Esta pregunta puede resultar ingenua y a muchos ociosa. No busco dar respuesta en este post, de hecho, creo que me estoy metiendo en “camisa de once varas” al tratar un tema tan complejo como la lectura, especialmente la lectura en nuestro país; no, definitivamente no pretendo hallar el hilo negro de la “falta” de lectura, lo mío es una duda genuina: ¿qué pasa con la lectura en México? ¿qué pasa realmente?
Y lo pregunto porque, ferias no faltan:
Tenemos en nuestro país la que se considera la más importante del mundo de habla hispana, sólo superada por la de Frankfurt, me refiero a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara. Y en el camino no faltan otras:
- La Feria Internacional de Minería
- Los niños tienen la Feria Internacional de Libro Infantil y Juvenil (FILIJ)
Y hay para gustos e intereses más específicos
- La Feria del Libro Antropología
- Feria el Libro JurídicoLeer es estar vivo
- Feria del Libro de Ocasión
- La Feria del Libro Antiguo
Sin olvidar, desde luego, a las ferias que se realizan en cada uno de los estados; o aquellas ferias que aseguran grandes descuentos, como el Gran Remate del Libro, la Feria del Libro del Zócalo y un gran etcétera.
Pero veamos los programas de lectura:
- Ley de Fomento para la Lectura y el Libro
- Programa Nacional de Fomento a la Cultura 2006-2012, que en el Eje 6 habla del Esparcimiento Cultural y Fomento de la Lectura, en el Eje 6.2 habla de Espacios para la Lectura.
- También está el programa Diviértete leyendo del Consejo de la Comunicación, y del que ya hablé en ocasiones anteriores.
También lo pregunto porque bibliotecas públicas tampoco faltan: de acuerdo con la Dirección General de Bibliotecas Públicas, perteneciente al Conaculta, tenemos una red 7,320 bibliotecas públicas en 2,227 municipios, lo que representa un 93% de cobertura nacional.
¡Ah! y no olvidemos programas como “Libro puerto” y “Para leer de boleto en el metro”, ambos del Sistema de Transporte Público Metro y que, en lo personal encuentro realmente útiles; las salas de lectura; el librobús y los “paralibros” del Conaculta, que considero aprovechan también a la perfección espacios donde la gente usualmente lee. Y seguramente se me están olvidando otros programas y esfuerzos.
Luego entonces, si programas no faltan; si contamos con una buena cobertura de bibliotecas públicas; si tenemos en los estados, puntos de lectura, parabuses, biblobuses y en el DF libropuertos y programas de lectura en el transporte público; si la iniciativa privada también se ha lanzado a “salvar al país” usando la lectura como arma, ¿por qué seguimos sin ser un país de lectores?
Me atrevo a aventurar que el problema es de fondo y no de forma, necesitamos cambiar el enfoque, especialmente si somos parte de los responsables de planes y políticas. Lo primero que debemos replantearnos es: ¿no se lee en este país? O, ¿no se lee lo que nosotros creemos y esperamos que se lea? Porque en los kioskos de revistas no faltan los Biancas, los Sensacionales de barrio, revistas del corazón que se venden como “pan caliente” porque no faltan lectores para esas lecturas. Entonces, la planteamiento correcto no debe ser ¿cómo logramos un país de lectores? o ¿qué programa, plan o política lanzaremos ahora para promover la lectura? sino ¿cómo hacemos para que los lectores salten de las “revistas del corazón” a “otro tipo” de lectura?
Voy de nuevo con el asunto del enfoque:
- No debe leerse por obligación.
- Sólo podemos intentar “contagiar” el gusto por la lectura, y para ello debemos estar convencidos de ella, me refiero a ser lectores. Ya lo he planteado en otras ocasiones, la lectura no se enseña, se encamina.
- No debe leerse porque nos hace mejores personas, en la historia hay buenos ejemplos que nos indican lo contrario.
- Se lee más que libros, y no sólo se lee en papel.
- Los clásicos, ni son la única lectura existente, ni son para todos los lectores; yendo más lejos, se debe aceptar que un lector (por muy lector que sea) encuentre aburrido al Quijote, La Odisea y tantos otros.
- No debe leerse 20 minutos, puedes leer 2 o 100, los que quieras, siempre y cuando así lo quieras.
- La lectura no tiene una sola lectura y los reportes alejan.
- La lectura de rapidez tampoco sirve de mucho, no si de promoción se trata.
¡Ya está! como les decía, no pretendo encontrar el hilo negro, sólo plasmar mis dudas y plantear, si no, soluciones, al menos lo que creo que puede ser un error al hablar de formar lectores.
Una simple critica que intenta ser constructiva, sin ningún otro ánimo que remarcar tus puntos.
