¿Quién lee y qué se lee en México?

readingAunque se repita hasta el cansancio que en México no se lee y aunque yo haya repetido hasta el cansancio que debemos tomarnos con cuidado esta aseveración –y, yendo un poco más lejos, más qué preguntar si se lee la preguntas son quién lee y qué se lee en México–; resulta interesante encontrarse de vez en vez con algunos estudios (pocos en realidad) que nos hablan de la lectura en este país y que, a su vez nos dejan varias “lecturas” de lo que se entiende por leer y que hacen patente además que en este país se necesitan estudios más amplios que diversifiquen la lectura para que nos hablen realmente de quién está leyendo en el país:

Muestra de ello son los resultados publicados en este año de tres de estudios que intentan profundizar más sobre el tema de la lectura en este país: 1) encuesta Hábitos de lectura en los Valles Centrales de Oaxaca elaborado por el Centro de Información Estadística y Documental para el Desarrollo (CIEDD) , 2) la encuesta del Módulo de Lectura (Molec) y, 3) la encuesta telefónica realizada por el gabinete de comunicación estratégica con motivo del Día Mundial del Libro.

La encuesta del CIEDD se realizó del 15 al 17 de junio de este año a 508 oaxaqueños mayores de 18 años, residentes en los municipios de Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, Santa Lucía del Camino, Tlacolula de Matamoros y la Villa de Etla. Entre los resultados destacan que 26.1% lee bastante o mucho (¿qué es “bastante” o “mucho” en materia de lectura?), 32.1% lee regularmente y casi la mitad (41.8%) lee poco o nada. 39.8% de los encuestados tienen entre 1 y 20 libros en casa, mientras que sólo el 15.1% cuenta con más de 100 libros; la mayoría de los libros leídos son académicos 8.3%, cuentos 8.0% cuentos; 6.2% superación personal. En cuanto a la lectura en pantalla hay muy poco, pues sólo 6.8% lee libros de internet.

La encuesta del Molec se realizó durante los primeros 20 días de febrero a ciudadanos mayores de edad en una muestra de 2,336 viviendas de zonas urbanas de 32 ciudades con más de 100 mil habitantes, esta encuesta se realiza con base en la “Metodología común para medir el comportamiento lector” publicada por el CERLALC.

A diferencia de las otras dos encuestas, en esta se toma un poco más en serio la diversidad de lecturas al tomar en cuenta no sólo libros (53.5% hombres y 64.3% mujeres), revistas (42.7% hombres y 60.4% mujeres), periódicos (73% hombres y 44.9% mujeres) e historietas (4.5% hombres y 7.1% mujeres), sino también aquellas nuevas formas de lectura como son las páginas de internet, los foros y los blogs (47% hombres y 44.8% mujeres).

Imagen vía: Modulo sobre lectura (Molec)
Imagen vía: Modulo sobre lectura (Molec)

En cuanto al lugar para acceder a los materiales de lectura las bibliotecas y librerías quedan muy mal paradas: 25.7% lo hace en la sección de libros y revistas de tiendas departamentales, 17.7% lo hace en las bibliotecas, 15.6 en librerías y 15.6% en puesto de revistas o libros usados. En cuanto a la existencia de libros en casa más de la mitad (62.8%) tiene entre 1 y 25 libros, aunque lo realmente interesante sería saber qué tipo de libros hay en casa y, me atrevo a pensar que son de tipo académico, supongo también que el 7.1% de los encuestados que tienen más de 100 libros en casa, gozan de una mayor variedad literaria.

Una pregunta que me parece especialmente interesante en la encuesta del Molec es la relacionada con la labor de los maestros para estimular la lectura: 77.2% a través de la exposición de la lectura realizada, en el extremo sólo el 50.2% fueron motivados para asistir a bibliotecas; sin embargo, los estímulos resultaron mayores cuando el trabajo se hizo en la escuela y el hogar (64.6%). Por cierto, según esta encuesta, el nivel de escolaridad influye en el tiempo de lectura por sesión, es decir, las personas con al menos un grado de educación superior leen en promedio 49 minutos, frente a los 28 minutos por sesión que lee una persona sin educación básica terminada.

Por último, la encuesta telefónica del gabinete de comunicación –es, a mi gusto, la que peor plantea las preguntas– fue realizada el 31 de marzo de 2014 a una muestra de 800 mexicanos mayores de 18 años ; el 77% de los encuestados creen que los mexicanos están poco o nada interesados en la lectura, pero cuando les preguntan qué tanto se interesan ellos por la lectura, entonces la mayoría 66.7% afirma que mucho o algo, ¿no será en realidad que a mucha gente no le gusta confesar que la lectura no les interesa –recordemos el discurso político sobre la lectura–? y, si somos más precisos, ¿el “interés” se traduce irremediablemente en el acto de leer?

Entre los materiales que acostumbran a leer por orden de aparición: 52.1% libros, 18.3 periódicos, 8.5% artículos en internet, 7.9% revistas, 3.1 cómics, 3.8% todos, 1.8% otros, 1.6 ninguno. Por último, aunque hay otras preguntas esta es la que me interesa destacar, “¿cuántos libros lee usted en un año?” 19.3% lee más de 5 libros al año, frente al 11.5% que no lee ninguno, y si entre ese 11.5% que no lee libros se encuentran quienes son lectores exclusivos de cómics, de revistas, de periódicos o de libros electrónicos, ¿se quedan en el rubro de no lectores? es decir, esta encuesta sigue pensando a los lectores como aquellos que leen únicamente libros.

Imagen vía: Encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica
Imagen vía: Encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica

Como podemos ver, estas tres encuestas nos dan resultados variopintos que, desde luego, tienen mucho que ver con la forma en la que están planteadas las preguntas y lo que los evaluadores entienden por lectura. Por ejemplo, las del gabinete de comunicación estratégica y del CIEDD en Oaxaca son totalmente tradicionales y enfocadas en el discurso oficial de lo que debe ser la lectura, de cómo se debe leer y centrando la lectura en los libros: ¿cuántos libros lee usted en un año?, ¿qué se debe entender por leer mucho, bastante o poco? ¿y si sólo leo noticias en internet? La encuesta del Molec, por su parte, parece que entiende un poco más las diversas lecturas que puede estar haciendo la población; creo que este es un poco del camino que deben tomar este tipo de estudios si queremos entender el quién, el qué, cómo, cuándo, cuánto y, especialmente el porqué y el para qué está leyendo.

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