sola o solo en un taxi y distraído con una lectura, en una Ciudad de por sí conflictiva, podría prestarse a malos ratos; esperemos que no, porque en realidad me parece una iniciativa excelente, sigo pensando que el transporte público será siempre un lugar ideal para la lectura y quizá de los pocos destinados por los mexianos para esta actividad, así que fortalecer la lectura en estos espacios siempre será una buena idea, que viene además a fortalecer otras medidas, no se si exitosas, pero sí interesantes y útiles como lo son Para leer de boleto en el metro, y también el programa Libro puerto.

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