TUS POSIBLES SOLUCIONES
** No debe leerse por obligación.
** No debe leerse porque nos hace mejores personas…
** No debe leerse 20 minutos… los que quieras, siempre y cuando así lo quieras.
** Sólo podemos intentar “contagiar” el gusto por la lectura,… la lectura no se enseña, se encamina.
TUS AFIRMACIONES
** Se lee más que libros, y no sólo se lee en papel.
** Los clásicos, ni son la única lectura existente, ni son para todos los lectores…
** La lectura de rapidez tampoco sirve de mucho, no si de promoción se trata.
** La lectura no tiene una sola lectura y los reportes alejan.
** …el problema es de fondo y no de forma, (posible solución ->) necesitamos cambiar el enfoque
TUS DUDAS (creo)
** ¿por qué seguimos sin ser un país de lectores?
** ¿no se lee en este país? O, ¿no se lee lo que nosotros creemos y esperamos que se lea?
** ¿cómo logramos un país de lectores? o
** ¿qué programa, plan o política lanzaremos ahora para promover la lectura? sino
** ¿cómo hacemos para que los lectores salten de las “revistas del corazón” a “otro tipo” de lectura?
Breve comentario sobre lo que dices:
Muy interesante los datos estadísticos de tu escrito y sobre “No debe leerse porque nos hace mejores personas,…” pero si debería ser un objetivo, no?, aunque seguro aquí se tendría que desarrollar todo un argumento para definir que hace ‘mejor’ a una persona. En lo personal me he encontrado con información importante y hasta cierto punto delicada en la red que todo depende del uso que se le de a la información (en este caso leída) en el basto mundo de la red.
“¿por qué seguimos sin ser un país de lectores?”, seria interesante abrir un foro de discusión para divagar sobre esta duda tuya y que seguro es de muchos (incluyéndome).
Podrías explicar mas sobre “…y los reportes alejan.”, a que te refieres?
Unas citas que me han llamado la atención:
“La lectura no se enseña, se encamina.” Veronica Juárez (uvejota)
“La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo”. Johann Gütemberg.
“El lenguaje le ha sido al hombre para que pueda ocultar el pensamiento.” Talleyrand
Saludos a todos!
Hola Daniel:
Gracias por el comentario-crítica. Me alegra que compartas mi inquietudes y sólo te puedo decir:
1) En efecto, sería interesante un foro donde discutamos estos temas. Por lo pronto espero que este pequeño espacio sirva para la discusión.
2) Con los reportes me refiero a los reportes que los profesores piden sobre una lectura, al estilo de: “¿de qué trata la historia?” “¿cuáles son los personajes principales?” etc.
Seguimos.
Hola, sé que es una artículo de hace 5 años y tal vez no leas mi comentario, pero aquí va:
Creo que el problema está en el sistema educativo. En la escuela nos obligan a leer parrafadas que nos parecen aburridísimas o incomprensibles, en vez de darnos lecturas, en primer lugar, entretenidas y, en segundo, adecuadas para nuestra edad. Nos dan libros “infantiles” que no tienen relación con la infancia actual, pero que te los dan porque “son clásicos imprescindibles”. Si no fuera así, si desde el principio nos dieran lecturas con las que pudiéramos identificarnos y progresivamente se fueran introduciendo títulos más complejos, otro gallo nos cantaría.
Para poner un ejemplo más claro: recuerdo exactamente el momento en el que nació mi interés por leer. Fue con un texto cortito en un libro de la secundaria que hablaba de un par de chicos que estaban tratando de sacar monedas de un teléfono público. El lenguaje era actual, la situación era actual y hablaba de robar pero sin un aire moralino, sin satanizar el robo. Yo quería leer más de eso, pero a la página siguiente, si no recuerdo mal, estaba Piedra Negra Sobre Una Piedra Blanca de César Vallejo y a mí ese texto. en esa etapa de mi vida, no me interesaba en lo más mínimo.
Esto parecerá que no tiene relación, pero juro que sí la tiene: también recuerdo el momento en el que me interesó la música clásica. Fue con la película Amadeus (1984), en la escena en la Saliera explica con tanta pasión la música de Mozart al mismo tiempo que la melodía se escucha al fondo (https://www.youtube.com/watch?v=xYHJRhRym1U).
Eso hace falta en las aulas, ese amor por parte de los profesores hacia la palabra escrita y saber expresarlo para que se genere la curiosidad en el alumno. Pero no, lo único que hacen es aventarte un libro a la cara y decirte que hagas un resumen que valdrá 2 puntos en tu calificación final y, como uno va a la escuela “a cumplir” o “a pasar” sólo por el papelito porque es tu obligación, entonces leer “libros serios” se queda cincelada como una acción desagradable. Y si en casa tienes unos padres que pasaron por lo mismo que tú a tu edad, entonces lo normal es que sea muy, muy difícil que te nazca el amor por la lectura y mucho más por la lectura compleja.
Y ya. Necesitaba sacarlo, jaja!
Feliz Navidad y Año Nuevo 🙂